Capítulo 52

Me quedé sorprendido por las palabras de mi hija.

—¿De qué hablas, Ximena? ¿Estás segura de que Valentina no te ha dicho algo al respecto?

Me miró con sus grandes ojos azules y sonrió, negó con la cabecita y bajó la mirada.

—No, papi, yo sola los vi, fui al comedor y ella le agarraba la mano, así —dijo y puso su pequeña mano sobre la mía y la apretó.

Asintió mirándome muy seria, pasé saliva.

—Quizás viste mal, pequeña, o no es nada, es un gesto de cariño normal.

Alzó los hombros y apretó los labios.

—No sé.

—¿A acaso no te agrada Caroline?

Asintió con energía.

—Me cae bien, la quiero, es buena conmigo, pero yo la vi.

—Entiendo.

—¿No nos vas a separar verdad?, porque Lucy es mi hermana, es mi hermanita y nos queremos mucho, me voy a poner muy triste si la separas de mí.

—No tengo intenciones de hacer eso, Ximena. No te preocupes, Lucy y tú pueden ser amigas para toda la vida.

Sonrió abrazó su almohada.

—Gracias, papi.

Besé su frente y la dejé para que descansara.

Regresé a la habitació
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