Me quedé sorprendida y enojada por lo que acababa de pasar. Estaba totalmente empapada y con una furia dentro de mí.
— Disculpa — se acercaba un hombre a mí, era joven y vestía unos pantalones de mezclilla que parecían que el mismo los había roto. Su cabello era un poco desalentado, pero con mucho estilo. Me daba una amplia sonrisa — Te mojé demasiado, no sé cómo podría arreglarlo — no dejaba de sonreír.
— Bueno estoy sucias y mojada. No creo que se pueda hacer mucho al respecto — trataba de no enojarme. Pero de verdad que era imposible, mi mamá me mataría si me llegara a ver así.
— En eso tienes razón, no puedo hacer mucho ahora — se rascó la barbilla un poco — podría invitarte después a una fiesta o algo. No quiero que pienses que soy un grosero de lo peor.
— No puedo juzgarte sin conocerte. Creo que hubiera sido peor si no te hubieras detenido.
— Tienes razón — me estiro la mano en forma de saludo — mi nombre es Camilo Robles, mucho gusto.
Me quedé sorprendida por el apellido, era el mismo de aquel modelo al cual había encontrado hace unos días.
— Victoria Zarza — le extendía mi mano y nos saludamos — Bueno es un gusto — terminaba el saludo — no tienes que llevarme a ninguna fiesta en forma de compensación.
— Sé que no, pero para mí sería un verdadero honor. No es la mejor forma de conocer a alguien — no quitaba la sonrisa y ahora que lo miraba mejor, tenía un ligero parecido a Rogelio.
— Siendo así, acepto — le daba una ligera sonrisa.
— Te juro que no te arrepentirás, si gustas cambiamos números y nos ponemos de acuerdo. Será este domingo y si gustas podría pasar por ti.
— Claro — intercambiamos números — ¿puedo llevar a alguien más? — de inmediato pensé en Axel.
— Claro, mis amigos creen que entre más es mejor.
— Excelente. Nos vemos Camilo.
Empecé a caminar rumbo a casa, lo primero que haría sería darme un buen baño. Necesitaba descansar y hacer un poco de tarea, quería tener un fin de semana tranquilo.
Secaba mi cabello y veía el reloj, apenas eran las siete y me quedaba mucha noche por delante. Revisaba mi ropa buscando algo para mañana y el domingo, quería lucir de lo mejor, no sabía aun si podría ver a Carlos en persona o si Camilo y Rogelio tenían alguna relación y podría estar en la fiesta. Tome mi celular y entré al perfil de Rogelio buscando algo que me diera alguna pista, pero no se veía nada en realidad. Si ponía algunas fotos familiares, pero eran de hace mucho tiempo, no podía identificar si Camilo estaba en alguna. Busque en sus seguidos alguna pista del hombre que me mojó, pero nada. Me quedaría con la duda hasta la fiesta o tal vez era imaginación mía, el apellido Robles es muy común y no significaba nada en realidad que tuvieran el mismo.
Termino de elegir mi ropa, pata el sábado sería un pantalón de mezclilla color azul con una blusa negra con transparencias. En cambio, para el domingo usaría un vestido azul que tenía abierto los hombros y estaba arriba de la rodilla. Mi pelo iría planchado, quería lucir lo mejor posible y causar una buena impresión. Mi celular sueño y desperté del sueño que tenía sobre mi look.
— Mamá — dije con mucha emoción al ver que era ella.
— Victoria, espero que estés bien y te estés cuidando — siempre tan protectora.
— Claro, hago mis tareas y duermo temprano. Pero te extraño.
— Ya lo sé, pero quiero saber si ya fuiste a ver a Julieta. Tu hermana Miriam no deja de enviarme mensajes.
— No, tengo muchos pendientes y no sé cuándo la pueda ver — doblaba mi ropa mientras le respondía.
— Ni siquiera los mensajes, te conozco y no mientas — a pesar de que parecía regaño, no estaba molesta — te envié mensajes recordándote.
— Se me paso, los últimos días tuve cosas que hacer y creo que todos lo deberían entender, más tú.
— Si, te comprendo y sé que te debería de alejar de ellos. Pero creo que tú mejor que nadie los conoce, trata de ser hipócrita y sé que no te gusta.
