Semanas después El sol de la tarde teñía de dorado el cielo cuando Jazmín vio entrar a Valentina en su habitación, donde ya se estaba arreglando para su boda.—¡Dios Jazz! Perdón —exclamó Valentina por no llegar antes.—Tranquila, tu mamá me ayudó bastante. —aseguro Jazmín.—Estás hermosa, mi madre hizo un trabajo espectacular. —Dijo Valentina sentada en el borde de la cama.La interrupción de una chica de servicio llamó la atención de las mujeres, la chica le entregó el vestido cubierto a Valentina.—Gracias amor. —dijo Valentina y la chica se fue.—Ve a colocártelo hija, necesito arreglarte.—Valentina soltó un suspiro y fue al baño, solo necesitaba quitarse el sudor que tenía y colocarse el vestido de dama de honor.Una vez que salió del baño, bajo el cierre, sus ojos se encontraron con un hermoso vestido de novia —Póntelo —ordenó con firmeza Jazmín, detrás de ella.Valentina la miró con escepticismo. Su mirada bajó hasta la tela reluciente del vestido, y sus labios se curvaron e
Benjamín, con una ternura infinita, tomó el rostro de Valentina entre sus manos y la besó. Sus labios se unieron en un gesto cargado de amor, pasión y promesas cumplidas. El beso fue lento, dulce y profundo, sellando su unión ante los ojos de Dios y de todos los presentes.Berlín, por su parte, no esperó ni un segundo más. Con una sonrisa de felicidad en el rostro, envolvió a Jazmín en un beso apasionado, uniendo sus labios en un beso que gritaba su amor al mundo. El beso fue intenso, lleno de deseo y emoción, sellando su destino juntos.Los aplausos y vítores llenaron el aire, creando una sinfonía de alegría y celebración. Los invitados, emocionados, se pusieron de pie para aplaudir a los recién casados, deseándoles un futuro lleno de amor y felicidad.Jazmín, con una sonrisa pícara y triunfal, se separó de Berlín y alzó los brazos, como una estrella de rock que acaba de dar el mejor concierto de su vida.—¡Dije que haría esto inolvidable! —exclamó con voz victoriosa, haciendo reír a
La Navidad llegaba nuevamente, y con ella, muchos recuerdos. La lluvia golpeaba suavemente contra el cristal de la ventana, creando una melodía melancólica que acompañaba los pensamientos de Valentina.El aroma a pino fresco y canela inundaba el salón, donde un árbol de Navidad elegantemente decorado brillaba con luces cálidas y adornos coloridos.Valentina, sentada en un sillón junto a la chimenea, contemplaba las llamas danzantes que crepitaban alegremente. Un álbum de fotos descansaba en su regazo, sus páginas repletas de recuerdos de un año que había cambiado su vida para siempre.—¿En qué piensas, mi amor? —preguntó Benjamín con voz suave, acercándose a ella y rodeándola con sus brazos.—Que ha sido un año increíble —susurró, una sonrisa nostálgica dibujándose en sus labios.—Si lo creo mi amor. —musito Benjamín besando su frente.Doce meses atrás, su vida era muy diferente. Era una mujer llena de sueños y esperanzas, pero también de incertidumbre y miedo por no saber quién era e
La ciudad se despertaba lentamente, los primeros rayos del sol se asomaban por el horizonte, iluminando las calles vacías y los edificios altos. En medio de este paisaje tranquilo, una figura femenina caminaba con paso firme, su cabello negro ondeaba en el viento, y sus ojos color café, parecían reflejar una mezcla de determinación y miedo, viendo la pequeña figura que caminaba junto a ella con una sonrisa de felicidad.—Mamá, quiero ver rápido a mis abuelas —dijo el pequeño de cinco años emocionado.—Claro que sí, mi vida, queda poco para eso —Respondió Valentina con la misma emoción de su hijo al volver después de casi seis años.Valentina Figueroa había regresado a la capital después de años de ausencia, con un secreto que la había perseguido durante todo ese tiempo. Un secreto que podría cambiar su vida y la de muchos para siempre.Mientras caminaba, no podía evitar pensar en el pasado, en lo que ocurrió esa noche y que un mes después marcó su vida para siempre. Una noche de trag
