Rescate.

Eduardo no tardó en llegar a la obra, había conducido tan rápido que había saltado, varías señales de tránsito.

Pero eso en ese momento estaba lejos de importarle, en su mente solo tenía una preocupación y era que Dahiana estuviera en peligro.

Su angustia aumentó al verificar que ella no se encontraba en la obra.

—Señor, la señorita Pineda, no ha vuelto desde esta mañana —le informó uno de los encargados de la vigilancia.

—Entiendo—dijo Eduardo.

—Ocurre algo, señor—preguntó el hombre.

—No es nada, gracias —dijo, luego se despidieron y volvió a su coche.

Lleno de frustración, golpeó al volante. Una vez que estuvo más calmado, llamó a Aarón y le informó lo que ocurría.

— Mueve a todo el personal, quiero que Dahiana aparezca —ordenó.

—Sí, señor—le contestó Aarón.

—Aarón, asegúrate de que nada le pase—pidió.

—Cuente con eso, señor—dijo en nombre antes de colgar.

**

Eduardo.

Nunca había pasado por una situación similar, la angustia y el desespero, me tenían al borde de la locura.

Esto es
Continue lendo no Buenovela
Digitalize o código para baixar o App

Capítulos relacionados

Último capítulo

Digitalize o código para ler no App