— Trataré — di un suspiro — pero sabes que me cuesta trabajo ser así y más después de lo que paso.
— Lo sé y me pasa lo mismo. Reflexiónalo y trata de ver lo positivo de las cosas. Te dejo, cuídate.
— Igual.
Mamá colgó y aventé el celular a la cama. Busque en uno de mis cajones una de las fotos que tenía con papá. Era cuando tenía cinco años y tenía una fiesta infantil por mi cumpleaños. Lágrimas salían de mis ojos al recordar ese momento, era feliz y no sabía que solo sería por un par de años. La volví a guardar y sequé mis lágrimas, debía de superar todos los momentos difíciles por más crueles que fueran, sé que papá no quisiera verme así.
Continúe con mis actividades diarias, hasta que llegó la hora de dormir, había sido un día verdaderamente largo, quería descansar y poder soñar bonito.
Iba caminando por unos pasillos oscuros, se iluminaban y dejaban ver dos sobras altas y con cuerpos muy bien formados, trataba de acercarme a ellos. Mientras más caminaban ambos extendían su mano derecha, querían que la tomara, pero el camino parecía no acabar nunca. Del lado izquierdo pude ver a Rogelio, pero al derecho no dejaba ver quien era. Cuando estaba a punto de llegar alguien me tomaba de la cintura y me alejaba de ellos.
— Solo serás mía — era Alexis hablándome al oído.
Trataba de soltarme, Rogelio y la sombra trataban de acercarse a mí, pero era totalmente inútil. Alexis aparecía hasta en mis sueños para hacerme daño
Después de la terrible pesadilla, desperté. Eran las ocho de la mañana, tenía que apurarme para poder llegar al concierto. Tenía que lavar la ropa, lo cual odiaba de verdad; en estos momentos extraños mucho más a mamá y la valoró, sé que ella estaría ayudándome y que es muy importante no solo para las labores de la casa, sino también para escucharme y arreglar todo lo que pasa con Julieta.Mientras realizo mis labores, escucho a Carlos. Tiene una voz linda y aunque no cantara, me sonaría como melodías, su voz es totalmente grave y no quiero dejar de escucharla. Ya muero por poder verlo y espero que el misterio de su rostro me sea resuelto. Quiero poder ver quién es y saber si es como me lo imagino. Mi celular vibra y veo que es Tatiana.— Tatiana, ¿qué tal? — dejo la ropa aun lado y me ocupo a contestarle.— Estoy bien,
El concierto empezaba, había salido de la misma forma que lo vimos minutos antes. Se sentó en una silla, tomó su guitarra y empezaría con una canción en acústica, trataba del desamor y a decir verdad la interpretaba con mucho sentimiento. Sí que era talentoso y más al tocar la guitarra, eran caricias que brindaba su mano al instrumento.— Que bueno que pudimos venir — me susurró mi amiga — además que no te quitaba la mirada de encima.— Solo es tu imaginación, me veía como a todos los demás. No tengo nada que pueda ver.— Si tú lo dices — mi amiga me dio una mirada un poco extraña y me di cuenta de que señalaba al escenario. Voltee a ver a Carlos y me miraba, aunque cantara mantenía una sonrisa. Era muy encantador — creó que próximamente tendremos boletos gratis.Decidí no hac
Otro día más, la alarma sonaba y empezaba a odiarla un poco. Pero había quedado de ir a ver a Julieta, la fiesta seria a las cinco de la tarde. Con mucho trabajo me levanto a bañarme, al salir decido ponerme una ropa deportiva y cómoda, no quería que supiera que iría a la fiesta y luego le diga a mi mamá algo que no es.Desayuno un licuado con avena y fruta, me pongo los audífonos y desayuno con toda la calma del mundo, hasta que me doy cuenta de que son las once de la mañana y tengo que apresurarme, quede con mi amigo de verlo a las cuatro para poder llegar juntos.Voy caminando con mis audífonos puestos, creo que son otra parte de mí y sin ellos no podría vivir. Saco las llaves de la casa, veo que sigue igual o más descuidada que antes. Entro y no percibo ni un ruido, camino a la otra puerta y puedo ver a Julieta viendo una película en blanco y negro
