La ciudad se despertaba lentamente, los primeros rayos del sol se asomaban por el horizonte, iluminando las calles vacías y los edificios altos.
En medio de este paisaje tranquilo, una figura femenina caminaba con paso firme, su cabello negro ondeaba en el viento, y sus ojos color café, parecían reflejar una mezcla de determinación y miedo, viendo la pequeña figura que caminaba junto a ella con una sonrisa de felicidad. —Mamá, quiero ver rápido a mis abuelas —dijo el pequeño de cinco años emocionado. —Claro que sí, mi vida, queda poco para eso —Respondió Valentina con la misma emoción de su hijo al volver después de casi seis años. Valentina Figueroa había regresado a la capital después de años de ausencia, con un secreto que la había perseguido durante todo ese tiempo. Un secreto que podría cambiar su vida y la de muchos para siempre. Mientras caminaba, no podía evitar pensar en el pasado, en lo que ocurrió esa noche y que un mes después marcó su vida para siempre. Una noche de tragos tuvo consecuencias que ahora enfrentaba. Pero también pensaba en el futuro, en la posibilidad de empezar de nuevo, de dejar atrás el dolor y la incertidumbre, olvidándose de ese miedo porque llegase el momento que ella menos deseaba. En la otra parte de la ciudad, la familia Milano se despertaba en su lujosa mansión. Gabriel Milano, el patriarca de la familia, era un hombre de negocios exitoso y respetado en la sociedad. Estaba casado con Martina, una mujer hermosa y elegante, y tenían dos hijos: Benjamín, el heredero de la fortuna de la familia, y Jazmín, la hija menor. La familia Milano era conocida por su riqueza y su influencia en la sociedad. A pesar del dinero que tenían, para ellos era importante compartir en familia dura te fechas significativos y una de esas fechas especiales. Eran las Navidades. Era sin duda la fecha en la que dejaban todo a un lado y disfrutaban en familia. —No olvides que solo queda una semana para recibir el año nuevo —Le recordó Martina a su hija. —Lo sé mamá, regresaré pronto —Respondió la chica al otro lado del teléfono. —Seguiré recordando a tu hermano o es capaz de irse de fiesta —dijo Martina suspirando. —Ya no somos unos niños mamá, llegará el momento en que estaremos con nuestra familia—aseguró Jazmín. —Mientras eso, pase, seguirán recibiendo año nuevo conmigo —Declaró Martina colgando la llamada. Jazmín suspiró con una sonrisa, ella se encontraba en Italia terminando una especialización en finanzas. Mientras que Benjamín se tomaba muy en serio el trabajo como CEO, facilitando todas las cosas a su padre y llenándolo de orgullo. —Has hecho un excelente trabajo hijo. —Aseguró Gabriel Milano. —He aprendido del mejor papá. —Aseguró él dándole una palmada en su espalda. —Solo falta que me conviertas en abuelo —Dijo Gabriel con una sonrisa haciendo que Benjamín volteara sus ojos. —No empecemos por ahí papá, mejor dile a Jazmín —Habló Benjamín hastiado. —Mi princesa aún no se enamora, no quiero que se case por compromiso. —¿Insinúas que no te importa si yo lo hago? —Preguntó Benjamín fingiendo estar ofendido. —También creo que llegará esa mujer que te dará un hijo. Solamente espero no sea para nada sumisa. —Bromeó Gabriel haciendo reír a Benjamín. Su padre estaba consciente de cuánto le encantaba tener la razón y el dominio de todo. Una mujer sumisa para él sería la perfecta, acatando sus órdenes y entendiendo cuando él no quisiese llevársela a algún lado. Amaba el matrimonio de sus padres, pero sentía que él no estaba preparado para el matrimonio y mucho menos decirle a una mujer a dónde ir y qué hacer. La familia Milano disfrutaba de esa maravillosa Unión y confianza entre familia Mientras la felicidad en la familia Milano reinaba, Valentina disfrutaba de la bienvenida que le hacía su madre junto a su abuela, aunque la señora no pudiera ya hablar. —¡Abuela, me gusta mucho tu árbol de Navidad! —exclamó Valerio emocionado —Lo he adornado especialmente para ti, mi niño. —El Niño Jesús traerá muchos regalos —Aseguró el pequeño sonriendo feliz. —Debemos descansar pequeño, mañana nos espera un día de compras —le dijo Valentina desordenando su