Rose condujo espacio de unos quince minutos los cuales se le hicieron casi media hora, al llegar a la escuela de natación subió las cortas gradas e hizo su entrada al recinto. Aunque ella había nacido en California y sus padres habían vivido allí toda su vida, Tom y ella eligieron a Lewiston desde el mismo día que llegaron, allí encontraron la propiedad con la que habían soñado siempre.
Era la segunda ciudad más grande del estado de Maine. Tenía sitios hermosos, era conocida como una ciudad multicultural con un muy bajo costo de vida, era una ciudad tranquila, su café era producto de años de trabajo, sacrificios y luchas, pero había valido la pena.
-Rose -Se dijo a si misma- Ha valido la pena, lo has hecho bien nena, así que ahora disfruta el paisaje- se reía feliz, era su momento.
Llegando a la escuela de su nieto, esperó aparcada, le había llamado antes, para tener que evitar entrar y esperar por largos minutos.
En un costado observó a Sebas, agitó su mano para hacerse notar, ante lo cual se despidió de sus amigos y apresuradamente vino al punto de encuentro. Rose le abrazó cálidamente.
-Abuela, que bueno verte –Me gusta cuando vienes por mí -Sebas se encogió de hombros, abriendo la puerta lanzó su bolso al interior.
-Bien Sebas, te llevaré directo a casa, tengo mil cosas que hacer, ya sabes la cena de esta noche, de lo contrario me quedaría contigo-
-No hay problema, pero me iría al café a trabajar abuela, mamá daría de gritos, pero ya soy adulto-
-Vaya, ¿Y cuántos años tienes? Rose le frunció su ceño.
-Tengo exactamente doce años, soy alto, atlético y creo que las chicas quieren todas salir conmigo -Se alisó sus cabellos castaños claros.
-Bien rompecorazones, camino a casa, has tus deberes y espera a tu madre- Rose aceleró un poco pues el tiempo volaba de prisa, tendría que regresar a la tienda, pasar por el salón de belleza, algo había que hacer con sus manos, pies, y quien sabe se animaría a un cambio de estilo. ¿Sería quizás la hora de cambios drásticos? Quizás sí, pero no estaba segura, aun no.
Llegaron a casa de Lili, y justo en aquel momento Roger hacia su entrada en el coche.
-Papá, que bueno que llegaste, así podemos darnos un buen partido, y prepárate para la derrota- empuñando sus manos entraba a casa gritando efusivamente-
-Hola Rose, gracias por traerlo, le dije a Lili que no te importunara, sé que estarías muy ocupada, ya la conoces-
-Claro que la conozco, no escucha nada -Rose encendió su auto, acelerando un poco, en el camino al café, encendió la radio para distraerse un poco. En ese instante su teléfono repicaba con insistencia.
-Gigi, si, ya voy en camino, pero no a la peluquería, paso por unos paquetes, de ahí rumbo a casa, a terminar de dejar todo listo…Oh, si haces eso por mí, puedo ir directo ahora mismo a darme un toque de belleza-
-Veamos -Gigi avanzaba por la habitación tomando sus llaves en mano, sacudiendo su cabellera -Espero de verdad que hagas un cambio, y déjame decirte que es un plan aburrido sentarse a ver los mismos videos, las fotos, y charlas de Tom esto, y Tom aquello, respeto lo de tus hijos, pero deberían considerar que deseas tu-
-Tienes razón, yo lo seguiré llevando en mi corazón y siempre estará allí, pero quisiera cenar fuera de casa, y recordar esta fecha de otra manera –Rose, estacionaba justo en la peluquería, a tiempo para unas horas de belleza y relax. Entrando al gran salón una chica vino a su encuentro, le saludaba y tomaba sus cosas para guardarlas.
-Que gusto verla de nuevo, tenía tiempo de no venir. -Dígame, señora Rose, ¿Qué tiene pensado para hoy? La chica la miró con sumo interés esperando respuesta suya.
