El almuerzo con Akiro fue extraño para Sandra pues ella nunca había tenido un acercamiento con un hombre. El japonés se comportó a la altura, fue todo un caballero en toda la extensión de la palabra, pero aun así ella se sentía incómoda. No entendía el porqué, pero así era. En cuanto salieron del restaurante los esperaba la limusina qué los había llevado hasta allí.
—¿Te encuentras bien? —pregunta Akiro al sentirla muy callada.
—Eh, si, ¿Podrías llevarme a la empresa? —pide Sandra con una pequeña sonrisa en sus labios.
—Por supuesto. —el hombre toma el teléfono que da con el chofer para dar las nuevas instrucciones—. Esta mañana mi padre recibió una invitación por parte de los Lion para la fiesta de compromiso de Marck Lion, me gustaría que pudieras acompañarme. —Sandra abrió grandes sus ojos .
—Yo… —titubea—. Yo nunca he ido a una fiesta de personas importantes, es más, no tendría que ponerme, mejor no, sería mucho para mi. —admite tranquila y sincera conociendo que ese no es su lugar. Akiro niega con una media sonrisa.
—Nada es mucho para una mujer tan hermosa, me sentiría orgulloso de poder llegar contigo a mi lado. eres hermosa, sencilla e inteligente, características que son muy difíciles de encontrar en esta selva de cemento en la que nos rodeamos. —Akiro le toma su mano con suavidad—. Yo me encargo del vestido y del arreglo. Me acompañaras a la fiesta? —Sandra lo mira y con temor asiente.
—Está bien, pero quiero que me prometas que si no me siento cómoda me vas a dejar ir. —Akiro asiente.
—Por supuesto, de eso no tengas ningún tipo de dudas. —Sandra sonríe más tranquila. El silencio vuelve a reinar en la limusina hasta que llegan a la empresa donde se despiden con la promesa de el sábado volver a encontrarse para ir a fiesta de compromiso de su ahora jefe.
Al entrar a la empresa subió directamente al piso donde se ubican las oficinas de Marck, encontrando allí a Clara tecleando algo en su computador.
—Que bueno que te veo, quería ofrecerte una disculpa, pues no sabía que… —la mujer mayor niega tranquila.
—Tranquila Sandra, entiendo perfectamente que no sabias mi intolerancia, ya pedí unos días para descansar, estoy terminando de arreglar la agenda de los siguientes días del señor Lion y bueno, entiendo que quedarás tú por mí en estos días. —Sandra asiente triste.
—Claro, yo voy a hacer mi mejor esfuerzo, espero que puedas descansar. Realmente lo siento mucho. —concluye la chica temiendo el rechazo de su compañera de trabajo.
—No hay problema, además ya me hacían falta estos días por enfermedad, casi nunca los tomo, pero ahora que estás me siento más tranquila al dejar la oficina.
—No sabes como me alivia saber eso, pues lo menos que quiero es que sientas que quiero tu puesto. —alega la chica y Clara niega.
—Para nada, se ve que eres una buena chica, entiendo que todo salió de control, pero nada que no se pueda arreglar. —Sandra asiente convencida que será muy buena compañera.
Clara aprovechó las horas que estuvieron solas para explicarle a Sandra todas las responsabilidades de ella como secretaria y las que se espera que ella cumpla como asistente, pues el segundo puesto es el que más tiempo tiene que pasar con el señor Lion. Sandra hizo sus anotaciones, sorprendió a su compañera con sus conocimientos de computación y su habilidad para aprender. Definitivamente Sandra si iba a ser un alivio para su cargada agenda de trabajo pues muchas cosas ella podía delegarlas en la joven mujer.
Al siguiente día Sanda llega más temprano para acomodarse y tener todo listo para cuando su jefe llegue. Clara la había preparado para que fuera una eficiente asistente, y ahora se sentía más confiada. Al escuchar el elevador su corazón se detuvo, no sabía que podría pensar MArck ahora que ella está en el puesto de su secretaria.
La mirada de Marck se encuentra con la mirada temerosa de Sandra.
—Buenos días Sandra. —saluda con un tono neutro.
