Horas después…Sandra se había quedado en el departamento de Rebeca arreglando un poco todo el desorden mientras esperaba la llegada de Diego Armando Izaguirre, su amigo de la infancia el cual tenía una especialidad en cirugía estética, era nutricionista y por su fuera poco, también médico internista, realmente era toda una eminencia, un hombre entregado a su profesión y que había empezado desde muy jovencito a estudiar la carrera de medicina la cual era su pasión.Diego Armando se había criado en el seno de una familia muy adinerada, su padre había sido un médico especialista en cardiología y había sido una eminencia en cuanto a su profesión, por lo que se le reconocía en todo el país como uno de los mejores cardiólogos que había existido, y que lamentablemente había fallecido irónicamente de un paro respiratorio.Dejó a su hijo Diego Armando, el mejor legado que fue el de llegar a convertirse en el mejor médico, pero no por el dinero o el prestigio que pudiera llegar a ganar, sino p
Mientras tanto Iván tenía varios días durmiendo en el bar donde tocaba la batería los fines de semana, no quería regresar al apartamento de Rebeca porque tenía un miedo demasiado grande pero no precisamente por ella, sino por el recuerdo de su hija Ivanita.Él estaba muy atormentado con todos los remordimientos que sentía, los recuerdos venían a cada momento a su memoria cuando maltrataba a Rebeca de una forma realmente inhumana y al mismo tiempo recordaba la cara de dolor de su hija Ivanita, cada vez que lo veía insultando a su madre.Estaba totalmente devastado y jamás llegó a pensar que iba a sentirse tan miserable como se en ese momento, estaba sentado a una mesa, el bar apenas tenía un par de horas que había abierto al público, y él se había quedado dormido con una botella vacía de tequila que tenía a su lado la cual se había tomado en su totalidad, se embriagaba todos los días tan solo para poder anestesiarse de sus recuerdos, no tenía empleo fijo, se estaba endeudando todos los
Dos días después….Sandra no se había movido del lado de Rebeca ni un solo minuto, ya tenía dos días en la clínica de Diego Armando, había comenzado con el tratamiento endovenoso y Rebeca permanecía en un sueño profundo, era como si no quisiera despertar para enfrentarse a la triste realidad que la aquejaba.Sandra permanecía con ella cuidándola con toda su abnegación, trataba de mantenerla en la mejor condición posible, a pesar de que permanecía aún inconsciente, la había aseado, había cambiado su ropa y le había arreglado el cabello así dormida como estaba.Se encontraba sentada al lado de su cama esperando a que fuera su hora de almorzar.De pronto entró Diego Armando a la habitación ya que estaba muy al pendiente de la evolución de Rebeca.— Hola, ¿Cómo está todo por aquí? Y La bella durmiente todavía está en un profundo sueño por lo que veo. — dijo Diego Armando mientras tomaba el pulso de Rebeca y veía sus pupilas.— Si, no ha despertado aún, ¿Cuánto tiempo crees que esté así?D
Un año después…. Había pasado un año después de todos los acontecimientos que surgieron a consecuencia de la muerte de Ivanita. Después de aquel encuentro en el que Betty había buscado a Iván, había surgido entre ellos el comienzo de una relación en dónde ambos se dieron la oportunidad de comenzar de cero dejando atrás todo el tormento que le había causado a Iván la muerte de su hija. La relación al principio se tornaba bastante prometedora ya que Betty tenía la mejor intención de que las cosas funcionaran entre ellos de la mejor manera, sin embargo, había algo que a ella la tenía bastante incómoda y era el hecho de que todavía Iván estaba casado legalmente con Rebeca a pesar de tener un año separado de ella. Eso al principio no había sido ningún obstáculo para comenzar a tener una relación con él, sin embargo, cuando sus padres se enteraron de que Iván era un hombre casado, inmediatamente su padre le puso un ultimátum a Betty advirtiéndole que tenía dos opciones, terminar definit
