Espero de corazón que esta historia te guste, y si es así, no olvides dejar un comentario y tus ⭐ eso me motiva a seguir subiendo capítulos para ti. Mil gracias.
Con las decisiones tomadas y aceptadas sin más remedio, esa noche se fueron a dormir cada uno con sus preocupaciones a resguardo en sus cabezas; la más mortificada y atormentada era la de Gisselle. Quien recostada en las finas sábanas durmió un sueño intranquilo plagado de doctores con la cara cubierta e instrumentos filoso en sus manos, haciéndole cosas dolorosas. Despertándose cada dos por tres, era de suponer que a la mañana siguiente las ojeras en el rostro de la chica superarían los sonrojos constantes que le cubrían las mejillas, solo de pensar en el CEO. Era domingo, el único día libre que tenía Owen en su laborioso trabajo, y le encantaba ir a la playa cada vez que podía, fue allí que conoció a Roy hacía más de cinco años. Él estaba grabando unas escenas para una película y Owen se encontraba paseando por la marina ese día; vio el alboroto y no pudo evitar acercarse, aunque el mundo del espectáculo nunca le llamó la atención, siempre le gustó ver películas y ver de primera man
Dentro del camarote Owen estaba que se lo llevaba el diablo, necesitaba un trago, un maldito trago, pero el idiota de Roy se encargó de alejar las bebidas de su presencia —"como si fuese un maldito alcohólico”—, pensó en ese momento Owen, aunque en el fondo le agradecía ya que al ingerir esa bebida las molestias en su cuerpo aumentaban. No podía creer lo que le acababa de pasar, la gente prejuciosa para él era más detestable que un ladrón, ya que el ladrón tiene sus motivos para hacer lo que hace; sin embargo, la persona prejuicioa no se mira ni la punta de la nariz, no tiene razones válidas para someter a alguien a sus pensamientos y escrutinios basándose solo en lo que se imagina.Mientras más le daba vueltas al asunto, más se molestaba, y la razón de su molestia no era tanto por la idea equivocada que las personas tuvieran de él, no, era más sobre lo que Gisselle pensara. Esa mujer comenzaba a afectarle de una manera que por esos momentos, Owen, no se permitía analizar.Su malestar
Pasaron la tarde juntos, hasta entrada la noche, disfrutando del mar y conociéndose entre ellos, y como todo lo bueno se termina, llegó la hora de regresar, el día siguiente era laborable y no se puede faltar por simple gusto. El único que estaba exento de sus obligaciones laborales era Roy, quien estuvo rechazando papeles desde que se enteraron de la enfermedad de Owen, para él, su más que amigo, su hermano, que estaba por encima de cualquier trabajo; sin embargo, a su puerta llegaría la propuesta que lo haría tambalear y pensar la decisión de rechazarla con tanta facilidad. Ese lunes por la mañana el futuro lo zarandeó casi al alba. —Es la secuela y tú eres el protagonista. ¡Vamos hombre! no puedes decir que no, además te darán un mes para iniciar las grabaciones, si no, le harán la proposición a otro ¿recuerdas a Steven Sanderson? Será él. Roy estaba contra la espada y la pared, por un lado, se había comprometido con su amigo a ayudarlo durante su proceso y por el otro, su pasión
Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el incidente del beso fue olvidado o ignorado por los dos, o eso quisieron creer; sin embargo, no volvió a repetirse y la tensión entre ambos era palpable, por lo que continuaron tratándose como lo venían haciendo aunque se podía ver a leguas lo rígidos que estaban el uno con el otro. Cosa que no le pasó desapercibida a Roy, mas, hoy era su último día en casa, debía ir a Texas para grabar unas promociones antes de iniciar el rodaje de la película, él quería acompañarlos para saber los resultados de las exámenes que se le practicaron a Gisselle y lamentablemente no estaría presente.—Bueno familia, me voy, no hagan nada que yo no haría y llámenme para saber cómo les fue.Le da un fuerte abrazo a su hermano del alma y otro a Gisselle con un beso en la coronilla de su cabeza, ella no está acostumbrada a las muestras de cariño por lo que no supo qué hacer en esos segundos y prefirió quedarse estática.—Deberas acostumbrarte a eso, R