— Les presentaré a mi familia — decía Rogelio mientras sonreía — mi hermano es muy mal educado a no presentarlos.— Bueno, comento que alguien lo esperaba. Nos indicó que pasáramos en lo que él llegaba — respondí a Rogelio, no podía dejar de verlo. Parecía un verdadero sueño tenerlo enfrente de mí.— Miren, él es mi otro hermano y se llama Saúl — nos presentaba a un joven de aproximadamente veinticinco años; era algo moreno con ojos marrón y cabello negro.— Un gusto — nos extendió la mano a mi amigo y a mí — no sabía que Camilo tenía amigos en la Ciudad.— Ya sabes que socializa rápido — respondió Rogelio.— Yo pensé que eras la novia — se acercó otro hombre muy parecido a Saúl, ten&iac
— ¿Otro lugar? — creo que ya sabía dónde quería llegar Camilo, me agradaba la idea, pero no sabía si podría hacerlo.— Claro ratoncito, podríamos ir a mi cuarto. Nadie nos verá ni mucho menos sabrán nada, no tienes de que preocuparte — me regalo una sonrisa tierna y tomo mis mejillas — anda ratoncito.— Es que no quiero algo así, no me gusta lo casual. Pero no puedo negar que me atraes y me gustaría estar contigo — creó que fui demasiado sincera, Camilo no se veía asustado. Al contrario, volvió a besarme.— Vamos y olvida todo.Camilo me tomó de la mano, caminábamos entre la gente hasta que llegamos a las escaleras. Íbamos subiendo, entramos a la primera puerta a la derecha. Prendía las luces mientras yo contemplaba el desastre de cuarto que tenía.— Disculpa
Los días habían pasado y no había vuelto hablar con Camilo, pensé que me escribiría. Decidí no buscarlo y que él lo hiciera, no sabía ni siquiera que le había molestado en realidad. Mientras seguía perdida en las fotos de Rogelio, no podía evitar suspirar y comentarle las fotos que publicaba y aparentemente ya sabía que era yo. En cuanto a Carlos, seguía subiendo historias en sus redes sociales, le comentaba una que otra, me decía que esperaba verme pronto. Me quería invitar a una entrevista que tendría el viernes por la tarde. Me entusiasme tanto que acepte, no lo conocía y aun así me animaba a decir que si, realmente esto era algo raro. Siendo honesta no me gustaba, pero algo me animaba a ir.Era el día de la entrevista, decidí ponerme un pantalón negro con una playera roja. Mi cabello en esta ocasión dejo la rebeldí
Ante la pregunta Carlos se veía nervioso, como si tuviera miedo de responder.— Para nada, aunque digamos que mi situación sentimental es complicada — soltó una pequeña risa.— ¿Complicado?, creo que nos deberías explicar más del tema — volvía a insistir la rubia mientras me veía de reojo.— Te aseguro que en mi nuevo sencillo viene la explicación — respondía de manera astuta, mientras que la rubia se retorcía en su asiento.— Claro, por lo que sabemos tú mismo escribes tus canciones, ¿eso te da algún tipo de ventaja?— Para nada, solo escribo lo que siento y sale la canción sola. Aunque debo dar un agradecimiento a la disquera, que me apoyen de una gran manera.— Que bueno que tengas un gran equipo detrás de ti.Las preguntas seguían, aunque ya no eran tan
— ¿Qué te pasa? — lo alejé de mí — no vuelvas hacer eso.— Solo fue un beso, no exageres Victoria — se tambaleaba un poco.— Pensé por un momento que no, pero estás borracho. No puedes venir así Camilo, te pudo pasar algo.— No debería de importante tanto ratoncito — me daba una sonrisa — Bueno, me voy y muchas gracias por invitarme — iba a salir de casa.— Espera — lo tome de los hombros — no te puedes ir así, no permitiré que te pase algo.— Te preocupas por mi ratoncito — me dio un abrazo muy fuerte — que linda.— Suéltame — odiaba su ligero olor a borracho — primero el baño.Como pude lo lleve a la regadera, quite su camisa y su pantalón.— Bien, quítate lo demás y solo date un regaderazo.