Yelizaveta Belucci
Después de dejar al bombón en su casa, regreso a la mía. En cuanto llegó donde se encuentran los guardias veo todo un caos, hombres corriendo de un lado para el otro gritándose instrucciones como si estuviesen esperando algo de lo cual aún no soy participe.
—Hola Bill, ¿Sucede algo malo? —Pregunto al hombre que está apostando en las rejas.
—Buenas noches, señorita Belucci. Creo que es mejor que entre sus padres están esperándola. —Responde un tanto cansado, sigo mi camino y me sorprende ver tanta gente despierta a esta hora, sé que siempre debemos de tener cuidado por el tipo de negocios de mi padre, pero en todos estos años nunca vi algo semejante, gente corriendo como si fuesen a un batallón de guerra con armas por doquier.
Una vez que entró, me dirijo a la sala que supongo es donde me deben de estar esperando mis padres.
—¿Dónde estabas Yelizaveta? —Pregunta mi padre furioso una vez que entró en su campo de visió
Días despuésMe encuentro en mi habitación donde he permanecido todos estos días enfurruñada por la paranoia de papá, sus malditos hombres no se me despegan ni cuando salgo a tomar el Sol, odio este maldito encierro y lo peor de todo es que tío Mich aun no me ha dicho nada del bombón, lo cual me tiene aún más inquieta, estoy mirando el techo de mi habitación cuando tocan a la puerta.—¡Adelante! —Les permito pasar.—Mi niña, ¿adivina qué? —Susurra tía Melike cuando cierra la puerta de mi habitación, me siento de inmediato y la miro sin comprender—. ¿No me digas que ya no quieres saber nada de Alexandre Carluccio? —Responde con tristeza, me levanto como resorte y corro hasta su lado.—Claro que quiero saber, pero ¿Cómo sabes que estoy interesada en él? —Inq
Miro por la ventanilla del avión como el cielo comienza a oscurecerse dejando a su paso una mezcla de colores violeta, azul y un pequeño rastro rojizo, si no estuviese tan preocupado me detendría a observar este magnífico atardecer, suspiro y trato de recordar algo de la última vez que estuve aquí, cosa que me es totalmente imposible era apenas un niño cuando dejé este lugar (el lugar donde nací) en compañía de mis padres.Hoy, sin embargo, aunque ellos no lo quieran decidí volver para vengarme de aquellos que intentaron lastimar a mi abuelo, ese gran hombre tan amable que siempre nos apapacha a mis hermanas y a mí, que sus ojos se llenan de bondad y amor cuando nos ve, pero que a la vez es tan temible que toda Italia respeta, Al grande capo Giuseppe Lombardi, ellos sabrán que con El hijo de la reina de la mafia nadie se mete.
Alexandre Carluccio Han pasado 20 años desde que mis padres nos llevaron a México, en todo este tiempo nunca volvimos a pisar Italia, en parte porque a mamá le daba miedo que alguien nos hiciera daño en cuanto se enterasen de nuestro regreso y por otro lado el abuelo también nos lo prohibió con el mismo argumento de mamá, de cierta forma él siempre la apoyo tanto en Italia como en México.Cuando se es niño uno no sabe bien este tipo de cosas, recuerdo que ya que tuvimos una edad considerable mis padres nos contaron la verdad sobre el pasado de papá, el gran Massimo Carluccio un mafioso bastante temido en Italia y mamá mejor conocida como La reina de la mafia (en realidad así es como el abuelo la apodo y a lo largo de los años el nombre de mamá también se hizo respetar debido a que fue gracias a su plan de venganza lo que acabo con los Salvatore, un
Llegamos al antro El bajo mundo y para pasar desapercibidos nos separamos para que no me vean junto a Bellini, ya que esto podría desatar ciertas sospechas sobre quién soy yo y por el momento es mejor que no se sepa mi verdadera identidad.Bellini se dirige a la oficina del abuelo donde al parecer ya se ha instalado “el nuevo dueño” de todos los negocios de mi abuelo, de acuerdo a lo que hemos planeado cuando sus hombres me den señal debo dirigirme hasta allí; según lo que me ha dicho Flavio en todo este tiempo, hay varios capos de mediana categoría reunidos en una de las salas VIP recibiendo órdenes del supuesto dueño, me dedico a observar todo a mi alrededor y me doy cuenta de que nuestros hombres superan en número al de todos los traidores por lo que sonrío satisfecho ante los cuidadosos arreglos de Bellini, ahora entiendo porque ha sido la mano derecha de mi abuelo por tanto tiempo.
