Capitulo 4
~Tamia~

No hablé con Leo durante todo el viaje y cada intento que hizo por hablar conmigo fue respondido por mi silencio. Cuando finalmente llegamos a casa, fui directo al dormitorio. Nuestra casa tenía cuatro habitaciones, queríamos que nuestros hijos tuvieran cada uno la suya propia, pero ya no sería así.

Me pregunté cuál de esas habitaciones me pedirían que ocupara cuando Amanda se mudara; Las palabras de Linda seguían en mi mente y al igual que ella, sabía que mi cama estaría también vacía pronto.

"Tamia, por favor." Dijo Leo, siguiéndome a la habitación. "Por favor, Tamia." Suplicó y me giré para mirarlo.

"¿Por favor qué? Todos están hablando de esto, Leo, me humillaste en la fiesta, ¿qué si ella es tu compañera destinada? ¿Tenías que dejarme sola para ir al balcón y besarla? ¿Sabes siquiera lo que significa controlarte a ti mismo?" Le pregunté y bajó la cabeza.

"El sentimiento era abrumador." Me reí al escuchar su respuesta.

"Mejor ve a Bosque Blanco y termina lo que ya empezaste, Leo. No esperes mi aprobación, porque esta nunca llegará, nunca diré que está bien para que te sientas mejor. De hecho, ¡no está bien! ¡Duele! Se siente como una traición y nunca podré superarlo, así que no pierdas el tiempo esperando que lo entienda porque no lo haré. Yo soy la única perdedora en todo esto, no tú, ella tampoco o los condenados miembros de la manada, solo yo, Akira y yo." Dije, entrando al baño para ducharme.

Me quedé bajo la ducha con el agua fría fluyendo sobre mí, no sabía qué hacer, ¿dónde podría ir? Al igual que Linda y Avery, estaba atrapada.

No podía ir a ningún lado sin una invitación porque era la Luna de esta manada, tampoco podía soñar con encontrar otro amor, nadie querría intentarlo conmigo, definitivamente estaba atrapada.

Todavía bajo el agua, me senté y lloré. Estaba tratando de prepararme para los días oscuros que se avecinaban, pero no podía. Mi corazón estaba demasiado roto y tenía mucho miedo.

"Tendremos que intentarlo, Tamia." Dijo mi loba, resignándose a nuestro destino.

"¿Y si es mala y quiere a Leo solo para ella?" Le pregunté a mi loba.

"Entonces le dejaremos tenerlo, no podemos luchar contra esto, es superior a nosotras al ser la compañera que el destino le ha asignado. Nosotras no tenemos ninguna oportunidad ante ello, solo nos toca esperar que sea amable y considerada, de lo contrario, que no esté contigo en las noches será el menor de nuestros problemas, Tamia." Dijo jaira, y lloré, todo esto era bastante difícil de soportar.

Pasó un mes, en el que vi a Leo luchar contra el vínculo, no fue a buscarla al Bosque Blanco. El Alfa Ramzey envió varios hombres a decirle que lo hiciera, pero no tuvieron éxito. Sabía que estaba tratando de demostrarme que podía luchar contra ello y lo aprecié por ello.

Hicimos el amor un par de veces, pero se sentía diferente. Su corazón y su lobo no estaban en ello, lo que hacía que sintiera que estaba teniendo sexo conmigo solo por lástima y nunca me había sentido tan baja en mi vida como hasta ese momento.

Pasaba largas horas en la oficina y redujo su tiempo trabajando desde casa y yo sabía que ya no le atraía como antes.

El Alfa Ramzey había amenazado con comenzar una guerra contra él, si no aceptaba a su hija y se corrió la voz de que estaba solicitando ayuda de otros. Debido a eso, fuimos convocados a una reunión del consejo.

El consejo estaba integrado por todos los Alfas de una región, se reunían y decidían sobre muchos asuntos en una especie de juicio, cada Alfa tenía los mismos derechos y se escuchaba a todas las partes.

Estaba nerviosa por el veredicto, pero de todos modos me arregle de una manera presentable para atender a este.

Mientras estábamos sentados en el asiento trasero del coche, Leo apretó suavemente mi mano diciendo, "No te preocupes, Tamia, siempre serás mi Luna, te lo prometo." Dijo.

