Aún no había amanecido en su totalidad y Valentina se encontraba preparada para esa entrevista. Mientras tomaba un delicioso café junto a unas tostadas con huevo revuelto, jamón y mantequilla blanca.
Observaba su hoja de vida en busca de algún error que no le permitiera obtener el cargo de asistente o secretaria de las empresas Milano. Al otro lado de la ciudad, en una hermosa mansión, llegaba una hermosa mujer de cabello cobrizo, ojos marrones, piel blanca y una sonrisa que reflejaban sus hermosos hoyuelos. La noticia de que su padre tenía una amante y un hijo, lograron que la chica viaje desde Italia a su hogar en busca de conocer la verdad de todo. Estaba tan segura de que era una gran mentira, su padre reflejaba el amor hacia su madre, el respeto y el compromiso de fidelidad. Se le hacía muy difícil creer que su amado padre había engañado a su amada esposa, la mujer a quien siempre halagaba y presumía en todos los eventos a los cuales asistían juntos. Logró convencer a su madre de ir a la empresa, juntas y encarar a su padre hasta que decidiera decir la verdad. —No pienso ver a tu padre. —Habló molesta. —Mamá, no te puedes esconder en esta mansión toda una vida. —Le dijo su hija tratando de convencerla. —Bien, pero si lo niega la primera vez, me marcho. —Aseguró. Su hija asintió y decidió salir a la sala a esperar a que se arreglara y bajara. Mientras eso sucedía, ella le escribió a su hermano para que también se llegase a la empresa y hablaran todos con su padre para sacarle la verdad de una vez por todas. Los minutos pasaban dándole oportunidad a un par de horas y así hasta que todos llegaban en un mismo momento a la empresa. Jazmín chocó accidentalmente con Valentina, disculpándose, era la única de la familia Milano, que no había conocido a Valentina personalmente. Valentina se sintió atraída por la sonrisa de Jazmín mostrando sus hoyuelos, sacudió su cabeza al pensar que ya empezaba a ver a todas las personas muy parecidas a su hijo. —¿Buscas a alguien? —Preguntó Jazmín. —¡Oh sí! No sé dónde está la oficina de recursos humanos. —Dijo Valentina apenada. —Está en el penúltimo piso —Le digo Jazmín mientras esperaba a su madre y a su hermano. Valentina le dio las gracias y se adentró al ascensor, las puertas se cerraron y segundos después, llegaron Martina y Benjamín para detenerse junto a ella. —¡Wow, hermana!, estás cada vez más hermosa. —Le dijo Benjamín besando sus mejillas. —No te diré que estás más guapo porque aumentaría tu ego —Musitó Jazmín besando sus mejillas y dándole un fuerte abrazo. —Vamos ya. —Interrumpió Martina. Benjamín no le quiso comentar nada a su madre sobre la prueba de ADN y que se había encontrado con el niño y esa mujer. No podría decirle a su madre que ese niño, era el vivo reflejo de su esposo, hiriendo su corazón aún más. Los tres se adentraron al ascensor y subieron al último piso, mientras que Valentina era dirigida al último piso también para encontrarse con Gabriel Milano y que así firmara un papel importante donde reconocía que él aceptaba darle un puesto en la empresa. El viejo Milano sufría un fuerte dolor de cabeza de tanto pensar en esa situación con ese pequeño. Estaba cien por ciento seguro que él no le había sido infiel a su esposa, y eso solo significaba que el padre de ese pequeño era alguien de su familia, imaginar que se trataba de su hermano, aunque viviera a muchos kilómetros de ahí y también tuviera una familia e hijos mayores. Era su única explicación, ya que también había heredado sus ojos grises rayados, herencia de su padre. Sus pensamientos fueron interrumpidos por su familia. Al ver a su hija Jazmín entrar con una sonrisa, se levantó inmediatamente para abrazarla. —¡Mi princesa! —Exclamó tomándola en sus brazos y llenándola de besos en su cabeza. —¡Ay por Dios! ¡Papá!, Jazmín ya es una mujer. —Habló Benjamín viendo tanto cariño de su padre hacia su hermana. —Deja los celos, hermano. —Se burló Jazmín. —Dejarán de ser los consentidos. —Replicó Martina sentada en el sofá, cruzada de brazos. Gabriel se quedó viéndola y casi se ríe en su cara por lo celosa y resentida que estaba. Unos toques en la puerta interrumpieron el momento en familia, lleno de tensión. —Buenos días, ¿Gabriel Milano? —La voz de Valentina alertó a Martina y Benjamín. Benjamín se levantó de la silla que estaba frente a su padre y se dirigió a pasos agigantados hacia ella; mientras que Martina se levantó con sus ojos extremadamente abiertos por la sorpresa. Su corazón se aceleró al punto de querer salir. Jazmín notó la tensión entre ellos y lo molesto que estaba Benjamín al llegar frente a Valentina, adentrándose a la oficina bruscamente. —¿Qué pasa hijo? ¿La conoces? —Reclamó Gabriel al ver que Benjamín apretaba el brazo de Valentina y ella trataba de zafarse. —¿Cubrirás a tu amante haciéndote el que no la conoces, papá? —acusó Benjamín. Jazmín abrió sus ojos al escuchar eso. Recordó que ella había preguntado algo antes y la había ayudado. —¿Ella es la mamá del pequeño, papá? —Preguntó Jazmín. Su pregunta sorprendió aún más a Gabriel, quien no se había fijado muy bien del rostro de Valentina en el video. —Sí hija. Ella es la amante de tu padre. —Aseguró Martina, aguantando sus ganas de llorar y viendo a su esposo con rabia y decepción. —¡Un momento por favor! —Exclamó Valentina—. Yo no soy amante de nadie. —¡Eso dicen todas! —Replicó Martina. —¿Puedes explicarnos el parecido de tu hijo con mi padre? —Preguntó Jazmín calmada. —Eso no lo puedo explicar, No sabría cómo —Musitó Valentina. —En unas horas tendré el resultado de una prueba de ADN y sabremos si es un Milano. —Declaró Benjamín sorprendiendo a Valentina y llenándola de rabia. —¿Te atreviste a hacer algo con mi hijo sin mi consentimiento? —preguntó Valentina furiosa. No podía creer que estaban sucediendo tantas cosas en tan poco tiempo, el miedo empezaba a fluir por todo su cuerpo, observaba a cada uno de ellos y él parecido a su hijo aumentaba. —Te pedí amablemente que me acompañaras y no quisiste. —Alegó Benjamín. —¿Amablemente, imbécil? —Replicó Valentina. Sus ojos se llenaron de lágrimas por la rabia que sentía en ese momento. —¡Basta! —Gritó Gabriel llamando la atención de todos. —Señorita… —Habló Gabriel esperando que Valentina le dijera su nombre o tal vez su apellido. —Valentina Figueroa, señor —respondió Valentina respirando profundo para calmarse un poco. —Señorita Valentina, ¿Su hijo tiene un padre? —Preguntó Gabriel algo importante para aclarar mejor la situación. —¡Oh!, ¡Qué amable señor! Por fin alguien se digna en preguntar si mi hijo tiene padre o no tiene. —Habló Valentina sarcástica viendo a Benjamín. —Tiene padre —Replicó Benjamín. —No tiene, nunca ha tenido y no lo necesita. —Dejó claro, Valentina. —Y ¿Qué nos dices del parecido con mi esposo? —Preguntó Martina. Valentina se puso nerviosa y fijó su mirada en Gabriel. No podía creer que su pequeño era el vivo reflejo de ese hombre, sus ojos, sus hoyuelos cuando apretaba sus labios molestos, su cabello y su piel. —¿No tienes nada que decir? —Dime una cosa Valentina, ¿Cómo saliste embarazada? —preguntó Jazmín para tratar de entender el porqué Valentina decía que su hijo no tenía padre. Valentina volvió a sonreír burlona viendo a Benjamín. —Otra pregunta importante —Recalcó ella—. En mi fiesta de graduación, decidí celebrar junto a mis amigas en un club muy famoso. Estuve completamente ebria y me acosté con un desconocido —Explicó Valentina un poco avergonzada. —¿Puedes decirme cómo se llama ese club? —indagó Jazmín. —All yours (Todo tuyo) —respondió Valentina. —Interesante ¿No, papá? —Dijo Jazmín acercándose a su padre para abrazarlo. —No entiendo cuál es tu sonrisa, Jazmín —Reclamó Martina. Mientras que Benjamín estaba completamente pensativo, buscaba entender qué hacía su padre en su club y cómo terminó acostándose con una mujer mucho menor que él. —Ya he recibido suficientes ofensas de todos ustedes, solo vine a pedirle al Señor Milano que me firmará una planilla que necesito, pero creo que será imposible que yo trabaje en esta empresa. —Dijo Valentina. Martina soltó una mueca, sintiendo que era una descarada al decir eso. —¿No recuerdas algo del papá de tu hijo? —preguntó Gabriel. Valentina se quedó pensando un momento, había pasado tanto tiempo y ella decidió olvidar completamente esa noche. Su día lleno de nostalgia por cómo había cambiado su futuro completamente no le permitía recordarlo. Hasta que a su cabeza llegó el recuerdo que nunca pudo salir de ella y que sin saberlo aún conservaba con ella. —Lo único que recuerdo perfectamente de él, era que tenía su cabello largo y un arete en su oreja que lo despegué sin querer —musitó Valentina. Todas las miradas pasaron a Benjamín, quien quedó completamente impactado al escuchar esas palabras de ella. Martina sintió un gran alivio en su pecho, mientras que Gabriel sonrió satisfactoriamente. Jazmín no podía quitar la mirada de su hermano y su gran sonrisa al verlo completamente sin saber qué hacer y mucho menos qué decir. Unos toques en la puerta interrumpieron la tensión que hubo en el ambiente. —Señor Milano, acaba de llegar un sobre para usted —anunció la secretaria. —Me imagino que es la prueba de ADN, sabremos quién en realidad es el padre de ese pequeño —dijo Jazmín sonriendo mientras abría el sobre.El silencio reinaba en la oficina, solo se escuchaba el sonido que hacía Jazmín, abrir el sobre y sacar la hoja donde estaría la respuesta a todas las preguntas de Benjamín. Valentina estaba completamente nerviosa, solo ver a Benjamín le daba un escalofrío en todo su cuerpo.Jazmín terminó de abrir el sobre y puso su mejor cara sería para leer el contenido. Su mirada se posó en la hoja y su expresión cambió de seriedad a sorpresa.—¿Qué dice? —Preguntó Benjamín, impaciente.Jazmín levantó la vista y se dirigió a su hermano.—El resultado de la prueba de ADN… hizo una pausa para crear suspense—. Indica que hay un…—Ya basta, jazmín. —Reclamó Martina.—Es de un 99,9% de probabilidad de que el pequeño Valerio sea tu hijo, hermano — Termino de decir jazmín, cerrando la hoja con una sonrisa.—No lo creo —dijo Benjamín arrancando de las manos de jazmín la hoja para asegurarse.—Papá, felicidades, se te cumplió tu sueño de ser abuelo —abrazo jazmín a su padre.Mientras que Martina buscaba la
El sol salía y se ocultaba dando indicios de que habían pasado ya un par de días en Benjamín seguía sin poder aceptar que ya era padre. Jazmín y había regresado a Italia a finalizar unos asuntos allá.Mientras que Valentina se prevenía de los venideros e iba hablando con su pequeño de la posible llegada de su padre. La mentira de que él había estado de viaje en otro país por muchos años y que no había podido regresar y mucho menos haber estado en comunicación ya había llegado a su fin. Su meta era poder lograr que su pequeño se olvidara de un padre y solo se conformará con ella.Pero algo estaba a punto de cambiarlo todo, la llegada del antiguo jefe de Valentina, quien para ella era un hombre que le había tomado mucho cariño, ayudándola en todo con el nacimiento de su hijo y dándole trabajo, convirtiéndola en la mejor asistente financiera. En el hermoso edificio donde se encontraban las empresas Milano. Tres camionetas negras blindadas se estacionaban bajando de unas del magnate Ra
La noche fue la más pesada y complicada para Benjamín, su vida seguía recibiendo noticias impactantes, cambiando totalmente sus planes de seguir viviendo la vida de CEO soltero.Seguía despertando y sin poder creer que ya era padre. Su pecho se oprimía de miedo, no quería hacer las cosas mal con él. No cuando tenía el mejor ejemplo de padre y hombre de familia.También la idea de Rafael, que fue apoyada por su padre, lo tenía algo atormentado, ¿pero a quién le mentía?, Valentina estaba metida en su cabeza, su mirada escaneando su cuerpo y el poco interés en él.Por otro lado, Valentina estaba un poco calmada de que la familia Milano no apareciera frente a ella en busca de compartir o tal vez exigir la custodia completa de su hijo. Aún no se atrevía a decirle a su pequeño que su padre estaba cerca, que ya podía jugar y salir al parque de inversiones con él, como tanto lo ha estado soñando.Dejó de pensar y decidió compartir nuevamente en el parque con su pequeño, quien disfrutaba corr
Italia.Jazmín llegaba a la empresa donde estaba terminando su especialización y su cuerpo se tensó al coincidir con alguien en el ascensor. Ignorando totalmente a la persona que no dejaba de observar con sus ojos llenos de amor y admiración. Sus manos se tocaron al coincidir cuando intentaban presionar el botón al piso al que deseaban ir. Jazmín quitó su mano inmediatamente y le permitió a él que presionara el botón. Berlín castillo, presionó el botón y volvió a la parte de atrás para seguir observando a Jazmín, quien lo ignoró completamente. Al llegar al piso, Jazmín salió sin voltear atrás y así evitar que él se diera cuenta lo nerviosa que la ponía. —No es necesario que huyas, no pienso comerte aquí — Le habló Berlín con una sonrisa.El cuerpo de Jazmín sintió ondas que golpean todo su ser, esa voz tan ronca y varonil, terminaba de embriagarla, los pasos de Jazmín se detuvieron y su cuerpo sintió la cercanía de él.Jazmín tomó una bocanada de aire y volteó con toda seguridad.