Rebeca y Sandra estaban contentas porque habían cobrado su quincena, era uno de los momentos que más disfrutaban, ya que ganaban muy buen sueldo, pero de la misma forma trabajaban duro durante todo el mes.Mientras se cambiaban en el vestidor Sandra se acercó a Rebeca diciéndole: —Qué bueno que hoy hemos salido temprano, ¿qué te parece si nos vamos de compras?— Rebeca le respondió con apatía: —si quieres ve tú, pero la verdad es que yo estoy demasiado cansada y lo que quiero es llegar a casa y acostarme a dormir temprano.—Por favor, Rebeca, no puedes seguir viviendo así, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa, tienes que pensar un poco en ti. Mira lo cambiada que estás, ya es tiempo de que comiences a comprarte ropa y zapatos para que puedas lucir esa nueva figura. — le dijo mientras caminaba a su alrededor observándola . —Creo que ya es hora de que comiences a lucir totalmente diferente. Has hecho un sacrificio durante un año bajando de peso, y siempre estás vestida con ese
Al día siguiente, Rebeca se despertó con un ánimo excepcional. Al mirarse en el espejo, quedó fascinada por su nuevo aspecto. Era impresionante el cambio que había experimentado tras su visita al salón de belleza el día anterior.Este nuevo look le había devuelto la confianza en sí misma. Anteriormente, le resultaba difícil mirarse al espejo; sin embargo, ahora todo era diferente. Le costaba creer que la mujer que veía reflejada, tan hermosa y, sobre todo, feliz, fuera realmente ella.“Por más que me miro, no puedo creer que sea yo. Me veo tan diferente, ¡Dios mío! Gracias por darme este maravilloso regalo de verme como una mujer auténtica, atractiva, bonita y empoderada. Esto me hace sentir más segura de mí misma.”Rebeca eligió un conjunto juvenil que había adquirido con la ayuda de Sandra, quien la asesoró para que se viera realmente hermosa. Optó por un blazer y pantalón, combinados con una blusa por dentro, y unos elegantes zapatos de tacón alto. El color negro realzaba su figura
Ivan no salía de su asombro, era inexplicable ver a Rebeca tan cambiada, no dejaba de mirarla, estaba impactado no solamente con el cambio, si no con lo bella que se veía.—Y bien Iván, me gustaría saber a qué debo tu visita, porque no creo que hayas venido solamente a mirarme.—Rebeca yo..es que no termino de asimilar lo cambiada que estás, estoy sorprendido, discúlpame si te hago sentir incómoda.—Jajajaja —soltó una carcajada que dejó sorprendido a Iván. —¿Discúlpame? No me hagas reir, la que está sorprendida soy yo, porque jamás en el tiempo que estuvimos juntos me pediste disculpas por todos tus atropellos.Iván bajó la mirada, por primera vez se sentía avergonzado, porque efectivamente siempre había maltratado a Rebeca de la peor forma.—Pero ¿Por qué te quedas callado? No es común en ti, siempre te has caracterizado por gritar y vociferar todo lo que te da la gana, sin medir las consecuencias.—Rebeca yo…—No me expliques nada, la verdad es que ya no me interesa, lo único que qu
Diego Armando se encontraba en la clínica desde muy temprano, atendiendo a varios pacientes que había citado para primera hora de la mañana. Era un profesional comprometido con su labor, apasionado por su profesión y dedicado a ayudar a los demás.Desde la incorporación de Rebeca a su equipo de trabajo, ella se había convertido en su mano derecha, desempeñando su trabajo de manera excepcional, lo que le facilitó significativamente la operativa de la clínica.Rebeca, por su parte, estaba profundamente agradecida con Diego por todo lo que había hecho por ella. Gracias a su apoyo, había logrado alcanzar su peso ideal, lo que representaba una razón suficiente para sentir un gran agradecimiento hacia él.Aquella mañana él se había extrañado de que Rebeca no hubiera llegado, ella era muy puntual y comprometida con el horario, sin embargo, decidió comenzar a atender a sus pacientes.Llamaron a la puerta y Diego Armando enseguida dijo en voz alta:— ¡Adelante! — cuando se abrió la puerta entr