—Buenos días señor Lion, enseguida le llevó su café y le leo su agenda. —habla nerviosa.
—No quiero café, traeme un analgésico y agua, tengo un dolor de cabeza que me está amargando la vida. —habla y enseguida Sandra hace lo que este le pide.
Marck entra a su oficina y toma asiento cerrando sus ojos, la claridad lo está matando, pero tiene que trabajar, no debió quedarse bebiendo con Domenico y mucho menos debió llamar a Gianluca para que los acompañara, entre sus penas y el matrimonio al que están forzando a su amigo terminaron en tres taxis para ir a sus casa, pues ninguno se podía poner en pie con sus propios pies.
Por su mente solo pudo pasar la mirada asustadiza de Sandra, esa chica con su mirada dulce estaba causando confusiones en el que no debería estar pasando.
La puerta se abre y la ve entrar con su bandeja de plata, un vaso de agua y su analgesico al lado. La agenda sujeta por sus labios para luego volver a su mano libre.
Aquí le pongo su encargo señor. —Marck va a tomar el vaso pero en vez de tomar el envase de cristal toca la mano de Sandra provocando que una corriente corra por sus cuerpos.
—Disculpe señor Lion. —susurra Sandra y Marck niega.
—No tienes que disculparte, fui yo quien no espero. —alega y Sandra asiente volviendo a su lugar para comenzar a leer la agenda del hombre.
Marck toma el analgesico y vuelve su mirada a los labios de la joven mujer, unos labios pronunciados pero no vulgares, se sintió deseoso de probarlos, tal vez, así dejaba de pensar en la chica que desde que llegó a la empresa ha puesto su vida de cabeza.
Sandra leía la agenda sin darse cuenta de la mirada penetrante de su jefe, estaba tan ensimismada en la lectura que no se dio cuenta cuando Marck por un impulso se detuvo frente a ella. Al sentirlo tan cerca sus nervios se incrementaron. Sandra bajo la agenda para enfrentar a Marck, quien no decía nada, solo daba pasos dubitativos para acercarse a ella, tres dias y dos noches habían pasado y su mundo no era el mismo, en sus noches no dejaba de pensar en esa mirada inocente, y en la oficina no dejaba de desear probar esos labios que lo tientan. Si tan solo lo probara podía quitarse ese ferviente deseo que le está nublando su razón.
—Señor … —susurra Sandra pero Marck no se detiene, acabaría con su suplicio, probaría esos labios y ya no la pensaría más. Sandra sentia su corazón latir tan fuerte que sintió miedo que alguien pudiera escucharlo, Marck sin decir palabra alguna, solo se dejo llevar por sus instintos y tomó suavemente con un dedo la barbilla de la joven mujer, sus miradas se encontraron, sintiendo como sus corazones laten al unísono. Todo parecía correr a cámara lenta, Sandra por impulso cerró sus ojos, Marck al ver la vulnerabilidad de sus asistente comenzó a acercar sus labios con los suyos, sintiéndose ganador, pero antes de poder tocar esos jugosos labios escucha la perilla de la puerta haciendo que sus reflejos actuaran inmediatamente y este se alejara de la chica encontrando luego la mirada de su novia.
—Como le decía, necesito que haga espacio en mi agenda para el viernes, estará un poco ocupado con mi amada novia, se voltea mirando a la mujer que pasa por la puerta y este le extiende su mano para hacerle ver a Sandra que ella era su amor, su prometida.
Sandra estaba confundida, ella lo sintió tan cerca que juro que la alcanzaría a besar. Mira a la pareja que sonríe como tortolitos y solo puede asentir.
—Claro, señor, ¿desea algo más? — cuestiona y Marck niega despidiéndose con su mano.
Sandra salió con su corazón arrugado. ¿Qué le pasa con su jefe? ella no puede enamorarse de él, pues este ya tiene una vida, no puede dejarse envolver pores admirada que la embelesa, ella debe ser más fuerte que eso.
