Mi hermana Aurora y yo, estábamos unidas a los gemelos Alfa. Cinco meses después de quedar embarazada, fui atacada por un grupo de lobos renegados, por lo que intenté contactar a mi compañero, el Alfa Alexander, a través de nuestro vínculo mental. Quería su ayuda, pero ya me había ignorado nueve veces. Los renegados me rodearon, mordiendo mis brazos y piernas, desgarrándome con sus ataques, el dolor atravesaba mi cuerpo como cuchillas. Con un último grito desesperado, traté de contactar a Alexander una décima vez, utilizando nuestro vínculo. Esta vez, su fría voz resonó en mi mente. —¿No has tenido suficiente? Mi hermana Vicky fue secuestrada. No me molestes más. Victoria era la hermanastra de Alexander y Elías, la única mujer a la que realmente amaban. Sin nada que los detuviera, los lobos renegados se lanzaron sobre mí. Uno de ellos desgarró mi vientre con sus colmillos, con horror, vi cómo despedazaban a mi hijo no nacido. Justo cuando estaba al borde de la muerte, Aurora me encontró y luchó contra los renegados, pero eran demasiados, así que pronto, ella también había sido mordida y se encontraba desangrándose a mi lado. Intentó contactar mentalmente a Elías, su compañero, para pedirle ayuda, pero solo recibió un regaño, —Estoy buscando a Vicky. No me molestes. Tras esa respuesta, Aurora no tuvo más opción que transformarse y cargarme sobre el lomo de su loba, luego corrió montaña abajo. Sin embargo, una repentina tormenta eléctrica provocó un deslizamiento de lodo que nos dejó atrapadas. Afortunadamente, los guardias de la patrulla fronteriza nos encontraron, y tanto Aurora como yo sobrevivimos, aunque por muy poco. Cuando desperté en el hospital de la manada, mi primer pensamiento fue simple: romper el vínculo con mi compañero.
Leer másNo recibimos noticias sobre ninguno de ellos hasta un mes después. Victoria fue encarcelada en la Prisión de Plata después de su captura, y su cachorro había sido encontrado muerto de hambre en su casa, cuando los oficiales la registraron.Condenada por ser la responsable del ataque, pasaría años con cadenas de plata atando a su loba, impidiéndole transformarse. Pasaría los mejores años de su vida en ese lugar infernal.Después de la disolución de nuestro vínculo, Elías y Alexander cayeron en un patrón autodestructivo. Cada noche, se ahogaban en licor de ajenjo, descuidando sus deberes como Alfas.Los asuntos de la manada se desmoronaron; las disputas territoriales quedaron sin resolver, las reuniones para buscar alianzas se perdieron, y las preocupaciones de los miembros de la manada fueron ignoradas, mientras los gemelos se hundían más en su neblina de borrachera.Finalmente, su Beta, Mason, tuvo suficiente. Apoyado por el Consejo y la mayoría de la manada, desafió formalmente su lid
En lugar de confiar en su compañera, Alexander siempre había confiado en Victoria, dada su relación desde la infancia. Ella era la luz de sus ojos, para él, su hermana irradiaba un brillo tan prístino como luna, y por eso, inconscientemente había creado excusas para sus acciones en cada ocasión. Hasta que la verdad fue revelada, innegable y condenatoria.La forma en que se expresaba de Victoria ahora, había cambiado de adoración y preocupación, a irritación. Observé esa transformación con un sentido de reivindicación amarga.Finalmente, el Alfa de la manada de lobos renegados fue capturado.Al escuchar esa noticia, mi respiración se aceleró, mi pecho subía y bajaba por la emoción, mis puños estaban apretados con fuerza. Toda la ira que había estado reprimiendo amenazaba con estallar, porque el día del ataque permanecía vívido en mi mente, el dolor todavía estaba presente con agudeza.Aurora se sentía igual, ese lobo le había costado la capacidad de transformarse, por lo que sus emocion
Nunca había perdido el control ni le había gritado a Alexander de esa manera. En el día de nuestra unión, me dijo que prefería las hembras suaves y sumisas. Así que, durante dos años, mantuve una personalidad dócil y obediente cerca de él. Casi nunca lo había contradicho y mucho menos ,había perdido la compostura mostrando una ira tan explosiva.Al ver hacía atrás, me di cuenta de que él me había manipulado gradualmente, para convertirme en una réplica de Victoria. Pero ahora, no me importaba lo que pensara. Esos días de reprimirme dentro de la casa de la manada, solo para tener contento a un macho frío y egoísta, se habían terminado.El simple recuerdo me enfermaba. Quizás para él, siempre había sido un personaje prescindible, solo disfrutaba de mi devoción y ternura. Sin embargo, nunca me correspondió ni con un ápice de cariño.Después de gritarle a Alexander, me sentí liberada, perdiendo gran parte de la amargura que había estado acumulado durante días.Al escucharme, Aurora salió d
Después de aplicar su táctica de manipulación habitual, notó que mis manos temblaban por la ira y un destello de satisfacción centelleó en sus ojos.Esas acusaciones eran su táctica habitual. Incluso tras escuchar lo ocurrido, no sentía arrepentimiento, seguía culpando a otros, jamás a sí mismo.Ese era el macho con quien me había emparejado, con el que había planeado tener hijos y envejecer a su lado. En su interior era frío, despiadado y completamente indigno de confianza.Aurora ya no pudo contenerse más y se lanzó contra él. —¿No tienes vergüenza? El cachorro de mi hermana murió por tu culpa. Cuando encontré a Aria, estaba casi muerta, ¿entiendes? Pero, si crees que existe una maldición, entonces hagamos la disolución de inmediato. Tu familia y tú no son más que unos hipócritas despreciables. Déjame decirte algo: no mereces tener descendencia. Espero que no puedas tener hijos en tu miserable vida.Sus palabras encendieron la ira de Elías con éxito. De inmediato, agarró los document
Hablé con una voz helada y una calma teñida de una quietud mortal. —Nunca mencioné cuándo ni dónde sucedió, ¿cómo supiste que ocurrió ese día en el bosque?Victoria se puso completamente histérica, se levantó temblando, alegando que le dolía el estómago y que necesitaba irse.Aunque yo no tenía pruebas concretas todavía, solo sospechas, no esperaba que Victoria se derrumbara tan fácilmente al aplicar un poco de presión. Sin embargo, en ese momento, ella no era mi prioridad, ya que una vez que la división de seguridad encontrara las pruebas del caso, la verdad se revelaría por completo.Lancé una mirada fría a Alexander, mi voz no delataba ninguna emoción. —¿Qué estamos esperando? Ya que todos están aquí, podemos ir directamente al Consejo Alfa y finalizar la disolución del vínculo como compañeros.Al escuchar mis palabras, los rostros de ambos hermanos cambiaron; bajaron la cabeza, sin poder hablar, ni mostrar intenciones de moverse.Elías fue el primero en romper el silencio. —Aria, t
Elías salió del ascensor, con el teléfono pegado a la oreja. —¿Qué pasa ahora? Pude escuchar su discusión desde una milla de distancia. ¿No saben que sus gritos asustarán al cachorro?Luego continuó. —Necesito regresar a la oficina de seguridad de inmediato. Hay un caso sobre unos lobos renegados que atacaron a una loba embarazada. Han sido capturados y están solicitando clemencia.Al terminar de hablar, sus ojos cayeron sobre mi figura esbelta, por lo que le preguntó a Alexander. —Hermano, ¿Aria ya dio a luz?Con esas palabras, Alexander regresó a la realidad, agarrando mis hombros y sacudiéndome. —Fue prematuro, ¿verdad? Aria, no me asustes así.Al escuchar la voz aterrada de Alexander, le aparté las manos con desdén. —¿Qué tipo de cachorro sobrevive nacer a los cinco meses? Mis palabras se clavaron en él como cuchillos, pero mi corazón también sangraba.El recuerdo de las garras que perforaron mi estómago, y sentir cómo la vida de mi bebé se desvanecía lentamente, todavía era vívi
Aurora y yo permanecimos en el hospital de la manada durante tres semanas. Durante todo ese tiempo, no recibimos ni un solo mensaje de parte de ninguno de los gemelos ni de nadie, no preguntaron por nuestro bienestar, paradero o por qué no habíamos regresado a la casa de la manada. Mi corazón ya destrozado se hundió aún más, ante esa despiadada indiferencia.Mientras finalizábamos los papeles del alta, vimos a Elías caminando por el pasillo. Él no nos notó, pero lo seguimos con discreción, hasta que entró en la sala de maternidad y descubrimos qué estaban haciendo los hermanos. Victoria yacía en una cama del hospital, aferrando la mano de Alexander y llorando por su miedo a entrar en la sala de partos, mientras Elías, que acababa de llegar, le acariciaba tiernamente el cabello.Al estar juntos, los tres creaban una imagen de perfecta armonía. Ante eso, Aurora y yo tocamos nuestros vientres de forma instintiva, con ojos llenos de desesperación. En comparación, los temores actuales de Vi
Me encontraba acostada en la cama del hospital, hojeando mi teléfono, cuando de repente, recibí un video de Victoria.Las imágenes mostraban su "rescate" tras el secuestro, estaba al lado de Alexander y Elías, recibiendo la atención amorosa de los dos Alfas que revoloteaban de forma protectora a su alrededor, escudándola de cualquier peligro potencial. Incluso le ofrecieron las hierbas curativas más preciadas de la manada para restaurar su fuerza.Ella acunaba su vientre de siete meses de embarazo mientras observaba a los gemelos con adoración. —Gracias, queridos hermanos. Siempre llegan justo a tiempo cuando el peligro me acecha.Los otros lobos alrededor la miraban con envidia.—Diosa, ¿por qué no tengo hermanos como esos?—Victoria es tan afortunada de tener a los gemelos Alfa consintiéndola así.No obstante, los lobos más inteligentes plantearon preguntas.—¿Por qué no están presentes las Lunas de los Alfas? Escuché que la Luna Aria fue emboscada por unos lobos renegados. ¿Por qué
Aurora y yo yacíamos lado a lado en una habitación del hospital de la manada. La habitación estaba envuelta en un pesado silencio. Ella debió haber escuchado la furiosa diatriba de Alexander.Mi hermana luchó por sentarse, luego extendió su mano para agarrar la mía. Su rostro, que una vez había sido tan vibrante y saludable, ahora estaba tan pálido como la luz de la luna, desprovisto de todo color por la intoxicación con la plata. Las crueles palabras de Alexander habían traído nuevas lágrimas a sus ojos, y cayeron sobre la parte posterior de mi mano mientras susurraba. —Si tan solo no nos hubiéramos emparejado con los gemelos Alfa.Ella estaba preocupada por mí, pero yo me sentía más inquieta por ella. Unos días atrás, había sido la hembra Beta más prometedora de la manada, destinada a unirse a las filas de los guerreros élite. Ahora, debido a esa intoxicación con la plata que le impedía transformarse, sería relegada al estatus de Omega.Abrí la boca para consolarla cuando recibió un