Capítulo 103Dudas y frustraciones.Los días transcurrieron con una calma tensa dentro de la mansión Blackmond. La rutina se había establecido con disciplina férrea: médicos entrando y saliendo en horarios estrictos, guardias rotando sus turnos con precisión militar, y Leonard velando por Alessia, Lizzy y Luna con una devoción casi obsesiva.Luna mostraba signos de mejoría, y aunque su fragilidad seguía siendo evidente, su respiración se hacía más fuerte, su piel adquiría un tono más saludable y su pequeño cuerpo, cubierto de cables y monitores, luchaba incansablemente por aferrarse a la vida. Alessia pasaba las horas junto a la incubadora, acariciando con delicadeza el cristal que la separaba de su hija, cantándole en susurros, hablándole de un mundo que aún le quedaba grande.Lizzy, con inocencia, le hablaba de su día a día, lo que aprendía en sus días de clases, lo que hacía en sus horas de horas libres, además, le leía sus cuentos favoritos. Pero en medio de aquella paz aparente,
Capítulo 104Nuevas estrategias. Leonard observó el enorme arreglo floral que había ordenado especialmente para Alessia. Rosas rojas, lirios blancos y orquídeas púrpuras se entremezclaban en una armonía de colores vibrantes, exhalando un aroma dulce y embriagador. Junto a las flores, había una caja de chocolates finamente envuelta y una pequeña cajita de terciopelo negro que contenía una gargantilla de rubíes incrustada en oro blanco.Sabía que los detalles materiales no serían suficientes para disipar las dudas que se habían instalado en el corazón de su esposa, pero era un gesto, una forma de recordarle cuánto la amaba, cuánto la necesitaba.Respiró hondo antes de entrar a la habitación. Alessia estaba sentada en el sofá junto a la ventana, con las piernas recogidas bajo su bata de seda, el cabello cayendo en ondas suaves sobre sus hombros. Miraba a través del vidrio con expresión ausente, perdida en pensamientos que él no alcanzaba a descifrar.Cuando sintió su presencia, giró el
CAPÍTULO 1 Noticias devastadoras. Alessia se arreglaba para compartir la cena con su padre y el resto de la familia. Sentada en la orilla de la tina de baño esperaba ansiosa aquel resultado del test de embarazo que tenía en sus manos, mismo que acababa de realizarse hace apenas un momento. Sentía su corazón latiendo a mil por segundos, esperando ver un resultado negativo en él y que esas irregularidades en su ciclo menstrual se debiera al agotamiento que se había sentido tanto física como mentalmente en los últimos días. (tocan la puerta) —Niña Alessia, debe bajar al comedor, su padre anunció que llega en quince minutos —comenta Nadia, la nana de Alessia—. Sabes lo estricto que es Don Richard con la puntualidad. No haga que se enfade nuevamente. —Voy nani, en un momento bajo —respondió lo más calmada que pudo, pero la anciana mujer que estaba parada detrás de la puerta podía reconocer su voz llorosa a kilómetros. —¿Está todo bien? —insistió—. Niña Alessia, si se siente mal pued
Capítulo 2Severas amemazasMientras la cena continuaba, Alessia no podía evitar sentirse como una esclava en su propia casa al verse obligada a cumplir la voluntad de su padre.Don Richard había decidido su futuro sin siquiera consultarle, y ahora ella estaba atrapada en una situación que no podía controlar.De repente, su hermano menor, Marco, habló, rompiendo el incómodo silencio que había caído sobre la mesa.—Papá, ¿Podemos saber más sobre Leonardo? —preguntó Marco, su curiosidad evidente en su rostro.Don Richard rió fuertemente, complacido de que su hijo estuviera interesado en el futuro de la familia.—Su nombre es Leonard, no Leonardo y es un joven muy inteligente y ambicioso —respondió Don Richard con una alegría que no cabía en su pecho, mientras que Alessia viraba sus ojos con molestia—. Es el heredero de la empresa de su padre, y tiene un gran futuro por delante. Es el candidato perfecto para casarse con nuestra querida Alessia.Alessia se sintió como si la hubieran apuña