Diez años atrás Hace unos cuantos meses que cumplí 15 años y en todo este tiempo he sido testigo de la gran adoración que mi padre siente por mi madre, es tanto el amor que se tienen que se puede ver en cada mirada, cada beso, cada palabra y en sus acciones día con día; acabo de regresar de la escuela cuando mis padres me mandan llamar, ambos están esperándome en el estudio en cuanto entro me doy cuenta de que el ambiente se siente un tanto tenso.—¡Alex siéntate por favor! —Me dice mi madre con una tierna sonrisa la cual no llega hasta sus ojos los cuales están un poco rojos, veo como se retuerce las manos en un intento por tranquilizarse y por un momento temo lo peor, que me digan que han decidido separarse, lo cual no tendría lógica debido al amor que aún se aprecia en ambos.—¿Sucede algo malo? —Pregunto con un lige
Me apresuro a llegar a mi casa y toco el timbre, en cuanto la puerta se abre veo a la abuela Marion quien me mira con el entrecejo fruncido, es evidente que también está molesta conmigo por la actitud que tome con mamá.—¿Dónde está ma… mamá? —No entiendo porque ahora me cuesta tanto trabajo llamarla mamá cuando antes se me hacía de lo más normal.—En su habitación llorando, no ha querido salir de allí desde que te fuiste. —Solo asiento y subo hasta su habitación, toco la puerta y quién me abre es mi padre, quien a diferencia de la abuela me mira con evidente desilusión, lo cual me hace tragar saliva y sentirme avergonzado por mi actitud.—Pasa Alexandre. —En cuanto mamá escucha mi nombre se da la vuelta y veo sus ojos inyectados en sangre de tanto llanto y tan hinchados que me parece increíble que pued
Han pasado cinco días desde que llegue a Italia y en todo este tiempo he comenzado a tomar el control de todos los negocios de mi abuelo, al principio los socios con los cuales trabajaba no parecían tan convencidos de que yo me hiciera cargo, sin embargo, les demostré que soy tan apto como mi abuelo para estar al frente de todo, aunque, a decir verdad, no me importaba si estaban en desacuerdo, simplemente tomaría lo que por derecho me corresponde según palabras de Bellini. También he ido a visitar a mi abuelo quien permanece en estado crítico como desde el primer día en que llegue, por otro lado, Giulio se ha mantenido callado durante todo este tiempo no dejándome otra alternativa que deshacerme de él.—Ya estoy cansado de que ese maldito no hable, hagámosle una última visita. —Les comento a Bellini y Flavio una vez que llegó de resolver unos cuantos problemas con unos revol
—Estoy realmente molesta contigo Alexandre además de bastante decepcionada de ti. —Me remuevo incómodo en mi asiento sin apartar la mirada de ella.—Supongo que es por lo de mi padre, déjame decirte que yo estoy más decepcionado de él, no entiendo cómo puedes seguir a su lado después de lo que te hizo. —Grito sin poder contenerme, al igual que me levanto de mi asiento y le doy la espalda bastante furioso.—Tú padre nunca me ha obligado a estar con él durante todos estos años Alexandre, fuiste muy injusto en acusarlo sin saber realmente que sucedió.—¿Por qué no me contaron la verdad hace 10 años? Tuve que enterarme por una tercera persona lo que realmente te sucedió, supongo que te viste obligada a quererme, si no hubiese sido por mí, tú estarías con alguien más y tendrías otros hijos, es