Los médicos me tenían bajo observación todo el tiempo en la clínica. No me permitían salir de la habitación ni por un segundo. Transcurrieron muchas horas y mi cuerpo se sentía tan débil que apenas podía moverme. Cada músculo parecía gelatina y levantarme de la cama era una tarea complicada.
Cuando finalmente tuve algo de fuerzas, escapé de la clínica en medio de la noche, solo con una bata puesta. Le entregué el collar que Harry me había regalado al taxista como pago para que me llevara lejos de allí. Sabía que si el padre de Harry me encontraba, iba a haber problemas, así que le rogué al conductor que me llevara al internado.Ese collar con la forma de una H era importante para mí, era un símbolo de nuestra relación con Harry. Me lo había obsequiado la noche en que estuvimos juntos por primera vez, y desde entonces, nunca me lo había quitado. Pero en ese momento, solo quería alejarme de todo, incluso de él.Necesitaba ver a Harry, necesitaba su ayuda más que nunca. Él era lo único seguro en este mundo loco, la única persona que podía ayudarme a encontrar a mi bebé. Cuando le conté que estaba embarazada, me prometió que cuidaría de los dos. Pero mi padre me separó de él y me envió a ese horrible internado.Cuando bajé del taxi y me dirigí hacia la entrada del edificio, lo vi salir. Era él, el hombre alto y guapo con cabello oscuro y ojos azules profundos. Estaba a punto de correr hacia él cuando me quedé paralizada al ver que una mujer rubia se aferraba a su brazo, y en ese momento, se besaron apasionadamente.Mi corazón se rompió al ver cómo él la besaba con fervor. Sentí como si me hubieran quitado el suelo bajo mis pies, dejándome caer en un abismo de dolor y desesperación.En ese momento, me quedé sin palabras. Las lágrimas inundaron mi rostro y ni siquiera pude decir una palabra. La traición y el dolor se mezclaban en mi pecho, aplastando cualquier esperanza que pudiera quedar en mí.— Harry, ¿cómo pudiste hacerme esto? ¿Cómo eres capaz de hacerme esto? — pregunté con voz entrecortada.— ¿Quién es ella? — inquirió la mujer rubia, con el rostro pálido.No entendía por qué preguntaba quién era yo cuando nos conocíamos perfectamente. Ella era Carol, la exnovia de Harry.— No tengo la mínima idea de quién es y no me importa. Mira, cariño, si me acosté contigo y te prometí algo, lo siento, pero era mentira — respondió Harry con indiferencia, su tono lleno de frialdad.— ¡Harry, no puedes decirme esto! ¡Me has hecho creer que me amabas! — exclamé entre sollozos.Me dolía el pecho, mi corazón estaba hecho pedazos por la traición.— ¡Déjame en paz, niña! Ya te dije que no significas nada para mí — espetó Harry con desprecio, sin mirarme directamente, sus palabras eran cortantes como cuchillos afilados.— ¿Cómo puedes ser tan cruel? ¿Cómo puedes humillarme de esta manera? — imploré, mi voz quebrándose ante la brutalidad de las palabras de Harry.—Lárgate de mi vista antes de que te haga echar por la fuerza — sentenció Harry con desdén, su mirada llena de desprecio.Desesperada, intenté acercarme a Harry, con lágrimas en los ojos y el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Pero justo en ese momento, él me empujó con fuerza, haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo lleno de lodo. Me dejó completamente sucia, el barro manchando mi ropa y mi piel, mientras las lágrimas se mezclaban con la suciedad en mi rostro.La lluvia comenzó a caer, empapándome aún más, pero apenas sentía el frío del agua sobre mi piel. Mi atención estaba en Harry, quien me ignoró por completo y se marchó con la mujer, subiéndose a la camioneta sin mirar atrás. Me sentí abandonada y traicionada, mi corazón destrozado por la indiferencia de quien alguna vez prometió amarme.Me sentía completamente sola, sin saber qué hacer ni a quién pedir ayuda. Había perdido a mi familia, a mi bebé, y el amor que pensé que nunca se rompería desapareció de repente. Pero a pesar de todo, en lo más profundo de mi corazón, tenía una certeza: me vengaría.Estaba decidida a hacer que cada uno de los Chrysler y su cruel padre pagaran por el dolor que me habían