Sandra tuvo que ir al tocador para calmar sus nervios, estuvo a nada de sentir los labios del hombre más apuesto que sus ojos han visto, sobre los de ella, se sintio como esas protagonista de sus novelas favoritas, ella sabe que eso estuvo mal, que ella no debió quedarse paralizada pero fue un impulso más fuerte que ella, debía admitir que queria saber como seria ser besada, sería su primer beso. Negó al recordar su rostro al mirar a su novia, ella no podia ser una mujer de esas que rompen relaciones, ella no está alli para ligar con su jefe, se reprende una y otra vez al meirarse al espejo con su mirada llena de lágrimas. —Ay Sandra, que boba eres, ese hombre está rendido por su novia, no puedes dejarte llevar por su mirada encantadora. —se susurra y limpia su rostro. Sale del tocador para volver a sus funciones, esta vez convencida de que no puede dejarse llevar por eso que su corazón siente cuando está cerca de él.Marck observó con recelo la puerta por donde salió Sandra y suspir
Los días restantes previos a la fiesta de compromiso de Marck, Sandra se mantuvo distante, si tenía que entrar a la oficina de su jefe trataba de dejar la puerta abierta, buscaba hacerlo solo una o dos veces al día, muchas veces adelantando trabajo para no tener que volver a encontrarse con esa intensa mirada que le pone a palpitar su corazón. Ella estaba dispuesta a no dejarse llevar por eso que le hace sentir, ese calor que corre por su cuerpo siempre que lo tiene de frente, al que no le debe prestar atención porque no es para ella. ─Si es todo me retiro. ─comenta Sandra esperando órdenes de su jefe, ya era hora de salir y tenía que probarse el vestido que Akiro Yamada le había enviado para que lo acompañara al compromiso del hombre que roba sus suspiros. Al principio dudó en ir, claro, pero ahora estaba más que convencida, ese evento le hará entender que eso que siente es prohibido y hasta grotesco, pues él es un hombre comprometido. ─Puedes marcharte, te veo el lunes. ─Sandra
Sandra baja su mirada, Marck se veía demasiado apuesto con ese elegante traje. Akiro siente la tensión en la mujer que lleva de su brazo y aunque no presta atención a la mirada de Marck se preocupa por sentirse incómoda.─Te sientes bien? ─pregunta el japonés con cortesia.─Sí, gracias por preocuparte. ─Sandra camina sonriente al lado del caballero que en todo momento la hace sentir importante, ella funge como traductora en muchos casos pues a pesar de conocer el idioma inglés ellos prefieren hablar en su idioma natal. Solo en ocasiones muy importantes se detienen a hablar en inglés. ─Buenas noches. ─saluda Charles Lion estrechando su mano a Ronin Yamada. ─Buenas noches. ─saludan todos de una manera elegante. Charles sonríe amablemente y comienza a hablar con Ronin, pero es Sandra la que con experiencia comienza a traducir. ─Oh, pero que bien, hermosa e inteligente. ─susurra el hombre con mirada lasciva. Cosa que no pasó desapercibido por Akiro quien por instinto la tomó por la ci
Marck no se detiene, no quiere detenerse, no allí, necesitaba probar sus labios con premura para poder cumplir con ese compromiso que había adquirido desde pequeño, la llegada de Sandra a su vida le habia desviado de su norte, desde esa mañana del miercoles en la oficina supo que no podria seguir adelante sin probar esos labios que lo llaman como imán. La mirada de Sandra lo hechiza, juega con su razón a su antojo.─Te deseo. ─susurra mientras va acercando sus labios a los de ella. Sandra siente su aliento y sabe que es inminente que sus labios se rocen, por fin será besada, aunque él no sea el hombre indicado para ella. No articula palabra alguna, solo deja que ocurra, pues aunque sabe que será el peor error de su vida, ella también lo desea. Marck ta toma de la nuca y la cintura para pegarla más a su cuerpo si eso era posible, necesitaba ese contacto, queria disfrutar cada segundo que pudiera tenerla así de cerca, rozó su nariz con la de ella encantado por tenerla cooperandora y e
