Jazmín viajaba en el avión, rodeada del ruido constante de los motores y el murmullo de las conversaciones de los demás pasajeros. No podía dormir, su mente estaba llena de pensamientos sobre Berlín. Se preguntaba si sus palabras y sus promesas eran verdaderas o si solo buscaba burlarse de ella y herirla nuevamente. El frío aire acondicionado del avión hacía que se estremeciera, y se envolvió en su chaqueta para calentarse.Mientras tanto, Benjamín amanecía abrazado a su hijo, Valerio, en la cama de Valentina. La luz suave del amanecer se filtraba por las cortinas, iluminando la habitación. Benjamín ya había despertado muy temprano y, mientras acariciaba el cabello de su hijo, manipula el teléfono respondiendo los mensajes de su asistente y enviándole a sus padres, que había dormido con su pequeño.El sonido suave de la música que salía de los auriculares de Benjamín se mezclaba con el sonido de la respiración de Valerio.Valentina despertó algo desorientada, tocó el pequeño bulto q
Benjamín ya tenía todo listo para la llegada de su hijo y las fotos que quería tomar. Una decisión que había tomado sin su padre, pero que estaba seguro, le iba a encantar la idea.Mientras él estaba como loco viendo su teléfono esperando la llamada de Valentina anunciándole que estaban por llegar. Valentina se encontraba frente a frente con su pequeño hijo, quien interrogaba impaciente a su mamá preguntando por su padre. —¿Por qué se fue otra vez mamá? —Preguntó el niño, sentado en la cama, adormilado, estrujando sus ojitos. —Tuvo que ir a la empresa mi amor…—Pero prometió que no se iría —Cuestionó triste.Valentina suspiro y se acercó, beso su frente suave.—Podemos ir a verlo, ¿Qué te parece? —Propuso ella.—¿No se molestará? —Indagó. Pero feliz por la idea de ir a otro lugar y caminar a su lado.—Claro que no mi amor te está esperando impacientemente. —Aseguró ella besando sus mejillas. Con mucha alegría decidió llevar a su pequeño en brazos para que se aseara, entre risas, V
En el anochecer, bajaba la hermosa, jazmín del avión, un suspiro salió de ella, dejando atrás sus pensamientos en Berlín. Era hora de dedicarse a su familia por completo, estaba segura de que su madre ya empezaba a preparar todo para un nuevo año.Y uno muy diferente y lleno de alegría, con la llegada de Valerio a la familia. Ni ella se lo podía creer, su hermano era padre ya, cumpliéndose así, que sería el primero en hacer abuelo a sus padres.Estaba por subir a la camioneta que ya la esperaba con sus guardaespaldas y su teléfono timbró. Con su mirada puesta en la pantalla, termino de subir y su chofer le cerró la puerta. Abrió el mensaje que le había llegado y no pudo evitar sonreír “Sé que acabas de llegar, espero verte pronto y poder besar tus ricos labios. No me extrañes tanto, deja que yo lo haga”Jazmín sonrió completamente enamorada, leía el mensaje una y otra vez, buscando que responder. Al final no pudo hacerlo, ya que su chofer le indicaba que habían llegado ya a la mansi
La sala de juntas de la revista estaba repleta de periodistas, cámaras y flashes. Benjamín Milano, el CEO más codiciado de la ciudad, se encontraba en el centro de atención, su rostro serio pero con un brillo de emoción en los ojos.Respondía cada pregunta que le hacían sin ningún problema, demostrando ser un caballero y responsable de sus actos.—Valerio Milano, nació de una maravillosa noche con su madre, Valentina Figueroa—, declaró Benjamín, su voz firme y segura. Las palabras resonaron en la habitación, provocando un murmullo de sorpresa y asombro.La periodista, con una sonrisa intrigante, continuó.—¿Y por qué no la buscó cuando supo del embarazo? —pregunto. Benjamín se recostó en su silla, sus ojos se perdieron en un punto fijo.—No sabía quién era—, confesó con sinceridad. —Valentina desapareció y yo me sumergí en el trabajo, en las empresas de mi padre. Nuestra noche fue un error, un momento de pasión que no esperábamos que tuviera consecuencias tan grandes.La sala se qued
