Harry Chrysler.
Han pasado dos semanas desde que Violetta y yo nos casamos, y hemos estado viajando por Europa. Durante este tiempo, he tenido que mantener la fachada de que estoy locamente enamorado de ella, aunque en realidad no siento nada más que desdén. Cada momento que paso a su lado es una tortura, ya que encuentro su carácter cursi y débil, y hasta en la intimidad es fría e inspida.A pesar de su belleza, que muchos considerarían cautivadora, no logra captar mi interés. He tenido relaciones con mujeres igualmente hermosas en el pasado y tampoco han llamado mi atención. Violetta me parece aburrida y simplona. Este matrimonio se ha convertido en una carga que tengo que llevar, y no sé cuánto tiempo más podré mantener esta farsa antes de que todo se desmorone.Ahora mismo estamos en mi casa, donde Violetta y yo viviremos temporalmente con mi padre mientras se completan las remodelaciones de la mansión que compramos. La situación es incómoda, ya que preferiría tener mi propio espacio, pero es lo que toca por el momento.Recientemente, Violetta organizó una fiesta de piscina aquí en casa. Invitó a Alicia y Bruno, mientras que yo decidí invitar a mis únicos amigos, Carolina y Óscar. Aunque no estoy muy entusiasmado con la idea de socializar en este momento, sé que es importante para Violetta debido a que desea ser parte de mi entorno.— ¿Hey, Harry, ¿cómo estuvo tu luna de miel? ¿Disfrutaron de esos hermosos lugares de Europa?— Pregunta Óscar.— Bueno, te seré honesto, Óscar. Violetta pasó la mayor parte del tiempo recorriendo tiendas de moda y perfumerías.Y sin duda, el peor sexo de mi vida.— Rodeé los ojos.—Tal vez deberías hablar con ella— Me aconseja.— Oh, por favor, Oscar. No te pongas en modo psiquiatra conmigo. Solo necesitaba desahogarme un poco.Oscar ha sido mi amigo desde la infancia, desde nuestros días en el jardín de infantes. Nuestros padres tienen negocios juntos, lo que ha fortalecido nuestra amistad a lo largo de los años. Él es alguien en quien confío y con quien puedo contar en cualquier momento.Carol, por otro lado, fue mi única novia. Ella fue la única mujer por la que sentí un verdadero cariño. Nuestra relación fue intensa, pero terminó abruptamente. En un inicio ella me amaba, pero luego se cansó de mis múltiples infidelidades. La quería, pero jamás he estado con una sola mujer. Suelen aburrirme las relaciones de monogamia.Desde que era joven, he aprendido que las mujeres pueden ser manipuladoras y solo buscan su propio beneficio. Mi madre me abandonó cuando yo tenía apenas seis años. Aceptó dinero de mi padre y se fue con su amante, dejándome atrás. Me dolió profundamente descubrir que todo lo que creía sobre el amor materno era una mentira. A pesar de que ella fingía amarme, ahora sé que era solo una fachada.— No entiendo por qué Violetta invitó al imbécil de Bruno a nuestra casa. No lo tolero, siempre ha sido un fastidio estar cerca de él.— Espeté molesto.— Sí, definitivamente no me inspira confianza.— Asiente Óscar —Además, está muy cercano a la amiga de tu esposa.Cuando volví mi mirada hacia la piscina, mis ojos se encontraron con una escena que me tomó por sorpresa. Alicia y Violetta estaban allí, junto a la piscina, y Bruno las acompañaba. La forma en que él la miraba, y cómo ella respondía con una sonrisa, provocó una extraña sensación en mi estómago.Alicia lucía increíblemente expuesta en ese diminuto bikini rojo, y no pude evitar sentir una punzada de incomodidad al verla así. No entendía por qué me afectaba tanto su elección de vestimenta.Sin embargo, tenía que admitir que su cuerpo era hermoso. No era exagerado, pero sus pechos de tamaño mediano parecían perfectos para sostener en las manos, y sus glúteos eran realmente encantadores. No era una mujer con curvas excesivas, pero su belleza era innegable.Lo que más me llamaba la atención de Alicia era su diferencia con Violetta y otras mujeres que había conocido. Ella no usaba capas de maquillaje; su belleza era más bien natural, con ese rostro de niña buena y esos ojos cafés con destellos verdes que parecían hipnotizantes.— ¿Te quedaste mirando a Alicia? Pareces un psicópata, Harry. Esa mirada intensa me dio escalofríos.— Bromea mi amigo.— ¿Qué? ¡No, claro que no! Estaba simplemente perdido en mis pensamientos, ni siquiera me di cuenta de que estaba mirando en esa dirección.— Afirmé.— No estoy seguro, Harry. Fue como si estuvieras hipnotizado por ella, con esa mirada fija y todo.