Unas gotas de lluvia débiles y pequeñas golpeaban la ventana de su habitación, el teléfono no cesaba de repicar, estirando su mano lo tomaba a la par que miraba el reloj. Cinco y media de la mañana, hora acostumbrada por algunas de sus amigas para llamarle.-Rose, cariño…-.-Gigi, gracias que fuiste hoy mi despertador…te escucho feliz, así que pásame la noticia, no me digas que nos vemos en el café-.-Pues sí, nos vemos en tu café a las seis y media, y por favor no llegues tarde-.-No puedo creerlo, piensas llegar puntual a mi café, eso es un milagro, alguien ha de ser el artífice de semejante cambio-.-Bien…entonces nos vemos a las seis y media-. Colgaba sin que pudiera pronunciar palabra.Saltaba de su cama, entrando a la ducha, el agua estaba exquisita lo que le invitaba a quedarse un buen rato allí, pero…debía apresurarse. En el café era seguro que ya estaban por abrir las puertas, era un día para buenas sorpresas. Se colocaba algo cómodo, y tomando su bolso pasaba a la cocina, Om
Rose pasó la mano sobre su cabello acomodándole.-No lo pongo en duda cariño, podría decir que vienes flotando en las nubes, por poco y vuelas en mi negocio-.Era un acierto porque sentía que flotaba. Lauren soltó una sonora carcajada. Mama tenía razón, Rose saludaba a Antony, y este daba los buenos días a todos mientras tomaba lugar en la mesa, Gigi les hizo bromas, con aquello que parecían tortolitos, y también parecían que destilaban las mieles del amor, Rose tomaba lugar junto a Gigi. Miraron atentas a la pareja, no querían perder ni una sola palabra.-Madre, tenemos algo que decirte…nos casaremos en una semana, el próximo fin de semana-. Rose abrió sus ojos en sorpresa para luego fruncir su ceño con fingida preocupación.-Cariño, ¿Has pensando en el pastel y el corto tiempo que tengo para diseñarlo? -.-Mamá, te amo…pero será una pequeña boda íntima y familiar, los padres de Antony vendrán por unos días, después de la boda, nos iremos al siguiente día, estaremos de luna de miel u
Mery depositó las copas en la mesa del jardín, era un exquisito dulce de moras, y coco con helado de vainilla.-Madre nos empalagaremos-.-Creo que es perfecto para este día-.-Bien…ahora no me desvíes más, y cuéntame de tu príncipe azul-.-Si cariño…. Lenin es perfecto para mí, me propuso matrimonio, le di un sí quiero, estoy con los preparativos, nos casaremos por el civil, algo muy sencillo, intimo, pero…un hermoso pastel de bodas jamás debe faltar, y regresando a Lenin, me hace inmensamente feliz, no te imaginas, tu padre anda con aquella caza fortunas, es feliz, yo también ahora estaré con mi atlético, sexy y guapo Lenin-.Acomodaba las flores en el bello jarrón de cristal. Había hecho una pequeña remodelación en su apartamento, cortinas nuevas, una sala de baño mucho más amplia, un vestier para dos, Lenin se mudaría el día de la boda, su apartamento lo alquilaría a su primo, todo estaba preparado, esa noche se reuniría con sus amigas, estaba más que segura que Rose le haría un s
Antony le miraba con aquel hermoso brillo en sus ojos. Rose estaba en primera fila, cuando Omar la entregaba su futuro esposo, los ojos de Rose vieron a Charles tomar lugar en la segunda fila, justo detrás de ella.La ceremonia comenzaba saludando a todos los presentes, Rose dejaba que unas lágrimas se escaparan, como cambiaban las cosas, el mundo sin Tom era diferente, totalmente, inevitablemente su tiempo se detuvo en el reloj, el presente era lo que les quedaba.Las palabras de compromiso eran recitadas con emotividad, la voz de Lauren se quebraba, le estaba jurando amor eterno a Antony, ante lo cual el hacia sus votos, se juraron amarse y cuidarse, estar en todo momento de sus vidas, ante cada adversidad juntos. Una vez que hicieron sus votos, las alianzas se colocaban como sello de amor. -Les declaro marido y mujer, puede besar a la novia-. Los aplausos llenaron el recinto, un beso sellaba sus promesas.La lluvia de pétalos y arroz a la salida de la iglesia fue asombrosa, Lauren