Los días seguían pasando, dando fin a las vacaciones y días enteros compartidos entre Benjamín y Valerio. Aunque el niño se negaba a pasar muchas horas sin su padre, Benjamín le prometía estar cerca y pasar la mayor parte del tiempo juntos. Recordándole que debía estudiar y ser un gran hombre en un futuro. Y así formar una maravillosa familia como lo serían ellos. Benjamín no descansaría hasta convertir a valentina en su esposa. Ya no era solo una petición de Rafael. Se había convertido en su más gran anhelo.La alarma sonó para Benjamín, anunciando que ya era hora de levantarse e ir a la empresa a dedicarle el mayor tiempo. Su padre ya había decidido tomarse un buen descanso y disfrutarlo junto a su esposa.Se paró frente al espejo del baño, analizando su reflejo mientras cepillaba sus dientes. Las gotas de agua caían sobre su pecho, indicando que ya había tomado un ligero baño a temprana hora, sonreía apenas, recordando las veces en la que Valentina le decía una y otra vez luego eg
Jazmín se sumergió en un mar de números, hojas de cálculo y gráficos. Los sonidos amortiguados de la ciudad llegaban a través de la ventana, un suave murmullo que contrastaba con la concentración que requería su trabajo. La luz del sol de la tarde bañaba su escritorio, creando un ambiente cálido y acogedor. De pronto, el sonido agudo de su teléfono la sobresaltó. Era un mensaje de Berlín. Su corazón, que hasta ese momento latía al ritmo de los números, se aceleró. Con dedos temblorosos desbloqueó su teléfono y leyó el mensaje: “Mi jazz, si sigues olvidándome, iré por ti” —Una sonrisa tímida se dibujó en sus labios. Berlín siempre encontraba la manera de hacerla sentir especial. Fue también así en el pasado, siendo solo amigos, pero ahora le costaba responder a esos halagos, el miedo de ser lastimada nuevamente la invadía. Confiar a ciegas en él, no era tan fácil.Jazmín guardó el teléfono y volvió su atención a los documentos que tenía sobre el escritorio. Sin embargo, sus pensamien
Lucrecia caminaba por la mansión, sus tacones resonando en el mármol pulido. La noticia de que Berlín había viajado a Venezuela la había sumido en una furia incontrolable. Imaginarlo buscando a Jazmín, y quizás ya sospechaba de tener una hermana, todo eso era una locura en su interior, la sola idea de tener que compartir el dinero de su difunto esposo, la consumía por dentro. Antes, la ambición de aprovecharse de jazmín la llevaba a tratarla con cariño, pero que Berlín estuviese al mando de las empresas, había eclipsado cualquier otro sentimiento, ahora, la rabia la cegaba. Gritando al aire como si su hijo pudiera escucharla.—¡Berlín! —gritó, su voz resonando por los pasillos. —Te arrepentirás de esto.Marina, su sobrina, la seguía de cerca, había estado buscando una excusa perfecta para viajar a Venezuela e ir tras el guapo Benjamín Milano. Al escuchar a su tía gritar como loca por culpa de Berlín. Sabía que tenía la oportunidad que estuvo buscando. Una sonrisa calculadora dibujad
Las horas parecieron eternidades para Berlín. Su corazón latía con fuerza en su pecho, anticipando el momento en que vería a su jazz, nuevamente. Al fin, el avión aterrizó y la adrenalina recorrió su cuerpo. Rápidamente, se dirigió al lugar donde le prometió a Jazmín que le esperaba la sorpresa que le había prometido.Mientras que jazmín se dirigía al apartamento donde según Berlín le dejaría un regalo con una vieja amiga. Al llegar al edificio, sus manos sudaban y su respiración se aceleró. Con un nudo en la garganta, tocó la puerta del apartamento. En ese instante, el tiempo pareció detenerse. La puerta se abrió lentamente y allí, frente a ella, estaba Berlín. Su corazón dio un vuelco. Aun así, no tuvo tiempo de decir absolutamente nada, ya que los labios de Berlín reclamaron los suyos en un intenso beso apasionado. Merlín pasó su mano derecha por su cuello y la izquierda en su cintura para acercarla más a él y deleitase en el sabor de su boca mientras sus lenguas entrelazaban.N