~ Leo ~Hacía mucho tiempo que no tenía a nadie que me esperara en la casa con los brazos abiertos. Al tener a Amelia a mi lado en el sillón, con la forma juguetona en la que me hablaba, me hizo feliz.Tras compartir un poco, la levanté del sillón y la llevé a su habitación. No diría que éramos como conejos, pero definitivamente estábamos yendo muy rápido en ese aspecto de nuestra relación. Luego de un par de horas volvimos a la cocina, quería que cocináramos juntos, y ella aceptó.Se veía hermosa e inocente con su cabello despeinado. Al mirarla, me acorde que quería preguntarle sobre las raíces de su cabello, aunque esperaba que no le molestara mi pregunta."Amelia." La llamé, ella me miró, con una espátula de madera cubierta de salsa de tomate en la mano, se veía increíblemente hermosa, así que le sonreí."¿Por qué las raíces de tu cabello son de un color rubio más o menos plateado?" Indagué, esperando saber un poco más sobre ella. Ella se tocó la cabeza con la otra mano y se rio. "
Tanto Max como yo estábamos ansiosos por ir al Norte. Sabía que él estaba contento porque su caso sería escuchado en el consejo y el secreto de Alexei sería revelado, mientras que yo estaba emocionado porque tenía muchas ganas de aprender más sobre los Volkov, creía que eran la familia perdida de Amelia."¿Qué harás esta noche?" Me preguntó Max, pero no le dije nada."Vamos a cazar." Respondió Amelia con un tono feliz, Max levantó una ceja. Ojalá no le hubiera dicho, se suponía que iba a ser nuestra noche juntos."¿Puedo acompañarlos?" Preguntó, precisamente por eso, no le había dicho."Es una noche especial, solo para dos." Le dije, Max asintió, no se lo tomó personal."Tal vez para la próxima." Lo consoló Amelia, él asintió de nuevo.Hablamos de otras cosas y terminamos de comer, luego organizamos la mesa y la cocina entre los tres,Max se fue a su habitación, Amelia y yo nos sentamos en el sillón de la sala para ver televisión."Leo." Me llamó Amelia, y por el tono de su voz supe
"Aurora." Me respondió.Black aulló para demostrarle respeto, aunque era más pequeña que yo, caminó hacia nosotros y bajo la cabeza, me estaba reconociendo como su Alfa, no como su compañero.Supongo que el haberla rechazado había afectado a Aurora, porque sabía que mi lobo ya no podía sentir el vínculo de compañeros. Black aulló para que se levantara. Luego, frotó su pelaje contra el de ella para animarla."Él es Black." Le dije por el enlace mental."Alfa Black." Respondió Amelia, mostrando respeto, en ese momento, me di cuenta de que ella también estaba siendo cuidadosa conmigo.A diferencia de nuestras versiones humanas, nuestros lobos eran muy malos fingiendo y podía darme cuenta que ella pensaba en cómo actuar cuando estaba cerca de mí, ojalá algún día se abriera por completo.Me metí al bosque y ella me siguió. Estando allí, me sentí libre, estaba corriendo ágilmente entre los árboles, fue como si algo pesado ya no estuviera sobre mis hombros. Sentí a Aurora detrás de mí y me re
~ Leo ~El doctor limpió la plata de mi herida y me puso un suero para ayudar a mi cuerpo a expulsarla de mi organismo, pero todo el tiempo que estuve en el tratamiento, no dejaba de pensar en Amelia y la pelea.Al recordar cómo su loba me defendió e hizo que uno de los hombres saliera corriendo del miedo que le tenía a Aurora, me reí un par de veces, agradecido de que me hubiera defendido, pero no podía dejar de pensar en por qué estaban esos hombres en mis bosques. Era obvio que venían a capturarme, eso significaba que alguien les dijo que estaría cazando en los bosques, tuvo que ser alguno de los hombres a los que Casper le pidió que revisara el área o alguien a quien le contaron. Recordé lo que Amelia me había dicho sobre los chismes en mi manada y supe que necesitaba resolver ese asunto, pero esto fue algo aún más grave. Estaba claro que alguien, o varios lobos, querían capturarme. Pero, ¿por qué ahora? Después de más de un año de paz, ¿por qué justo cuando estaba intentando ser
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo
~ Leo ~Tamia era el amor de mi vida y no había nada que no haría por ella. La amaba con toda mi alma y cuando le prometí que siempre estaríamos juntos, lo dije muy en serio. Era perfecta para mí; hermosa tanto por dentro como por fuera y tenía la fuerza que una Luna debía de poseer. Amaba cada una de sus cualidades y sinceramente no podía dejarla ir.Estaba enamorado de ella desde que recuerdo, por eso cuando se presentó la oportunidad de cortejarla, la aproveché de inmediato y como resultado, habíamos estado casados durante cinco años. La amaba inmensamente. Mi amor por ella era tan fuerte que creía que sería fácil rechazar a mi compañera destinada si alguna vez la encontrase y ella prometió hacer lo mismo a cambio. Sin embargo, nunca imaginé que rompería esa promesa de una forma tan cobarde.Tamia no quería ir a la cena de Casper; debí haberla escuchado y decirle a mi amigo que no iríamos, pero ahí inició mi caída. El fresco aroma a menta y manzanas me tomó por sorpresa y me atra
~Tamia~ Por la mañana salí a correr y al regresar, la gente me miraba con curiosidad. No necesitaba tener más de 2 neuronas para saber que ya se había difundido la noticia de que el Alfa había encontrado a su compañera destinada. Leo no intentó ocultar la atracción entre Amanda y él. Internamente me preguntaba si los miembros de la manada estaban contentos de que su Alfa sería más fuerte ahora que había encontrado a su compañera destinada. También me cuestionaba a mí misma, si me apreciaban lo suficiente para que se preocuparan verdaderamente por mí y el dolor que sufriría, el cual hasta podría volverme loca. Honestamente, me preguntaba de qué lado estarían.Pasé corriendo junto a los miembros de la manada y regresé a mi casa. Leo estaba desayunando pero, no le había hablado y no planeaba hacerlo, porque no tenía nada que decir. Fui al dormitorio a ducharme y vestirme para comenzar el día, había una reunión a la que debíamos asistir juntos y por mucho que preferiría quedarme en cas
~Tamia~ No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así. Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto."Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo."¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza."El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta."Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezas