Un mes después, por la noche… en Bérgamo.
Sebastiano se baja del coche con su katana enfundada en la cintura. Miro hacia todos lados, observando si no habían vampiros ocultos por los alrededores. Al notar todo tranquilo de momento le da la vuelta al coche.
—Todo está muy tranquilo por aquí, viejo.
Noah se bajaba del coche totalmente repuesto de sus heridas. Llevando su espada en la cintura.
—¡Paciencia muchacho! Ya vendrán… —No aprender nada aún.
—¡Claro! Solo vendrán a por mí. Niega el joven poniendo los ojos en blanco.
PrefacioEl clima era templado ese día del mes de octubre en Bérgamo (Italia)… Jessel Cárter salía de su trabajo un poco más tarde de lo usual. La joven mujer de 30 años trabajaba cuidando a una anciana en su casa. Pero justo ese día, la hija de la señora regreso tarde a la residencia, lo que le resto tiempo y luz del día a la empleada para volver a la suya propia.A Jessel no le agrada caminar hasta la estación del tren cuando comenzaba a oscurecer. Por dos principales razones, la primera esta rubia llevaba un peso extra en su vientre. La mujer contaba con 8 meses de embarazo, era una ardua tarea hacer el viaje a pie desde su trabajo hasta la estación, su barriga era demasiado grande como para esas andanzas. Y dos, porque se aproximaba el invierno
Recogía su largo cabello negro en una coleta alta. Era una molestia mientras ejercitaba su cuerpo en el gimnasio dentro de su propia casa. Todas los días al ocultarse el sol, Alessio Biachi entrenaba un poco antes de pasarse el resto de la noche en uno de sus antros.Alessio descubrió qué, el mundo de los negocios era muy provechoso. No había mejor manera de conseguir alimento fresco que haciéndose el dueño de todos los antros nocturnos de Italia.Ya qué, estos se volvían muy concurridos por las noches, llenándose de jóvenes humanos de todas las edades. Y eso equivaldría a mucha sangre nueva.Desde luego que a él no le hacía falta tener que trabajar o llevar las riendas
—Llegas tarde Lia. ¡Joder! ¿Hasta cuándo?—¡Lo lamento!La joven de cabello color miel, ojos azul oscuro mira en dirección al piso, mientras es reprendida por su jefe… aquel vampiro era muy cruel para con sus empleados. No toleraba faltas, y eso que solo se había retrasado 5 minutos.—No me digas que lo sientes, con un demonio. ¡Me tienes harto!—No volveré a llegar tarde, se lo prometo señor Matteo.—Estupida, vete a trabajar. ¡Eres una idiota! Masculla.
Tres copas ya se encontraban en el cesto de los desechos. Los nervios que sentía Lía después que toparse con aquel hombre la dejaron tensa. ¿Porque se sentía así? Jamás había experimentado una sensación como esa con ningún vampiro. ¡Era extraño!Continuaba sirviendo tragos pero no se quitaba de la cabeza a ese sujeto.—Vamos chica, mueve ese bonito trasero. Le apremió la morena a su lado.—Si. Si. ¡Voy!El bar cerraba unas horas antes del alba. Lia recogía sus cosas para regresar a casa, luego de alimentarse salió del bar. Y en cuanto lo hizo ese hombre que habia visto en el bar se encontraba reco
Sus colegas exterminaron a muchos vampiros nacido y exclusivos. Creadores de humanos malditos… pero ninguno de estos era en rey. Era muy astuto como para dejarse atrapar. Y dada su desaparición, a Noah se le estaba terminando la energía y vitalidad para darle caza. Ya no era el mismo crío de hace 30 años…Necesitaba encontrarlo pronto, antes de que sus días terminarán. Muerto del sueño se tumbo en la cama, Lía despertaría en algunas horas. Eso le daba tiempo para descansar.[...]La tarde llegó, arrazando rápidamente con la luz del día… Lía se levantó de la cama al escuchar pasos y ruidos fuera de su habitación. Al salir al corredor del pasillo se topó con un apestoso o
—¿Qué haces estúpida perra? Vocifera el tío.Intento quitarse a Lia de encima, pero ésta enrrollo sus piernas en la cintura del sujeto por la parte de atrás mientras se alimentaba de él. Para ella era difícil de controlar su sed de sangre, sobre todo cuando mordía directamente a un vampiro.En el trabajo tomaba sangre en vasos, no era lo mismo que succionarla directamente de un cuello. A parte que no comprendía porque no lograba saciarse, y cuando se lo mencionó a Noah este no le respondió. Solo la evadió. ¿Quien era ella?La castaña soltó a su atacante quien cayó al suelo. Lia respiraba agitadamente, sus manos y parte de su cuello estaban salpicados en sangre. Observó al suj
Lía trago saliva en seco. ¿Qué querría decir con eso? Se pregunto. Su corazón no paraba de latir como loco. Mientras ese hombre la mantenía acorralada como un servatillo cuando esta siendo cazado por un depredador… ¡Ay por todos los demonios! También eres un maldito depredador se reprendió la joven.—¿Me quieres lastimar? Pregunto con cautela.—¡No! Pero si tú me lo permites, lo haría gustoso. Sonríe con malicia.Los ojos plateados de él se volvieron más brillantes, casi blancos. Llevaba el cabello suelto y su altura la intimidaba.—¿Quien eres? ¿Cuál es tu nombre?—
Alessio regresaba a casa justo a tiempo. El sol ya estaba por ponerse. Como todos los días el mayordomo lo esperaba en la entrada, pero ese día Dante también lo acompañaba.—¿Donde te has metido?—He estado ocupándome de un asunto.—Sobre mujeres, seguro. Sonríe el joven.—¿Porque no te has ido a dormir? Ya está por amanecer.—Te espere mucho rato en el antro y nunca apareciste, tengo noticias de Matteo.—¿Y que quiere ahora? ¿A cambiado de parecer?—No lo se… Solo quiere verte a por la n