En camino a la escuela veía un anime, trataba de la valentía (cosa que en definitiva no tengo), ya llegaría a la estación y tomaba mis cosas. Bajaba con cuidado del camión, mi miedo por caer era demasiados y más si se juntaba con mi fobia a las escaleras. Caminaba rumbo a la entrada de la escuela, la música que salía de mis audífonos le ponía un poco de ambiente a las personas que tenía a mi alrededor. Llegaba al salón de clases y empezaba a acomodar mis cosas, recordaba que hacía acá y cuál era mi propósito. Mamá no quería que estudiara música, mi verdadera pasión.
El celular vibraba y era Nora, había terminado la tira de materias el semestre pasado. Parece que venía a arreglar unos documentos y quería verme. Decidí irme a donde estaba mi amiga, la vi sentada en la banca que daba a la puerta principal de la escuela, revisaba unos documentos.
— Nora — me acerque a ella y la abrace, correspondió el gesto y nos sentamos — te extrañe.
— Yo más, me siento sola al no venir. Ahora viene lo más difícil, muchos papeles, ir y venir. No tengo tiempo de nada — se quejaba. De verdad parecía fastidioso.
— A mí me queda mucho para enfrentarme a eso — dije de broma — pero para lo que necesites cuentas conmigo.
— Gracias, pero cuenta sobre el chico de la foto. Amiga se ve súper bien — mi amiga hablaba de forma sexy, me parecía gracioso.
— Digamos, que es un modelo. Lo vi en televisión, aunque me parece conocido.
— Pueda que lo vieras antes, suelen trabajar para muchas marcas. Pero está muy guapo, tienes buen gusto.
— Si tuviera buen gusto no hubiera pasado lo que ocurrió con Alexis — recordé ese momento tan horrible.
— Tranquila — trataba de consolarme poniendo su mano en mi espalda — sé que no es fácil tener que lidiar con ese enfermo.
— Nada, se me quedo viendo como tonto — unas lágrimas salían de mis ojos.
—Amiga, todas tenemos malas experiencias. Pero estoy segura de que debes superarlo, además, contaba con qué harías algo al respecto.
— No, nadie creía mis palabras. Pensarían que soy una resentida, que solo inventa cosas.
— Nada de eso, yo viví eso contigo. Aunque de igual forma yo me siento culpable — la miré sorprendida ante sus palabras — sí, yo te debí cuidar y proteger. Soy más grande que tú y no me di cuenta del tipo que te asechaba, disculpa.
— No te tengo que perdonar, era una niña boda.
Decidí abrazar a mi amiga, nadie tenía la culpa más que yo. Confíe y paso lo peor que le puede pasar a quien se enamora y más al ser su primer amor.
— Eres de lo más inteligente — decía mi amiga dándome una sonrisa.
Los días pasaban y el día del concierto estaba más cerca. Me daba un poco de miedo y emoción conocer a Carlos, aunque en realidad no lo haría, ya que nadie lo conoce. Escribía en la biblioteca escolar, parecían melodías sin sentido, un poco de letras vacías si nada que decir. No contaba con una inspiración como tal, a pesar de que tenía dos grandes inspiraciones en la cabeza.
— Victoria — mientras escribía escuche una voz familiar, la reconocía, aunque no quería aceptar de quien se trataba.
— Alexis — levante mi cabeza y pronuncie lo más claro posible su nombre, a pesar de sentir un poco de miedo...
— Espero estés bien.
— Mucho mejor de lo que estaba mientras estabas en mi vida, si — respondí ya un poco más calmada, le di una gran sonrisa.
— No te hagas la chistosa — su tono era rudo y su expresión más seria. No comprendía como me había fijado en él, creo que era por su cabello chino.
— No me hago la chistosa, solo que no sé qué buscas aquí. Pensé que ya habías conseguido lo que querías, ya déjame en paz.
— Dejarte en paz — se sentó enfrente de ella — es un poco irónico. Tú empezaste todo esto, nada hubiera pasado si no estuvieras de resbalosa.
— Yo ni siquiera te hablaba, sigue con tu vida y déjame.
— Bien — se puso de pie — pero recuerda que todos se pueden enterar de la clase de persona que eres.
— Por mí puedes hacer lo que gustes, ya no te tengo miedo.
