La oficina se hizo pequeña para Gisselle, estar frente a ellos dos la hacía sentir diminuta y frágil, y no es que no lo fuese, pero nunca lo sintió tan fuerte.
—Yo… no entiendo nada —fue lo que salió de la boca de la mujer que seguía aferrándose al asa de su bolso.—En primer lugar, necesito que me prometas que lo que se conversará aquí no será divulgado, necesito discreción de tu parte, tanto si aceptas como si no— ella subió y bajó la cabeza de manera apresurada confirmando su silencio—. Ahora. déjame te explico de una manera que no te sientas tan abrumada —Owen se sentó a su lado y tomándole una mano, la cual tenía fría como hielo procedió a calmarla para poder expresarse—. Sé que nos conocimos esta mañana, y a decir verdad, conozco un poco tu situación actual, más allá de tu hoja de vida —la chica lo miró extrañada y confundida—, sí, lo siento, pedí a Recursos Humanos tu información, y digamos que hice ciertas averiguaciones, leí que no eres casada, además vives sola sin compañeros, no ingresaste a ningún familiar en el seguro médico, así que suponemos estás por tu cuenta, también pido disculpas por investigarte fuera de la empresa…—Es una manía de él —le habló el rubio que hasta ahora se mantuvo al margen—, no se lo tomes en cuenta, aunque debido a las excéntricas circunstancias... sí que era necesario.—El caso es que, para hacerte el cuento corto, tengo cáncer y quiero tener un hijo lo antes posible.—¡Owen!, no seas tan brusco, por favor, así no —Roy reprende al CEO, y esté voltea sus ojos con fastidio levantándose de la silla para darle espacio al rubio que es más sensible en cuestión de hablar—. Cariño, respira, lo que dijo Owen es cierto, sufre de linfoma de hodgkin y debe someterse a quimio y radioterapia, el asunto es que su sueño es ser papá y como puedes ver, yo soy su amigo casi hermano, pero no soy el candidato para cumplir con la tarea, eres la primera persona a la que le proponemos este alocado plan. Además, él no es mi tipo —concluyó el rubio en tono jocoso para destensar la situación.Es imposible predecir el futuro, el más mínimo cambio en una decisión, puede llevarte hacia un lugar distinto. Para Owen, más que para Roy, todo dependía de la decisión de Gisselle, y para ella no será una de las fáciles, como lo es escoger que zapatos se pondrá hoy o si lleva el pelo suelto o recogido.—Te estarás preguntando, ¿por qué no alquila un vientre de una persona que se dedica a eso? O buscan a alguien cercano a él para lograrlo… —Owen, quien se había levantado de la silla, hace rato, habló desde el vidrio de la ventana con vista al océano—. O quizá la opción más viable, ¿por qué no congela su esperma para esperar a la indicada? —el hombre se gira para enfrentar a la chica de mirada desconcertada y al rubio que lo ve con ojos de pena—. Quiero un hijo que sea mío, aunque parezca machista y retrógrado, de manera natural, quiero por lo menos uno que pueda decir sea sangre de mi sangre y que de alguna manera, esto sí lo hago de forma egoísta, si en un futuro vuelvo a recaer con esta m*****a enfermedad tener la posibilidad o la mera esperanza de salvarme a través de mi hijo, es por eso, que te ofrezco un millón de dólares.La chica se llevó las manos a la boca con sorpresa, más que por la excesiva cantidad de dinero puesta en la mesa, fue por tan abrumadora verdad, para ella todo se resumió a convertirse en una incubadora de órganos para el tipo rico que no quiere morir. Roy como leyendo sus pensamientos se apresuró a explicar ciertas cosas de la declaración de Owen.—No cariño, no pienses así, sé cómo se escuchó lo que dijo don gruñón, pero para serte sincero, tener un hijo es mucho más que eso para él, desde muy niño siempre deseó ser padre, y a pesar de una experiencia traumática en su juventud aún mantiene esa ilusión…—Roy… —lo interrumpe Owen un poco ofuscado—, no creo que deberíamos contar todos nuestros secretos para que ella pueda tomar su decisión. Es simple, tu necesitas el dinero que te resolvería la vida entera, así no quedarte en la calle y poder pagar tus préstamos estudiantiles, o lo que sea y yo un hijo que, si medicamente estas bien, puedes proporcionármelo.—N-No es así de fácil, tal vez para ustedes proponerle eso a alguien en mi situación les resulte igual a cambiarse de corbata —Owen endureció su expresión con el comentario de la chica e intentó hablar, mas, ella lo detiene con un gesto—, pero, aunque necesite el dinero de manera desesperada, es mi cuerpo, yo nunca… yo… —tenía demasiados pensamientos corriendo por su mente—, no creo poder, necesito un poco más detalle.Roy se levantó para ofrecerle un poco de agua y darles un respiro, la tensión en la oficina podía cortarse con una hojilla.—De acuerdo, haz las preguntas. —Owen, fue al grano, era un hombre que le gustaba resolver las cosas rápido y si complicaciones, un toma y dame y listo.—Cómo se-sería el proceso, es decir, si-si acepto… ¿qué pasará a continuación…?—Bueno, aún no hemos ideado nada más allá de la propuesta, pero de manera irrevocable estarás viviendo en casa de Owen, mientras puedes ir y venir a tu antojo, excepto los días en los que ya sabes, tu fábrica esté funcionando, cubriríamos todos tus gastos a parte del dinero que fijaremos por la subrogación, ya que al nacer firmarías los papeles de la patria potestad.—¿Y e-el procedimiento? —con esta pregunta a Gisselle se le subieron los colores imaginándose escenas no aptas para menores.—¿Procedimiento…? —inquirió Owen sin comprender en un principio a lo que se refería, no al menos hasta que vio sus mejillas arder como el fuego vivo.—Owen, no la avergüences —lo reprendió el rubio notando también el rubor de la chica—, cariño, lamento decirte que en ese aspecto Owen sí es un macho retrógrado y quiere hacerlo a su manera, a la vieja usanza, pero en su defensa puedo asegurarte, que será por lo menos divertido —Roy se rió a carcajadas intentado una vez más relajar la situación con sus bromas.La chica se levantó como accionada por un resorte al comprender que no sería una inseminación médica, sino todo lo contrario. En realidad, estaba sopesando la posibilidad de aceptar a pesar de nunca haber intimado con ningún hombre, pero, de paso, siendo así, el feto sería también su hijo.—Y-Yo de-debo pensarlo…, ¿puedo pensarlo…?—Claro que puedes, pero no tengo tiempo Gisselle, recuerda eso…***Pasó una semana, siete días en los cuales el dolor abdominal de Owen aumentó debido al estrés añadido por la espera, se encontraba irritable y mucho más gruñó de lo normal. Se prometió no ir a la cafetería de la empresa para que Gisselle no se sintiera presionada; sin embargo, de vez en cuando se encontró yendo en su dirección para robar pequeños vistazos de la chica, era hermosa, delicada y se le veía desenvuelta y tranquila, no iba a negar que esa aura fue lo que lo impulsó a hacerle la propuesta, en el fondo, la chica le gustaba.Al final de la tarde de ese viernes, por fin el teléfono le sonó con la llamada que esperaba.—¿Gisselle…?—Sí, soy yo... y sí, acepto.Al colgar la llamada que fue una sentencia para su vida, Gisselle se levantó del suelo donde estaba sentada, para reorganizar su pequeño departamento con las pocas cosas que le quedaron en pie. Fue tal el susto al llegar y ver la puerta abierta y las pocas pertenencias patas arriba y destrozadas que las piernas le fallaron, y desde ahí mismo leyó la nota que le dejó el responsable del desastre. “Hola preciosa, solo encontré doscientos dólares que se restarán a la deuda de tu amadísimo padre, así solo quedas debiendo cuatrocientos ochenta mil, espero recibirlos pronto; sino me cobraré contigo, tengo planes muy buenos para recuperar mi dinero.” El escalofrío que la recorrió solo al imaginar los distintos escenarios de cómo ese matón saldaría la deuda con ella, casi la hace vomitar, sin pensarlo dos veces tomó su celular y llamó a la única persona en la que pudo pensar, con él por lo menos entregaría su cuerpo por voluntad propia. —¿Gisselle? —Sí, soy yo... y sí, acepto… Después de e
Una vez aceptada la propuesta todo fue una vorágine de preparativos y locura. Roy se encargó de ir con Gisselle al médico para los exámenes de rigor y todo lo relacionado con la fertilidad y la posibilidad inmediata de un embarazo. Aquí fue donde el rubio supo el porqué de la reacción, un tanto exagerada para su gusto, de ese día, ¡ella era virgen!, al escuchar al médico decirlo se relamió por dentro, estaba seguro que a Owen también le agradaría esa noticia. Luego del médico regresaron al departamento de la chica, el edificio era un mugrero a la vista del Roy, mas, en su sitio personal, estaba bastante limpio a pesar de lo austero de todo, se veía el buen gusto para combinar lo poco que tenía, las fotos de ella con un señor mayor estaban dispersas por aquí y por allá, aunque sin marco, Roy pudo notar que la niña dejaba su inocencia a medida que pasaban los años en las últimas fotos se ve la rigidez en su rostro y por el parecido entre ellos dedujo que él era su padre. —Murió el año
El desasosiego alojado en su pecho era más grande que su orgullo y su necesidad más grande que su dignidad. Esa era su verdad, el dinero, o la falta de él, dominaba su vida, por deudas que en ningún caso fueron su culpa, mas, las ganas la de vivir la obligaban a cumplir. Lowell no era un tipo al cual podías deberle eternamente sin sufrir algún daño y ya estaba advertida. —¡Santos cielo! —exclamó llevándose sus manos al rostro y acostándose en la cama a la vez que contuvo sus lágrimas—. No puedo creer que mi vida se convirtió en esto. Unos toques en la puerta la hicieron levantar de un salto y despejar las nubes negras que se cernían sobre ella. —Pase. —Buenas tardes, señorita Monroe —una chica menuda y de uniforme de servicio le sonrió—, soy Berta, el señor Owen me envió a buscarla, la cena está lista. —De acuerdo, gracias. —También me indicó que le diera esto. —la chica le entregó un vaso con agua y unas medicinas. Extrañada leyó la caja de medicamentos que dice ser vitaminas p
Con las decisiones tomadas y aceptadas sin más remedio, esa noche se fueron a dormir cada uno con sus preocupaciones a resguardo en sus cabezas; la más mortificada y atormentada era la de Gisselle. Quien recostada en las finas sábanas durmió un sueño intranquilo plagado de doctores con la cara cubierta e instrumentos filoso en sus manos, haciéndole cosas dolorosas. Despertándose cada dos por tres, era de suponer que a la mañana siguiente las ojeras en el rostro de la chica superarían los sonrojos constantes que le cubrían las mejillas, solo de pensar en el CEO. Era domingo, el único día libre que tenía Owen en su laborioso trabajo, y le encantaba ir a la playa cada vez que podía, fue allí que conoció a Roy hacía más de cinco años. Él estaba grabando unas escenas para una película y Owen se encontraba paseando por la marina ese día; vio el alboroto y no pudo evitar acercarse, aunque el mundo del espectáculo nunca le llamó la atención, siempre le gustó ver películas y ver de primera man
Dentro del camarote Owen estaba que se lo llevaba el diablo, necesitaba un trago, un maldito trago, pero el idiota de Roy se encargó de alejar las bebidas de su presencia —"como si fuese un maldito alcohólico”—, pensó en ese momento Owen, aunque en el fondo le agradecía ya que al ingerir esa bebida las molestias en su cuerpo aumentaban. No podía creer lo que le acababa de pasar, la gente prejuciosa para él era más detestable que un ladrón, ya que el ladrón tiene sus motivos para hacer lo que hace; sin embargo, la persona prejuicioa no se mira ni la punta de la nariz, no tiene razones válidas para someter a alguien a sus pensamientos y escrutinios basándose solo en lo que se imagina.Mientras más le daba vueltas al asunto, más se molestaba, y la razón de su molestia no era tanto por la idea equivocada que las personas tuvieran de él, no, era más sobre lo que Gisselle pensara. Esa mujer comenzaba a afectarle de una manera que por esos momentos, Owen, no se permitía analizar.Su malestar
Pasaron la tarde juntos, hasta entrada la noche, disfrutando del mar y conociéndose entre ellos, y como todo lo bueno se termina, llegó la hora de regresar, el día siguiente era laborable y no se puede faltar por simple gusto. El único que estaba exento de sus obligaciones laborales era Roy, quien estuvo rechazando papeles desde que se enteraron de la enfermedad de Owen, para él, su más que amigo, su hermano, que estaba por encima de cualquier trabajo; sin embargo, a su puerta llegaría la propuesta que lo haría tambalear y pensar la decisión de rechazarla con tanta facilidad. Ese lunes por la mañana el futuro lo zarandeó casi al alba. —Es la secuela y tú eres el protagonista. ¡Vamos hombre! no puedes decir que no, además te darán un mes para iniciar las grabaciones, si no, le harán la proposición a otro ¿recuerdas a Steven Sanderson? Será él. Roy estaba contra la espada y la pared, por un lado, se había comprometido con su amigo a ayudarlo durante su proceso y por el otro, su pasión
Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, el incidente del beso fue olvidado o ignorado por los dos, o eso quisieron creer; sin embargo, no volvió a repetirse y la tensión entre ambos era palpable, por lo que continuaron tratándose como lo venían haciendo aunque se podía ver a leguas lo rígidos que estaban el uno con el otro. Cosa que no le pasó desapercibida a Roy, mas, hoy era su último día en casa, debía ir a Texas para grabar unas promociones antes de iniciar el rodaje de la película, él quería acompañarlos para saber los resultados de las exámenes que se le practicaron a Gisselle y lamentablemente no estaría presente.—Bueno familia, me voy, no hagan nada que yo no haría y llámenme para saber cómo les fue.Le da un fuerte abrazo a su hermano del alma y otro a Gisselle con un beso en la coronilla de su cabeza, ella no está acostumbrada a las muestras de cariño por lo que no supo qué hacer en esos segundos y prefirió quedarse estática.—Deberas acostumbrarte a eso, R
Para el jueves de esa misma semana, temprano por la mañana, el doctor Monroe llamó a Owen con las buenas noticias de que la fecundación fue efectiva y que los blastocistos están listos para ser implantados al día siguiente. La emoción amarga que recorrió a Owen no fue nada normal, si bien él deseaba con toda su alma un hijo, el hacerlo así, venía viendo como sin gracia; en todo caso ya el procedimiento estaba sobre la marcha y ese mismo día por la tarde le avisó a Gisselle por mensaje, ya que se encontraban trabajando. Owen le dijo que la recogería a la salida de su turno en el restaurante para hablar y así quedaron. Por otro lado el pelinegro también llamó a Roy para darle la noticia. —Me sigue pareciendo una pérdida de dinero y tiempo, estoy seguro de que si otras fuesen las circunstancias, ya tendrías a Gisselle llevándote ofrendas a tu altar. —No seas exagerado... —¿Que no sea qué...? ¿Te olvidas con quién hablas? Lo he visto hermano, estos ojos que se van de comer los gusanos,