Para el jueves de esa misma semana, temprano por la mañana, el doctor Monroe llamó a Owen con las buenas noticias de que la fecundación fue efectiva y que los blastocistos están listos para ser implantados al día siguiente. La emoción amarga que recorrió a Owen no fue nada normal, si bien él deseaba con toda su alma un hijo, el hacerlo así, venía viendo como sin gracia; en todo caso ya el procedimiento estaba sobre la marcha y ese mismo día por la tarde le avisó a Gisselle por mensaje, ya que se encontraban trabajando. Owen le dijo que la recogería a la salida de su turno en el restaurante para hablar y así quedaron. Por otro lado el pelinegro también llamó a Roy para darle la noticia. —Me sigue pareciendo una pérdida de dinero y tiempo, estoy seguro de que si otras fuesen las circunstancias, ya tendrías a Gisselle llevándote ofrendas a tu altar. —No seas exagerado... —¿Que no sea qué...? ¿Te olvidas con quién hablas? Lo he visto hermano, estos ojos que se van de comer los gusanos,
La noche se veía larga para Owen, al principio la rabia no le permitió entablar una conversación con Gisselle, además de que ella era un océano de lágrimas, lo único que se permitió hacer fue sentarse a su lado en la silla del tocador, dejarla llorar y estar ahí con ella. —Vamos, gasela —Owen creyó oportuno que era suficiente de lamentos y al mermar la rabia su lógica predominó —, si no cenaste nada debes comer algo, los medicamentos son fuertes y no quiero que enfermes por eso.—Tienes razón —con los ojos inflamados y rojos de tanto llorar Gisselle esboza un intento de sonrisa—, pero primero quiero bañarme. —Ve, yo iré por algo ligero, ya Berta debe estar durmiendo.Con la rapidez de un rayo, el pelinegro preparó unos sándwiches de jamón y queso y un baso de jugo de fresa, la otra noche que cenaron vió que ella disfrutaba de ese sabor. Preparó una bandeja de esas de estar en la cama y la llevó arriba, Gisselle todavía encontraba en el baño, mas, no se escuchaba nada. Al cabo de unos
En el centro clínico los recibe el doctor, para comenzar, Gisselle se va con una enfermera, la mujer con una sonrisa amigable intentó que ella se relajara; sin embargo, sus nervios y terror estaba por encima de todo, no creía ser capaz de cumplir con el acuerdo, sus pensamientos se arremolinaba en torno a lo ocurrido la noche anterior, y en lo mucho que puede arruinarle la vida a Owen si Lowell se entera que ella está gestando al hijo del CEO de Clark corporation, la enfermera le entregó de una bata para que se cambiara y la dejó para que tenga un poco de privacidad, mientras Owen se quedó en la sala de espera fuera de la consulta.Pasado unoa minutos Owen se percató del nerviosismo y el cuchicheo del personal médico. Mas, continuó sentado y revisó su celular para resolver todo lo que puede de la empresa por esa vía hasta que vuelva de manera presencial a su puesto. Una media hora después de haberlo separado de Gisselle por fin el doctor se acercó a él con una cara que no auguraba nada
Las complicaciones en la compañía le impidieron regresar todo lo rápido que a Owen le hubiera gustado, eran pasadas las díez de la noche y apesar de que intentó mantenerse en contacto en los pocos ratos libres, no pudo quitarse la desazón de la boca del estómago.La última llamada con Berta fue el detonante para dejar todo atrás y salir como alma que lleva el diablo.—La señorita no quiso comer, dejó la bandeja intacta, y a la hora de la cena, igual señor, ni siquiera se movió de la cama.Dejando el auto en la entrada, corrió escaleras arriba una vez que entró a su casa, Berta lo interceptó con un jugo esperanzada en que él sería capaz de hacerla ingerir algo. Con el vaso en la mano Owen abrió la puerta y noto que Gisselle apenas se movió del sitio donde la dejó esta tarde, tuvo que respirar profundo unos segundos antes de acercarse, ya que la rabia y las ganas de sarandearla para que se espabile y vuelta a ser ella, lo dominó.Cuando ya se sintió más calmo pudo dar unos pasos hacia el