Un día después. Rouse terminaba de almorzar, cuando pensaba salir a dar un paseo al jardín trasero de la mansión, aprovechando que había un clima refrescante y agradable ya que no llovía. Se abrigo bien y en esta ocasión, Alice si llevaba el paraguas consigo por si llovía. — ¿Así que es una niña? ¿Ya decidió que nombre le pondrá? — Preguntó la asistente emocionada. Rouse sonrió para después encogerse de hombros. — No lo sé… La verdad, creo que él debería ponerle un nombre. Ya que fuí yo la que escogió el de James. — ¿Ah, si? ¿Pero como hará que le ponga de niña si piensa mentirle y darle a entender que es un niño? Rouse volvió a ver fijamente a su amiga para después exhalar. — Bueno… Una mentira más ya no importará mucho, después de todo pienso decirle la verdad antes de que termine el mes; así que estaba pensando en que esta noche podríamos ponernos a elegir
Esa misma noche, en la mansión del CEO Carletti. — ¡Cariño! Llegas justo a tiempo~ — Se lanzó Rouse a los brazos de Leandro apenas él ingresó. — ¿Justo a tiempo? Estás muy entusiasmada, ¿Ha sucedido algo bueno? — Preguntó para después darle un beso con cariño a su novia en la frente. Rouse seguía sonriendo y llamó a Steven que mostró unos libros dentro de una pequeña caja blanca. A Leandro le bastó leer de reojo para darse cuenta de que se trataba. — ¿Nombres? ¿Ya? Pero—— ¿Iremos juntos al ultrasonido lo olvidaste? — Preguntó Rouse interrumpiendo a su amado. — Inclusive lo retrasamos un poco por tu agenda atareada~ pero eso está bien, no, es más, eso es perfecto~ ¿Sabes por qué? — Decía la bella ex modelo de manera coqueta. — ¿Mmm, por qué? — ¡Así ya tendrá un nombre cuando lo conozcamos! No tendremos que decirle "bebé" nada más, tenemos que elegir un nombre
El día del segundo ultrasonido de Rouse había llegado. La bella ex modelo no dejaba de ver nerviosa a su amiga, quien a su vez la veía de vez en cuando. — ¿Qué es? ¿Por qué guarda tanto silencio? — Preguntó Leandro Carletti que estaba sentado al lado de la camilla en la que se encontraba su novia. — Es un poco difícil, el bebé no está en una posición cómoda para verle. — Comentó Annie. — Seguiré intentando un poco más, por favor señor Carletti, tenga paciencia. — Vamos cariño~ ya veremos quién es~ ¿Será Liliane o será James? No tienes que ser tan impaciente mi amor~ — Decía Rouse animada. …..La noche en la que elegían nombres Rouse después de calmarse volvió a seguir con la elección junto a su novio y ella logró persuadir a Leandro para que ambos eligieran uno. Él eligiría el de niña y ella el de niño. Leandro no entendió por qué su novia quería que las cosas fueran de ese modo.Pero ya que Rouse estaba muy sensible, él no quería que ella se sintiera mal de nuevo o llorará y si
El CEO Carletti apartó su mirada de su mejor amigo Mason, para posar ahora sus ojos verdes en Thomas. — Como te había mencionado antes necesito de tu ayuda, quiero que la compañía de tu familia se ocupe del anillo para Rouse. — Pidió Leandro a Thomas, quién era el CEO de las múltiples tiendas de joyería bajo el apellido de los Davis. — Oh, perfecto, déjamelo a mí hermano. Me encargaré de que tú pedido se anteponga a todos los demás. — Sonrió Thomas emocionando. — ¿Que tipo de diamante estás bus— — Si me disculpan, me voy a retirar, tengo cosas que hacer más que quedarme aquí escuchado esta charla. — Interrumpió Mason a su primo. Leandro y Thomas se le quedaron viendo fijamente sin decir nada aún. Mason se levantó y comenzó a irse, en ese momento, Thomas se disculpó con Leandro diciéndole que volvería enseguida, para después, salir corriendo tras su primo. …..— ¡¿Es en serio,
