Otro día más, la alarma sonaba y empezaba a odiarla un poco. Pero había quedado de ir a ver a Julieta, la fiesta seria a las cinco de la tarde. Con mucho trabajo me levanto a bañarme, al salir decido ponerme una ropa deportiva y cómoda, no quería que supiera que iría a la fiesta y luego le diga a mi mamá algo que no es.
Desayuno un licuado con avena y fruta, me pongo los audífonos y desayuno con toda la calma del mundo, hasta que me doy cuenta de que son las once de la mañana y tengo que apresurarme, quede con mi amigo de verlo a las cuatro para poder llegar juntos.
Voy caminando con mis audífonos puestos, creo que son otra parte de mí y sin ellos no podría vivir. Saco las llaves de la casa, veo que sigue igual o más descuidada que antes. Entro y no percibo ni un ruido, camino a la otra puerta y puedo ver a Julieta viendo una película en blanco y negro.
— ¡Qué bueno que viniste! — dice al verme y da una sonrisa.
— Lo mismo digo.
— Ven — me señala el asiento que esta aun lado de ella. Me acercó y me siento, observo un poco la película y se nota interesante — te extrañaba, supe que tu madre salió por trabajo.
— Si — la voltee a ver — estoy bien, ya me acostumbré a estar sola y a decir verdad me sirve mucho. Me hace bien un poco de soledad.
— Sabes que no debes estar sola, puedes venir y estar el tiempo que quieras.
— No, les podría molestar a tus hijos. Por cierto, ¿dónde están? — los buscaba con la mirada.
— Salieron, al rato vendrán. Pero quiero que me cuentes como te va — me hablaba en un tono dulce, parecía otra en verdad. No sabía si era un plan o que ya me estaba volviendo paranoica, pero le platicaría un poco.
— Bien, la verdad no me está costando tanto trabajo, pero como todo, me va bien y en otras no.
— Te quiero y espero lo recuerdes siempre, quiero le mejor para mí y sé que soy la anterior mujer de tu padre. Pero eso no quita lo que siento por ti.
— ¿Por qué me quieres?, nunca lo entendí.
— Eres diferente, totalmente diferente y quiero que sigas así, no dejes de soñar nunca — tomo mi mano derecha — prométemelo.
— Parece que te estás despidiendo — a pesar de todo me daba un poco de miedo lo que estaba diciendo.
— Nada, solo es porque quiero que lo recuerdes y no lo olvides de verdad. No le hagas del todo caso a Miriam, suele exagerar un poco — dio una pequeña sonrisa, aunque su rostro se notaba triste.
— No lo olvidaré, te aprecio y eso nada ni nadie lo va a cambiar — le devolví la sonrisa.
Pase un rato con ella, nos quedamos viendo la película y la platicábamos como hace mucho no lo hacíamos, esto era un poco retorcido, en ocasiones todo estaba viendo y en otras no. Me daba un poco de miedo lo que pudiera pasar en otros días, esto no tenía que ser así.
Volvía a casa, aunque tenía tiempo de prepararme y comer algo rápido. Me mantenía con los audífonos mientras comía un poco de atún con brócoli, después de comer me puse mi vestido azul que había preparado días antes, me planchaba el cabello y pintaba mis labios de rojo, era de mis colores favoritos. Me miraba al espejo y me sentía conforme de cómo me veía, no siempre me sentía segura de mí.
Tomaba mi bolsa negra ya con todo listo, salía de casa para apresurarme a ver a mi amigo, no me gustaba llegar tarde. Odiaba la impuntualidad. El transporte no ayudaba mucho, estaba muy lento y ya solo tenía pocos minutos para poder llegar, pero parecía que, por obra maestra, todo se arreglaba y llegaría a tiempo.
— Vaya, la niña puntual llega tarde — reprochaba mi amigo — ya me iba a ir solo a la fiesta.
— No te dejarían entrar, a mí me invitaron no a ti — me burlaba de él.
— Claro, después de que te mojaron un poco. Espero tu hipótesis sea correcta y tenga relación con Rogelio, no perdería nada y podrías ganar mucho.
— No tendré sexo con un desconocido.
Seguíamos caminando a la dirección que me envió Camilo, estaba en el centro de la ciudad, las casas se veían muy amplias y con dos pisos. Mientras caminaba le comentaba a mi amigo lo que paso ayer con Carlos.
— Así que te ganaste el corazón del hombre misterio — me empujaba un poco — ¡esa es mi amiga!
— No te burles, fue un poco incómodo y más recibir mensajes suyos. Me sentí acosada.
— A mí me encantaría que un famoso me enviara mensaje, se ve que le gustaste y podrían tener citas o ser novios.
Axel sí que alucinaba mucho, creo que ya me veía toda una vida con Carlos y apenas me había cantado una canción.
— Claro, nos cansaremos y serás el testigo.
— Eso espero — soltó una pequeña risa — pero deberías de volver a ir a un evento al que este. No pierdes nada, siendo honesto el apellido Robles es muy común y no creo que Rogelio y Camilo tengan relación.
— Eso lo sabremos en cuanto lleguemos, ya solo es cuestión de ver los números. Creo que es la casa blanca — señalé una casa, nos acercamos y pude ver que era el número 70 — si es.
Tocamos el timbre, esperamos unos segundos hasta que abrió Camilo, el cual vestía una camisa gris y un pantalón de mezclilla.
— Que bueno que tú ya estás aquí y veo que si viniste acompañada — nos daba una sonrisa — pueden pasar — nos indicaba la entrada y pasamos por un jardín muy grande y con el pasto perfectamente cuidado — entren, iré por alguien que me espera.
Camilo salió de la casa, entramos a la casa y agarre a mi amigo del brazo al ver a alguien en la sala.
— Es Rogelio — murmuré mientras veía al modelo sentado en el sofá platicando con otras personas.
— Buenas tardes — nos saluda Rogelio con una sonrisa, se puso de pie y me extendió la mano — que bueno que mi hermano invito más personas y espero se sientan cómodos. Mi nombre es Rogelio Robles.
— Victoria Zarza — correspondí al saludo — muchas gracias.
— Les presentaré a mi familia — decía Rogelio mientras sonreía — mi hermano es muy mal educado a no presentarlos.— Bueno, comento que alguien lo esperaba. Nos indicó que pasáramos en lo que él llegaba — respondí a Rogelio, no podía dejar de verlo. Parecía un verdadero sueño tenerlo enfrente de mí.— Miren, él es mi otro hermano y se llama Saúl — nos presentaba a un joven de aproximadamente veinticinco años; era algo moreno con ojos marrón y cabello negro.— Un gusto — nos extendió la mano a mi amigo y a mí — no sabía que Camilo tenía amigos en la Ciudad.— Ya sabes que socializa rápido — respondió Rogelio.— Yo pensé que eras la novia — se acercó otro hombre muy parecido a Saúl, ten&iac
— ¿Otro lugar? — creo que ya sabía dónde quería llegar Camilo, me agradaba la idea, pero no sabía si podría hacerlo.— Claro ratoncito, podríamos ir a mi cuarto. Nadie nos verá ni mucho menos sabrán nada, no tienes de que preocuparte — me regalo una sonrisa tierna y tomo mis mejillas — anda ratoncito.— Es que no quiero algo así, no me gusta lo casual. Pero no puedo negar que me atraes y me gustaría estar contigo — creó que fui demasiado sincera, Camilo no se veía asustado. Al contrario, volvió a besarme.— Vamos y olvida todo.Camilo me tomó de la mano, caminábamos entre la gente hasta que llegamos a las escaleras. Íbamos subiendo, entramos a la primera puerta a la derecha. Prendía las luces mientras yo contemplaba el desastre de cuarto que tenía.— Disculpa
Los días habían pasado y no había vuelto hablar con Camilo, pensé que me escribiría. Decidí no buscarlo y que él lo hiciera, no sabía ni siquiera que le había molestado en realidad. Mientras seguía perdida en las fotos de Rogelio, no podía evitar suspirar y comentarle las fotos que publicaba y aparentemente ya sabía que era yo. En cuanto a Carlos, seguía subiendo historias en sus redes sociales, le comentaba una que otra, me decía que esperaba verme pronto. Me quería invitar a una entrevista que tendría el viernes por la tarde. Me entusiasme tanto que acepte, no lo conocía y aun así me animaba a decir que si, realmente esto era algo raro. Siendo honesta no me gustaba, pero algo me animaba a ir.Era el día de la entrevista, decidí ponerme un pantalón negro con una playera roja. Mi cabello en esta ocasión dejo la rebeldí
