"¿Tuviste acceso a tu lobo, mientras que peleabas con el Alfa Max?" Le pregunté a Alexei, él se levantó y bajó la cabeza."Alfa Albert, es muy desafortunado que nos conozcamos de esta manera. Me habría gustado conocerte de otra forma, pero bueno. Ya sabes mi nombre y sí, soy del Norte, pero mi madre era del Este, ella pertenecía a los Richmond de Hayland, su nombre era Teressa Richmond. Sé que mi cara y mi cabello me hacen parecer un extranjero en estas tierras, pero soy uno de ustedes. Quería aclarar eso primero, antes de responder a tu pregunta. Luego me gustaría explicar mi posición." Dijo, asentí, no había razón para interrumpirlo."Tuve acceso a mi lobo y peleé parcialmente transformado." Confesó, suspirando. "Yo sé que el Alfa Max me odia, siempre me lo ha demostrado y ha hecho parecer que, he querido quitarle su manada desde hace mucho tiempo. De hecho, me ha acusado de ser miembro de una secta desconocida, también dijo que me casé con Alia solo para tener el derecho a desafiarl
~ Amelia ~No podía creer cuanto había avanzado con Leo, cuando estábamos en la cocina pensé que serían solo besos y caricias, como siempre, jamás me imaginé iríamos más allá.Luego me hizo cosas que no sabía que me iban a gustar tanto, fue increíble experimentar todo con él. Me dejó sin aliento y me encantó que no se contuviera, porque eso lo hizo aún más excitante. Ver hasta dónde llegamos fue genial y no me arrepentía de nada. De hecho, me preguntaba qué más estaría dispuesto a hacer por mí.Que Kyle nos interrumpiera inicialmente me dolió, porque arruinó nuestro momento especial, pero Leo me lo recompensó toda la noche, fue como si sus ganas se multiplicaran y solo quisiera más y más.Sentía que ahora estaba avanzando poco a poco, y esperaba que nuestra relación floreciera, quería que fuera algo de lo que la gente hablara y desearan tener una relación como la de nosotros, realmente lo deseaba, así que le recé a la luna para que concediera mi deseo.Cuando desperté en la mañana Leo
"Me coqueteaste mientras te estás acostando con el Alfa. ¿Qué clase de mujer eres?" Me preguntó con altanería.Me puse de mal humor porque estaba diciendo mentiras, nunca le había coqueteado."¿Por qué pensaste que estaba coqueteando contigo? Solo quería ser tu amiga y que me llevaras al pueblo." Le dije, lo cual era la verdad, pero se rio sarcásticamente."Claro, ahora quieres ser mi amiga porque ya encontraste la forma de meterte en la cama del Alfa." Dijo, sonando herido. Su reacción me molesto un poco, de hecho, era raro que pensara que había estado coqueteando con él."Solo te daré un consejo, no te hagas muchas ilusiones. La Reina Tamia es la dueña de su corazón, podrá acostarse contigo y usarte para pasar el tiempo, pero, al igual que Amanda, nunca llenarás ese vacío en su corazón. Las Omegas dicen que ni siquiera duermes en su habitación y él también le hacía eso a Amanda, ¿quieres saber por qué? Porque esa es la habitación que compartía con Tamia y sus cosas siguen ahí. Así
Qué tonta fue Lucy al creer que las pocas personas que estaban interesadas en adoptarme no iban a darse cuenta de que mi cabello era tinturado, y por lo tanto despertaría aún más sospechas sobre la niña que se iban a llevar. Pensándolo bien, Lucy fue muy ingenua. Pero, aun así, estaba agradecida con ella. Por muy mal que me tratara a veces, estaba feliz de que no me echara del orfanato cuando se dio cuenta de que nadie me adoptaría. Si lo hubiera hecho, tal vez yo ya estaría muerta. Lo único que no me gustó fue que tratara de enviarme a trabajar a un burdel, habría aceptado trabajos raros y poco valorados, pero la prostitución, jamás.Intentó convencerme, porque la persona que quería contratarme le ofreció mucho dinero, dijo que le daría un toque exótico a su negocio. Me reí al recordar esas conversaciones.Ahora, todo eso había quedado en el pasado y estaba concentrada en mi futuro. Lo único que seguía haciendo era tinturarme el cabello. Hubo un momento en que dejé que mi cabello pla
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas