-Señorita Valeria puede usted pasar a verla, pero solo le pido que sea cuidadosa, ella aún se encuentra en un estado delicado.
-Gracias señorita. – Dije mientras la enfermera me mostraba el camino que llevaba a la habitación de mi media hermana.
Al abrir la puerta pude ver a una frágil chica sentada en su cama mirando la ventana.
- ¿Valentina? – Pregunté para que ella volteara su atención hacia mí.
- ¿Tú quién eres?
-Soy quien más deseaba que llegara el momento de poder concerté en persona.
Al acercarme pude notar que esa chica tenía unos rasgos muy hermosos, pero que se podía notar su cansancio.
- ¿Qué haces tú aquí?
-Quería conocerte ya que una persona me dijo sobre tu existencia y tenía tantos deseos de conocerte ya que me contaron sobre tu enfermedad.
Un instante después, escuché una gran explosión que provenía de la parte de abajo del hospital.
Así que sin dudarlo salí a buscar a mi guardaespaldas que se encontraba en la puerta haciendo guardia.
Pero mi guardaespaldas se encontraba inconsciente en el suelo, por lo que al voltear hacia Valentina mire como estaba siendo cautiva por unos hombres.
por lo que al preguntarles que querían, ellos solo me dijeron que tenía que ir con aquellos hombres.
No sabía cómo reaccionar ya que en esos instantes tantas cosas estaban pasando, pero al ver el rostro atemorizado de Valentina mi miedo se esfumo. – No se que es lo que desean, pero no le haga ningún daño a esa chica.
En ese instante esos hombres se miraron entre sí, por lo que yo aproveche para acercarme hacia Valentina, pero mi intento fue inútil ya que el hombre que la sostenía me quedo observando, quedándome inmóvil.
-Mire… nosotros solo queremos que usted venga con nosotros.
Yo sabía que si iba con ellos Valentina se quedaría desamparada y correría peligro.
-Voy con ustedes, pero necesito que ella se quede.
-Lo siento, pero si ella no viene con nosotros, no tendremos ningún seguro en caso de que algo salga mal, así que tomamos a esta chica como nuestro rehén.
Al no tener otra opción decidí aceptar, por eso uno de los hombres se acercó para tapar mis ojos y tomarme del brazo para así salir de la habitación a empujones.
Caminamos varios metros hasta que el hombre que me empujaba me soltó dejándome a rastras del piso.
Estuve unos minutos en silencio para tratar de averiguar qué es lo que estaba pasando, pero todo se tornó en silencio. Al sentir que no había nadie cerca decidí quitarme la venda que estaba cubriendo mi visión pude notar que tenían encerrada a Valentina y que uno de ellos estaba apuntando con un arma para asesinarla.
Al ver que un arma estaba tan cerca de Valentina el sentimiento de impotencia y miedo se apodero de mi cuerpo por lo que mi mente solo pensaba en una forma de salvarla.
Fue en ese momento que me di cuenta de que no tenía ningún poder. Necesitaba que mi hermano llegara a salvarnos, ya que después de que mi padre muriera él era la única persona que podría sacarnos de esta situación.
-Mira niña solo queremos que tú mueras ya que esa fue la orden que nos dieron, pero al parecer tú hermano ya sabe que te tenemos aquí, así que, si no quieres que nada le pase a esta chica, vas a tener que aceptar tu destino.
Tenía tanto miedo de que nos hiciera algo a las dos, pero sobre todo tenía miedo de que lastimaran a Valentina ya que en esos instantes recordé el motivo de mi visita por lo que tomé una decisión.
-Está bien puedes matarme, pero solo no le hagas nada a ella, es lo único que te pido.
Al terminar de decir estas palabras vi como ese hombre me dispara dándome en el pecho, pero en ese instante mi hermano había entrado a la habitación en la que nos encontrábamos.
Al verme el solo corrió hacia mí y me sostuvo entre sus brazos. Solo escuchaba como repetía que todo iba a estar bien y que iba a buscar a la persona que me había hecho daño.
En ese instante escucho como la gente de mi hermano se encargaba de los hombres que nos habían secuestrado.
Mi hermano gritaba que alguien llamara aún doctor. Momentos después un hombre vestido de blanco entraba corriendo con una camilla.
