Rose con sus manos en su boca ahogó las emociones que fluían, no quería gritar, sus nietos eran pequeños y que sabían de emociones desbordadas, tenía los ojos perdidos en cada imagen, toda su mente giraba en un torbellino de fotografías, Tom y ella habían sido felices, aunque pasaron sus días grises, esos grises que nunca faltan colocando a prueba el amor, dejando descorrer las cortinas de una intimidad, donde se viven momentos y se guardan secretos, ellos habían superado las adversidades del camino, gente perfecta no existía, eso sería como que ella solicitara que sus rosas, se convirtieran en tulipanes, como todas las cosas en la vida, tiempo ayuda a sanar, y Rose, no quería llorar más, no quería recordarlo de aquella manera. Lo haría a su manera, a cinco años que justo ese día se cumplían, ella lo haría a su manera para una próxima. Se secó las lágrimas, y solo miró al vacío.
-Lili, para la próxima creo que es mejor que sencillamente hagamos algo diferente- Lauren le miró fijamente.
-Esta es nuestra forma de recordarle -las fotos siempre son tu idea, no te pongas triste Lauren, con los años pasará-
-Madre, intervino Omar, debemos irnos, Tamy ya se quedó dormida y mañana tengo un día largo, pero…iré al café a desayunar, fue una linda velada- le abrazó con ternura.
-Es hora de que todos nos despidamos, mañana tengo que recibir el café para las maquinas temprano -Rose sonreía, a medias, pero sonreía, ante lo cual Gigi, fruncía su boca.
-Madre, no quiero molestar, pero tengo junta médica muy temprano, dejaré antes de las seis a Sebas, ¿Podrías por favor acercarlo camino a tu trabajo? -Yo pasaré a la una por él, es que tengo un día muy complicado- Lili se plantó frente al aparador para tomar su chalina, y el saco de su esposo, quien había llegado a mitad de la reunión, estaba en un caso importante. Rose le obsequió a cada uno un gran trozo de pastel, era una costumbre que ella horneaba, y ellos se llevaran siempre el pastel al final. Quería que se marcharan a sus hogares, Lauren recibió la llamada de Antony quien estaba a pocas cuadras de casa.
-Supongo mamá que preguntarás porque mi futuro esposo no vino a la cena de familia…
-Equivocada, no lo había notado, toma, esto es tuyo, espero que por favor mañana pases por el banco y soluciones tus pagos, me han llamado varias veces-
-Madre, la verdad aquí tengo el dinero, no sé si puedes pasar por el banco, es que mañana tengo clases, y en la tarde estaré en el despacho hasta tarde, siento tanto ser tu insoportable tormento- se echaba a su cuello y la llenó de besos.
-Bien, pero solo por esta vez, mañana enviaré a Josef a realizar un pago, compré unas nuevas piezas, todas las tazas y platos vendrán marcados-
-Madre, que bien, estas últimamente de cambios continuos- Lauren aplaudía.
-Mamá deberías dejar de gastar dinero en tantas cosas, ¿No fue suficiente con la remodelación? -
Rose, se acercó a Lili, entregándole su abrigo -Quiero que dejes de opinar sobre mi dinero, mi trabajo, tazas, platos y demás, no creo que afecte tu economía, es mi café, y seguirá siéndolo- ¿Entendido?
Omar se acercó ágilmente abrazándolas, -Bien chicas, tranquilas, mamá por supuesto que puedes hacer lo que gustes, así que no vamos a discutir Lili, bien mamá quiere descansar- Omar besó a su madre agradeciendo la cena.
Rose ayudaba a Lauren a colocarse su abrigo, era una chica muy independiente, a sus 23 años, ya estaba por recibirse de abogada, una chica sencilla, excelente estudiante, Lauren era sensible, y tierna, se había mudado a sus 20 años a vivir sola, se había comprado una casa con su prometido Antony era detective y en esos días trabaja en varios casos, no podía quejarse, era buen chico, de 30 años, serio, responsable, nada que decir en su contra, pero ese día estaba realmente cansada, solo quería que se marcharan a sus casas. Lili le preguntó si había visto su bolso, nuevamente le pidió si llevaría a Sebas, Rose se excusaba mientras le entregaba todos sus paquetes que había dejado tirados por todos lados.
-Lo siento Lili, tengo que estar antes de las seis en el café, así que ponte de acuerdo con tu esposo, organiza tus cosas, así aprenderás tener tiempo para todo- le abrazó cálidamente.
