Sandra se estira al despertar con el sol en su rostro. Se sentia muy feliz, pues tenía un buen puesto a pesar de lo que eso implica, tendra que tener mas cuidado para no tropezar con su jefe, pues aun recuerda el correnton que sintio al este tocar sus brazos, cosa que no le gusta, pues la hace sentir insegura. Y mira que eso es casi imposiuble pues ella siempre ha sido muy segura de sí misma a pesar de las circunstancias en las que creció.
De camino compró dos cafe uno para clara y otro para ella. No queria comenzar con una enemiga que piense que quiere quitarle su puesto, así que decidio invertir en dos cades con leche entera, como le gusta a ella. solo espera que a Clara le guste. Entró a la empresa con una hermosa sonrisa en sus labios y aunque aún no se acostumbra del todo a su nueva vida se siente muy contenta con los cambios. Espero paciente que elelevador abriera sus puertas. Cuando escucho a dos chicas hablando. —Te enteraste, el jefe ya puso fecha a su boda, La señorita Aurora debe estar muy feliz. —aclara la morena. —Ellos se ven tan bellos juntos, el señor Lion y la señorita Hills seran la pareja del año. —habla la rubia. Sandra sintio como su estómago se llenó de mariposas al escuchar el apellido de su ahora jefe. —Solo espero que seamos invitadas, te imaginas nosotras entre tantos millonarios. Tal vez pesquemos uno. —ambas mujeres ríen de manera sutil y entran al elevador junto a Sandra quien no muestra ningun gesto, ni abre su boca para seguir la conversacion. Las mujeres bajan en el cuarto piso y ella al fin pudo respirar paz. Las mujeres no paraban de cuchichear y la tenian incomoda. Ella no estaba acostumbrada a ese tipo de comportamiento. Al llegar al sexto piso entregó el cafe con leche a su nueva companera de trabajo quien a pesar de no estar muy feliz con la desicion del presidente tampoco es que le caiga mal la cxhica nueva. —Buenos dias, te traje este cafe para que comencemos nuestras labores con el pie derecho. —Sandra habla con dulzura y Clara lo toma agradecida. —No te hubieras molestado. —es la contestacion de la mujer mayor. —Buenos días. —saluda Marck saliendo de su elevador privado. Ambas mujeres pusieron el cafe en el escritorio para ponerse de pie y esperar órdenes del CEO de la empresa. —Buenos días, señor Lion. —habla Sandra. —Buenos días, señor Lion, muchas felicidades por su próxima boda. —habla Clara confirmando lo que las chicas hablaban. —Gracias Clara, ya veo que las noticias por aquí corren muy rápido. —contesta abrumado pues en toda la noche no pudo quitarse de su mente eso que sintió cuando Sandra estuvo cerca de él. Miro a Sandra de arriba abajo, debía reconocer que la chica es muy hermosa, sus impresionantes ojos color celestes, su cabello castaño casi rubio, sus labios pronunciados de manera delicada podía dejar a más de uno delirando de amor por ella. Entendió que era normal su reacción pues solo era atracción física, tal vez algún tipo de agradecimiento por haber salvado ese contrato o simplemente su mente que lo estaba haciendo pensar en cosas tontas. Su deber era más importante que cualquier veldad o cualquier pensamiento, Aurora será su esposa y eso nadie lo puede cambiar así la atracción sea mayor. Su novia no es que sea fea, para nada, ella como hija de una de las familias más distinguidas de la ciudad era culta, siempre a la moda, su cabello rubio resplandece, su mirada color miel. Marck suspira y sale de sus pensamientos al escuchar al elevador abrir sus puertas. —Que bueno que estas aqui, Lion. —habla Ronin Yamada en su idioma natal. Sandra al entender el mensaje que quería llevar el hombre mayor , comienza a interpretar. —Gracias Sandra. —murmura Marck y le sonríe estrechando la mano al mayor de los Yamada. —Que placer es tenerlos aquí, bienvenidos, pasen a mi oficina. —Sandra traduce tomando su café para sentarse a tomarlo mientras ellos hablan en la privacidad de su oficina, pero Ronin Yamada niega haciendo que Marck frunciera su ceno. —Claro que vamos a pasar, pero primero me gustaría presentarle a mi traductora favorita a mi hijo. —Señala al hombre que está detrás de él esperando su turno para participar. Sandra traduce con mucha pena en su rostro lo que el japonés está diciendo, no quería parecer pretenciosa ,por lo que omite la parte de su traductora favorita y lo reemplazó solo por tu asistente—. Sandra, él es mi hijo Akiro. —El hombre de aproximadamente unos 30 años, con rasgos muy marcados. —Es un placer conocerte, mi padre me ha hablado mucho de ti en estas 18 horas. —este toma el dorso de su mano para besarla. Sandra abrió grande sus ojos y Marck la miró como si esperara que tradujera lo que el hombre le acaba de decir. Sandra comienza a traducir lo que este le había dicho llena de aun mas pena. Marck nego algo irritado, no entendia el porque le molestaba que Akiro xfuera tan galante con su nueva