cabello. Valerio se sintió feliz. Valentina Figueroa sin saberlo, estaba a punto de cambiar la vida de la familia Milano para siempre y aunque ella no lo quisiese aceptar también cambiaría su vida y la de su familia al revelar la verdad del verdadero padre de su hijo. Atrayendo hacia ella a personas manipuladoras y ambiciosas.Valentina Figueroa regresaba a la capital después de años de haberse marchado por circunstancias drásticas.Bajó del auto y se adentró a la boutique más famosa y cara de la ciudad. Junto a ella, un pequeño de cinco años, cuyos rasgos característicos mostraban sus ojos grises rayados y un cabello castaño, su piel blanca y una sonrisa con hoyuelos. Sin dudas, un hermoso niño.Amablemente, pidió llevar los trajes al vestidor, donde el pequeño Valerio, esperaba pacientemente para probárselos. Valentina llevaba 4 años trabajando para un empresario en la ciudad de Valencia. Su decisión de volver a la capital inició en el momento en que su madre le comentó sobre la enfermedad de su abuela.Dejó su miedo de encontrarse con el padre de su hijo, a quien no conocía, y decidió pasar lo que podría ser una última Navidad con su abuela.Una empleada la llevó al lugar donde el pequeño se estaba probando el traje. —¡Oh!, ¡Qué galán! —susurró su madre besando sus mejillas.—Tú también estás linda mam
Benjamín es un hombre de 34 años de edad y el CEO de todas las propiedades de su padre. En su lista no estaba casarse aún. Aunque sus padres le venían insistiendo que debería ya de rehacer su vida y tener sus hijos. Él sacaba el tema de que su hermana ya estaba en sus 27 y debería casarse también, pero eso para Gabriel no era una opción. Su hija aún no le presentaba al hombre que deseaba como esposo y no la obligaría a nada.Volviendo al tema de la mujer y el pequeño, Benjamín se encontraba conduciendo su auto por las calles de la ciudad, cerca de la boutique de tu madre. Tenía la esperanza de verla y así facilitarle el trabajo de buscarla. Su mano derecha en el volante y su izquierda en su mentón, observando cada calle, cada persona que caminaba en busca de un niño con sus mismos rasgos aunque con sus ojos grises. Se distrajo al ver hacia el parque, donde vio a una hermosa mujer, su cabello negro con ondas, el sol que iluminaba en su cara, sus labios no tan carnosos.Detuvo el aut
Aún no había amanecido en su totalidad y Valentina se encontraba preparada para esa entrevista. Mientras tomaba un delicioso café junto a unas tostadas con huevo revuelto, jamón y mantequilla blanca. Observaba su hoja de vida en busca de algún error que no le permitiera obtener el cargo de asistente o secretaria de las empresas Milano.Al otro lado de la ciudad, en una hermosa mansión, llegaba una hermosa mujer de cabello cobrizo, ojos marrones, piel blanca y una sonrisa que reflejaban sus hermosos hoyuelos. La noticia de que su padre tenía una amante y un hijo, lograron que la chica viaje desde Italia a su hogar en busca de conocer la verdad de todo. Estaba tan segura de que era una gran mentira, su padre reflejaba el amor hacia su madre, el respeto y el compromiso de fidelidad.Se le hacía muy difícil creer que su amado padre había engañado a su amada esposa, la mujer a quien siempre halagaba y presumía en todos los eventos a los cuales asistían juntos. Logró convencer a su madre
El silencio reinaba en la oficina, solo se escuchaba el sonido que hacía Jazmín, abrir el sobre y sacar la hoja donde estaría la respuesta a todas las preguntas de Benjamín. Valentina estaba completamente nerviosa, solo ver a Benjamín le daba un escalofrío en todo su cuerpo.Jazmín terminó de abrir el sobre y puso su mejor cara sería para leer el contenido. Su mirada se posó en la hoja y su expresión cambió de seriedad a sorpresa.—¿Qué dice? —Preguntó Benjamín, impaciente.Jazmín levantó la vista y se dirigió a su hermano.—El resultado de la prueba de ADN… hizo una pausa para crear suspense—. Indica que hay un…—Ya basta, jazmín. —Reclamó Martina.—Es de un 99,9% de probabilidad de que el pequeño Valerio sea tu hijo, hermano — Termino de decir jazmín, cerrando la hoja con una sonrisa.—No lo creo —dijo Benjamín arrancando de las manos de jazmín la hoja para asegurarse.—Papá, felicidades, se te cumplió tu sueño de ser abuelo —abrazo jazmín a su padre.Mientras que Martina buscaba la