-La verdad, lo mismo de siempre, mascarilla, baño de crema y cepillado- es todo, quizá después haga algo atrevido-
-Le hare un maquillaje suave, discreto, esos ojos merecen ser destacados, la verdad que son preciosos-
La chica comenzó su tarea con bastante agilidad, le dejaría hermosa para su velada familiar. Era una clienta que con frecuencia solía venir, mientras le aplicaba su baño de crema para el cabello, se fijó con detenimiento, tenía un rostro hermoso, piel tersa, blanca, de ojos azules profundos, cabellos castaños oscuros, desde que la conocía no había intentado hacer un corte más sofisticado, un corte algo más arriba de los hombros, le quedaría maravilloso, era una mujer de curvas armoniosas, se apreciaba el ejercicio, tenía mucha más energía que ella misma. La condujo por la sala, para su mascarilla de avena y miel, llamó para que en tanto le arreglaran las uñas, solía traerlas listas para maquillarlas, en una hora terminaría y quedaría hermosa, aunque le hubiese gustado darle forma a su cabello. Al terminar aprobó con cara de satisfacción, estaba lista para una cena familiar muy peculiar.
Omar, Lauren, Lili y sus nietos entraron como una gran avalancha, la mesa del comedor estaba impecablemente vestida, Omar se acercó a ella dándole un gran abrazo, las flores surgieron sorpresivamente.
-Madre, son para ti, tan hermosas como tú- Rose agradeció el detalle.
-Gracias hijo, son hermosas, así que pasemos al comedor, y cenemos-
-Madre, ¿Invitaste a tus amigas? Es una cena familiar, para recordar a papá, no es una cena de modas o evento social -La voz de Lili replicó molesta, por la presencia de Gigi, siempre le había criticado a su madre su amistad con ella, era una empresaria, diseñadora, hermosa, creía que no era buena influencia en la vida de Rose.
-Tendrás que soportarla querida, es mi casa, mi cena -No veo la molestia, así que pon cara de pastel y siéntate, no estoy con deseos de soportar berrinches tuyos-
-Lauren, cuelga ese teléfono por favor, pasa al comedor-
-Madre, que hermosa que…Oh, me gustaría que te cortaras el cabello, pero en general, me encanta tu vestido esta noche-
Una vez sentados al comedor, la cena inició con charlas sobre anécdotas de Tom, y así avanzaron, Omar le contaba acerca de un nuevo proyecto, estaba feliz, pues estaría al frente de todos los detalles de un nuevo centro comercial, solo que sería en San Francisco, tendría que ir y venir, le encantaba, su esposa protestó sobre estar sola, pero también le hacía feliz, tenían una sola hija y no serían padres de nuevo eso estaba decidido.
-Es una gran oportunidad para Omar, la arquitectura es lo que más ama, Nicole tomaba la ensalada, -Estoy feliz, podremos ir con Tamy uno que otro fin de semana-
-Hijo me alegra por ti, Tamy ya está creciendo a velocidad, el tiempo pasa volando, ya cinco años, me alegra que Tom, la pudo conocer-
Gigi, levantando la copa, propuso un brindis a la memoria de Tom, ellos habían sido buenos amigos, Lili la miró con recelo.
-Por cierto, madre, supongo que tu querida amiga Mery no quiso venir-
-Su hijo Rob, tuvo que ser intervenido, así que disculpada, es más mañana iré a verle-
Charlaron animadamente de otros temas, en aquel momento Lili se colocaba en pie, era hora de ver álbumes en la sala, así que, por invitación de ella, todos acudieron y tomaron su lugar, mientras Rose hacia café en la cocina, preparaba las tazas y los platos, con ayuda de Gigi, estirando la mano se servía otra copa más de vino.
-Deberíamos ir a tomarnos algo después de toda esta ceremonia, te gustaría...
-Estoy de un cansancio único- Rose le miró con desanimo.
-Pues creo que te falta un corte nuevo y un amor, vamos Rose, no te pensarás pasar toda tu vida, cortando flores del jardín, atendiendo el café, pagando las facturas cada lunes, huyendo de un cambio de imagen, -Rose, para, debes hacer algo para ti, ejemplo buscar el amor, o dejar que te sorprenda-
-No estoy en busca de ese amor que tú dices- Rose tomaba la bandeja con el café, mientras Gigi le seguía con el postre, y los platos a bordo.
-Madre por fin, toma lugar, estábamos viendo los videos de tu boda, que tiempos hermosos -Rose tomaba lugar en la esquina del gran cómodo sofá, la luz tenue fue una buena idea.
Allí estaba Tom, sonriendo alegre, dando el sí ante todos, aquella canción que siempre le había gustado de “Lo mejor de tu vida” aunque muy americano, Tom tenía raíces españolas por su madre. Le había encantado el bolero, flamenco, la rumba, un romántico enamorado, las imágenes pasaban trayendo a memoria momentos inolvidables, ella y Tom habían dicho que siempre se recordarían a través de las canciones, y una cena al aire libre, pero allí estaba ella, revolviendo recuerdos, mirando su cinta de casamiento, viviendo de lo pasado, sin sentirse aliviada en ninguna forma, cena en casa con un abarrotes de recuerdos, la cinta siguió avanzando, el cumpleaños de Tom, uno de los últimas celebraciones, que día hermoso, las lágrimas rodaron en su mejilla, sentía una punzada dolorosa, quería levantarse gritar, que todos se fueran a casa, salir corriendo e irse al aire libre, encender una vela para verla apagarse, tomándose un vino sencillamente tranquila.
Rose con sus manos en su boca ahogó las emociones que fluían, no quería gritar, sus nietos eran pequeños y que sabían de emociones desbordadas, tenía los ojos perdidos en cada imagen, toda su mente giraba en un torbellino de fotografías, Tom y ella habían sido felices, aunque pasaron sus días grises, esos grises que nunca faltan colocando a prueba el amor, dejando descorrer las cortinas de una intimidad, donde se viven momentos y se guardan secretos, ellos habían superado las adversidades del camino, gente perfecta no existía, eso sería como que ella solicitara que sus rosas, se convirtieran en tulipanes, como todas las cosas en la vida, tiempo ayuda a sanar, y Rose, no quería llorar más, no quería recordarlo de aquella manera. Lo haría a su manera, a cinco años que justo ese día se cumplían, ella lo haría a su manera para una próxima. Se secó las lágrimas, y solo miró al vacío.-Lili, para la próxima creo que es mejor que sencillamente hagamos algo diferente- Lauren le miró fijamente
Rose contuvo la respiración al ver a Lenin avanzar por la barra en dirección a ella, tenía un jean de color negro, camisa a cuadros grises, que resaltaban sus ojos enormes verdes, no se podía negar que era atractivo. Pero para ella solo Lenin un buen amigo, era alto, atlético, se jactaba de tener un físico imponente, blanco, cabellos rubios claros.Lenin llegó al mostrador y se quedó fijamente mirándole.-Hola Rose, aquí esta lo prometido, entradas para nuestra película de esta noche, como de costumbre deberíamos hacerlo--Pues esa costumbre deberás dejarla, de hecho, no iré a cine Lenin, haré algo que tenía pensado hace un tiempo--Rose, por Dios, tú no tienes nada que hacer- Lenin tomó la taza que Rose le acercaba, se fijó en las galletas, mientras tomaba mano de varias.-No deberías subestimar el poder de una mujer independiente, trabajadora, en especial no recibo ordenes de nadie, soy mi propio jefe, algo sumamente confortable--Rose, deberías ir al cine conmigo, muchas mujeres de
-Mamá, por favor puedes pasar por la tintorería, necesito el traje, estaré en una reunión esta noche, es muy importante-.-Lo siento querida, yo también tengo una reunión con mis amistades muy importante por cierto, así que envía a alguien que te haga el favor, o pídeselo a tu esposo, en lejano caso tendrías que ir tu misma, quiero que te hagas cargo de tu vida-.- ¿Estás saliendo con alguien a escondidas?- ¿Y si así fuera en que te afecta hija? –-La verdad, en todo cuanto puedas imaginar mamá, deberías dedicarte a nosotros, a disfrutar de ser abuela, sé que te gusta servir café y todo ese rollo mamá, no se ve bien a tu edad que…-.- ¿A mi edad? –Rose sacudió su cabello –En mi edad las mujeres cenan, toman vino, hacen caminata, van donde les da la gana ir, y si, tienen citas, hacen el amor, no están oxidadas, viviendo la vida a medias, también sienten, se apasionan, ya cuidé y crie tres hijos, tu hijo es tu responsabilidad, no seré una viejecita tejiendo calcetas en navidad, abnegad
La noche llegaba a prisa, en su sala de baño Rose se daba los últimos toques, algo de color en sus mejillas, un chocolate en sus labios, era un tono que le gustaba para usarlo de noche.Apagando las luces de su habitación, en la cocina tomaba un té, no había comido nada para no arruinar la cena, ni muchos menos la compañía.El reloj daba siete cuarenta y tres minutos, sus amigas la pasarían genial, estaba segura que así seria.Ella quizá se atrevería a tomar una copa de vino, alguna caminata por un parque, como que su imaginación iba muy de prisa, y Charles solo le había invitado una cena, su teléfono repicaba en ese momento.-Hola…oh no te preocupes Charles, comprendo bien, si son situaciones que se presentan-.-Lo lamento mucho Rose, pero a mi llegada te llamaré-.-No tienes que hacerlo, mañana será otro día-.Rose colgaba la llamada, Charles no vendría, tenía una situación entre manos que resolver, pues ella iría a cenar, había un restaurante en la zona que quería conocer, mirándos