causado. Cada pensamiento alimentaba mi sed de venganza. No importaba cuánto tiempo tomara o cuántos obstáculos enfrentara, yo estaba decidida a hacer que quienes me quitaron todo pagaran por ello.Cinco años después.Después de trabajar duro durante más de cinco años y sacrificarme mucho, finalmente me gradué como licenciada en administración de empresas. Mi hermano me apoyó mucho durante este tiempo, y con mi dedicación, logré alcanzar mi meta.Una vez que terminé mis estudios, decidí volver a Estados Unidos. Estaba decidida a hacer justicia y vengarme de todas las personas que me habían hecho daño.Hace cinco años, era una joven asustada y solitaria, incapaz de enfrentar los terribles momentos que había vivido. Ni siquiera tuve el coraje de denunciar a mi propio padre por el secuestro de mi hijo. Pero ahora las cosas habían cambiado. Durante años, investigué el paradero de mi padre y descubrí que había desaparecido hace más de cinco años. Vendió todas sus propiedades y se fue a Las Vegas, donde perdió toda su fortuna en juegos de azar. Me pareció extraño que mi padre hubiera tenido tanto dinero para gastar, y comencé a sospechar que en lugar de dar a mi hijo en adopción, él
Harry Chrysler.Estaba en la fiesta de compromiso, sintiéndome agotado y desanimado por la situación. Aunque parecía tranquilo por fuera, por dentro me consumía el cansancio y la frustración. Mi relación con Violetta Smith era simplemente estratégica, una alianza de negocios disfrazada de romance. La fusión entre "Imperio Corporation" de los Chrysler y la empresa de los Smith había sido planeada con cuidado para fortalecer nuestro poder en el mundo empresarial. La muerte del padre de Violetta había allanado el camino para nuestras ambiciones, y yo estaba decidido a aprovecharlo al máximo.Pero no veía a Violetta como una pareja real, sino como un peón en mi juego. La consideraba ingenua, incapaz de entender la complejidad del mundo empresarial y fácil de manipular.Desde joven, mi padre, Liam Chrysler, me había entrenado para ser astuto y despiadado en los negocios, y ahora estaba listo para demostrar mi valía como el heredero legítimo del imperio familiar.Después de que mi madre se
Alicia Decidí mudarme a un modesto departamento que acababa de alquilar. No quería ser una carga para mi hermano Max, quien ya tenía su propio espacio. Además, necesitaba independencia después de todo lo que había pasado.El departamento era simple pero acogedor, con muebles básicos y decoración mínima. Aunque era pequeño, para mí era un refugio donde podía empezar de nuevo y dejar atrás mi doloroso pasado.Me puse a preparar una cena deliciosa para recibir a mi hermano y a su novia, a quien aún no conocía. Opté por hacer una lasaña exquisita y me esforcé en limpiar el lugar lo mejor posible, asegurándome de que todo estuviera en orden para la ocasión.Cuando Max y su novia llegaron, reconocí de inmediato a Carolina, la misma mujer con la que Harry me engañó años atrás. Me sentí consternada y confundida al verla.— Max, ¿cómo es posible que tu novia sea ella? —pregunté, frunciendo el ceño.— Su nombre es Carolina, Ally. Sé quién es. —respondió Max, intentando calmar la situación.— ¿
— ¡No me toques, Harry! Eres un maldito miserable. ¿Cómo puedes acostarte con tu secretaria y ser tan miserable? — grité, con indignación y dolor en mi voz.— ¿Qué estás haciendo aquí, Alicia? No tienes nada que hacer en mi oficina — respondió Harry, con sorpresa y algo de molestia en su tono.— No sabía que eras capaz de esto. Eres un desgraciado — acusé, con voz temblorosa y ojos llenos de lágrimas.— No sabes con quién te metes, Alicia. Si dices algo a Violetta y arruinas la fusión de las empresas, te aseguro que te arrepentirás — advirtió Harry, con un tono amenazante y una mirada desafiante.— Sé perfectamente qué clase de monstruo eres, Harry. Y no voy a permitir que sigas haciéndole daño a nadie más — repliqué.— No tienes idea de lo que estás hablando, Alicia. Tú eres solo una empleada muerta de hambre metiéndote en asuntos que no te competen. Y te advierto, si intentas decirle algo a Violetta, jamás te creerá. —replicó él, con desprecio en su tono.— Ahora lárgate de aquí. —se
