Pasaron la tarde juntos, hasta entrada la noche, disfrutando del mar y conociéndose entre ellos, y como todo lo bueno se termina, llegó la hora de regresar, el día siguiente era laborable y no se puede faltar por simple gusto. El único que estaba exento de sus obligaciones laborales era Roy, quien estuvo rechazando papeles desde que se enteraron de la enfermedad de Owen, para él, su más que amigo, su hermano, que estaba por encima de cualquier trabajo; sin embargo, a su puerta llegaría la propuesta que lo haría tambalear y pensar la decisión de rechazarla con tanta facilidad. Ese lunes por la mañana el futuro lo zarandeó casi al alba. —Es la secuela y tú eres el protagonista. ¡Vamos hombre! no puedes decir que no, además te darán un mes para iniciar las grabaciones, si no, le harán la proposición a otro ¿recuerdas a Steven Sanderson? Será él. Roy estaba contra la espada y la pared, por un lado, se había comprometido con su amigo a ayudarlo durante su proceso y por el otro, su pasión
Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el incidente del beso fue olvidado o ignorado por los dos, o eso quisieron creer; sin embargo, no volvió a repetirse y la tensión entre ambos era palpable, por lo que continuaron tratándose como lo venían haciendo aunque se podía ver a leguas lo rígidos que estaban el uno con el otro. Cosa que no le pasó desapercibida a Roy, mas, hoy era su último día en casa, debía ir a Texas para grabar unas promociones antes de iniciar el rodaje de la película, él quería acompañarlos para saber los resultados de las exámenes que se le practicaron a Gisselle y lamentablemente no estaría presente.—Bueno familia, me voy, no hagan nada que yo no haría y llámenme para saber cómo les fue.Le da un fuerte abrazo a su hermano del alma y otro a Gisselle con un beso en la coronilla de su cabeza, ella no está acostumbrada a las muestras de cariño por lo que no supo qué hacer en esos segundos y prefirió quedarse estática.—Deberas acostumbrarte a eso, R
Para el jueves de esa misma semana, temprano por la mañana, el doctor Monroe llamó a Owen con las buenas noticias de que la fecundación fue efectiva y que los blastocistos están listos para ser implantados al día siguiente. La emoción amarga que recorrió a Owen no fue nada normal, si bien él deseaba con toda su alma un hijo, el hacerlo así, venía viendo como sin gracia; en todo caso ya el procedimiento estaba sobre la marcha y ese mismo día por la tarde le avisó a Gisselle por mensaje, ya que se encontraban trabajando. Owen le dijo que la recogería a la salida de su turno en el restaurante para hablar y así quedaron. Por otro lado el pelinegro también llamó a Roy para darle la noticia. —Me sigue pareciendo una pérdida de dinero y tiempo, estoy seguro de que si otras fuesen las circunstancias, ya tendrías a Gisselle llevándote ofrendas a tu altar. —No seas exagerado... —¿Que no sea qué...? ¿Te olvidas con quién hablas? Lo he visto hermano, estos ojos que se van de comer los gusanos,
La noche se veía larga para Owen, al principio la rabia no le permitió entablar una conversación con Gisselle, además de que ella era un océano de lágrimas, lo único que se permitió hacer fue sentarse a su lado en la silla del tocador, dejarla llorar y estar ahí con ella. —Vamos, gasela —Owen creyó oportuno que era suficiente de lamentos y al mermar la rabia su lógica predominó —, si no cenaste nada debes comer algo, los medicamentos son fuertes y no quiero que enfermes por eso.—Tienes razón —con los ojos inflamados y rojos de tanto llorar Gisselle esboza un intento de sonrisa—, pero primero quiero bañarme. —Ve, yo iré por algo ligero, ya Berta debe estar durmiendo.Con la rapidez de un rayo, el pelinegro preparó unos sándwiches de jamón y queso y un baso de jugo de fresa, la otra noche que cenaron vió que ella disfrutaba de ese sabor. Preparó una bandeja de esas de estar en la cama y la llevó arriba, Gisselle todavía encontraba en el baño, mas, no se escuchaba nada. Al cabo de unos