— Señor Miller… Usted… ¿Qué hace aquí? — Susurró Rouse al ver a ese hombre de pie a menos de un metro de distancia de ella. — Tenía que venir a verte. — Sonrió él. — Levantará sospechas, será mejor que se aleje de mí. — Comentó Rouse mientras caminaba alejándose de él. — Cómo puede escuchar los rumores, lo estoy haciendo terrible. — Eso es solo por qué estás nerviosa, solo deberías relajarte y hacerlo como en los viejos tiempos, Layla~ ¡Sé que puedes callarles la boca a todos esos imbéciles! — ¡Suficiente! No soy Layla, no lo diga en voz alta, creerán que si lo soy. — Jaja~ ¿No lo eres? Solo mírate bien, luces… Cómo antes, estás brillante. Rouse no pudo evitar sentirse un poco feliz por ese agradable comentario. Ella se dirigió a la salida con la excusa de que necesitaba caminar un poco y ese hombre fue tras de ella. …..Ya en las afueras del se
— Mmm~ Rouse hizo un sonido mientras estaba forcejeando para que su nuevamente jefe, Mason Miller, la soltara. Finalmente, ella logró su cometido empujando a ese apuesto hombre rubio, de inmediato Rouse comenzó a caminar en dirección a Leandro que venía hacia ellos a pasos rápidos. Mason hasta ese instante, se dio cuenta que ahí estaba su mejor amigo terminando sorprendido sin decir ni media palabra. — Leandro no es que lo que estás— Antes de Rouse poder terminara de hablar, Leandro le pasó caminando al lado sin siquiera volverla a ver. Ella se giró hacia atrás de inmediato, siguiendo a su novio con la mirada y guardó silencio. ¡PAF! Leandro le dió un golpe a puño cerrado a Mason a tal punto que ese hombre rubio perdió el equilibrio y terminó cayendo sentado. Rouse se asustó. — ¡No¡ ¡Déjalo Leandro! — Gritó ella intentando que su
9: 00 am.Al día siguiente, en la agencia AM MILLER. — Señor, hay alguien que le busca urgentemente, no tiene cita agendada, pero me pidió que le entregue esto. — Decía amablemente la secretaria de Mason, Ashley. — ¿Puedo saber por qué estás aceptando entregarme notas de extraños que simplemente vienen? — Preguntaba Mason de mal humor esa mañana sosteniendo en sus manos la tarjeta que le entregó la joven secretaria. Cuando el atractivo hombre de cabello rubio posó sus ojos grises en la tarjeta, se sorprendió de inmediato. — ¡Olvida lo que he dicho! Hazla pasar de inmediato. — Pidió Mason apurado. Fue entonces, que la secretaria hizo tal como él ordenó. …..Tap, tap~ Sonaban las zapatillas de la pequeña mujer con aspecto inocente sobre el mármol. — Pensé que no ibas a recibirme~ — Comentó ella de manera juguetona. Mason Miller suspiró con pesar aún sentado trás el escritorio, él apoyó su codo en el descansa brazos derecho de su cómoda silla y seguidamente su mandíbula sobre su
3: 30 pm. En la casa del doctor Parker. — Todo ha quedado arreglado. — Informó Patrick. — Un auto te está esperando fuera, Rouse, apenas llegues a mi mansión, mi mayordomo ahí, va a guiarte al avión privado; todo está listo para que vuelvas donde solías vivir antes en Costa Rica, yo mismo voy a ocuparme de darte el tiempo necesario e impedir que Leandro de contigo. — Oh Patrick muchas gracias, a ti también Annie… No se que haría sin ustedes dos. — Rouse entre lágrimas abrazó a sus amigos. — Es lo menos que podemos hacer. — Contestó Annie cabizbaja. — Después de todo hemos sido nosotros los que te metimos en esto. — No digas eso Annie. — Decía Rouse alejándose de ellos. — Han hecho demasiado, gracias a ustedes… Yo pude conocer mejor a Leandro… Me gustaría… Decirle… Pero… Antes de que Rouse dijera algo más. Los tres se quedaron viendo al niño que bajaba las escaleras junto a su abuela y a Alice, quien llevaba una maleta. — ¡Mamá! — Exclamó el pequeño James sonriente. — ¡Mira abu