En su habitación Rose se desmaquillaba, había llamado a Charles para disculparse, era tarde y mejor tomarían el café en otro momento. Charles lamentaba que el imprevisto le hubiese demorado también ante lo cual prácticamente le había quedado mal. Rose le dijo que todo estaba bien, otro día se daría cenar, ¡Y sí que los imprevistos eran a veces una buena noche!En su cama dio varias vueltas, la conversación con Víctor había fluido como si fueran dos viejos amigos del colegio y ahora se reencontraban, eso le había parecido a ella, era agradable, educado, lo que gustaba en Víctor era su sencillez, sin ninguna pose, sin ningún ritual, sencillamente natural.No quería que su mente siguiera haciendo preguntas, era hora de dormir y ella tenía una cita en la peluquería.Mientras en otro lugar de la ciudad, Lenin abría la puerta a Mery, quien pasaba por Sam,-Mery…pasa, no te preocupes, Sam está dormido en el sillón, es un buen chico-.-Gracias Lenin-.- ¿Quieres un café? Te lo hare con gusto,
-Mamá quiero que hablemos esta noche de algo importante, en algún momento si tu faltaras… ¿De quién sería el café? -.-Oh por Dios Lili, que pregunta más inoportuna, mamá es una mujer sana, joven y no es oportuno ahora salir con eso-. Lauren se quedó mirando a Lili.-Lauren no es para que te molestes, sencillamente era una pregunta-.-Pues bastante fuera de lugar-. Lauren se despedía después de pasar por la caja y pagar las cajas de galletas para sus compañeras, no la perdonarían que llegara sin ellas.-Madre creo que este café debe ser mío, tengo los medios para sostenerlo, soy estable y soy la mayor, espero que eso lo tengas en cuenta-.-Querida, no te preocupes tanto por el café, seguirá funcionando tal cual como está, y tengo muy claro que cuando no pueda, o no me de mi fuerza para seguir al frente, entonces lo venderé, creo que Josef, o Mely serán buenas opciones, pero no estoy de muerte Lili-.Lili la miró con frialdad, seguro que su preferido seria Omar, quizá se lo dejaría a é
En el café Charles le comentó que había cancelado la salida por un tema de trabajo, aunque se había desocupado con tiempo para llegar, pensó que no era buena idea, la apreciaba, no estaba quizás del todo listo para algo más, solo era una cita.-Aunque no niego que me gustas Rose, eres una mujer muy hermosa, y tu encantadora personalidad es aún más hermosa-.-Si, tal cual lo dices, seamos amigos, no es una relación ni un compromiso-.Rose tomaba su café, algo lejana a la plática de Charles quien en ese momento le contaba de su secretaria, se le había declarado, cosa que no le había hecho para nada gracia.-Una secretaria enamorada, una heroína sin lugar a dudas-. Dijo Rose.-Una mujer que estuve a punto de despedir-.-Menos mal, hubiese formado parte de la lista de desempleo-.-Rose, sueles tener sentido del humor-.-El sentido del humor ayuda en momentos críticos, que sería de la vida sin reírnos un poco de nosotros mismos, de los errores, o de las situaciones, ¿No te parece Charles?
Caminando hacia la cocina servía una taza de chocolate la cual colocó con dos galletas, sabía que su hijo nunca se negaba a una taza caliente humeante.-Perfecto para esta noche-.-Es lo mismo que imaginé-. Rose tomaba el suyo con calma.-Irá Melvin, ya lo conoces, Greta la ingeniera, aún quedan dos por confirmar, que sería Ted, Robert, no se aun bien madre-.-Creo que es celos querido, entiendo perfectamente, a veces hay que hacer algunos sacrificios por la familia, deben platicarlo, sobre todo tener la confianza como base-.-Madre, ese es el detalle, Nicole es celosa lo que está trayendo algunas situaciones, he hablado con ella al respecto-.-Pues hijo espero que todo se solucione para bien-. Rose le dio un cariñoso abrazo confortable.-Me voy, mañana nos veremos en la cena-.- ¿Y tu viaje? Ella depositaba las tazas en el lavaplatos.-Haré los cambios para viajar mejor el lunes, así mañana disfrutaré de tu postre, una buena cena, y tu compañía-.-Entonces, haré el mejor postre-. -E