~ Amelia ~No podía creer cuanto había avanzado con Leo, cuando estábamos en la cocina pensé que serían solo besos y caricias, como siempre, jamás me imaginé iríamos más allá.Luego me hizo cosas que no sabía que me iban a gustar tanto, fue increíble experimentar todo con él. Me dejó sin aliento y me encantó que no se contuviera, porque eso lo hizo aún más excitante. Ver hasta dónde llegamos fue genial y no me arrepentía de nada. De hecho, me preguntaba qué más estaría dispuesto a hacer por mí.Que Kyle nos interrumpiera inicialmente me dolió, porque arruinó nuestro momento especial, pero Leo me lo recompensó toda la noche, fue como si sus ganas se multiplicaran y solo quisiera más y más.Sentía que ahora estaba avanzando poco a poco, y esperaba que nuestra relación floreciera, quería que fuera algo de lo que la gente hablara y desearan tener una relación como la de nosotros, realmente lo deseaba, así que le recé a la luna para que concediera mi deseo.Cuando desperté en la mañana Leo
"Me coqueteaste mientras te estás acostando con el Alfa. ¿Qué clase de mujer eres?" Me preguntó con altanería.Me puse de mal humor porque estaba diciendo mentiras, nunca le había coqueteado."¿Por qué pensaste que estaba coqueteando contigo? Solo quería ser tu amiga y que me llevaras al pueblo." Le dije, lo cual era la verdad, pero se rio sarcásticamente."Claro, ahora quieres ser mi amiga porque ya encontraste la forma de meterte en la cama del Alfa." Dijo, sonando herido. Su reacción me molesto un poco, de hecho, era raro que pensara que había estado coqueteando con él."Solo te daré un consejo, no te hagas muchas ilusiones. La Reina Tamia es la dueña de su corazón, podrá acostarse contigo y usarte para pasar el tiempo, pero, al igual que Amanda, nunca llenarás ese vacío en su corazón. Las Omegas dicen que ni siquiera duermes en su habitación y él también le hacía eso a Amanda, ¿quieres saber por qué? Porque esa es la habitación que compartía con Tamia y sus cosas siguen ahí. Así
Qué tonta fue Lucy al creer que las pocas personas que estaban interesadas en adoptarme no iban a darse cuenta de que mi cabello era tinturado, y por lo tanto despertaría aún más sospechas sobre la niña que se iban a llevar. Pensándolo bien, Lucy fue muy ingenua. Pero, aun así, estaba agradecida con ella. Por muy mal que me tratara a veces, estaba feliz de que no me echara del orfanato cuando se dio cuenta de que nadie me adoptaría. Si lo hubiera hecho, tal vez yo ya estaría muerta. Lo único que no me gustó fue que tratara de enviarme a trabajar a un burdel, habría aceptado trabajos raros y poco valorados, pero la prostitución, jamás.Intentó convencerme, porque la persona que quería contratarme le ofreció mucho dinero, dijo que le daría un toque exótico a su negocio. Me reí al recordar esas conversaciones.Ahora, todo eso había quedado en el pasado y estaba concentrada en mi futuro. Lo único que seguía haciendo era tinturarme el cabello. Hubo un momento en que dejé que mi cabello pla
~ Leo ~Hacía mucho tiempo que no tenía a nadie que me esperara en la casa con los brazos abiertos. Al tener a Amelia a mi lado en el sillón, con la forma juguetona en la que me hablaba, me hizo feliz.Tras compartir un poco, la levanté del sillón y la llevé a su habitación. No diría que éramos como conejos, pero definitivamente estábamos yendo muy rápido en ese aspecto de nuestra relación. Luego de un par de horas volvimos a la cocina, quería que cocináramos juntos, y ella aceptó.Se veía hermosa e inocente con su cabello despeinado. Al mirarla, me acorde que quería preguntarle sobre las raíces de su cabello, aunque esperaba que no le molestara mi pregunta."Amelia." La llamé, ella me miró, con una espátula de madera cubierta de salsa de tomate en la mano, se veía increíblemente hermosa, así que le sonreí."¿Por qué las raíces de tu cabello son de un color rubio más o menos plateado?" Indagué, esperando saber un poco más sobre ella. Ella se tocó la cabeza con la otra mano y se rio. "
Tanto Max como yo estábamos ansiosos por ir al Norte. Sabía que él estaba contento porque su caso sería escuchado en el consejo y el secreto de Alexei sería revelado, mientras que yo estaba emocionado porque tenía muchas ganas de aprender más sobre los Volkov, creía que eran la familia perdida de Amelia."¿Qué harás esta noche?" Me preguntó Max, pero no le dije nada."Vamos a cazar." Respondió Amelia con un tono feliz, Max levantó una ceja. Ojalá no le hubiera dicho, se suponía que iba a ser nuestra noche juntos."¿Puedo acompañarlos?" Preguntó, precisamente por eso, no le había dicho."Es una noche especial, solo para dos." Le dije, Max asintió, no se lo tomó personal."Tal vez para la próxima." Lo consoló Amelia, él asintió de nuevo.Hablamos de otras cosas y terminamos de comer, luego organizamos la mesa y la cocina entre los tres,Max se fue a su habitación, Amelia y yo nos sentamos en el sillón de la sala para ver televisión."Leo." Me llamó Amelia, y por el tono de su voz supe
"Aurora." Me respondió.Black aulló para demostrarle respeto, aunque era más pequeña que yo, caminó hacia nosotros y bajo la cabeza, me estaba reconociendo como su Alfa, no como su compañero.Supongo que el haberla rechazado había afectado a Aurora, porque sabía que mi lobo ya no podía sentir el vínculo de compañeros. Black aulló para que se levantara. Luego, frotó su pelaje contra el de ella para animarla."Él es Black." Le dije por el enlace mental."Alfa Black." Respondió Amelia, mostrando respeto, en ese momento, me di cuenta de que ella también estaba siendo cuidadosa conmigo.A diferencia de nuestras versiones humanas, nuestros lobos eran muy malos fingiendo y podía darme cuenta que ella pensaba en cómo actuar cuando estaba cerca de mí, ojalá algún día se abriera por completo.Me metí al bosque y ella me siguió. Estando allí, me sentí libre, estaba corriendo ágilmente entre los árboles, fue como si algo pesado ya no estuviera sobre mis hombros. Sentí a Aurora detrás de mí y me re
~ Leo ~El doctor limpió la plata de mi herida y me puso un suero para ayudar a mi cuerpo a expulsarla de mi organismo, pero todo el tiempo que estuve en el tratamiento, no dejaba de pensar en Amelia y la pelea.Al recordar cómo su loba me defendió e hizo que uno de los hombres saliera corriendo del miedo que le tenía a Aurora, me reí un par de veces, agradecido de que me hubiera defendido, pero no podía dejar de pensar en por qué estaban esos hombres en mis bosques. Era obvio que venían a capturarme, eso significaba que alguien les dijo que estaría cazando en los bosques, tuvo que ser alguno de los hombres a los que Casper le pidió que revisara el área o alguien a quien le contaron. Recordé lo que Amelia me había dicho sobre los chismes en mi manada y supe que necesitaba resolver ese asunto, pero esto fue algo aún más grave. Estaba claro que alguien, o varios lobos, querían capturarme. Pero, ¿por qué ahora? Después de más de un año de paz, ¿por qué justo cuando estaba intentando ser
~ Tamia ~Nunca olvidaré la noche en la que mi maravillosa vida se convirtió en un completo desastre. No puedo sacar de mi mente el momento en que todo cambió.Mi esposo y yo fuimos a una fiesta a la que no quería asistir, pero Casper, un beta amigo de Leo, era el anfitrión y él estaba decidido a honrar su invitación a toda costa. Debí haberle suplicado un poco más que nos quedáramos en casa, pero quería ser una esposa comprensiva, así que decidí seguirlo y ese fue mi peor error.Leonardo Albert era mi esposo y el alfa de la Manada de la Montaña, lo que me hacía ser conocida como Tamia Albert, la Luna de la manada. Leonardo me eligió para ser su Luna cuando tenía diecinueve años. En realidad, empezamos a salir cuando yo tenía diecisiete y él veintiuno, aunque no llegamos a la intimidad física, ya que, aún no tenía la edad para eso, nos enamoramos de todos modos y juramos permanecer juntos.Muchas de las mujeres de la manada me odiaban porque él solo tenía ojos para mí y no es que yo