86. La comodidad

En el último trimestre, pasaron de dormir en cuartos separados, a estar en la misma habitación, pero en lechos distintos.

Hellen se movía y se giraba en la cama, sin hallar comodidad, debido a su gran vientre.

—¿Qué ocurre? —preguntó Hadriel, encendiendo la lámpara.

—Nada, duerme tranquilo —respondió Hellen, para no hacerlo pasar mala noche.

Hadriel tensó la mandíbula y se puso de pie. Arregló las almohadas y cojines para ella, pero tampoco le resultaba agradable. Así, tuvo la idea de acostarse en la misma cama. Extendió su brazo derecho, haciendo que ella se apoyara y le subiera una de las piernas en él.

—¿Mejor? —pregunto Hadriel.

—Sí —respondió Hellen con voz tímida.

Hadriel, siempre tan sereno y controlado, sintió cómo su calma habitual comenzaba a desmoronarse en el momento en que se acostó junto a Hellen. La cercanía era desconcertante. Su corazón, que normalmente latía con un ritmo firme y predecible, se aceleró con cada segundo que pasaba sintiendo el calor del cuerpo de Helle
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP