Los bebés se atendieron con todo el rigor y la dedicación que implicaba ser un paciente exclusivo de la doctora Liz y diez minutos más tarde descansaban en una cuna en el área neonatal.En cambio, Giselle se encontraba en la sala de recuperación, según los estudios todo estaba bien; sin embargo, la espera a que abriera los ojos estaba llevando al límite a Owen. Se supone que en menos de dos horas la anestesia debió dejar su cuerpo y permitir que el CEO viera una vez más esos hermosos ojo azules. El pasillo fuera de la habitación seguro tendría que arreglarse luego, ya que Owen dejó las suelas de sus zapatos en su ir y venir.—No entiendo por qué aún no la pasan al cuarto... Ya van cuatro horas y nada que sale, ni siquiera tu madre dice nada...Owen le reclamo a Roy sin saber que más hacer, mientras el actor por su parte solo le quedó levantar sus manos en rendición antes de responder.—Hermano, no porque yo sea su hijo quiere decir que sepa más o menos que tú, ¿soy actor recuerdas? La
Gisselle abrió los ojos y la luz cegadora la obligó a cerrarlos con rapidez, no recordaba ni qué día era o cómo se llamaba, en su segundo intento de abrir los ojos todo volvió a ella como una locomotora a su máxima velocidad. El secuestro, el dolor, la angustia, el parto, el susto, la emergencia, la expresión de terror y preocupación en la cara de Owen, los médicos y enfermeras apresurados atendiendola y el pitido incesante de las máquinas de monitoreo descontroladas de fondo, para Giselle fue todo un caos hasta que le colocaron la mascarilla de la anestesia y ya no sintió nada solo un alivio, un sueño y por último el silencio.Ahora las máquinas de monitoreo se escuchan tranquilas, calmadas y ese pitidos la relaja; en ese momento nota ella su mano tibia resguardada entre otras manos más grandes, más fuertes, espero a que poco a poco sus ojos se adaptasen a la luz, estando ya consciente de su situación, pudo ver una cabellera negra y corta recostada en el borde de su cama.Tenía que se
La noticia del nacimiento de los gemelos del CEO de Clark Enterprise corrió como pólvora en todos los periódicos y redes sociales, el nombre de Gisselle se mencionó como "La Cenicienta moderna", que obtuvo su final feliz, no faltaron los comentarios maliciosos a los cuales Owen se enfrentó con mano de hierro, poniendo a su equipo legal y de marketing a cubrir el ataque.En las afueras de la clínica abundaban los periodistas dispuestos a lo que sea, por una fotografía de la familia, otro asunto de lo que se encargó sin demora, contrató a un equipo de seguridad para que se mantuviesen vigilantes y que nadie que no fuera personal médico lograra acceder al sitio sin autorización.Antes de la salida, tanto Owen como Gissel lograron ponerse de acuerdo en el nombre para los gemelos, no quisieron repetir ninguno suyo ni los de sus abuelos, por lo que pensaron en unos acordes y fuera de lo común, entonces la niña se llamaría Naia y el niño Liam. A ambos les encantó la elección, lo mejor de todo
A pesar de las apariencias de estar en un sueño idílico, Owen presentía que no duraría para siempre, algo en el fondo le decía que la estadía de la madre de Gisselle, no era para nada bueno y no tardó en comprobar que era del todo cierto.Le bastaron dos semanas de vida familiar feliz para comenzar a notar el ambiente raro, desde el primer momento que Gisselle pisó su casa, puso a su disposición una cuenta para sus gastos, cosa que él se aseguraba de que cada mes el dinero asignado estuviese en esa cuenta; por otro lado, en los quince días en los cuales su suegra estuvo con ellos, vió a Gisselle melancólica en lugar de feliz.Owen no le quiso comentar nada al respecto; sin embargo, desde el primer momento él noto algo raro con su suegra, la avaricia y la ambición eran algo con lo que Owen llevava años tratanto, sabía cómo se veía la gente sin escrúpulos, y esperaba con todo su ser que Gisselle se diee cuenta más temprano que tarde.Y cuando llegó el día dieciséis, le apareció una noti