asistente. —Ahora sí, podemos pasar a tu oficina, quiero ponerte en contexto lo que quiero y la participación de mi hijo en esta inversión. —explica Ronin y Sandra traduce. los hombres entraron a la oficina de Marck y cuando al fin Sandra iba a soltar el aire quehabia retenido por algunos segundo, la llaman para que esté presente y sea la traductora. Marck trató de persuadirlos para que hablaran inglés, el lo habla y entiende perfectamente, no entiende porqué tienen que hacer uso de su asistente, que aunque está en el puesto por políglota y no porque sea experta en la materia como asistente, apenas esa mañana comenzaba sus labores allí y ya era parte esencial de una junta importante. A Sandra no le costó más remedio que entrar, dejó su café sobre el escritorio de Clara y tomó su libreta de apuntes pues a veces a los hombres se le olvidaba que ella tenía que traducir y en vez de una oración simple se veía traduciendo un párrafo. Cerró la puerta para tomar asiento lo más lejos posible la cercanía de ambos hombres la ponían nerviosa, es verdad que han sido unos caballeros, pero de igual manera se sentía mejor asi. Los hombres comenzaron a hablar y ella anotó cada palabra para luego comenzar a explicar al hombre que la miraba intensamente y serio. Sandra trató de no mirar a su jefe para poder hablar sin titubeos. Cuando Marck va a responder a lo que los yamadas están pidiendo escuchan a una mujer gritar. Marck se pone de pie junto a los presentes para salir a ver qué es lo que pasa. El rostro de Marck se desfigura al ver que su novia está vomitando en el basurero al lado del escritorio de Clara mientras que su secretaria no está ocupando su silla. —¿Qué diablos pasa aquí? —cuestiona al ver el desastre de café por todo el suelo.─Marck ayuda… ─volvió a devolver lo que le quedaba en su estómago. Aurora se tuvo que sujetar del escritorio pues sus piernas no podían sostenerla.─¿Aurora, que paso? ─preguntó Marck preocupado por su prometida. ─Este café no está hecho con leche de almendra , soy alérgica a la lactosa. ─explica y Marck mira serio a Sandra, quien cubrió su boca con asombro.─En mi defensa diré que no era para la señorita, ese café lo compre para mí. ─sonríe como una niña traviesa. Marck no podía regañar a su ahora asistente porque ella no tenía ninguna culpa, pero ¿dónde estaba Clara?─Señor disculpe, pero no me siento bien. ─habla la mujer pálida caminando con sus manos sobre su estómago. ─¿Qué rayos te paso? ─preguntó extrañado. De su novia lo entendía, Autora comía de manera especial y no estaba acostumbrada a tomar leche entera, pero su secretaria. ─El café me causó mala indigestión, es la primera vez que me pasa, pero entiendo que fue la leche entera, pues siempre pido leche reducida en g
Marck ayudó a Aurora a entrar en su auto. Estaba enojado con todos, no podía ser que los Yamada amenazaron con quitar su inyección de dinero solo por una simple empleada. Sandra no tiene nada de especial, solo que es poliglota y hermosa, eso no lo podía cambiar para complacer a su novia. —¿Estás mejor? —Aurora niega. —Estaré bien en el momento que esa mosca muerta salga de la empresa. No ves como atentó contra mi vida? —agrega Aurora sin reconocer que lo que le tiene a la chica son celos, pues la joven mujer tiene algo que ella siempre ha deseado, una belleza unica y natural. Sandra lucía solo un labial claro junto a un brillo. Nada ostentoso y a su vez se veia elegante y sofisticada. —Ya escuchaste, si ella se va todo se acaba, la empresa necesitaba ese capital para mantenerse en pie. No creo que tu padre quiera ver caer la empresa por una pataleta tuya. Adicional que si estas así es porque tu tomaste su café, uno que no fue comprado para ti, sino para ella. —aclara Marck poniendo
El almuerzo con Akiro fue extraño para Sandra pues ella nunca había tenido un acercamiento con un hombre. El japonés se comportó a la altura, fue todo un caballero en toda la extensión de la palabra, pero aun así ella se sentía incómoda. No entendía el porqué, pero así era. En cuanto salieron del restaurante los esperaba la limusina qué los había llevado hasta allí. —¿Te encuentras bien? —pregunta Akiro al sentirla muy callada. —Eh, si, ¿Podrías llevarme a la empresa? —pide Sandra con una pequeña sonrisa en sus labios. —Por supuesto. —el hombre toma el teléfono que da con el chofer para dar las nuevas instrucciones—. Esta mañana mi padre recibió una invitación por parte de los Lion para la fiesta de compromiso de Marck Lion, me gustaría que pudieras acompañarme. —Sandra abrió grandes sus ojos .—Yo… —titubea—. Yo nunca he ido a una fiesta de personas importantes, es más, no tendría que ponerme, mejor no, sería mucho para mi. —admite tranquila y sincera conociendo que ese no es su l
