Capítulo 31
Al escuchar la dulce voz de su hermana menor por teléfono, Patricia sintió que su estado de ánimo mejoraba y parte del cansancio en su rostro se disipó.

—Bien, entonces quedamos así —confirmó.

María colgó felizmente y lanzó el teléfono al sofá. Sus ojos brillantes se dirigieron a Andrés.

—Mi hermana dice que regresa este fin de semana. ¿Vamos a recogerla al aeropuerto?

—Claro —respondió Andrés con una sonrisa.

A las cinco de la tarde, María y Andrés salieron puntuales de casa en auto hacia la mansión de los González para cenar.

Mientras tanto, en la mansión González...

Daniel, quien había sido llevado por sus padres, permaneció en la sala apenas unos minutos antes de escaparse con la excusa de tener pendientes en la oficina.

Cuando se disponía a ir al garaje, divisó a lo lejos a Carlos, quien vestía ropa deportiva negra y mantenía las manos en los bolsillos.

El atardecer proyectaba una larga sombra. A contraluz, Daniel no podía distinguir su expresión, pero sintió una inexplicable inqu
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