Varios dĂas despuĂ©s, en la clĂnica privada de los Parker. — ¡Mamiiii! — ExclamĂł el pequeño James lanzándose a abrazar a su querida madre, Rouse Becker. Ella correspondido al pequeño, inclinándose lo más que pudo, para despuĂ©s darle un beso en la frente al sonriente niño.  — Cariño, mamá te ha extrañado muchĂsimo~ — SonriĂł Rouse. — Toma, tu mami fue de compras con sus amigos Alice y Harold antes de venir aquĂ y te he traĂdo una pijama muy bonita. Rouse entregĂł el paquete donde venĂa la pijama más parecida que encontrĂł a la que usaba Leandro en las fotografĂas que anteriormente el niño habĂa visto en el telĂ©fono de su madre. James sacĂł rápidamente las dos piezas de tela viendo la pijama y se emocionĂł en ese instante. — ¡Oh! ¡Mami si son como de aquel modelo! ¡Mami en la fieta de tĂa Annie o vĂ! ¡AhĂ taba Ă©l, mamiii! — DecĂa el pequeño James emocionado mientras brincaba sosteniendo en sus bra
Un dĂa despuĂ©s. Rouse terminaba de almorzar, cuando pensaba salir a dar un paseo al jardĂn trasero de la mansiĂłn, aprovechando que habĂa un clima refrescante y agradable ya que no llovĂa. Se abrigo bien y en esta ocasiĂłn, Alice si llevaba el paraguas consigo por si llovĂa. — ÂżAsĂ que es una niña? ÂżYa decidiĂł que nombre le pondrá? — PreguntĂł la asistente emocionada. Rouse sonriĂł para despuĂ©s encogerse de hombros. — No lo sé… La verdad, creo que Ă©l deberĂa ponerle un nombre. Ya que fuĂ yo la que escogiĂł el de James. — ÂżAh, si? ÂżPero como hará que le ponga de niña si piensa mentirle y darle a entender que es un niño? Rouse volviĂł a ver fijamente a su amiga para despuĂ©s exhalar. — Bueno… Una mentira más ya no importará mucho, despuĂ©s de todo pienso decirle la verdad antes de que termine el mes; asĂ que estaba pensando en que esta noche podrĂamos ponernos a elegir
Esa misma noche, en la mansiĂłn del CEO Carletti. — ¡Cariño! Llegas justo a tiempo~ — Se lanzĂł Rouse a los brazos de Leandro apenas Ă©l ingresĂł. — ÂżJusto a tiempo? Estás muy entusiasmada, ÂżHa sucedido algo bueno? — PreguntĂł para despuĂ©s darle un beso con cariño a su novia en la frente. Rouse seguĂa sonriendo y llamĂł a Steven que mostrĂł unos libros dentro de una pequeña caja blanca. A Leandro le bastĂł leer de reojo para darse cuenta de que se trataba. — ÂżNombres? ÂżYa? Pero—— ÂżIremos juntos al ultrasonido lo olvidaste? — PreguntĂł Rouse interrumpiendo a su amado. — Inclusive lo retrasamos un poco por tu agenda atareada~ pero eso está bien, no, es más, eso es perfecto~ ÂżSabes por quĂ©? — DecĂa la bella ex modelo de manera coqueta. — ÂżMmm, por quĂ©? — ¡AsĂ ya tendrá un nombre cuando lo conozcamos! No tendremos que decirle "bebĂ©" nada más, tenemos que elegir un nombre
El dĂa del segundo ultrasonido de Rouse habĂa llegado. La bella ex modelo no dejaba de ver nerviosa a su amiga, quien a su vez la veĂa de vez en cuando. — ÂżQuĂ© es? ÂżPor quĂ© guarda tanto silencio? — PreguntĂł Leandro Carletti que estaba sentado al lado de la camilla en la que se encontraba su novia. — Es un poco difĂcil, el bebĂ© no está en una posiciĂłn cĂłmoda para verle. — ComentĂł Annie. — SeguirĂ© intentando un poco más, por favor señor Carletti, tenga paciencia. — Vamos cariño~ ya veremos quiĂ©n es~ ÂżSerá Liliane o será James? No tienes que ser tan impaciente mi amor~ — DecĂa Rouse animada. …..La noche en la que elegĂan nombres Rouse despuĂ©s de calmarse volviĂł a seguir con la elecciĂłn junto a su novio y ella logrĂł persuadir a Leandro para que ambos eligieran uno. Él eligirĂa el de niña y ella el de niño. Leandro no entendiĂł por quĂ© su novia querĂa que las cosas fueran de ese modo.Pero ya que Rouse estaba muy sensible, Ă©l no querĂa que ella se sintiera mal de nuevo o llorará y si
