Sus colegas exterminaron a muchos vampiros nacido y exclusivos. Creadores de humanos malditos… pero ninguno de estos era en rey. Era muy astuto como para dejarse atrapar. Y dada su desaparición, a Noah se le estaba terminando la energía y vitalidad para darle caza. Ya no era el mismo crío de hace 30 años…
Necesitaba encontrarlo pronto, antes de que sus días terminarán. Muerto del sueño se tumbo en la cama, Lía despertaría en algunas horas. Eso le daba tiempo para descansar.
[...]
La tarde llegó, arrazando rápidamente con la luz del día… Lía se levantó de la cama al escuchar pasos y ruidos fuera de su habitación. Al salir al corredor del pasillo se topó con un apestoso olor que le revolvio las entrañas.
—¡Noah! ¿Pero que diablos estás haciendo? Grita la chica tapándose la nariz, aunque era en vano. Su olfato era muy sencible.
—¡Mi comida! Refuta el hombre metido en la cocina.
—Huele del asco.
—Si fueras del todo humana, estarías babeando.
—¡Lo dudo!
Responde sentándose en la mesa de la cocina ceñuda, odiaba cuando Noah cocinaba comida de humano. El olor era repugnante. La enfermaba.
—¿Cómo te fue ayer? Pregunta el sin darse la vuelta.
—Como siempre.
—¿Te alimentaste?
—Si.
—¡Bien!
Ellos no eran muy sociales que digamos, solo se decían lo más importante que acontecía en sus vidas… excepto por algún que otro secreto.
—¿Te quedaste en casa todo el día? Pregunta ella curiosa.
—Si. Respondió rápido.
Puso un plato en la mesa y sentandose delante de ella, y fue en ese instante que se vieron a la cara. Noah llevaba barba, y una enorme cicatriz en la cara que cruzaba su ojo y parte de la mejilla.
Lia recordó vagamente cuando él le contó cómo se había hecho esa cicatriz, ella solo era una niña cuando el le relato la historia. El hombre intento salvar a su prometida de unos vampiros que los atacaron dentro de su casa. Le había dicho que la joven llevaba en su vientre a su hijo, y esos vampiros irrumpieron en el apartamento de la pareja tomando la vida de la mujer.
En el forcejeo Noah salió gravemente herido en el que estuvo a punto de perder el ojo. Desde entonces se había vuelto un persona cerrada y carretes de sentimientos y emociones. Lo que Lía nunca comprendió fue, ¿Porque vampiros atacarían su casa? Hasta donde sabía eso no pasaba.
—¿Qué tanto me miras? ¿Acaso no tienes que trabajar? Pregunta sin apartar la vista del plato.
—Siempre me he preguntado por el verdadero motivo de esa cicatriz.
De pronto Noah planta el puño en la mesa con gran fuerza. La mira enfurecido pero muy en el fondo de su mirada se denotaba tristeza.
—No es problema tuyo. Ahora lárgate a trabajar. Le grita furioso.
—Si. Lo lamento.
Ésta se pone en pie sintiendo la mirada de aquel hombre que la crío sobre ella. Cuando se enojaba Lia mantenía distancia.
Tomando las llaves del apartamento Lía se disponía a salir, ya había anochecido y por lo general nunca veía a esa hora a Noah. Siempre se encerraba en su habitación.
—¡Lia! La voz de Noah llamo su atención.
—¿Qué pasa? Responde sin darse la vuelta.
—No te metas en problemas.
—¡Como si lo hiciera! Termina para azotar la puerta.
[...]
Alessio terminaba con su rutina de ejerció justo a tiempo, el sol ya se había puesto y ya era hora de salir en busca de esa mujer que no salía de sus pensamientos.
Mientras Lía servía trago tras trago, el bar se volvía más concurrido. El olor a sangre humana tenía su estómago revuelto, esa noche los vampiros parecían sobrepasarse de la línea.
—¿Me sirves un trago? Escucho la joven.
Esa voz… esa voz le erizó todos los vellos del cuerpo. Era como si la estuviera escuchado desde hace cientos de años. Al levantar la mirada sus ojos conectaron con esa mirada planeada causante de su falta de sueño.
