—Llegas tarde Lia. ¡Joder! ¿Hasta cuándo?
—¡Lo lamento!
La joven de cabello color miel, ojos azul oscuro mira en dirección al piso, mientras es reprendida por su jefe… aquel vampiro era muy cruel para con sus empleados. No toleraba faltas, y eso que solo se había retrasado 5 minutos.
—No me digas que lo sientes, con un demonio. ¡Me tienes harto!
—No volveré a llegar tarde, se lo prometo señor Matteo.
—Estupida, vete a trabajar. ¡Eres una idiota! Masculla.
Le gritó… e inmediatamente Lia sale de la oficina del hombre encaminándose hasta la barra para empezar a servir tragos.
Lia Cárter, trabajaba en un antro nocturno en el área de tragos… a ella no le gustaba que le gritaran o insultaran, pero el trabajar alli le proporcionaba algo que ella necesitaba a diario (sangre).
Esta joven de 20 años nació siendo un vampiro diferente, se había infectado estando en el vientre de su madre. A medida que iba creciendo se habia dado cuenta que la sangre de humano la enfermaba a tal punto de matarla. Tampoco toleraba la comida ordinaria, era un vampiro como cualquier otro. Lo único diferente en ella era que… solo bebía sangre de otros vampiros.
La chica no entendía porque era distinta a los demás, era un maldito vampiro. Poseía colmillos y no toleraba la luz del día. Por suerte la ración de sangre que le tocaba cada noche en el bar como forma de pago, la terminaba cambiando por sangre de vampiro de sus colegas.
Unos que por fortuna no le hacían pregunta al respecto del porque la cambiaba. Claro, su jefe no estaba al tanto de ese asunto y rogaba que no lo descubriera porque sino estaría de patitas en la calle. En lo personal, Lia tampoco le había contado a nadie como fue que ella se convirtió en vampiro.
Lo mantenía oculto de todos, y era lo mejor… porque si la echaban de aquel lugar por ser distinta, se vería obligada a buscar alimento en las calles, y aún siendo vampiro con el poder sobrenatural que llevaba corriendo por sus venas cualquiera podría asesinarla. Bueno, si llegara el caso de toparse con un vampiro exclusivo (como su jefe)
Algunos vampiros tenían trabajos como el de ella, para recibir sangre y evitar asesinar a humanos.
—Chica, llegando tarde… no sé cómo Matteo te tolera. La joven a su lado la saca de sus pensamientos.
—Si. Responde sería.
—Eres muy seria Lia… se más social.
La joven se la da vuelta para servir unos tragos, Lia hace lo propio y comienza su trabajo. ¿Ser más social? Se dijo internamente… ella no estaba interesada en serlo, mientras menos amistades hiciera era mejor. No quería amigos, no quería relaciones… no quería nada.
Desde que supo cómo su madre había fallecido ella decidió no confiar en nadie. Bueno excepto por una persona, Noah. El hombre que la rescató y crío desde que era una bebé.
El hombre envejecido era como un abuelo para ella, aunque este le insistía en que no albergará sentimientos hacia él. Eso solo la haría débil en un mundo cruel y lleno de vampiros. Para sorpresa de Lía, Noah era humano. Y aún no se explicaba cómo era que un humano habia logrado asesinar a un vampiro, por le agradecía internamente por haberla rescatado.
Sacudio sus pensamientos, no iba a seguir perdiendo el tiempo en eso, tenía que ponerse a trabajar. La noche era larga, y el bar cada vez se llenaba más. Comenzó a servir tragos tanto a vampiros como a humanos.
[...]
Alessio se bajó del coche, aparcó frente al bar de Matteo. Esa noche estaba dispuesto hacerle entender a ese idiota que debía venderle el bar, era el único establecimiento que no era de su propiedad. Pero más tarde que temprano pensaba cambiar esa situación.
Al entrar al concurrido lugar, el aroma a sangre innundo sus fosas nasales. Le gustaba aquel lugar, el diseño del interior era moderno una parte del bar poseía un zona exclusiva, donde un vampiro podía llevar a una humana para alimentarse en privado sin que otros los observarán.
No había límites a la hora de alimentarse, podían llegar a drenarle todo líquido carmesí o simplemente dejar con vida al humano. Lo que si tenía prohibido un vampiro ordinario era convertir a un humano dentro del establecimiento. En la calle ya era otra cosa, no había control ni leyes.