— Estás demente, Óscar.Por supuesto que yo no tendría por qué mirarla. Definitivamente, ella no es mi tipo. No es la clase de mujer con la que estoy acostumbrado a tratar. Además, no soy ningún imbécil, y sé perfectamente que ella es la mejor amiga de mi esposa.Mañana será un completo fastidio tenerla en la empresa. La imagino como una mosca husmeando las finanzas, entrometiéndose en asuntos que no le conciernen. No puedo evitar sentir una punzada de irritación ante la idea de tener que lidiar con su presencia.No puedo evitar pensar en cómo su presencia puede complicar las cosas. No es solo por el hecho de que sea la amiga de mi esposa, sino también por su propia naturaleza. Siempre parece estar buscando algo, escrutando cada detalle con esos ojos avispados. Esos horribles ojos cafés quién suelen mirarme con odio.AliciaPasé un tiempo increíble en la piscina, reencontrándome con Oscar y conociendo a su encantadora esposa, Marina. El ambiente era relajado y acogedor, perfecto para disfrutar del sol y broncearme un poco. Sin embargo, ahora ha llegado el momento de dejar atrás la diversión y concentrarme en los asuntos de la empresa.Después de soltar mi cabello, me maquillé ligeramente y elegí un vestido formal en tonos blanco y negro para la ocasión. Siempre he tenido una debilidad por las faldas cortas; encuentro que pueden ser elegantes y atractivas sin necesidad de exhibirse demasiado. Mientras me preparaba para dirigirme a la empresa, no pude evitar sentir un ligero nerviosismo. Aunque estoy emocionada por enfrentar los desafíos del día, también me pregunto qué sorpresas me deparará esta jornada laboral.Tomé un taxi y no tardé más de media hora en llegar a la imponente empresa Chrysler. Al bajarme del vehículo, mis ojos se posaron en el imponente edificio frente a mí, con su diseño modern
— ¡Suéltame ahora mismo o tendré que tomar medidas más drásticas! — Exigí, mi voz cargada de firmeza y furia contenida.— La información confidencial no sale de esta oficina, preciosa. — Concluyó Harry, manteniendo su postura firme.Cada parte de mi cuerpo estaba tensa y temblorosa mientras las manos de Harry rodeaban mi cintura con firmeza. Su aliento caliente rozaba mi cuello, enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Me sentía como si estuviera hecha de gelatina, incapaz de mantener la compostura ante su proximidad abrumadora.Cerré los ojos por un momento, tratando desesperadamente de recuperar el control sobre mis emociones. Pero su presencia dominante y el calor de su cuerpo contra el mío me dejaban sin aliento. Cada músculo estaba tenso, cada fibra de mi ser consciente de su cercanía.— No dejas de temblar, preciosa — susurró Harry en mi oído con una voz ronca que enviaba escalofríos por mi espalda.— ¿Y cómo sabes tú eso? — pregunté, tratando de mantener la compostura a pesar d
— Oh, sí, Violetta me lo mencionó una vez.— Respondí.— ¿Estás segura? Porque estoy segura de que él no me ha dicho nada al respecto.— Afirma ella.— Por supuesto que sí, Violetta. De otra forma, ¿cómo lo sabría?— Indagué.— Hmm, supongo que tienes razón. Tal vez simplemente lo olvidé. Gracias por recordármelo, Alicia.[...]Aún no podía creer lo imprudente que había sido la noche anterior. Me faltó poco para exponerme al gritar en medio del restaurante, pero por otro lado, sabía que había actuado por instinto. No podía permitir que nada malo le pasara a Harry; una reacción alérgica a la nuez podría ser mortal para él.Me sentía frustrada por lo descuidado que podía ser Harry con su salud. Nunca se preocupaba por seguir una dieta adecuada o por sus propias alergias. Recordaba los tiempos en que éramos novios, cuando siempre era yo quien lo cuidaba y vigilaba lo que comía.Esta mañana, decidí reunirme con el detective. No podía entender cómo no tenía noticias sobre mi hijo. Llevaba más
— Oh, te encantó, Alicia. Después de todo, acabas de admitir que te encantan mis manos.— Pronuncia arrogante— ¡Jamás seré tu amante! ¡Ya tienes a Estefanía, así que lárgate de aquí!— Interesante... parece que tu negativa solo me enciende más, ¿no crees? Parece que disfrutas provocarme.— ¡Basta, Harry!. ¡Vete ahora mismo antes de que llame a seguridad!—¡Es mi mansión, Alicia y todo lo que hay aquí es mío, incluyéndote!—¡Eres un...!Mi mente estaba llena de furia y confusión mientras me preparaba para lanzar un insulto hacia Harry, pero antes de que pudiera articular una sola palabra, él se acercó a mí de manera intimidante. Antes de que pudiera reaccionar, sus labios se apoderaron de los míos con una fuerza irresistible. La sensación de su boca sobre la mía era abrumadora, sus labios dominantes y exigentes, haciéndome estremecer contra mi voluntad.En un instante, Harry apartó mis manos que instintivamente habían cubierto mis pechos, exponiéndome completamente ante él. Me sentí vu