—¿Qué haces aquí? Frunce el ceño.
—Te dije que no iba a dejar de insistir.
—¿Qué desea tomar?
—En realidad nada. ¿Porque trabajas aquí? Yo te puedo ofrecer un mejor empleo.
—¡No me digas! Responde irónica. —¿Acaso tienes otro bar igual que me den los mismos beneficios?
—¿Acaso te agrada como te trata el idiota de Matteo?
—No. Pero la paga es buena.
Desvía la vista de la batalla de miradas que tenía con el extraño. ¿Porque la ponía nerviosa? ¡joder! Se dijo mentalmente.
—Te pagaré el triple de lo que ganas aquí, y te prometo que nadie te humillara.
Ella detuvo el trabajo, mordió su labio y sinceramente se lo pensó mucho. ¿Hablaría en serio?
—Tengo trabajo que hacer, no me interrumpas si no vas a ordenar nada.
—¡Muy bien! Éste sonrie y se aleja.
Faltaban unas tres horas para que terminara su jornada de trabajo. Mientras tanto, Lía se tomaba su descanso en el callejón oscuro a un lado del bar. De entre las oscuras sombras una figura masculina emergió, la joven dio un respingo al verlo allí parado.
Era un vampiro, vestido de negro y con un cigarrillo en los labios.
—Hola monada. ¿Porque tan sola? Sonríe exhalando el humo.
—¡Largo! Responde ella volteando los ojos.
—¿No quieres diversión?
—No. Y menos de ti. Respondió con fastidió.
La sonrisa del sujeto se borro. En segundos estaba delante de Lía acorralandola contra la pared. Con ambas manos sobre a cada lado del rostro de ella.
—¿Eres dura? Eso lo hace más interesante. Este sonríe mostrando sus dientes afilados y al mismo tiempo el color de sus ojos cambian a amarillos.
—Te dije que te largaras.
Lia lo empujó empleado no mucha fuerza, lo que menos quería era que aquel sujeto sintiera amenaza. Pero entonces, este abofeteó a Lía lo que la cabrea. Transformandose en vampiro. El cambio en ella era igual, sus ojos pasaban de azul oscuro a azul cielo.
Abalanzó su pequeño cuerpo sobre el de él sujeto quien también la atacó encontrándose los dos al mismo tiempo. A diferencia de ese vampiro de bajo nivel, Lía entrenaba con Noah. Le enseño mucho, para poder defenderse.
La chica lanzó el cuerpo del vampiro hacia la pared. Pero este se puso en guardia en segundos, mientras le gruñía volvía atacarla. Entonces la castaña de un salto se posicionó detrás de este. Y con un solo movimiento tomo el cuello del sujeto para terminar encajando sus afilados dientes en la piel pálida de este.
—¿Qué haces estúpida perra? Vocifera el tío.Intento quitarse a Lia de encima, pero ésta enrrollo sus piernas en la cintura del sujeto por la parte de atrás mientras se alimentaba de él. Para ella era difícil de controlar su sed de sangre, sobre todo cuando mordía directamente a un vampiro.En el trabajo tomaba sangre en vasos, no era lo mismo que succionarla directamente de un cuello. A parte que no comprendía porque no lograba saciarse, y cuando se lo mencionó a Noah este no le respondió. Solo la evadió. ¿Quien era ella?La castaña soltó a su atacante quien cayó al suelo. Lia respiraba agitadamente, sus manos y parte de su cuello estaban salpicados en sangre. Observó al suj
Lía trago saliva en seco. ¿Qué querría decir con eso? Se pregunto. Su corazón no paraba de latir como loco. Mientras ese hombre la mantenía acorralada como un servatillo cuando esta siendo cazado por un depredador… ¡Ay por todos los demonios! También eres un maldito depredador se reprendió la joven.—¿Me quieres lastimar? Pregunto con cautela.—¡No! Pero si tú me lo permites, lo haría gustoso. Sonríe con malicia.Los ojos plateados de él se volvieron más brillantes, casi blancos. Llevaba el cabello suelto y su altura la intimidaba.—¿Quien eres? ¿Cuál es tu nombre?—