Alessio camino con paso firme mientras la multitud se hacían aún lado. Sobre todo los vampiros, cualquiera de ellos conocia perfectamente a uno poderoso. Biachi se detiene delante de una mesa en la que se encuentra Matteo acompañado de algunas hembras humanas.
—¡Biachi! ¡Biachi! ¡Qué sorpresa tenerte en mis dominios!
—No puedo decir lo mismo. Responde mortalmente serio.
—¿Qué te trae por aquí? No me digas que por lo mismo de siempre.
—Deberias reconsiderar mi propuesta Matteo. Le dice este echando a un lado su cabello suelto.
El vampiro sonríe mientras plata un beso en la mejilla de una mujer que no parecía querer estar allí.
—¡Ya te he dado mi respuesta, Alessio! Responde serio.
—Sabes bien que no desistire hasta que esté lugar sea mío. Lo mira con ojos afilados y asesinos.
—¿Y que vas hacer? Le reta esté.
Pero justo en ese momento cuando la vena de la frente de Alessio se hizo notoria una joven de cabello miel rizado se acerca a la mesa.
—Su bebida señor Matteo. Dice la joven dejando varias copas en la mesa.
—¡Estúpida idiota! ¿Porque demonios has tardado tanto?
—¡Hay mucha gente señor!
—Imbecil. Escupe el vampiro.
Alessio contempla el rostro de aquella muchacha quién está siendo humillada por el maldito de Matteo. Sin poder evitarlo Biachi no podía dejar de vela, tenía algo que llamaba su atención ¿Pero que?
Lia comienza a recoger los vasos vacíos, y en cuanto levanta la mirada lo primero que ven sus ojos azules son un par de ojos plateados que la escudriñaban de pies a cabeza. Lo que hizo que esa parte de su corazón humano latiera con fuerza, pero ¿Quien era ese tío? ¿Y porque la estaba mirando así?
—Con un demonio Lia, recoge toda esta porquería. Y sal de aquí, estúpida. La voz de su jefe la saco de su estupor.
—¡En seguida señor!
Desvío la mirada de ese misterioso hombre para enfocarse en su trabajo. Pero podía seguir sintiendo esa fiera mirada sobre ella que la ponía nerviosa. Al fin cuando terminó regreso a la barra, pero sin quitarle los ojos de encima a ese sujeto.
—Y bien Biachi, ¿Te quedarás allí parado o seguirás viendo a esa puta de la barra?
La mandíbula del italiano se tenso al escuchar como ese tío hablaba de esa forma sobre esa joven.
—¡Regresare Matteo! Y espero que para mí próxima visita estés dispuesto a firmar.
—Pierdes el tiempo. Jamás te daré mi bar, y no podrás hacer nada al respecto. Sonríe mostrando sus colmillos afilados.
Alessio solo sonríe, lleva un mechón de cabello detrás de su oreja. Suspira y se relaja. Levanta la mirada y mira de reojo a su enemigo.
—Siempre hay formas de hacer cambiar a alguien. La sonrisa burlona de Matteo se borró en el acto.
—¡Lárgate Biachi! Masculla el vampiro.
Éste se da la vuelta con aquella sonrisa de medio lado, en la que su colmillo blanquecieron puede notarse. Matteo al verlo alejarse toma bruscamente el cuello de la joven a su lado y la muerde salvajemente.
Unos segundos después, la mitad del cuerpo de la joven caen tendido sin vida en la mesa mientras que Matteo hace señas a sus guardias para que se deshagan del cadáver
Tres copas ya se encontraban en el cesto de los desechos. Los nervios que sentía Lía después que toparse con aquel hombre la dejaron tensa. ¿Porque se sentía así? Jamás había experimentado una sensación como esa con ningún vampiro. ¡Era extraño!Continuaba sirviendo tragos pero no se quitaba de la cabeza a ese sujeto.—Vamos chica, mueve ese bonito trasero. Le apremió la morena a su lado.—Si. Si. ¡Voy!El bar cerraba unas horas antes del alba. Lia recogía sus cosas para regresar a casa, luego de alimentarse salió del bar. Y en cuanto lo hizo ese hombre que habia visto en el bar se encontraba reco
Sus colegas exterminaron a muchos vampiros nacido y exclusivos. Creadores de humanos malditos… pero ninguno de estos era en rey. Era muy astuto como para dejarse atrapar. Y dada su desaparición, a Noah se le estaba terminando la energía y vitalidad para darle caza. Ya no era el mismo crío de hace 30 años…Necesitaba encontrarlo pronto, antes de que sus días terminarán. Muerto del sueño se tumbo en la cama, Lía despertaría en algunas horas. Eso le daba tiempo para descansar.[...]La tarde llegó, arrazando rápidamente con la luz del día… Lía se levantó de la cama al escuchar pasos y ruidos fuera de su habitación. Al salir al corredor del pasillo se topó con un apestoso o
—¿Qué haces estúpida perra? Vocifera el tío.Intento quitarse a Lia de encima, pero ésta enrrollo sus piernas en la cintura del sujeto por la parte de atrás mientras se alimentaba de él. Para ella era difícil de controlar su sed de sangre, sobre todo cuando mordía directamente a un vampiro.En el trabajo tomaba sangre en vasos, no era lo mismo que succionarla directamente de un cuello. A parte que no comprendía porque no lograba saciarse, y cuando se lo mencionó a Noah este no le respondió. Solo la evadió. ¿Quien era ella?La castaña soltó a su atacante quien cayó al suelo. Lia respiraba agitadamente, sus manos y parte de su cuello estaban salpicados en sangre. Observó al suj
Lía trago saliva en seco. ¿Qué querría decir con eso? Se pregunto. Su corazón no paraba de latir como loco. Mientras ese hombre la mantenía acorralada como un servatillo cuando esta siendo cazado por un depredador… ¡Ay por todos los demonios! También eres un maldito depredador se reprendió la joven.—¿Me quieres lastimar? Pregunto con cautela.—¡No! Pero si tú me lo permites, lo haría gustoso. Sonríe con malicia.Los ojos plateados de él se volvieron más brillantes, casi blancos. Llevaba el cabello suelto y su altura la intimidaba.—¿Quien eres? ¿Cuál es tu nombre?—
Alessio regresaba a casa justo a tiempo. El sol ya estaba por ponerse. Como todos los días el mayordomo lo esperaba en la entrada, pero ese día Dante también lo acompañaba.—¿Donde te has metido?—He estado ocupándome de un asunto.—Sobre mujeres, seguro. Sonríe el joven.—¿Porque no te has ido a dormir? Ya está por amanecer.—Te espere mucho rato en el antro y nunca apareciste, tengo noticias de Matteo.—¿Y que quiere ahora? ¿A cambiado de parecer?—No lo se… Solo quiere verte a por la n
Alessio pillo que Lía se acercaba a la mesa con más tragos. No le quitaba los ojos de encima cuando ella comenzó a dejar las copas sobre la mesa. De pronto el italiano sintió como la pelirroja a su lado introdujo la mano debajo de sus pantalones tomando su pene sin pudor alguno. Eso sí que no se lo esperaba.Y de la nada…Un líquido helado cayó sobre él y la tía pelirroja que tenía casi encima.—Pero bueno estúpida, ¿Qué coño crees que haces cabrona? Le grita la mujer quitándose los hielos de encima.—Se me ha caído la bebida. Responde inocente una Lía pero con ojos de malicia.
Bajaba del coche armado solo con un par de catanas en las manos. La noche era muy oscura, más de lo normal. No había luna, y era cuando está se volvía más peligrosa para cualquier transeúnte que desconociera la verdadera naturaleza de Bérgamo.Camino por las calles en busca de su presa, gracias al entrenamiento que tuvo con Lía esa tarde todo su cuerpo estaba caliente y listo para eliminar algunas ratas de la ciudad.Como siempre lo hacía cada que no encontraba engendros del demonio, Noah saco un frasco de vidrio con su propia sangre. La lanzó contra el suelo dejando que el líquido escarlata se espaciera por el lugar. Solo quedaba esperar que aparecieran esos miserables chupa sangre.Y no tuvo que esperar mucho, en pocos minutos se vio rode
Mejor conocidos como la santa orden. Una organización de monjes dedicados al exterminio de vampiros. Habían comenzado siendo ellos mismos los exterminadores, pero dado que eran eliminados rápidamente dejando casi extinta a la iglesia de estos cazadores… y dada su condición de servír al señor les tenía prohibido tener hijos.Los túnica marrones se vieron obligados a reclutar a jóvenes fuertes y valientes los cuales entrenaron arduamente. Enseñándoles todo lo referente como ser un cazador, en cuanto estos chicos alcazaran la mayoría de edad los monjes les exigían que tuvieran hijos, e hicieran con ellos lo mismo que ellos hicieron.Era una tarea que debía ser heredada por si el padre fallaba, la generación siguiente cumpliría con la misión. Por