— Es mío.— Parece muy valioso.— Comenta— Es de mi ex novio, Hernán. Me lo regaló hace años.— ¿Y aún lo conservas?— Inquiere — Coqueteas con Bruno y conmigo y conservas regalitos de tu noviecito.— ¡No tienes derecho a reclamar nada cuando tienes varias amantes!— Espeté — Eres un cínico, Chrysler.—Qué curioso, tu ex tiene la misma costumbre que yo: entregarle un collar en forma de H a las mujeres que considero que me pertenecen— comenta Harry mientras se acerca a mí hasta acorralarme contra la piscina.—Pero sabes, bonita, yo te obsequiaría joyas mucho más valiosas que esta baratija.Siempre me llamaba "bonita" de forma cariñosa, mientras que yo apenas le decía "bonito" en privado. Solo entre nosotros dos me permitía mostrar mi cariño, ya que frente a los demás mantenía una imagen fría y arrogante. Sin embargo, conmigo era siempre tan amoroso, y eso es lo que más extraño. Anhelo que todo vuelva a ser como antes.Las emociones se agolparon en mi pecho, incapaz de contener mis lágrima
— Primero debo decirte la verdad: yo conozco a Harry desde los diecisiete años. Fuimos novios y nos amamos muchísimo. Lo amé con toda el alma y tuvimos un hijo juntos.Me percaté de la sorpresa en la mirada de Bruno; sus cejas se alzaron ligeramente y sus ojos se ampliaron, evidenciando su sorpresa ante mis palabras. Era claro que mi revelación lo había tomado por completo desprevenido.— ¿Qué? ¡¿Cómo es posible?! — Bruno exclamó, su voz mezclando incredulidad y desconcierto.— Lo sé, suena increíble, Bruno, pero es la verdad. — Respondí, sintiendo la necesidad de explicarme con más detalle.— Pero, ¿por qué nunca nos lo dijiste? ¿Por qué ocultaste algo así? — Bruno preguntó, su tono denotando una mezcla de confusión y decepción.— Lo siento, Bruno. Fue un capítulo de mi vida del que no estaba lista para hablar. — Mi voz temblaba ligeramente, consciente de que mi pasado estaba ahora en plena luz.— ¡Harry es un miserable, te abandonó a ti y a tu hijo!— Exclamó él.— Es más complicado,
HarryFinalmente, Alicia accedió a ayudarme y nos dirigimos a mi oficina. Allí, le mostré la maqueta del proyecto que tanto me emocionaba. Cada uno de mis proyectos despertaba en mí una pasión indescriptible, y al comenzar a explicarle los detalles, noté cómo Alicia prestaba atención con gran interés. Mientras yo hablaba, su mirada estaba fija en mí, absorbida por cada palabra que salía de mis labios. Mientras tanto, Violetta parecía aburrirse de escucharme, pero Alicia permanecía completamente dedicada a lo que decía.En esos momentos, me encontraba sumergido en una cascada de pensamientos. ¿Por qué no conocí a Alicia antes de casarme? ¿Qué habría pasado si nuestras vidas se hubieran cruzado en un momento diferente, cuando éramos más jóvenes? Y entonces, me preguntaba por qué ella no pertenecía a una familia adinerada. Si Alicia fuera heredera de alguna fortuna, quizás mi padre la habría aceptado como mi esposa sin dudarlo. Pero la realidad era que su padre, Carlos Montero, era un ho
—Por favor, no me grites.— Pedí en voz baja.—Carol me llamó a las tres de la mañana porque estabas eufórica en el bar. Ella no te encontraba en ningún lugar.— Me informa—Carol no tenía por qué decirte nada, y a ti no debería importarte lo que haga con mi vida.— Advertí—No me hagas enojar más. Te vi bailar y la forma en que te miraban esos imbéciles. Si no me controlo, soy capaz de matar a todos esos miserables por mirar lo que es mío.—¿Qué quieres decir con 'lo que es tuyo'? No soy tu propiedad, Harry. Estás casado.— Le recordé.—¡No me importa! Eres mía. No permitiré que nadie más te tenga.Antes de que pudiera articular palabra, Harry se acercó rápidamente y sus labios encontraron los míos en un beso intenso y apasionado. Por un momento, me quedé sorprendida, pero pronto me vi incapaz de resistirme y correspondí al beso con la misma intensidad. Sus labios eran cálidos y suaves, y sentí una mezcla de emociones confusas mientras nos dejábamos llevar por la pasión del momento.Mis