¿Me olvidó?

Alicia

Decidí mudarme a un modesto departamento que acababa de alquilar. No quería ser una carga para mi hermano Max, quien ya tenía su propio espacio. Además, necesitaba independencia después de todo lo que había pasado.

El departamento era simple pero acogedor, con muebles básicos y decoración mínima. Aunque era pequeño, para mí era un refugio donde podía empezar de nuevo y dejar atrás mi doloroso pasado.

Me puse a preparar una cena deliciosa para recibir a mi hermano y a su novia, a quien aún no conocía. Opté por hacer una lasaña exquisita y me esforcé en limpiar el lugar lo mejor posible, asegurándome de que todo estuviera en orden para la ocasión.

Cuando Max y su novia llegaron, reconocí de inmediato a Carolina, la misma mujer con la que Harry me engañó años atrás. Me sentí consternada y confundida al verla.

— Max, ¿cómo es posible que tu novia sea ella? —pregunté, frunciendo el ceño.

— Su nombre es Carolina, Ally. Sé quién es. —respondió Max, intentando calmar la situación.

— ¿Cómo puedes decir eso? —le replico con incredulidad.

— Permíteme explicarte, Ally. —intervino Carolina, buscando la oportunidad de hablar.

— Te conviene escucharla, Alicia. Déjala explicarse. —Max trató de mediar entre nosotras.

— Fui novia de Harry desde hace mucho tiempo, pero terminamos. Él te conoció después de eso. —explicó Carolina, buscando comprensión.

— Lo sé. —respondí, firme.

— Éramos amigos, y Harry te amaba, Alicia. Te adoraba. —agregó—. Pero tuvo un accidente después de que te llevaron al internado.

— Eso no puede ser posible. —exclamé incrédula.

— Lo siento, pero así fue. Olvidó ese año de su vida, olvidó nuestra ruptura y su relación contigo. —explicó Carolina, intentando ser comprensiva.

— ¿Me olvidó a mí? No puede ser. Yo le reclamé cuando lo vi contigo. —respondí, desesperada.

— Él pensó que eras solo otra de sus amantes sin importancia. Harry y yo nos engañábamos mutuamente. Así era nuestra relación. —explicó Carolina.

— No puede ser. ¿Cómo es posible que nadie le haya dicho quién soy yo? —rebatí, frustrada.

— Conoces el poder de Liam. Me amenazó con lastimar a mis padres si no seguía el juego de su hijo. —concluyó Carolina, revelando una verdad dolorosa.

Me sentí abrumada por las emociones. No podía creer que Harry me hubiera olvidado, que nuestros momentos juntos se desvanecieran así. Seguía pensando que él me recordaría, que yo era su verdadero amor.

Pero también me atormentaba la culpa. Durante años, lo odié por el dolor que mi padre nos causó. Ahora, me daba cuenta de cuánto lo necesitaba, de cuánto lo había amado en realidad.

Decidí que tenía que encontrarlo, decirle la verdad. Era mi responsabilidad enfrentar esta situación y recuperar lo perdido.

Las lágrimas seguían cayendo, el dolor era abrumador. Solo quería encontrar consuelo en medio de tanto sufrimiento, esperando algún día sentir paz.

Sabía que Harry tenía que saber la verdad, tenía que recordarme y saber que teníamos un hijo en algún lugar del mundo.

Me sentía más decidida. Sabía que tenía que encontrar a Harry y contarle toda la verdad. No podía dejarlo vivir sin saber que tenía un hijo, nuestro hijo, esperándolo en algún lugar.

Decidí no decirle nada ni a Max ni a Carolina. Simplemente salí del edificio, caminé hacia la calle y tomé el primer taxi que vi. Le dije al conductor que me llevara a la oficina de los Chrysler.

Cuando llegué, le expliqué con urgencia a la recepcionista que necesitaba ver a Harry, que tenía un mensaje urgente de su prometida para él. Ella me indicó cuál era su oficina y me encaminé hacia allí.

La empresa de los Chrysler era grande y lujosa, con oficinas elegantes y bien decoradas. Al llegar a la oficina, noté que el escritorio de la secretaria estaba vacío, sin nadie presente para recibir a los visitantes.

Al abrir la puerta, quedé petrificada al ver a Harry con los pantalones bajos, teniendo relaciones íntimas con una mujer que parecía ser su secretaria. Ella estaba sentada en el escritorio con la blusa abierta. La escena me dejó completamente impactada y mi corazón se sintió destrozado al presenciar esa traición.

En ese instante, cerré la puerta con fuerza y las lágrimas rodaban por mis mejillas mientras me dirigía hacia la salida. Después de unos minutos, sentí que él me agarraba del brazo para detenerme.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo