Capitulo 9

Sandra tuvo que ir al tocador para calmar sus nervios, estuvo a nada de sentir los labios del hombre más apuesto que sus ojos han visto, sobre los de ella, se sintio como esas protagonista de sus novelas favoritas, ella sabe que eso estuvo mal, que ella no debió quedarse paralizada pero fue un impulso más fuerte que ella, debía admitir que queria saber como seria ser besada, sería su primer beso. Negó al recordar su rostro al mirar a su novia, ella no podia ser una mujer de esas que rompen relaciones, ella no está alli para ligar con su jefe, se reprende una y otra vez al meirarse al espejo con su mirada llena de lágrimas.

—Ay Sandra, que boba eres, ese hombre está rendido por su novia, no puedes dejarte llevar por su mirada encantadora. —se susurra y limpia su rostro. Sale del tocador para volver a sus funciones, esta vez convencida de que no puede dejarse llevar por eso que su corazón siente cuando está cerca de él.

Marck observó con recelo la puerta por donde salió Sandra y suspiro por lo bajo, estuvo tan cerca de lograr sacarla de su cabeza, pero nada en otro momento será. Miró a su novia tratando de no compararla con Sandra, pero la mirada de Aurora comenzaba a sentirla fria, calculadora, la sonrisa de la rubia era mas falsa y este sabia que se debia a lo caprichosa que podia llegar a ser cuando se lo propinia.

Aurora mira con desprecio hacia dónde salió Sandra y volvió su mirada a su novio, que lo notaba más pensativo que nunca. Sonrio maliciosa, se puso de puntitas para besar los labios del hombre y traerlo a su realidad. Marck cerró su ojos e imagino que a quien besaba era a Sandra. Se habia quedado con sus sucios deseos de sentir los labios de su asistente, de saboerear su boca hasta quedar saciado de ella y no volverla a pensar. Marck afinco el beso tomando a su novia por la cintura y con su mano libre la tomó de la nuca para hundir su lengua en su boca y adentrarse a ese mundo de lujuria que tanto le gusta, esta vez con un rostro diferente, el de su asistente.

Aurora aprovecho la pasion con la que Marck la besaba y comenzo a soltar los botones de su camisa para acariciar su pecho, bajando hasta el cinturón de su pantalon, no era la primera vez que hacían el amor en su oficina, pero si seria la primera vez que lo harian con Sandra alli, ocupando no solo el puesto de su secretaria si no que también el puesto de Aurora en la mente de Marck. Este último se dejó hacer.

Aurora no dejó espacio para la duda, no le interesaba que se escucharan sus gemidos, necesitaba marcar territorio, la mosca muerta no le robara a su novio, eso nunca pasará. Se puso de rodillas para sacar a su mejor amigo. Llevarlo a su boca siempre ha sido un placer, así comenzo una felacion magistral para el hombre quien se sujeto de su escritorio para disfrutar el gran trabajo que está haciendo su novia. Al sentir su calor en su flácido amigo este comenzo a jadear dejandose llevar por la sensaciones. Su pene commenzo a palpitar poniendose en posicion de canon preparado para la guerra. Tomo a Aurora de la cintura, la subió al escritorio donde solo levanto su falda hecho su ropa interior hacia el lado y se hundio en ella haciendo que ella jimiera de placer fuerte. Las razones de sus aullidos eran obvios, necesitaba que Sandra escuchara y se diera cuenta de quién era ese hombre.

Marck besa a Aurora para acallar sus gemidos, pero Aurora no estaba dispuesta a que su novio saboteara sus intenciones, ella gemia mas fuerte cada vez que podia. Marck embestia con fuerzas, queria pensar que era Sandra quien recibia su miembro, por lo que mordio la mandibula de su novia bajando por su cuello dejando algunas marcas rosadas.

—Eres mia. —susura Marck en su oído, deseando escuchar la voz de Sandra, no paraba de pensar en cómo sería entrar en ella, sentir su calor arropando su polla.

—Si amor, soy toda tuya. —Mark salió de ella para correrse en su rostro, como siempre lo hacía. Aurora recibio todo gustosa y Marck se tumbó para serenarse, no sabía cuán placentero era hacer el amor con su novia deseando a otra, sentia como si no le fuera infiel aunque sí lo era con su pensamiento.

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Sandra escuchó ruidos extranos para ella y se acercó a la puerta para escuchar que pasaba cuando escucho commo la mujer gemia y confesaba que era toda del hombre. Sandra negó y se maldijo por casi haberse dejado besar por el hombre, un hombre infiel que no merece a ninguna. Sus sentimientos tendrian que cambiar, por eso se puso a trabajar sin prestar más atencion de lo que alla dentro pasaba. A la media hora Aurora salió de la oficina con una sonrisa de oreja a oreja, estaba satisfecha por ambas acciones, estaba segura que aAurora habia escuchado todo y ademas habia recibido la atencion que deseaba de su novio.

—Gracias por venir, amor, te veo mas tarde. —Aurora se acerca para dejar un cálido beso sobre los labios de su novio, pero Sandra no los miro, no le interesaba que pasaba a su alrededor, sigilo tecleando y dando forma a una propuesta que le mostraria a su jefe más adelante para los Yamada, fue algo que se le ocurrio y queria discutirlo con Marck para que le diera el visto bueno y lo propusiera a los asiaticos. Aurora se va y Marck voltea a ver a su asistente.

—Creo que te debo una explicacion. —dice arrepentirdo por haberse acercado a Sandra con la s intenciones de besarla.

—No se preocupe, señor. Sé perfectamente que no volvera a pasar. —Sandra vuelve a su trabajo con el corazón hecho trizas pero así era mejor, ella no piodia enamorarse de un hombre comprometido.

Marck no deseaba que las cosas quedaran así, pero ella tenía razón, eso no podia volver a repetirse.

Entró en su oficina con deseos de derribar todo, pero no podia comportarse como un chico caprichoso e impulsivo, a sus 27 años ya esos berrinches no le van.

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