Un beso, puede generar miles de sensaciones, significar para ti demostrar amor o tal vez deseo. Para Benjamín Milano. Valentina se estaba convirtiendo en un deseo incontrolable de saciar. Sus rechazos le daban en su ego no aceptando que ella fuera inmune a su encanto, al ser la madre de su hijo y él su primer hombre imaginaba que caería a sus brazos nuevamente permitiéndole recordar esa noche con más claridad. Sus ojos se cerraron y el peso de su cuerpo estaba sobre su silla de CEO. Una sonrisa salió de sus labios mientras su mano nos tocaba recordando ese pequeño toque el cual había despertado un sinfín de emociones y deseos por querer cumplir. En la misma situación se encontraba Berlín aunque él sí pudo saborear cada centímetro de la boca de jazmín, acostado en su cama suspiraba con gran emoción y deseo por tenerla nuevamente entre sus brazos, poder tocar su hermosa piel mientras escuchaba su voz suplicarle que la hiciera suya. Había sido un largo año el cual se había aguantado
Valerio se quedó en silencio, con los ojos fijos en Benjamín, mientras que Valentina se levantó, ya que estaba agachada a la altura de su hijo y se cruzó de brazos viendo a Benjamín. Laura suspiró, su hija seguía sin decirle algo a Benjamín y sin explicarle a su hijo la presencia de Benjamín.—Valerio mi vida. Él es el señor Benjamín Milano. Es tu padre cariño —decidió hablar Laura porque ambos estaban en una guerra de miradas. —Mamá, ¿él es el señor que vimos en el parque? —preguntó Valerio con su carita y sus ojitos iluminados.—Ese mismo soy yo campeón —Habló Benjamín agachándose a su altura. Acarició sus pequeñas mejillas, arregló un poco su cabello y se quedó observando al mismo tiempo que Valerio también lo hacía. Valerio llevó su pequeña mano a la cara de su papá, ese gesto que hizo el niño llenó el alma de Benjamín. El calor de su mano lo hizo cerrar los ojos y disfrutar de esa sensación tan maravillosa que le producía.—¿Eres mi papá? —preguntó Valerio, viéndolo con sus h
Para Berlín castillo, dejar a Jazmín, tranquila, no era una opción. El beso que le había correspondido fue suficiente razón para ir tras ella y demostrarle que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para ganarse su perdón. Mientras conducía el auto que lo llevaba al edificio donde se estaba quedando jazmín, pensaba en que hacer para que ella le diera la oportunidad de hablar y arreglar las cosas entre ellos. Suspiro llegando al edificio, mientras que Jazmín se tocaba los labios pensando en El beso que se había dado con Berlín, le gustaba, no lo podía negar, seguía Amando a Berlín aunque le había roto el corazón. Pero no estaba dispuesta a caer en su juego y que nuevamente le dijera que no siente nada por ella. Dejó al lado sus pensamientos y continuó empacando sus cosas para marcharse ese mismo día. La diferencia de horario complicaba todo.Temía encontrarse en cualquier parte con Berlín, fue un largo año en el que él se mantuvo en Inglaterra lejos de todos, preparándose aún más p
Jazmín viajaba en el avión, rodeada del ruido constante de los motores y el murmullo de las conversaciones de los demás pasajeros. No podía dormir, su mente estaba llena de pensamientos sobre Berlín. Se preguntaba si sus palabras y sus promesas eran verdaderas o si solo buscaba burlarse de ella y herirla nuevamente. El frío aire acondicionado del avión hacía que se estremeciera, y se envolvió en su chaqueta para calentarse.Mientras tanto, Benjamín amanecía abrazado a su hijo, Valerio, en la cama de Valentina. La luz suave del amanecer se filtraba por las cortinas, iluminando la habitación. Benjamín ya había despertado muy temprano y, mientras acariciaba el cabello de su hijo, manipula el teléfono respondiendo los mensajes de su asistente y enviándole a sus padres, que había dormido con su pequeño.El sonido suave de la música que salía de los auriculares de Benjamín se mezclaba con el sonido de la respiración de Valerio.Valentina despertó algo desorientada, tocó el pequeño bulto q