Capítulo 3DudasEn el otro lado de la ciudad, en una de las mejores residencias se encontraba Leonard Blackmond, un hombre frío y arrogante, que no acostumbraba a relacionarse con nadie. Se había creado una reputación de hombre cruel y despiadado, siendo el ermitaño de su familia. Ese que nunca estaba presente en las celebraciones de cumpleaños, en navidades ni en ninguna otra fecha importante.Sentado en el sillón de su balcón, leía en el diario las múltiples insinuaciones respecto a sus preferencias sexuales, ya que a sus veintiocho años jamás se le había conocido una pareja.Leonard creía firmemente en el amor monótono, en que cuando se trataba de una relación solo serían ellos dos, sabía que su tiempo de amar con locura llegaría en cualquier momento y que esa persona especial con la que sentiría que debía compartir su vida vendría a él, sin tener que buscarla entre miles de mujeres.No tenía prisa para el amor, pero pasaban los años y sabía que debía casarse para cumplir con sus
Capítulo 4Un terrible desplante—En quince minutos llegamos a casa de los Davis.Esas palabras quedaron retumbando fuerte en la cabeza de Leonard, el hombre que no podía dejar de pensar en las responsabilidades y su deseo de seguir siendo libre.Mientras veía fijamente la carretera, sumido en sus pensamientos y dudas. No podía evitar preguntarse qué pasaría si se casaba con esa mujer. ¿Sería feliz? ¿Sería capaz de traicionarlo también?De repente, Leonard se dio cuenta de que no podíaa hacerlo. No debía casarse con una mujer que no conocía, no podía pasar el resto de su vida con alguien que no era esa persona especial para él. Esa por la que estaba dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario.—James —dijo Leonard, mirando a su chofer—.—Sí, señor —respondió James—.—Dé la vuelta al vehículo —ordenó Leonard—. Quiero ir al aeropuerto.James mostró un gesto de sorpresa, pero no dijo nada. Simplemente dio la vuelta a la camioneta y se dirigió hacia el aeropuerto.—¿Señor? —preguntó J
Capítulo 5Verdades ocultasLa cena continuó en un ambiente tenso, con la ausencia de Leonard pesando sobre la mesa.Alessia se vio obligada a regresar al comedor y se disculpó casi a regañadientes con los invitados, luego Don Richard, decidido a seguir adelante con los planes, se dirigió a los invitados.—Bueno, ya que el señor Blackmond por motivos laborales no puede unirse a nosotros esta noche, vamos a seguir adelante con el propósito que tenía esta cena y establecer la fecha para la boda —dijo, sonriendo alegremente—. ¿Les parece?—¿Y cuándo será la boda? —preguntó Alana, ansiosa por ver como las cifras de las cuentas bancarias de su esposo irían incrementando.—He pensado que para el último sábado del próximo mes sería la fecha ideal, así tendremos un poco más de tiempo para organizar la celebración —respondió Don Richard, mirando fijamente a Alessia con una expresión severa, esperando que no se atreva a contradecirlo en público—. Como es costumbre, los padres de la novia pagan
Capítulo 6Parte del proceso.Alessia se despertó con el sonido suave de la voz de Nadia, su nana, que la llamaba desde la puerta de su habitación.—Alessia, mi niña, es hora de levantarse. Tu padre te espera —comentó Nadia con su voz dulce y tierna, entrando en la habitación con una taza de café en la mano.Alessia se tapó la cara con la almohada, tratando de evadir ese compromiso. —Aún tengo sueño —respondió adormecida.—Debe levantarse mi niña, vamos, no es momento para hacer enojar a Don RicardoAlessia se estiró en la cama, sintiendo el peso de la realidad reposando sobre sus hombros. No quería levantarse, no quería enfrentar el día que tenía por delante. La luz del sol que entraba por la ventana parecía demasiado brillante, tan intensa que Alessia sintió como si estuviera siendo desenterrada de un sueño profundo, un sueño que la había mantenido a salvo de esta dura realidad.—¿Qué pasa? —preguntó ella, sentándose en la cama y frotando los ojos con sus puños, luego tomó esa ta