El sol salía y se ocultaba dando indicios de que habían pasado ya un par de días en Benjamín seguía sin poder aceptar que ya era padre. Jazmín y había regresado a Italia a finalizar unos asuntos allá.Mientras que Valentina se prevenía de los venideros e iba hablando con su pequeño de la posible llegada de su padre. La mentira de que él había estado de viaje en otro país por muchos años y que no había podido regresar y mucho menos haber estado en comunicación ya había llegado a su fin. Su meta era poder lograr que su pequeño se olvidara de un padre y solo se conformará con ella.Pero algo estaba a punto de cambiarlo todo, la llegada del antiguo jefe de Valentina, quien para ella era un hombre que le había tomado mucho cariño, ayudándola en todo con el nacimiento de su hijo y dándole trabajo, convirtiéndola en la mejor asistente financiera. En el hermoso edificio donde se encontraban las empresas Milano. Tres camionetas negras blindadas se estacionaban bajando de unas del magnate Ra
La noche fue la más pesada y complicada para Benjamín, su vida seguía recibiendo noticias impactantes, cambiando totalmente sus planes de seguir viviendo la vida de CEO soltero.Seguía despertando y sin poder creer que ya era padre. Su pecho se oprimía de miedo, no quería hacer las cosas mal con él. No cuando tenía el mejor ejemplo de padre y hombre de familia.También la idea de Rafael, que fue apoyada por su padre, lo tenía algo atormentado, ¿pero a quién le mentía?, Valentina estaba metida en su cabeza, su mirada escaneando su cuerpo y el poco interés en él.Por otro lado, Valentina estaba un poco calmada de que la familia Milano no apareciera frente a ella en busca de compartir o tal vez exigir la custodia completa de su hijo. Aún no se atrevía a decirle a su pequeño que su padre estaba cerca, que ya podía jugar y salir al parque de inversiones con él, como tanto lo ha estado soñando.Dejó de pensar y decidió compartir nuevamente en el parque con su pequeño, quien disfrutaba corr
Italia.Jazmín llegaba a la empresa donde estaba terminando su especialización y su cuerpo se tensó al coincidir con alguien en el ascensor. Ignorando totalmente a la persona que no dejaba de observar con sus ojos llenos de amor y admiración. Sus manos se tocaron al coincidir cuando intentaban presionar el botón al piso al que deseaban ir. Jazmín quitó su mano inmediatamente y le permitió a él que presionara el botón. Berlín castillo, presionó el botón y volvió a la parte de atrás para seguir observando a Jazmín, quien lo ignoró completamente. Al llegar al piso, Jazmín salió sin voltear atrás y así evitar que él se diera cuenta lo nerviosa que la ponía. —No es necesario que huyas, no pienso comerte aquí — Le habló Berlín con una sonrisa.El cuerpo de Jazmín sintió ondas que golpean todo su ser, esa voz tan ronca y varonil, terminaba de embriagarla, los pasos de Jazmín se detuvieron y su cuerpo sintió la cercanía de él.Jazmín tomó una bocanada de aire y volteó con toda seguridad.
Un beso, puede generar miles de sensaciones, significar para ti demostrar amor o tal vez deseo. Para Benjamín Milano. Valentina se estaba convirtiendo en un deseo incontrolable de saciar. Sus rechazos le daban en su ego no aceptando que ella fuera inmune a su encanto, al ser la madre de su hijo y él su primer hombre imaginaba que caería a sus brazos nuevamente permitiéndole recordar esa noche con más claridad. Sus ojos se cerraron y el peso de su cuerpo estaba sobre su silla de CEO. Una sonrisa salió de sus labios mientras su mano nos tocaba recordando ese pequeño toque el cual había despertado un sinfín de emociones y deseos por querer cumplir. En la misma situación se encontraba Berlín aunque él sí pudo saborear cada centímetro de la boca de jazmín, acostado en su cama suspiraba con gran emoción y deseo por tenerla nuevamente entre sus brazos, poder tocar su hermosa piel mientras escuchaba su voz suplicarle que la hiciera suya. Había sido un largo año el cual se había aguantado