Ante la pregunta Carlos se veía nervioso, como si tuviera miedo de responder.— Para nada, aunque digamos que mi situación sentimental es complicada — soltó una pequeña risa.— ¿Complicado?, creo que nos deberías explicar más del tema — volvía a insistir la rubia mientras me veía de reojo.— Te aseguro que en mi nuevo sencillo viene la explicación — respondía de manera astuta, mientras que la rubia se retorcía en su asiento.— Claro, por lo que sabemos tú mismo escribes tus canciones, ¿eso te da algún tipo de ventaja?— Para nada, solo escribo lo que siento y sale la canción sola. Aunque debo dar un agradecimiento a la disquera, que me apoyen de una gran manera.— Que bueno que tengas un gran equipo detrás de ti.Las preguntas seguían, aunque ya no eran tan
— ¿Qué te pasa? — lo alejé de mí — no vuelvas hacer eso.— Solo fue un beso, no exageres Victoria — se tambaleaba un poco.— Pensé por un momento que no, pero estás borracho. No puedes venir así Camilo, te pudo pasar algo.— No debería de importante tanto ratoncito — me daba una sonrisa — Bueno, me voy y muchas gracias por invitarme — iba a salir de casa.— Espera — lo tome de los hombros — no te puedes ir así, no permitiré que te pase algo.— Te preocupas por mi ratoncito — me dio un abrazo muy fuerte — que linda.— Suéltame — odiaba su ligero olor a borracho — primero el baño.Como pude lo lleve a la regadera, quite su camisa y su pantalón.— Bien, quítate lo demás y solo date un regaderazo.
— Olvídalo — se puso de pie y empezó a tomar sus cosas — no tiene caso hablar de él. — ¿Lo conoces?, bueno viste su cara a eso me refiero — me acerqué a él. — Si, lo conozco sin tanto espectáculo. Por eso mismo te digo que no te acerques mucho a él, no creo que tenga las mejores intenciones. — ¿Cuáles intenciones? — no sabía a lo que se refería, ¿de verdad si lo conocía? — No busca nada serio, además, que no te muestra quien es. Eso es muy evidente, no te dejes impresionar — terminaba de acomodar todas sus cosas y se quería acercar a la puerta. — No te vas hasta que me digas lo que realmente pasa — me puse en medio evitando que pasara. — No lo sé todo, solo sé algunos de los rumores que dicen de Carlos. No es mi amigo íntimo ni mucho menos, por eso no te puedo decir algo que no me consta. Solo que no me gustaría que te hiciera algo malo — me tomo de los hombros — entiende. — Me mantendré al margen, pero no me alejaré de é
— Tanto como su amiga, no — empezaba a recordar lo que había pasado con el — pero me cae muy bien. — Chicos, vamos a comenzar — se acercó Hugo a nosotros — tienen que colocarse como les indique. Rogelio y Carlos serian parte del triángulo amoroso y yo sería la chica que tendría que elegir entre ellos. Tendrían unas carreras en motocicleta, para resolver su problema amoroso. En unas tomas me acercaban demasiado a los dos, tenía un poco de nervios. El director quería que me viera lo bastante natural y que tratara de verme muy enamorada de los dos. — Relájate — nos habían dado un pequeño descanso y me senté en una silla de plástico a escuchar música. Carlos me extendía un café — ni no tendremos que volver mañana y no creo que a tu amigo Camilo le guste la idea. ¿Qué onda con los hombres?, pensé que no sentían tantos celos. Me daba cuenta de que eso iba más allá de eso, parecía una competencia fría entre los tres, bueno menos Rogelio, que solo me veía com
Volvíamos a grabar, ya faltaban pocas tomas. En algunas escenas seguía cerca de Rogelio, pero más de Carlos, lo cual me hacía temblar de tenerlo tan cerca, sin contar sus manos por mi cintura.— No te pongas nerviosa, esto es profesional —susurro a mi oído — pensé que te la pasarías bien, pero lo estás sufriendo horrible —soltó una pequeña risa.El director aún nos indicaba como posar y como tenía que mirar a Carlos, pero por favor, eso era imposible. No podía verle ni los ojos, eso era algo injusto.— No sé ni quién eres y aun así me piden mirarte como si estuviera enamorada. No pensé que haría eso —trataba de separarme de él, pero me sujetaba aún más.— No hagas berrinche, esto es profesional. Además, no es o