Valentina Figueroa regresaba a la capital después de años de haberse marchado por circunstancias drásticas.Bajó del auto y se adentró a la boutique más famosa y cara de la ciudad. Junto a ella, un pequeño de cinco años, cuyos rasgos característicos mostraban sus ojos grises rayados y un cabello castaño, su piel blanca y una sonrisa con hoyuelos. Sin dudas, un hermoso niño.Amablemente, pidió llevar los trajes al vestidor, donde el pequeño Valerio, esperaba pacientemente para probárselos. Valentina llevaba 4 años trabajando para un empresario en la ciudad de Valencia. Su decisión de volver a la capital inició en el momento en que su madre le comentó sobre la enfermedad de su abuela.Dejó su miedo de encontrarse con el padre de su hijo, a quien no conocía, y decidió pasar lo que podría ser una última Navidad con su abuela.Una empleada la llevó al lugar donde el pequeño se estaba probando el traje. —¡Oh!, ¡Qué galán! —susurró su madre besando sus mejillas.—Tú también estás linda mam
Benjamín es un hombre de 34 años de edad y el CEO de todas las propiedades de su padre. En su lista no estaba casarse aún. Aunque sus padres le venían insistiendo que debería ya de rehacer su vida y tener sus hijos. Él sacaba el tema de que su hermana ya estaba en sus 27 y debería casarse también, pero eso para Gabriel no era una opción. Su hija aún no le presentaba al hombre que deseaba como esposo y no la obligaría a nada.Volviendo al tema de la mujer y el pequeño, Benjamín se encontraba conduciendo su auto por las calles de la ciudad, cerca de la boutique de tu madre. Tenía la esperanza de verla y así facilitarle el trabajo de buscarla. Su mano derecha en el volante y su izquierda en su mentón, observando cada calle, cada persona que caminaba en busca de un niño con sus mismos rasgos aunque con sus ojos grises. Se distrajo al ver hacia el parque, donde vio a una hermosa mujer, su cabello negro con ondas, el sol que iluminaba en su cara, sus labios no tan carnosos.Detuvo el aut
Aún no había amanecido en su totalidad y Valentina se encontraba preparada para esa entrevista. Mientras tomaba un delicioso café junto a unas tostadas con huevo revuelto, jamón y mantequilla blanca. Observaba su hoja de vida en busca de algún error que no le permitiera obtener el cargo de asistente o secretaria de las empresas Milano.Al otro lado de la ciudad, en una hermosa mansión, llegaba una hermosa mujer de cabello cobrizo, ojos marrones, piel blanca y una sonrisa que reflejaban sus hermosos hoyuelos. La noticia de que su padre tenía una amante y un hijo, lograron que la chica viaje desde Italia a su hogar en busca de conocer la verdad de todo. Estaba tan segura de que era una gran mentira, su padre reflejaba el amor hacia su madre, el respeto y el compromiso de fidelidad.Se le hacía muy difícil creer que su amado padre había engañado a su amada esposa, la mujer a quien siempre halagaba y presumía en todos los eventos a los cuales asistían juntos. Logró convencer a su madre
El silencio reinaba en la oficina, solo se escuchaba el sonido que hacía Jazmín, abrir el sobre y sacar la hoja donde estaría la respuesta a todas las preguntas de Benjamín. Valentina estaba completamente nerviosa, solo ver a Benjamín le daba un escalofrío en todo su cuerpo.Jazmín terminó de abrir el sobre y puso su mejor cara sería para leer el contenido. Su mirada se posó en la hoja y su expresión cambió de seriedad a sorpresa.—¿Qué dice? —Preguntó Benjamín, impaciente.Jazmín levantó la vista y se dirigió a su hermano.—El resultado de la prueba de ADN… hizo una pausa para crear suspense—. Indica que hay un…—Ya basta, jazmín. —Reclamó Martina.—Es de un 99,9% de probabilidad de que el pequeño Valerio sea tu hijo, hermano — Termino de decir jazmín, cerrando la hoja con una sonrisa.—No lo creo —dijo Benjamín arrancando de las manos de jazmín la hoja para asegurarse.—Papá, felicidades, se te cumplió tu sueño de ser abuelo —abrazo jazmín a su padre.Mientras que Martina buscaba la