El reloj marcaba las cinco en punto de la mañana, Rose miraba aun soñolienta la mesita de noche. Tantos cambios de un día para otro, esperaba que por fin Lili encontrara su destino, le había divisado con Roger allí abrazados, que mejor que los hijos aprendieran a tomar sus decisiones sin tener que buscar después culpables como en la mayoría de los casos pasaba.Almorzarían en familia, era la oportunidad perfecta para que unos buenos bocados hicieran pasar un rato ameno. La idea de irse de vacaciones por unas semanas estaba cobrando fuerza, Mery, Gigi, y ella se reunirían para despedirse, Gigi viajaría a Egipto por dos semanas con Gastón, estaba totalmente absorta por la cultura y belleza de aquellas hermosas piezas de historia que se conservaban. Mery también emprendería su luna de miel, ella continuaría en su café, en pie y firme como cada mañana.La madre de Lenin ofrecía una reunión para despedirles, era una buena mujer, agradable y con carácter. Se sentía feliz que por fin su hijo
Rose llegaba al café entraba con el paso firme, ese día llevaba zapatos altos de charol rojo, vestido de pequeñas florecillas, su pañoleta roja haciendo tono. Los ojos de todos se voltearon para saludarla y admirar su belleza, de hecho, la veían con un color vivo, o una luz que destellaba brillos, como después había afirmado la señora Pam, despuntaba una admirable luz que la envolvía. Era una nueva Rose. En el café era un día con muchos clientes entrando y saliendo, Rose se colocaba su delantal y con una amplia sonrisa, consultaba los pedidos, el café tenia nuevo sabor, Josef, Ana, Emi y Mely, le sonreían, como si entendieran que una nueva Rose había hecho su entrada al lugar. -Rose, sé que algo ha pasado y me alegra por ti-. -Si Mely, y ahora quiero compartir con ustedes, una decisión que he tomado-. -Señora…no me diga que piensa despedirnos, si vende este café, será difícil encontrar un lugar como este, encontraremos algo que hacer, pero…no será igual-. -No Ana, no es eso, nuest
El avión aterrizaba, al tiempo que la azafata anunciaba la hora local y el clima, dando la bienvenida a todos los pasajeros, daba las instrucciones para quienes continuaban en conexión con otros vuelos.El día era espléndido y soleado, al llegar el recibimiento fue ameno, un grupo de músicos tocaban alegres dando la bienvenida. El auto la llevaría a ella y otros pasajeros. El resort donde pasaría quince días inolvidables, Bahamas lo reunía todo.Lauren le había enviado un mensaje, estaba fascinada en su luna de miel, al regresar se mudarían dado que el traslado de Antony era un hecho, le visitaría cuando las cosas se dieran, Miami tenía su encanto, al final los superiores de Antony le dieron a escoger dos lugares, Miami fue la elección, estaba feliz, el mar no le haría falta.Lili y Roger, junto a Sebastián decidieron tomarse unos pocos días para aislarse de todo, en la cabaña de los padres de Roger, allí pasarían unos días pescando, nadando, y admirando el atardecer, su hija poco a p
Para Rose Burton, ese día era especial cargado de emociones y algunas lágrimas. Cuatro años habían transcurrido de la muerte de Tom, durante treinta años juntos, se habían amado como locos jóvenes cazadores de estrellas y deseos. Ahora eran recuerdos todos atesorados, uno por uno en el corazón anidados, aunque no quería mentir, también deseaba pasar esa hoja y que le dejaran vivir en el presente, en momentos sentía que eran sus hijos egoístas, queriendo que ella tejiese todo el día, y se olvidara del mundo allí afuera.Quien hubiese pensado que Tom, se iría primero, pero sucedió, mientras pensaba en cada detalle, alisó las sábanas, encaminándose hacia el amplio baño, la bata se dejó caer con desgano en el pequeño aparador mientras ella ingresaba a la ducha, el agua estaba en su punto ideal, de modo que no tardó mucho, pero le habría gustado mucho en realidad pasar una hora allí en la sala de baño sin nada más que sentada en el enlozado mirando a la nada.Era un día de tantas cosas por