En el centro clínico los recibe el doctor, para comenzar, Gisselle se va con una enfermera, la mujer con una sonrisa amigable intentó que ella se relajara; sin embargo, sus nervios y terror estaba por encima de todo, no creía ser capaz de cumplir con el acuerdo, sus pensamientos se arremolinaba en torno a lo ocurrido la noche anterior, y en lo mucho que puede arruinarle la vida a Owen si Lowell se entera que ella está gestando al hijo del CEO de Clark corporation, la enfermera le entregó de una bata para que se cambiara y la dejó para que tenga un poco de privacidad, mientras Owen se quedó en la sala de espera fuera de la consulta.Pasado unoa minutos Owen se percató del nerviosismo y el cuchicheo del personal médico. Mas, continuó sentado y revisó su celular para resolver todo lo que puede de la empresa por esa vía hasta que vuelva de manera presencial a su puesto. Una media hora después de haberlo separado de Gisselle por fin el doctor se acercó a él con una cara que no auguraba nada
Las complicaciones en la compañía le impidieron regresar todo lo rápido que a Owen le hubiera gustado, eran pasadas las díez de la noche y apesar de que intentó mantenerse en contacto en los pocos ratos libres, no pudo quitarse la desazón de la boca del estómago.La última llamada con Berta fue el detonante para dejar todo atrás y salir como alma que lleva el diablo.—La señorita no quiso comer, dejó la bandeja intacta, y a la hora de la cena, igual señor, ni siquiera se movió de la cama.Dejando el auto en la entrada, corrió escaleras arriba una vez que entró a su casa, Berta lo interceptó con un jugo esperanzada en que él sería capaz de hacerla ingerir algo. Con el vaso en la mano Owen abrió la puerta y noto que Gisselle apenas se movió del sitio donde la dejó esta tarde, tuvo que respirar profundo unos segundos antes de acercarse, ya que la rabia y las ganas de sarandearla para que se espabile y vuelta a ser ella, lo dominó.Cuando ya se sintió más calmo pudo dar unos pasos hacia el
Abrazados sus corazones latieron acompasados, sintiendo dolor, culpa desesperación por sus situación, tan distintas pero a la vez tan similares. Se quedaron así por mucho tiempo consolándose, mas, ambos sintieron que era poco, Owen se giró para agradecerle el gesto cara a cara y lo que encontró en sus ojos lo dejó sin aliento.Se sintió doblegado ante su mirada empática de comprensión, amabilidad, ternura y hasta dolor, por él, nunca nadie, excepto su madre, lo llegó a ver así, como... como un ser humano.En un arrebato momentáneo y sin dar oportunidad de echarse para atrás, tomó a Gisselle por la nuca para acercarla más a él y con la otra mano rodeó su cintura elevándola unos centímetros para poder alcanzar sus labios, fundiéndose ambos en una vorágine de deseo y pasión, Gisselle respondió a la manera brusca de Owen abrazando las caderas de él con sus piernas, por momentos se sentían que iban a explotar, el roce de manos y bocas no se sentían suficientes, necesitaban más.Con ella col
Ni uno ni el otro se dieron cuenta en el momento que llegaron a la habitación de Owen, solo estaban felices de conseguir un sitio privado donde poder desatar sus ganas y pasión. Entre besos desesperados, la ropa les fue estorbando y una a una las prendas fueron saliendo, los movimientos eran erráticos, las ganas de estar juntos superó cualquier vergüenza y entre los dos se ayudaron a sacar hasta la última prenda sin casi separar sus bocas.Ya desnudos los dos en medio de la habitación, Owen la guió hasta su cama, y la depositó en ella con tal delicadeza que Gisselle se sentía adorada, apesar de los nervios. Un beso profundo que arrasa con la poca cordura que le queda la hace gemir en la boca de Owen lo que provoca un gruñido en respuesta.—Cuidado, me puedo volver adicto a eso Gacela —una advertencia que la hace sonreír e incharse de emoción.Owen comenzó a dejar un reguero de besos desde su mandíbula bajando más hacia el sur, en busca de sus zonas erógenas activas. Rozando y adorando