Asentí y le sonreí. De alguna manera, había aprendido a fingir que le creía, cuando la verdad era que la única razón por la que todavía estaba con él era porque no tenía otro lugar a dónde ir.

Se discutieron de muchos temas en el consejo. Principalmente sobre el Alfa Sylvester Volkov de la manada del Lobo Negro, le decían el Señor de los lobos y dirigía la región más cercana, por lo que era un tema que preocupaba mucho a todos los allí presentes.

Había conquistado una región entera y se encontraba en marcha hacia la nuestra, pero algunas personas argumentaban que el Alfa Oscuro nunca atacaba a menos que alguien lo ofendiera.

Aun así, la mayoría creía que era un tipo peligroso y necesitábamos prepararnos. Siendo un Alfa de otra región, nunca antes lo había visto, así que no podía juzgar su carácter ni decidir por mí misma si los rumores sobre él eran verdaderos o falsos. Pero una cosa si era segura, el hombre era poderoso y bastante temido.

Después de discutir lo malvado que era el Alfa Oscuro y decidir qué hacer al respecto, se presentó el problema de Ramzey con Leo.

"¿Por qué te has negado a hacer lo correcto, Alfa Leo?" Le preguntó Kyle, sabía que el echarme a la calle por su compañera destinada era lo justo para él, ya que, eso fue lo que había hecho con Linda.

"Tu compañera no puede dejarte a menos que la rechaces, además es incorrecto tener relaciones con tu compañera destinada y luego abandonarla." Dijo con severidad, pero Leo sacudió la cabeza a manera de negación.

"No nos acostamos y eso lo puedo jurar por lo más bendito." Argumentó.

Pero Kyle lo refutó. "No según Amanda."

Leo frunció el ceño. O él estaba mintiendo o ella lo estaba haciendo, sea cual fuese el caso, la gente probablemente le creería a ella porque al salir, su vestido estaba rasgado.

"No queremos una guerra entre nosotros, Leo. Haz lo correcto." Dijo el Alfa Gabriel, luego me miró, "Luna Tamia, no deberías retenerlo evitando que esté al lado de su compañera destinada, eso es cruel." Dijo el idiota machista sin detenerse a pensar, ¿cuál era mi crimen en todo esto?

"No me culpes por esto, Alfa. No soy quien está bajo escrutinio, no me involucres". Le advertí al hombre y se ofendió.

"No ha aceptado a Amanda por ti y no podemos permitir que dos Alfas poderosos vayan a la guerra solo por el hecho de que no quieres compartir. El destino ya lo ha decidido, así que solo te queda aceptarlo." Dijo el hombre y no me molesté en responder porque no tenía sentido discutir con ese idiota.

"Se espera que aceptes a la señorita Amanda Richford antes de que termine la semana o el consejo deliberará en tu contra, puede que seas poderoso, también puede que tengas más tierras y riquezas que todos nosotros, pero juntos somos más fuertes que tú, así que no nos obligues a actuar. Has lastimado al Alfa Ramzey y deberías enmendar esta situación al escoger hacer lo correcto." Dijo Kyle y el caso se cerró.

No teníamos ninguna oportunidad contra todo el consejo, así que sabía que pronto daríamos la bienvenida a una invitada en nuestra casa. Furiosa regresé a casa con Leo.

"Moveré mis cosas fuera de la habitación principal mañana por la mañana." Le dije, echándome de la habitación antes de que él lo hiciera.

"No, nos quedaremos juntos. Ya que Amanda está empeñada en venir aquí, ella será la que dormirá en la otra habitación." Me miró. "Te lo juro, Tamia, no me acosté con ella."

Asentí a sus palabras vacías y me fui a la habitación, pero no pude pegar el ojo en toda la noche porque sabía que mi vida sería diferente por la mañana.

Llegó la mañana y con esta, también llegó Amanda. Trajo algunos trabajadores que la ayudaron a mover sus cosas a nuestra casa.

Les señalé la habitación de invitados y a regañadientes movieron sus cosas allí, era como si pensaran que ella no debería estar allí. Después de que arreglaron su habitación, todos los metiches con los que había llegado se fueron.

Evité cruzar palabra con ella y decidí que saldría de la casa, pero eligió ese preciso momento para conversar conmigo.