El CEO Carletti apartĂł su mirada de su mejor amigo Mason, para posar ahora sus ojos verdes en Thomas. — Como te habĂa mencionado antes necesito de tu ayuda, quiero que la compañĂa de tu familia se ocupe del anillo para Rouse. — PidiĂł Leandro a Thomas, quiĂ©n era el CEO de las mĂşltiples tiendas de joyerĂa bajo el apellido de los Davis. — Oh, perfecto, dĂ©jamelo a mĂ hermano. Me encargarĂ© de que tĂş pedido se anteponga a todos los demás. — SonriĂł Thomas emocionando. — ÂżQue tipo de diamante estás bus— — Si me disculpan, me voy a retirar, tengo cosas que hacer más que quedarme aquĂ escuchado esta charla. — InterrumpiĂł Mason a su primo. Leandro y Thomas se le quedaron viendo fijamente sin decir nada aĂşn. Mason se levantĂł y comenzĂł a irse, en ese momento, Thomas se disculpĂł con Leandro diciĂ©ndole que volverĂa enseguida, para despuĂ©s, salir corriendo tras su primo. …..— ¡¿Es en serio,
— Señor Miller… Usted… ÂżQuĂ© hace aquĂ? — SusurrĂł Rouse al ver a ese hombre de pie a menos de un metro de distancia de ella. — TenĂa que venir a verte. — SonriĂł Ă©l. — Levantará sospechas, será mejor que se aleje de mĂ. — ComentĂł Rouse mientras caminaba alejándose de Ă©l. — CĂłmo puede escuchar los rumores, lo estoy haciendo terrible. — Eso es solo por quĂ© estás nerviosa, solo deberĂas relajarte y hacerlo como en los viejos tiempos, Layla~ ¡SĂ© que puedes callarles la boca a todos esos imbĂ©ciles! — ¡Suficiente! No soy Layla, no lo diga en voz alta, creerán que si lo soy. — Jaja~ ÂżNo lo eres? Solo mĂrate bien, luces… CĂłmo antes, estás brillante. Rouse no pudo evitar sentirse un poco feliz por ese agradable comentario. Ella se dirigiĂł a la salida con la excusa de que necesitaba caminar un poco y ese hombre fue tras de ella.  …..Ya en las afueras del se
— Mmm~ Rouse hizo un sonido mientras estaba forcejeando para que su nuevamente jefe, Mason Miller, la soltara. Finalmente, ella logrĂł su cometido empujando a ese apuesto hombre rubio, de inmediato Rouse comenzĂł a caminar en direcciĂłn a Leandro que venĂa hacia ellos a pasos rápidos. Mason hasta ese instante, se dio cuenta que ahĂ estaba su mejor amigo terminando sorprendido sin decir ni media palabra. — Leandro no es que lo que estás— Antes de Rouse poder terminara de hablar, Leandro le pasĂł caminando al lado sin siquiera volverla a ver. Ella se girĂł hacia atrás de inmediato, siguiendo a su novio con la mirada y guardĂł silencio. ¡PAF!  Leandro le diĂł un golpe a puño cerrado a Mason a tal punto que ese hombre rubio perdiĂł el equilibrio y terminĂł cayendo sentado. Rouse se asustĂł. — ¡No¡ ¡DĂ©jalo Leandro! — GritĂł ella intentando que su
9: 00 am.Al dĂa siguiente, en la agencia AM MILLER. — Señor, hay alguien que le busca urgentemente, no tiene cita agendada, pero me pidiĂł que le entregue esto. — DecĂa amablemente la secretaria de Mason, Ashley. — ÂżPuedo saber por quĂ© estás aceptando entregarme notas de extraños que simplemente vienen? — Preguntaba Mason de mal humor esa mañana sosteniendo en sus manos la tarjeta que le entregĂł la joven secretaria. Cuando el atractivo hombre de cabello rubio posĂł sus ojos grises en la tarjeta, se sorprendiĂł de inmediato. — ¡Olvida lo que he dicho! Hazla pasar de inmediato. — PidiĂł Mason apurado. Fue entonces, que la secretaria hizo tal como Ă©l ordenĂł. …..Tap, tap~ Sonaban las zapatillas de la pequeña mujer con aspecto inocente sobre el mármol. — PensĂ© que no ibas a recibirme~ — ComentĂł ella de manera juguetona. Mason Miller suspirĂł con pesar aĂşn sentado trás el escritorio, Ă©l apoyĂł su codo en el descansa brazos derecho de su cĂłmoda silla y seguidamente su mandĂbula sobre su