Alessio regresaba a casa justo a tiempo. El sol ya estaba por ponerse. Como todos los días el mayordomo lo esperaba en la entrada, pero ese día Dante también lo acompañaba.—¿Donde te has metido?—He estado ocupándome de un asunto.—Sobre mujeres, seguro. Sonríe el joven.—¿Porque no te has ido a dormir? Ya está por amanecer.—Te espere mucho rato en el antro y nunca apareciste, tengo noticias de Matteo.—¿Y que quiere ahora? ¿A cambiado de parecer?—No lo se… Solo quiere verte a por la n
Alessio pillo que Lía se acercaba a la mesa con más tragos. No le quitaba los ojos de encima cuando ella comenzó a dejar las copas sobre la mesa. De pronto el italiano sintió como la pelirroja a su lado introdujo la mano debajo de sus pantalones tomando su pene sin pudor alguno. Eso sí que no se lo esperaba.Y de la nada…Un líquido helado cayó sobre él y la tía pelirroja que tenía casi encima.—Pero bueno estúpida, ¿Qué coño crees que haces cabrona? Le grita la mujer quitándose los hielos de encima.—Se me ha caído la bebida. Responde inocente una Lía pero con ojos de malicia.
Bajaba del coche armado solo con un par de catanas en las manos. La noche era muy oscura, más de lo normal. No había luna, y era cuando está se volvía más peligrosa para cualquier transeúnte que desconociera la verdadera naturaleza de Bérgamo.Camino por las calles en busca de su presa, gracias al entrenamiento que tuvo con Lía esa tarde todo su cuerpo estaba caliente y listo para eliminar algunas ratas de la ciudad.Como siempre lo hacía cada que no encontraba engendros del demonio, Noah saco un frasco de vidrio con su propia sangre. La lanzó contra el suelo dejando que el líquido escarlata se espaciera por el lugar. Solo quedaba esperar que aparecieran esos miserables chupa sangre.Y no tuvo que esperar mucho, en pocos minutos se vio rode
Mejor conocidos como la santa orden. Una organización de monjes dedicados al exterminio de vampiros. Habían comenzado siendo ellos mismos los exterminadores, pero dado que eran eliminados rápidamente dejando casi extinta a la iglesia de estos cazadores… y dada su condición de servír al señor les tenía prohibido tener hijos.Los túnica marrones se vieron obligados a reclutar a jóvenes fuertes y valientes los cuales entrenaron arduamente. Enseñándoles todo lo referente como ser un cazador, en cuanto estos chicos alcazaran la mayoría de edad los monjes les exigían que tuvieran hijos, e hicieran con ellos lo mismo que ellos hicieron.Era una tarea que debía ser heredada por si el padre fallaba, la generación siguiente cumpliría con la misión. Por
Lía limpiaba algunas copas para luego ser vueltas a usar. Realmente no se había alimentado en dos días, y era tan cabezotas que no deseaba ir a cazar. Desde luego que ahora se estaba arrepintiendo de ello, ya que no podía estarse en pie sin que tuviera que sostenerse de la barra.—Deberias ir a tomar un descanso, no pintas nada bien. Sabina le dice sirviendo tragos.— Aún no es mi turno. Además, no quiero que me despidan.—¡Que tanto! al final estarás despedida de un momento a otro.—¡Qué sinceridad! Responde Lía sin verle a la cara. Después de aquel arrebato de beso, Alessio dejo respirar a Lía separandose de ella quien parecía querer más de él. Había tenido que utilizar su poder de sumisión contra ella, siendo un vampiro nacido tenia ese poder. No creyó que funcionara con ella, ya que solo servía con con los de bajo nivel.Al parecer se había equivocado, ella había caído redonda logrando aplacar su ira. Si tan solo no hubiera funcionado se hubiera visto envuelto en una pelea innecesaria contra ella. Quería que fuera su esposa, no su enemiga.—¿Qué es lo que me pasa contigo? Le decía la joven susurrando contra su cuello.—Entiendelo de una vez, debemos estar juntos. ¿Has pensando en mi propuesta?&nCapítulo 12 Pistas para el Cazador