Harry Chrysler.Han pasado dos semanas desde que Violetta y yo nos casamos, y hemos estado viajando por Europa. Durante este tiempo, he tenido que mantener la fachada de que estoy locamente enamorado de ella, aunque en realidad no siento nada más que desdén. Cada momento que paso a su lado es una tortura, ya que encuentro su carácter cursi y débil, y hasta en la intimidad es fría e inspida.A pesar de su belleza, que muchos considerarían cautivadora, no logra captar mi interés. He tenido relaciones con mujeres igualmente hermosas en el pasado y tampoco han llamado mi atención. Violetta me parece aburrida y simplona. Este matrimonio se ha convertido en una carga que tengo que llevar, y no sé cuánto tiempo más podré mantener esta farsa antes de que todo se desmorone.Ahora mismo estamos en mi casa, donde Violetta y yo viviremos temporalmente con mi padre mientras se completan las remodelaciones de la mansión que compramos. La situación es incómoda, ya que preferiría tener mi propio espa
AliciaPasé un tiempo increíble en la piscina, reencontrándome con Oscar y conociendo a su encantadora esposa, Marina. El ambiente era relajado y acogedor, perfecto para disfrutar del sol y broncearme un poco. Sin embargo, ahora ha llegado el momento de dejar atrás la diversión y concentrarme en los asuntos de la empresa.Después de soltar mi cabello, me maquillé ligeramente y elegí un vestido formal en tonos blanco y negro para la ocasión. Siempre he tenido una debilidad por las faldas cortas; encuentro que pueden ser elegantes y atractivas sin necesidad de exhibirse demasiado. Mientras me preparaba para dirigirme a la empresa, no pude evitar sentir un ligero nerviosismo. Aunque estoy emocionada por enfrentar los desafíos del día, también me pregunto qué sorpresas me deparará esta jornada laboral.Tomé un taxi y no tardé más de media hora en llegar a la imponente empresa Chrysler. Al bajarme del vehículo, mis ojos se posaron en el imponente edificio frente a mí, con su diseño modern
— ¡Suéltame ahora mismo o tendré que tomar medidas más drásticas! — Exigí, mi voz cargada de firmeza y furia contenida.— La información confidencial no sale de esta oficina, preciosa. — Concluyó Harry, manteniendo su postura firme.Cada parte de mi cuerpo estaba tensa y temblorosa mientras las manos de Harry rodeaban mi cintura con firmeza. Su aliento caliente rozaba mi cuello, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Me sentía como si estuviera hecha de gelatina, incapaz de mantener la compostura ante su proximidad abrumadora.Cerré los ojos por un momento, tratando desesperadamente de recuperar el control sobre mis emociones. Pero su presencia dominante y el calor de su cuerpo contra el mío me dejaban sin aliento. Cada músculo estaba tenso, cada fibra de mi ser consciente de su cercanía.— No dejas de temblar, preciosa — susurró Harry en mi oído con una voz ronca que enviaba escalofríos por mi espalda.— ¿Y cómo sabes tú eso? — pregunté, tratando de mantener la compostura a pesar d
— Oh, sí, Violetta me lo mencionó una vez.— Respondí.— ¿Estás segura? Porque estoy segura de que él no me ha dicho nada al respecto.— Afirma ella.— Por supuesto que sí, Violetta. De otra forma, ¿cómo lo sabría?— Indagué.— Hmm, supongo que tienes razón. Tal vez simplemente lo olvidé. Gracias por recordármelo, Alicia.[...]Aún no podía creer lo imprudente que había sido la noche anterior. Me faltó poco para exponerme al gritar en medio del restaurante, pero por otro lado, sabía que había actuado por instinto. No podía permitir que nada malo le pasara a Harry; una reacción alérgica a la nuez podría ser mortal para él.Me sentía frustrada por lo descuidado que podía ser Harry con su salud. Nunca se preocupaba por seguir una dieta adecuada o por sus propias alergias. Recordaba los tiempos en que éramos novios, cuando siempre era yo quien lo cuidaba y vigilaba lo que comía.Esta mañana, decidí reunirme con el detective. No podía entender cómo no tenía noticias sobre mi hijo. Llevaba más