Abriendo la puerta de casa, todos salieron rumbo a sus hogares, Gigi le abrazó, se verían al siguiente día para almorzar todas juntas, tres mosqueteras sin mosqueteros, riendo a carcajadas subía al automóvil, su conductor le daba la mano y cerraba la puerta con suma caballerosidad, Rose mirando por la ventana reflexiono para sí misma. -Vaya, todo un conductor que te trata como toda una lady, perfecto, -Se fue directo a desmaquillarse, una ducha rápida, tomó su te para rendirse en brazos del señor sueño. La noche avanzó con silencio, sentada sobre su cama meditó unos segundos, -La vida es hermosa Rose, ve a conquistar todo lo que deseas, tú puedes- perdida en la música que siempre dejaba de fondo y que tanto le encantaba dormía plácidamente.
El nuevo día resplandeció, su alarma nuevamente le alertaba que era hora de dejar las cobijas aun abrigadas, pero de un salto, fue a la cocina para preparar su café, tomaría el desayuno en el café, ese día a prisa se arreglaba, mientras en ropa interior y medias negras, revisaba su amplio armario a dos costados, tomó un pantalón jean azul marino, zapatos deportivos, cómodos para un día de trabajo, se daba un toque de rubor, labial tono tierra, tomando una chalina de tonos azules medios, la acomodaba a gusto, atravesando el vestíbulo, alcanzo las llaves de la mesa, encendió el auto y se marchó al café.
Entraba llena de energías, Josef, le recibió con efusividad, la voz de Lenin le hizo girar sobre sus talones.
-Buen día querida Rose, dame un café en leche, y algún sándwich, a gusto tuyo, oye Rose, te invito a cine, pasaré por ti a las ocho, me gustaría que me acompañes, es una vieja película, pero te gustará-
-Lenin, hoy saldré con las chicas, noche de chicas, así que será otro día-
- ¡Buenos días! Un hombre elegante avanzó hasta la barra tomando la carta leía absorto, en ese momento varios clientes entraron al café, saludando a Rose, la locura había iniciado, un día agitado se sentía venir. -Buenos días, pan recién salido, café y lo que deseen-
-Buenos días caballero… Rose tomaba la libreta de pedidos, -Bien que desea tomar…
-Oh, usted, que puntual, para comenzar deme una bolsa de pan, una docena, para iniciar el día, un buen café, lo dejaré a su gusto-
-Vaya que gentil, si… ya lo recuerdo- Rose en la maquina preparaba el café, se detuvo a mirarle, vestía un elegante traje, ojos verdes, tez trigueña, cabellos oscuros, algunas canas que le hacían lucir de maravilla, zapatos impecables, siempre se fijaba en los zapatos de la gente, decían tantas cosas de una persona.
-Su café a su gusto, su bolsa de pan recién horneado, galleta de avena de cortesía, bien ahora dígame que desayunará- Lenin justo en ese momento llegaba a la barra para pedir una porción de bizcocho de zanahoria. -Rose, piénsalo, te va a encantar la película, llevaré palomitas de maíz, hechas en casa son mejores- se retiró en ese instante.
-Rose, huevos con jamón, pan, café, y por favor un jugo de naranja- espero no te moleste que te llame por tu nombre, es lindo-
-No hay problema, bien, en cinco minutos-
-Qué seguridad, asombroso, no he podido lograr que mi secretaria me de los tiempos tan exactos- reflexionaba Charles.
-Busque fallas…Rose sonrió-
-No las encontrará- le miraba fijamente-
-Mejor imposible, que rápido que aprende, -Rose fruncía su boca
-Bien, así es, siempre en la jugada, solo así se logran los grandes negocios- Josef le acercaba una bandeja con el desayuno en su punto.
-Que bien, así es aquí, agiles, rápidos y en la jugada, su desayuno-
-Rose, siempre es así, ¿Tan prevenida?
¿Disculpe? -Rose, le extendió la taza, -Su café moca, ahora tengo que atender otros clientes, así que desayune y disfrute. Rose tomaba un paño para limpiar varias mesas, ordenando retirar la loza, se encaminó a tomar pedidos. Charles, le miró algo desconcertado, sí que era toda una jefaza -Que estupendo tener alguien que me prepare este café todas las mañanas, así como este- saboreaba cada trago que se desplazaba en su paladar. Mely lo miró con gracia, era uno de esos encorbatados arrogantes, perdía su tiempo tratando de conquistar a la gran Rose.
Charles recibió una llamada, parecía algo molesto por la expresión, aunque trató de no parecerlo, en ese instante se acercaba a la caja para cancelar su pedido.
-Bien Rose, quizá me compre una máquina para hacer el café, ¿Cuál me recomienda?
-Le recomiendo que enseñe a su secretaria a manejar la máquina, ¿Sería mejor no? Yo puedo venderle el café- colocando un paquete en la barra, lo mostró orgullosa, -Ya sabe, como en casa. Charles recibió el cambio de su billete, dijo hasta luego, y salía a paso veloz, Rose notaba que el auto era diferente al que había visto la vez pasada.
-Quien diría, presumido hombre, el hombre del traje Café- en ese momento recibió una llamada, mirando el reloj, calculó con movimiento de cabeza. -Bien, a la una en punto, y colgó.
-Más café para la mesa dos, y panqueques para la siete
Rose contuvo la respiración al ver a Lenin avanzar por la barra en dirección a ella, tenía un jean de color negro, camisa a cuadros grises, que resaltaban sus ojos enormes verdes, no se podía negar que era atractivo. Pero para ella solo Lenin un buen amigo, era alto, atlético, se jactaba de tener un físico imponente, blanco, cabellos rubios claros.Lenin llegó al mostrador y se quedó fijamente mirándole.-Hola Rose, aquí esta lo prometido, entradas para nuestra película de esta noche, como de costumbre deberíamos hacerlo--Pues esa costumbre deberás dejarla, de hecho, no iré a cine Lenin, haré algo que tenía pensado hace un tiempo--Rose, por Dios, tú no tienes nada que hacer- Lenin tomó la taza que Rose le acercaba, se fijó en las galletas, mientras tomaba mano de varias.-No deberías subestimar el poder de una mujer independiente, trabajadora, en especial no recibo ordenes de nadie, soy mi propio jefe, algo sumamente confortable--Rose, deberías ir al cine conmigo, muchas mujeres de
-Mamá, por favor puedes pasar por la tintorería, necesito el traje, estaré en una reunión esta noche, es muy importante-.-Lo siento querida, yo también tengo una reunión con mis amistades muy importante por cierto, así que envía a alguien que te haga el favor, o pídeselo a tu esposo, en lejano caso tendrías que ir tu misma, quiero que te hagas cargo de tu vida-.- ¿Estás saliendo con alguien a escondidas?- ¿Y si así fuera en que te afecta hija? –-La verdad, en todo cuanto puedas imaginar mamá, deberías dedicarte a nosotros, a disfrutar de ser abuela, sé que te gusta servir café y todo ese rollo mamá, no se ve bien a tu edad que…-.- ¿A mi edad? –Rose sacudió su cabello –En mi edad las mujeres cenan, toman vino, hacen caminata, van donde les da la gana ir, y si, tienen citas, hacen el amor, no están oxidadas, viviendo la vida a medias, también sienten, se apasionan, ya cuidé y crie tres hijos, tu hijo es tu responsabilidad, no seré una viejecita tejiendo calcetas en navidad, abnegad
La noche llegaba a prisa, en su sala de baño Rose se daba los últimos toques, algo de color en sus mejillas, un chocolate en sus labios, era un tono que le gustaba para usarlo de noche.Apagando las luces de su habitación, en la cocina tomaba un té, no había comido nada para no arruinar la cena, ni muchos menos la compañía.El reloj daba siete cuarenta y tres minutos, sus amigas la pasarían genial, estaba segura que así seria.Ella quizá se atrevería a tomar una copa de vino, alguna caminata por un parque, como que su imaginación iba muy de prisa, y Charles solo le había invitado una cena, su teléfono repicaba en ese momento.-Hola…oh no te preocupes Charles, comprendo bien, si son situaciones que se presentan-.-Lo lamento mucho Rose, pero a mi llegada te llamaré-.-No tienes que hacerlo, mañana será otro día-.Rose colgaba la llamada, Charles no vendría, tenía una situación entre manos que resolver, pues ella iría a cenar, había un restaurante en la zona que quería conocer, mirándos
En su habitación Rose se desmaquillaba, había llamado a Charles para disculparse, era tarde y mejor tomarían el café en otro momento. Charles lamentaba que el imprevisto le hubiese demorado también ante lo cual prácticamente le había quedado mal. Rose le dijo que todo estaba bien, otro día se daría cenar, ¡Y sí que los imprevistos eran a veces una buena noche!En su cama dio varias vueltas, la conversación con Víctor había fluido como si fueran dos viejos amigos del colegio y ahora se reencontraban, eso le había parecido a ella, era agradable, educado, lo que gustaba en Víctor era su sencillez, sin ninguna pose, sin ningún ritual, sencillamente natural.No quería que su mente siguiera haciendo preguntas, era hora de dormir y ella tenía una cita en la peluquería.Mientras en otro lugar de la ciudad, Lenin abría la puerta a Mery, quien pasaba por Sam,-Mery…pasa, no te preocupes, Sam está dormido en el sillón, es un buen chico-.-Gracias Lenin-.- ¿Quieres un café? Te lo hare con gusto,
-Mamá quiero que hablemos esta noche de algo importante, en algún momento si tu faltaras… ¿De quién sería el café? -.-Oh por Dios Lili, que pregunta más inoportuna, mamá es una mujer sana, joven y no es oportuno ahora salir con eso-. Lauren se quedó mirando a Lili.-Lauren no es para que te molestes, sencillamente era una pregunta-.-Pues bastante fuera de lugar-. Lauren se despedía después de pasar por la caja y pagar las cajas de galletas para sus compañeras, no la perdonarían que llegara sin ellas.-Madre creo que este café debe ser mío, tengo los medios para sostenerlo, soy estable y soy la mayor, espero que eso lo tengas en cuenta-.-Querida, no te preocupes tanto por el café, seguirá funcionando tal cual como está, y tengo muy claro que cuando no pueda, o no me de mi fuerza para seguir al frente, entonces lo venderé, creo que Josef, o Mely serán buenas opciones, pero no estoy de muerte Lili-.Lili la miró con frialdad, seguro que su preferido seria Omar, quizá se lo dejaría a é
En el café Charles le comentó que había cancelado la salida por un tema de trabajo, aunque se había desocupado con tiempo para llegar, pensó que no era buena idea, la apreciaba, no estaba quizás del todo listo para algo más, solo era una cita.-Aunque no niego que me gustas Rose, eres una mujer muy hermosa, y tu encantadora personalidad es aún más hermosa-.-Si, tal cual lo dices, seamos amigos, no es una relación ni un compromiso-.Rose tomaba su café, algo lejana a la plática de Charles quien en ese momento le contaba de su secretaria, se le había declarado, cosa que no le había hecho para nada gracia.-Una secretaria enamorada, una heroína sin lugar a dudas-. Dijo Rose.-Una mujer que estuve a punto de despedir-.-Menos mal, hubiese formado parte de la lista de desempleo-.-Rose, sueles tener sentido del humor-.-El sentido del humor ayuda en momentos críticos, que sería de la vida sin reírnos un poco de nosotros mismos, de los errores, o de las situaciones, ¿No te parece Charles?
Caminando hacia la cocina servía una taza de chocolate la cual colocó con dos galletas, sabía que su hijo nunca se negaba a una taza caliente humeante.-Perfecto para esta noche-.-Es lo mismo que imaginé-. Rose tomaba el suyo con calma.-Irá Melvin, ya lo conoces, Greta la ingeniera, aún quedan dos por confirmar, que sería Ted, Robert, no se aun bien madre-.-Creo que es celos querido, entiendo perfectamente, a veces hay que hacer algunos sacrificios por la familia, deben platicarlo, sobre todo tener la confianza como base-.-Madre, ese es el detalle, Nicole es celosa lo que está trayendo algunas situaciones, he hablado con ella al respecto-.-Pues hijo espero que todo se solucione para bien-. Rose le dio un cariñoso abrazo confortable.-Me voy, mañana nos veremos en la cena-.- ¿Y tu viaje? Ella depositaba las tazas en el lavaplatos.-Haré los cambios para viajar mejor el lunes, así mañana disfrutaré de tu postre, una buena cena, y tu compañía-.-Entonces, haré el mejor postre-. -E
Víctor se quedó pensativo unos minutos para reflexionar.-Sí, franceses y vinos Rose piénsalo, Italia te espera, te aseguro que pasarías las mejores vacaciones de tu vida, alguna vez escuchaste la historia de Mata Hari-.-Sí, aunque se han dicho muchas cosas, que en realidad no son, no era una espía como tal, era una alta cortesana de elite, por así decirlo, luego se han dicho muchas cosas que no son tales, jamás fue a una escuela de detectives como se ha dicho en algunas versiones, ni utilizó tinta invisible para enviar sus cartas, aunque el amor de su vida terminó traicionándola, esa es la parte triste-.-Rose, podrías darme una mano con alguna que otra nota-.-Creo que tienes mucho material para una buena historia, yo solo suelo hablar conmigo misma-. Rose hizo una mueca con sus labios.-Quizás, quizás, quizás-. Y dicho esto llegaba a su casa, dándole un beso tierno en sus mejillas, Rose le acarició sus cabellos, la velada había sido magnifica, y estaba segura que la noche se había