Marck miró la puerta por donde salía la pera más comentada de la noche. Akito Yamada y la hermosa joven misteriosa como le llamaban a Sandra. Su corazón comenzó a latir de prisa, una desesperación por ir tras ellos comenzó a correr por su cuerpo. No entendía qué le pasaba pues nunca ha sentido eso con su Aurora, “Será que a Autora siempre la has tenido a tu lado” piensa queriéndose engañar. Suspiro al escuchar la voz melosa de su novia─. Amor, ¿Me llevas a casa? ─Nunca le había parecido esa voz chillona, pero en ese momento sí, le molestaba tan solo escucharla. ¿Desde cuándo le molestaba todo lo que hacía Aurora? Se cuestiona al entender que ella no ha cambiado, quién ha cambiado es él. 💓💓💓 Sandra no miró atrás tras, tenía claro que la observaban pero sabía que si miraba se iba a encontrar con la mirada de su jefe y en ese momento era mejor evitar. ─Estoy cansada, me gustaría ir a mi casa. ─susurra sutil. ─Por supuesto, hermosa. ─Akiro hizo una seña a su chófer quién rá
Sandra despertó con su corazón agitado—. ¿Qué fue eso? —se pregunta llevando su mano a su corazón. A su pensamiento solo llega la mirada de su jefe. Negó entendiendo que fue solo un presentimiento. Lo que no le hacía sentido es que despertara pensando en él. No le bastó saber que ya era un hombre comprometido ahora frente a toda la sociedad. Tomó un vaso de agua y volvió a recostar, aunque no podía conciliar el sueño. 💓💓💓Los ojos de Marck van abriendo poco a poco. Solo escucha murmullos y una ruidosa máquina, la misma que lee su ritmo cardíaco. —Doctor, el paciente despertó. —habla una enfermera y el médico que lo atiende se acerca. —Señor Lion, ¿cómo se siente? —pregunta el galeno. —Como si me hubiera arrollado un tren. —dice haciendo una mueca de dolor. —No se mueva. Lamentablemente, aunque no lo arrolló un tren, si tiene varias costillas fracturadas. —aclara el médico. —¿Cómo está Aurora? —pregunta. —Su novia está en perfecto estado, usted y su cuerpo recibieron todos l
En la sala de juntas de DL Distribution se formó un silencio incómodo para Sandra quién se reflejaba en la mirada de los presentes. Sus manos tiemblan como gelatina ¿Aquien en su sano juicio se le ocurre proponerla para ocupar el puesto de presidentainterina de la compañía? —Yo no creo que sea pertinente. —susurra en inglés para que todos los presentes incluyendo los japoneses entiendan lo que ella dice. —Yo considero que puede hacerse cargo, pues ella tienen la capacidad de entenderse directamente con nuevos socios y accionistas. A ver, ¿cuántos idiomas hablas? —pregunta Charles Lion. —Cinco señor, hablo, español, inglés, japonés, arabe e Italiano. —los hombres se miraron entre sí, en especial Ronin y Akiro, pues es muy raro que la mujer hable árabe y sea idéntica a la princesa fallecida de los emiratos. —No tenemos tu curriculum en mano, pero me gustaria saber que estudiaste para que mi yerno te escogiera como su asistente. —Sandra baja la mirada al recordar que Marck le habia
El almuerzo estuvo tranquilo Sandra y Akiro volvieron a viajar en la limu[sina solos pues Ronin no queria ser mal tercio entre los dos. Él estaba convencido que su hijo Akiro lofgraria enamorar al clon de Amira y sería muy feliz. Sandra aunque ya comenzaba a sentirse comoda ante la presencia de Akiro aun no lograba sentirse comoda con sus atenciones. él es un hombre muy caballeroso y eso no lo puede negar. le reclama su conciencia. Sandra suspiro agotada, entre que ahora ocupará un cargo del cual no tiene una idea más alla de lo que le enseñaron en la universidad ahora también tiene que acallarsu conciencia en cuanto al amor y las relaciones de pareja. —Me gustartria invitarte a cenar. —habla Akiro y Sandra sonríe amable. —¿Puede ser el sabado? Es que manana tengo trabajo y no me guastaria estar con prisa. —habla la chica y Akiro sonríe complacido. —Claro, el sabado será, no voy a poner hora porque nos seguiremos viendo en la oficina, el jueves tengo que volver para hablar cont