"Lamento mucho las molestias que esto te está causando, Luna Tamia. Sabes que, si el rechazo fuera una opción, él me hubiese rechazado sin dudarlo, pero un Alfa poderoso como Leo no querría mostrar debilidad, ni yo tampoco." Luego añadió, "Pero algo si te prometo, es que no intentaré reemplazarte." Allí supe que ella sabía que solo era cuestión de tiempo.

"Muchas gracias." Mentí y salí de casa, caminé hacia el bosque y cambié a mi forma de loba para correr. Me quedé en mi forma de loba todo el día, hasta entrada la noche, cuando regresé a casa y noté que el coche de Leo estaba estacionado al frente.

Era en momentos como este que deseaba que hubiésemos escogido vivir en la casa de la manada, así nunca tendrían privacidad.

Entré en la casa y escuché voces provenientes de la habitación de Amanda; estaban discutiendo sobre algo.

Por lo que pude escuchar, estaba claro que ella había mentido cuando dijo que tuvieron relaciones, pero solo se besaron. Al final, ella había ganado y ahora estaba viviendo con nosotros.

Me fui al dormitorio principal a ducharme.

Pasaron dos semanas y Leo trataba a Amanda como si fuese un fantasma en la casa. Incluso comencé a sentir lástima por ella, también pude ver sus muchos esfuerzos por mantenerse alejado.

Ella había pedido el rechazo varias veces ya, pero sabía que no lo decía en serio, solo lo hacía para obtener una reacción de él y me preguntaba por cuánto tiempo se resistiría.

Me desperté con un dolor agudo en el pecho, aunque inicialmente me sentía desorientada, el dolor me hizo volver en mí. Leo no estaba a mi lado y no necesitaba pensarlo mucho para adivinar dónde estaba.

Ese dolor fue diferente, agotador y terriblemente intenso, hasta que se detuvo abruptamente. No entendí qué había pasado, pero estaba agradecida de que se hubiera detenido, así que me recosté para dormir, pero no pude conciliar el sueño.

Lágrimas de miedo, traición y tristeza se deslizaban por mis mejillas, porque sabía que mi vida había cambiado por completo.

Finalmente, pude conciliar el sueño en las primeras horas de la mañana y me desperté al mediodía. No pude hacer mi corrida matutina diaria porque el sol ya estaba arriba en todo su esplendor, así que mejor opté por ducharme.

Salí de la habitación, fui a buscar algo para comer en la cocina y allí los encontré, riendo y hablando de forma muy amena. Sin embargo, se quedaron en silencio cuando entré en la cocina, por lo que tuve que cubrir mi dolor.

"Por favor, ignórenme." Dije y me dirigí hacia la cafetera.

"Buenos días, Luna Tamia." Dijo Amanda con un tono de ironía en su voz, la miré y se giró para que pudiera ver la marca de Leo en su cuello. Eso explicaba por qué el dolor se detuvo abruptamente, estaba sucediendo tal cual me había dicho Linda.

Comencé a reír de inmediato, esa fue la única respuesta que salió de mí: Me reí y asentí.

"Felicidades" Levanté mi taza y salí de la cocina.

"Tamia, ¡Tamia!" Leo me llamó, dejé de caminar y me giré para enfrentarlo.

"Por favor, Tamia, esto no cambia nada, tu sigues siendo la Luna." Dijo, pero seguí riendo, no había forma de que dejara que Leo me usara.

"No, Leo. Ya no soy tu Luna." Dije y él frunció el ceño, preguntándose qué quería decir.

No había necesidad de explicarlo por el momento, lo haría cuando se presentara la oportunidad. Miré su ropa y noté que no parecía que fuese a ir a ningún lado, lo que significaba que pasarían todo el día juntos; era hora de comenzar a planear mi salida.

Ahora que la había ya reclamado, ya no sentiría dolor cuando tuvieran relaciones y como él no me iba a rechazar, entonces era el momento de buscar lugares a los que pudiera mudarme.

No podría mudarme a un lugar cercano, por lo cual tendría que ser a otra región y mentir diciendo que mi compañero destinado estaba muerto, pero sabía que lo que necesitara hacer debía hacerlo rápido.

Por su parte, Amanda no parecía una buena mujer, pero yo no quería preocuparme en averiguarlo.
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