Una semana después del parto Roy regresó al set de grabaciones, por muy popular y querido que fuera entre los fanáticos que agolpan los cines, la producción y la directiva encargada de las películas no podian esperarlo eternamente, así que dejó a los tórtolos al cuidado de su madre y se fue a seguir con su vida. Todo estaba normal, sin embargo, Roy se sintió vacío, su mayor amor la actuación ya no lo llevaba, la fama y el ver a miles de personas gritar su nombre al pasar, por primera vez en su vida no se sintió como la felicidad plena que experimentó meses atrás cuando estaba con ella... —¡No! —exclamó sin aceptar el nombre que le susurró su subconsciente, por lo que alejó esos pensamientos para seguir actuando frente a los flashazo de las cámaras. Al final de la jornada era lo mismo, ir a su tráiler para descansar, aunque lo que menos hacia era descanzar, las botellas de alcohol vacías apiladas debajo de la cama estaban de colección, una tras otra cada noche, adormecian el vacio y
Owen se encontraba sentado tomando su café sin azúcar y su típico ceño fruncido, dibujado en su perfecto rostro, señal inequívoca para cualquier mortal de que no se atrevan a acercarse a él, ya sabían que si estaba en la cafetería de Clark Comunication, no debían, ni por educación, darle los buenos días. Sus pensamientos eran todo un caos, a sus treinta y cinco años, siendo el CEO de la compañía de marketing más exitosa de California, heredada de su padre, haber vivido la mitad de toda su vida en opulencia, lujos y derroche, cualquiera pensaría que tiene el resto de su vida arreglada y feliz, solo a la espera de vivirla. Sin embargo, justo en este momento era todo lo contrario. Desde muy temprana edad supo lo que quería, dirigir la compañía, que todos lo respetaran y bajaran la cabeza mientras él pasaba, tal cual lo hacían con su padre, una familia y uno o dos hijos, eso era su meta, pero no sabía que lo único que le faltaría a esa ecuación bien calculada desde sus diecisiete años, s
La oficina se hizo pequeña para Gisselle, estar frente a ellos dos la hacía sentir diminuta y frágil, y no es que no lo fuese, pero nunca lo sintió tan fuerte.—Yo… no entiendo nada —fue lo que salió de la boca de la mujer que seguía aferrándose al asa de su bolso.—En primer lugar, necesito que me prometas que lo que se conversará aquí no será divulgado, necesito discreción de tu parte, tanto si aceptas como si no— ella subió y bajó la cabeza de manera apresurada confirmando su silencio—. Ahora. déjame te explico de una manera que no te sientas tan abrumada —Owen se sentó a su lado y tomándole una mano, la cual tenía fría como hielo procedió a calmarla para poder expresarse—. Sé que nos conocimos esta mañana, y a decir verdad, conozco un poco tu situación actual, más allá de tu hoja de vida —la chica lo miró extrañada y confundida—, sí, lo siento, pedí a Recursos Humanos tu información, y digamos que hice ciertas averiguaciones, leí que no eres casada, además vives sola sin compañeros
Al colgar la llamada que fue una sentencia para su vida, Gisselle se levantó del suelo donde estaba sentada, para reorganizar su pequeño departamento con las pocas cosas que le quedaron en pie. Fue tal el susto al llegar y ver la puerta abierta y las pocas pertenencias patas arriba y destrozadas que las piernas le fallaron, y desde ahí mismo leyó la nota que le dejó el responsable del desastre. “Hola preciosa, solo encontré doscientos dólares que se restarán a la deuda de tu amadísimo padre, así solo quedas debiendo cuatrocientos ochenta mil, espero recibirlos pronto; sino me cobraré contigo, tengo planes muy buenos para recuperar mi dinero.” El escalofrío que la recorrió solo al imaginar los distintos escenarios de cómo ese matón saldaría la deuda con ella, casi la hace vomitar, sin pensarlo dos veces tomó su celular y llamó a la única persona en la que pudo pensar, con él por lo menos entregaría su cuerpo por voluntad propia. —¿Gisselle? —Sí, soy yo... y sí, acepto… Después de e