Sandra tuvo que ir al tocador para calmar sus nervios, estuvo a nada de sentir los labios del hombre más apuesto que sus ojos han visto, sobre los de ella, se sintio como esas protagonista de sus novelas favoritas, ella sabe que eso estuvo mal, que ella no debió quedarse paralizada pero fue un impulso más fuerte que ella, debía admitir que queria saber como seria ser besada, sería su primer beso. Negó al recordar su rostro al mirar a su novia, ella no podia ser una mujer de esas que rompen relaciones, ella no está alli para ligar con su jefe, se reprende una y otra vez al meirarse al espejo con su mirada llena de lágrimas. —Ay Sandra, que boba eres, ese hombre está rendido por su novia, no puedes dejarte llevar por su mirada encantadora. —se susurra y limpia su rostro. Sale del tocador para volver a sus funciones, esta vez convencida de que no puede dejarse llevar por eso que su corazón siente cuando está cerca de él.Marck observó con recelo la puerta por donde salió Sandra y suspir
Los días restantes previos a la fiesta de compromiso de Marck, Sandra se mantuvo distante, si tenía que entrar a la oficina de su jefe trataba de dejar la puerta abierta, buscaba hacerlo solo una o dos veces al día, muchas veces adelantando trabajo para no tener que volver a encontrarse con esa intensa mirada que le pone a palpitar su corazón. Ella estaba dispuesta a no dejarse llevar por eso que le hace sentir, ese calor que corre por su cuerpo siempre que lo tiene de frente, al que no le debe prestar atención porque no es para ella. ─Si es todo me retiro. ─comenta Sandra esperando órdenes de su jefe, ya era hora de salir y tenía que probarse el vestido que Akiro Yamada le había enviado para que lo acompañara al compromiso del hombre que roba sus suspiros. Al principio dudó en ir, claro, pero ahora estaba más que convencida, ese evento le hará entender que eso que siente es prohibido y hasta grotesco, pues él es un hombre comprometido. ─Puedes marcharte, te veo el lunes. ─Sandra
Sandra baja su mirada, Marck se veía demasiado apuesto con ese elegante traje. Akiro siente la tensión en la mujer que lleva de su brazo y aunque no presta atención a la mirada de Marck se preocupa por sentirse incómoda.─Te sientes bien? ─pregunta el japonés con cortesia.─Sí, gracias por preocuparte. ─Sandra camina sonriente al lado del caballero que en todo momento la hace sentir importante, ella funge como traductora en muchos casos pues a pesar de conocer el idioma inglés ellos prefieren hablar en su idioma natal. Solo en ocasiones muy importantes se detienen a hablar en inglés. ─Buenas noches. ─saluda Charles Lion estrechando su mano a Ronin Yamada. ─Buenas noches. ─saludan todos de una manera elegante. Charles sonríe amablemente y comienza a hablar con Ronin, pero es Sandra la que con experiencia comienza a traducir. ─Oh, pero que bien, hermosa e inteligente. ─susurra el hombre con mirada lasciva. Cosa que no pasó desapercibido por Akiro quien por instinto la tomó por la ci
Marck no se detiene, no quiere detenerse, no allí, necesitaba probar sus labios con premura para poder cumplir con ese compromiso que había adquirido desde pequeño, la llegada de Sandra a su vida le habia desviado de su norte, desde esa mañana del miercoles en la oficina supo que no podria seguir adelante sin probar esos labios que lo llaman como imán. La mirada de Sandra lo hechiza, juega con su razón a su antojo.─Te deseo. ─susurra mientras va acercando sus labios a los de ella. Sandra siente su aliento y sabe que es inminente que sus labios se rocen, por fin será besada, aunque él no sea el hombre indicado para ella. No articula palabra alguna, solo deja que ocurra, pues aunque sabe que será el peor error de su vida, ella también lo desea. Marck ta toma de la nuca y la cintura para pegarla más a su cuerpo si eso era posible, necesitaba ese contacto, queria disfrutar cada segundo que pudiera tenerla así de cerca, rozó su nariz con la de ella encantado por tenerla cooperandora y e
Marck miró la puerta por donde salía la pera más comentada de la noche. Akito Yamada y la hermosa joven misteriosa como le llamaban a Sandra. Su corazón comenzó a latir de prisa, una desesperación por ir tras ellos comenzó a correr por su cuerpo. No entendía qué le pasaba pues nunca ha sentido eso con su Aurora, “Será que a Autora siempre la has tenido a tu lado” piensa queriéndose engañar. Suspiro al escuchar la voz melosa de su novia─. Amor, ¿Me llevas a casa? ─Nunca le había parecido esa voz chillona, pero en ese momento sí, le molestaba tan solo escucharla. ¿Desde cuándo le molestaba todo lo que hacía Aurora? Se cuestiona al entender que ella no ha cambiado, quién ha cambiado es él. 💓💓💓 Sandra no miró atrás tras, tenía claro que la observaban pero sabía que si miraba se iba a encontrar con la mirada de su jefe y en ese momento era mejor evitar. ─Estoy cansada, me gustaría ir a mi casa. ─susurra sutil. ─Por supuesto, hermosa. ─Akiro hizo una seña a su chófer quién rá