Todo se tornaba cada vez más oscuro y lo último que vi fue a mi hermano Mateo tomándome entre sus brazos mientras el doctor me levantaba con la camilla.
Después de cerrar mis ojos solo escuché a Mateo llorar y el sonido de la camilla que se movía rápidamente.
Después de eso, solo hubo un silencio y una sensación de calidez que recorrió todo mi cuerpo, dándome cuenta de que estaba en un lugar que no era esa habitación, era un lugar de paz y en donde no sufría por el dolor.
Quise tratar de salir de ahí pero solo pude ver como Mateo lloraba desconsoladamente y decía que se iba a vengar … ¿por mi muerte?
“Si estás leyendo esto es porque yo ya no me encuentro a tu lado…En estos momentos eres una persona responsable que puede valerse por sí misma…. Pero, sin importar lo responsable que seas tú, necesitas a alguien que cuide de ti, por eso quiero pedirte que cuando llegue un hombre a la puerta de nuestra casa lo recibas, porque esa persona es la que se va a encargar de ti. Por favor cuídate y confía en él … por favor perdóname, realmente no tenía opción”.Cuando leí esta carta que se encontraba entre las cosas de mi madre que hace poco falleció por un accidente automovilístico me sorprendí ya que no podía entender lo que mi madre estaba pensando. No sabía a lo que se refería en ese momento, hasta que escucho que alguien toca la puerta de la casa.¡Toc toc! -La verdad no quería comenzar así contigo, pero necesitas saber en qué situación te encuentras en este momento niña. - dijo alguien detrás de la puerta.Intuí que era el hombre al que se refería mi madre, aunq
Toc, toc!- ¿Quién es? - Pregunté mientras limpiaba mis ojos de las pocas lágrimas que habían quedado.-Soy Amelia, señorita valentina.-Ah pase señorita Amelia. - dije mientras se abría la puerta y miraba como Amelia traía una bandeja que contenía un plato lleno de comida y un vaso lleno de agua.-Le traigo la cena espero que pueda comer, aunque sea un poco. - dijo Amelia mientras ponía la bandeja en el buró que estaba al lado de la cama.-Gracias Amelia no debiste de haberte molestado. En estos momentos no tengo hambre.-Debería de comer algo señorita. En estos momentos es más cuando debe de encontrarse más fuerte que nunca.-En estos momentos no tengo ninguna fuerza. Quisiera desaparecer en estos momentos…No tenia las ganas de seguir hablando con Amelia, pero en esos momentos note como alguien estaba abriendo la puerta. No fue muy difícil saber de quien se trataba. Era Mateo.-Amelia, retírate. - Dijo Mateo mientr
Al pasar las horas y al estar llorando por toda la frustración que estaba conteniendo me quedé totalmente dormida sin darme cuenta, hasta que escucho que alguien toca mi puerta.-Señorita Valeria, soy Amelia, el Sr. Smith me pidió que la preparará, ya que el Sr. Castelló va a llegar para conocerla.No sabia que hora era, ya que me había quedado dormida y estaba hecha un caos.-Está bien Amelia, solo dame un momento para arreglarme, y salgo.Me levanté y me miré en el espejo que estaba en la pared. Tenía mis ojos hinchados de tanto llorar.Entré al baño que estaba en la habitación y al abrir la llave de la tina rogaba porque mis ojos se deshincharan. No quería que nadie me mirara así.Termine mi baño mientras dejaba que el agua corriera por mi cuerpo. No quería pensar en nada hasta que escucho como Amelia tocaba la puerta del baño. -Señorita Valentina, el Sr. Smith quiere verla en su despacho y me pidió que le dejara unas prendas para
-Señorita Valentina es hora de levantarse.Su voz logro despertarme. Aún no podía abrir totalmente mis ojos, pero al ver su rostro, recordé el lugar donde estaba. A pesar de haber pasado dos años aun no podía acostumbrarme a mi nueva vida.-Gracias Amelia. En un momento me levanto. Al notar que Amelia seguía a un lado mío, no pude seguir acostada. Me levante a pesar del cansancio que aún tenía por el entrenamiento anterior.Al tomar el vaso de agua que siempre Amelia preparaba todos los días. Note que Amelia quería decirme algo…-Señorita el Sr. Smith desea verla para el reporte de cada mañana.-Está bien Amelia…en cuanto termine de arreglarme bajaré.Amelia se despidió y salió de la habitación. Dejándome a solas para poder arreglarme.Al levantarme y asomarme por la ventana me daba cuenta de que el tiempo ya había pasado. En estos dos años mi personalidad y mi mentalidad había cambiado. Sabia que la venganza que deseaba t
