Capítulo 69
Lloré por largos minutos, abrazada a Ana en su habitación, ella solo acariciaba mi espalda y me apretaba mi mano, no dijo una sola palabra y lo agradecí, su compañía era más que suficiente.

—Viste, te lo dije, Ana. No me creyó, por eso mandó a Arturo lejos, debí suponerlo.

—Debe estar tratando de calmar las aguas, no pienses cosas de más, asumir nunca ha sido bueno.

—Me queda claro lo que piensa de mí, esto se acabó —respondí resignada.

Se había acabado, lo sabía, tenía el corazón roto, estaba preocupada por mi futuro y el de mis hermanos, no había sido inteligente, solo una chica tonta que se enamoró y descuidó lo importante: la seguridad de sus hermanos.

Debí suponer que su familia no nos dejaría en paz, yo no era nadie, él era muy importante.

—Tengo que irme, Ana.

—No, no digas tonterías, ¿A dónde irías?

—Tengo que alquilar un lugar, debo conseguir empleo, algo debo hacer, fui muy tonta.

—Ay, Caroline, mi niña, qué dolor verte así, de verdad, se supone que todo sería felicidad, creí
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