— Deberías.
Alexis se empezó alejar de donde estaba; cuando pensé que podría estar en paz llegaba él y me derrumbaba el mundo. Quería y anhelaba no volverlo a ver. Mi celular sonaba y era Fabiola, de seguro era para lo del concierto.
— Amiga, mañana es el concierto. Te veo en el lugar, es muy chico y tendremos una pequeña convivencia con él — decía mi amiga muy emocionada.
— ¿Convivencia? Creí que no mostraba su rostro y nadie lo conocía en persona.
— Pues se supone, pero no sé. Así me comento mi papá, veremos que trata lo de la convivencia.
— Bueno, ojalá no sea tan payaso y se preste a que le hagamos unas preguntas o algo.
— Ojalá, te veo mañana a las tres de la tarde. Gracias, amiga por acompañarme y estar conmigo, te quiero.
— Yo igual.
Terminé mi día bastante temprano, decidí ir al bosque que quedaba cerca de casa, quería inspirarme un poco. Tenía ganas de escribir y tener un momento para mí. Empezaba a escribir unas palabras para el atractivo modelo que vi, de algunas cosas que me gustaría compartir con él. Empezaba anochecer y tendría que volver a casa, caminaba por a calle, caían un par de gotas y el cielo se nublaba, rápido toda la gente se empezaba apresurar a caminar y yo también tendría que hacerlo.
Caminaba más rápido y ya tenía que cruzar la avenida que daba a mi casa, a lo lejos vi que pasaba un carro, dejaría que él pasara. Solo que no contaba con que me mojaría toda, solo pude ver que era un auto gris. Me dejo totalmente sucia.
Me quedé sorprendida y enojada por lo que acababa de pasar. Estaba totalmente empapada y con una furia dentro de mí.— Disculpa — se acercaba un hombre a mí, era joven y vestía unos pantalones de mezclilla que parecían que el mismo los había roto. Su cabello era un poco desalentado, pero con mucho estilo. Me daba una amplia sonrisa — Te mojé demasiado, no sé cómo podría arreglarlo — no dejaba de sonreír.— Bueno estoy sucias y mojada. No creo que se pueda hacer mucho al respecto — trataba de no enojarme. Pero de verdad que era imposible, mi mamá me mataría si me llegara a ver así.— En eso tienes razón, no puedo hacer mucho ahora — se rascó la barbilla un poco — podría invitarte después a una fiesta o algo. No quiero que pienses que soy un grosero de lo peor.&mdas
Después de la terrible pesadilla, desperté. Eran las ocho de la mañana, tenía que apurarme para poder llegar al concierto. Tenía que lavar la ropa, lo cual odiaba de verdad; en estos momentos extraños mucho más a mamá y la valoró, sé que ella estaría ayudándome y que es muy importante no solo para las labores de la casa, sino también para escucharme y arreglar todo lo que pasa con Julieta.Mientras realizo mis labores, escucho a Carlos. Tiene una voz linda y aunque no cantara, me sonaría como melodías, su voz es totalmente grave y no quiero dejar de escucharla. Ya muero por poder verlo y espero que el misterio de su rostro me sea resuelto. Quiero poder ver quién es y saber si es como me lo imagino. Mi celular vibra y veo que es Tatiana.— Tatiana, ¿qué tal? — dejo la ropa aun lado y me ocupo a contestarle.— Estoy bien,
El concierto empezaba, había salido de la misma forma que lo vimos minutos antes. Se sentó en una silla, tomó su guitarra y empezaría con una canción en acústica, trataba del desamor y a decir verdad la interpretaba con mucho sentimiento. Sí que era talentoso y más al tocar la guitarra, eran caricias que brindaba su mano al instrumento.— Que bueno que pudimos venir — me susurró mi amiga — además que no te quitaba la mirada de encima.— Solo es tu imaginación, me veía como a todos los demás. No tengo nada que pueda ver.— Si tú lo dices — mi amiga me dio una mirada un poco extraña y me di cuenta de que señalaba al escenario. Voltee a ver a Carlos y me miraba, aunque cantara mantenía una sonrisa. Era muy encantador — creó que próximamente tendremos boletos gratis.Decidí no hac
Otro día más, la alarma sonaba y empezaba a odiarla un poco. Pero había quedado de ir a ver a Julieta, la fiesta seria a las cinco de la tarde. Con mucho trabajo me levanto a bañarme, al salir decido ponerme una ropa deportiva y cómoda, no quería que supiera que iría a la fiesta y luego le diga a mi mamá algo que no es.Desayuno un licuado con avena y fruta, me pongo los audífonos y desayuno con toda la calma del mundo, hasta que me doy cuenta de que son las once de la mañana y tengo que apresurarme, quede con mi amigo de verlo a las cuatro para poder llegar juntos.Voy caminando con mis audífonos puestos, creo que son otra parte de mí y sin ellos no podría vivir. Saco las llaves de la casa, veo que sigue igual o más descuidada que antes. Entro y no percibo ni un ruido, camino a la otra puerta y puedo ver a Julieta viendo una película en blanco y negro
— Les presentaré a mi familia — decía Rogelio mientras sonreía — mi hermano es muy mal educado a no presentarlos.— Bueno, comento que alguien lo esperaba. Nos indicó que pasáramos en lo que él llegaba — respondí a Rogelio, no podía dejar de verlo. Parecía un verdadero sueño tenerlo enfrente de mí.— Miren, él es mi otro hermano y se llama Saúl — nos presentaba a un joven de aproximadamente veinticinco años; era algo moreno con ojos marrón y cabello negro.— Un gusto — nos extendió la mano a mi amigo y a mí — no sabía que Camilo tenía amigos en la Ciudad.— Ya sabes que socializa rápido — respondió Rogelio.— Yo pensé que eras la novia — se acercó otro hombre muy parecido a Saúl, ten&iac
— ¿Otro lugar? — creo que ya sabía dónde quería llegar Camilo, me agradaba la idea, pero no sabía si podría hacerlo.— Claro ratoncito, podríamos ir a mi cuarto. Nadie nos verá ni mucho menos sabrán nada, no tienes de que preocuparte — me regalo una sonrisa tierna y tomo mis mejillas — anda ratoncito.— Es que no quiero algo así, no me gusta lo casual. Pero no puedo negar que me atraes y me gustaría estar contigo — creó que fui demasiado sincera, Camilo no se veía asustado. Al contrario, volvió a besarme.— Vamos y olvida todo.Camilo me tomó de la mano, caminábamos entre la gente hasta que llegamos a las escaleras. Íbamos subiendo, entramos a la primera puerta a la derecha. Prendía las luces mientras yo contemplaba el desastre de cuarto que tenía.— Disculpa
Los días habían pasado y no había vuelto hablar con Camilo, pensé que me escribiría. Decidí no buscarlo y que él lo hiciera, no sabía ni siquiera que le había molestado en realidad. Mientras seguía perdida en las fotos de Rogelio, no podía evitar suspirar y comentarle las fotos que publicaba y aparentemente ya sabía que era yo. En cuanto a Carlos, seguía subiendo historias en sus redes sociales, le comentaba una que otra, me decía que esperaba verme pronto. Me quería invitar a una entrevista que tendría el viernes por la tarde. Me entusiasme tanto que acepte, no lo conocía y aun así me animaba a decir que si, realmente esto era algo raro. Siendo honesta no me gustaba, pero algo me animaba a ir.Era el día de la entrevista, decidí ponerme un pantalón negro con una playera roja. Mi cabello en esta ocasión dejo la rebeldí
Ante la pregunta Carlos se veía nervioso, como si tuviera miedo de responder.— Para nada, aunque digamos que mi situación sentimental es complicada — soltó una pequeña risa.— ¿Complicado?, creo que nos deberías explicar más del tema — volvía a insistir la rubia mientras me veía de reojo.— Te aseguro que en mi nuevo sencillo viene la explicación — respondía de manera astuta, mientras que la rubia se retorcía en su asiento.— Claro, por lo que sabemos tú mismo escribes tus canciones, ¿eso te da algún tipo de ventaja?— Para nada, solo escribo lo que siento y sale la canción sola. Aunque debo dar un agradecimiento a la disquera, que me apoyen de una gran manera.— Que bueno que tengas un gran equipo detrás de ti.Las preguntas seguían, aunque ya no eran tan