En ese instante supe que esos agentes se encontraban adentro.Me apresure a caminar hasta donde se encontraba de pie el maestro. - Buenos días, maestro. - Saludé mientras podía escuchar demasiado ruido proveniente de las profundidades del gimnasio que cambio mi vida-Tenemos muchas cosas de que hablar. Vamos a estar muy ocupados a partir de hoy.Al verlo y escucharlo entendía que mi vida de nuevo había cambiado. A partir de hoy nuestros planes empezaban.Necesitaba organizar a los nuevos agentes que esperaban dentro. El maestro no estaba tan feliz al verlos, pero sabia que era necesario tener mas personal.Al entrar al gimnasio podía ver como todos los agentes estaban esperando. Todos lucían tan calmados, pero a la vez preocupados.En ese instante, un agente dio un paso adelante para poder hablar. - Señorita Valentina la hemos estado esperando. Es necesario saber nuestras ordenes para poder hacer correctamente nuestro trabajo. E
- ¿Estás segura de que te vas a meter en esa compañía para hacer todo lo que tenemos planeado…más bien para hacer lo que él quiere que tu hagas? -Él me preguntó mientras me miraba gentilmente y con una pequeña preocupación.-Se que te había dicho que no quería que este día llegara, pero no tengo otra opción, si no hago lo que él dice yo nunca podre ser libre o más bien nadie de esta casa podrá ser libre y feliz.-Lo sé, pero no quiero que te pase algo o que estés en peligro por culpa de él.-Emilio cuida bien lo que dices porque si no lo has olvidado él fue quien tomó la decisión de que te quedaras en esta casa para que tu fueras mi apoyo y cómplice de todo esto.-Por favor Valentina tu y yo sabemos que él no me quiere aquí, y si el tomó esa decisión fue porque cuando tú me conociste en aquel callejón de la ciudad vio la oportunidad de utilizarme y que sin tu ayuda yo nunca había dejado las calles así que si me preguntas a quien le tengo que agradecer esa per
Me dirigí al campo de tiro que estaba en el fondo del gimnasio dándome cuenta de que estaba sola y era el mejor momento para ponerme a pensar y a reflexionar acerca de este caótico día.-Si tan solo pudiera recorrer el tiempo a cuando mi mamá estaba viva…a cuándo era feliz-Eran pensamientos que todos los días pasaban por mi mente recordando aquellos momentos felices y llenos de mentiras pero que hoy me ayudaban no caer en la locura después de saber mis orígenes y acerca del propósito que me encomendaron desde hace dos años. Mientras empezaba a disparar podía recordar los días en el que todo empezó y el cómo conocía a nuevas personas como a Emilia y al maestro…-Escucha Valentina tú debes de terminar este entrenamiento para que así empieces con la venganza del Sr. Smith ya que si no te has dado cuenta él está decidido que para que todos tengamos nuestra libertad él debe de matar a ese hombre que le hizo tanto daño. - Me decía el maestro mientras me enseña
El día comenzaba cuando Amelia venía a despertarme, pero el día de hoy no pasó eso ya que por toda la noche me mantuve despierta esperando que la hora de levantarse no llegara, mirando el reloj podía darme cuenta de que eran las seis de la mañana y que pronto todos en la casa iban a empezar con su día. Fue ahí en donde decidí mejor levantarme de una vez para así poder arreglar los últimos detalles de la entrevista, así como darle el reporte a Mateo para que estuviera al pendiente sobre la situación.-No importa lo que pase yo debo de hacerlo. - Me dije mientras me levantaba para dirigirme al baño y así poder darme una ducha caliente antes de que Mateo me llamara.Pasaron los minutos mientras me daba esa tan esperada ducha esperando que nadie me molestara y pudiera tener un baño tranquilo, pero como siempre estaba equivocada.-Señorita Valentina buenos días, solo le vengo a dar un mensaje del Sr. Smith…” No puedes fallar en esa entrevista, si tú fallas lo lamentarás