“Si estás leyendo esto es porque yo ya no me encuentro a tu lado…En estos momentos eres una persona responsable que puede valerse por sí misma…. Pero, sin importar lo responsable que seas tú, necesitas a alguien que cuide de ti, por eso quiero pedirte que cuando llegue un hombre a la puerta de nuestra casa lo recibas, porque esa persona es la que se va a encargar de ti. Por favor cuídate y confía en él … por favor perdóname, realmente no tenía opción”.
Cuando leí esta carta que se encontraba entre las cosas de mi madre que hace poco falleció por un accidente automovilístico me sorprendí ya que no podía entender lo que mi madre estaba pensando. No sabía a lo que se refería en ese momento, hasta que escucho que alguien toca la puerta de la casa.
¡Toc toc! -La verdad no quería comenzar así contigo, pero necesitas saber en qué situación te encuentras en este momento niña. - dijo alguien detrás de la puerta.
Intuí que era el hombre al que se refería mi madre, aunque por un segundo pensé en no abrir la puerta y tratar de vivir sola, pero deje esa idea atrás, sin darme cuenta ya estaba abriéndole la puerta a aquel desconocido que, según mi madre, se encargaría de mí
-Hola. - dijo el hombre que vi al momento de abrir la puerta.
-Buenas tardes, ¿En que lo puedo ayudar? – dije mientras deseaba que no se tratara del hombre al que se refería mi madre.
Aún tenia la esperanza de que esa carta no fuera una realidad.
-Oh, buenas tardes, soy Mateo y soy amigo de tu madre y a partir de ahora yo estaré a cargo de ti-. Dijo aquel hombre mientras mostraba una sonrisa poco sínica.
- Espera por favor, todo está pasando muy rápido y en este momento no sé qué pensar así que por favor entra.
-Yo sé que tal vez en este momento estás confundida, pero necesito que entiendas esto ¡tú, eres mía a partir de ahora! Así que no puedes negarte. - dijo con una cara molesta.
-No sé quién eres, pero no re a ninguna parte contigo y mucho menos ahora que te acaba de escuchar. - dije con una cara molesta.
El me miró de una forma que no podía entender, dándome la sensación de que debía alejarme.
-Tu eres mía ya que tu madre te vendió hace cinco años. -
- ¿¡Que estás loco!?, eso no puede ser…es mentira ¿dime que es una broma?
-No lo es, hace cinco años tu madre me buscó para que le diera un préstamo porque a ti te iban a realizar una operación muy peligrosa y necesitaba ese dinero para salvarte, pero tenía una sola condición.
Necesitaba que dejara algo que para ella era lo más importante ¡Que eres tú!, ella al principio no quería, pero no tuvo otra opción más que aceptar ya que el tiempo valía oro y no estaba en una situación donde se podía negar - Dijo mateo mientras me miraba fijamente con una cara de tristeza.
-No, no es cierto mi madre nunca haría eso.
Usted debe de estar confundido ya que mi madre nunca me vendería. Debe de una mentira.
-Puedes creer que es una mentira, pero en estos momentos te estoy diciendo la verdad. No debes creer en las palabras de tu madre.
Yo lo miré de forma incrédula ya que aún no podría creer en las palabras de ese hombre. Mi conciencia me decía que no debía de creer a ciegas sobre lo que estaba diciendo. Debía pedir una prueba para confirmar lo que estaba diciendo.
-Antes de que sigas necesito una prueba de que todo lo que me estás diciendo es la verdad, ya que, aunque mi madre me dijo que alguien iba a pasar por mí, yo no estoy segura de que tú seas aquel hombre.
El me miró de una forma burlona y sin dudarlo él sacó un teléfono móvil arrojándolo hasta mis manos.
-Con esto podrás corroborar lo que te estaba diciendo. En estos momentos tu eres de mi propiedad y necesito que lo comprendas.
Tal como dijo aquel hombre, en el video se miraba a mi mamá con aquel hombre riendo y festejando, solo pude comprender que mi madre dijo “Puedes estar seguro de que Valentina hará lo que desees. Ese fue el acuerdo por mantenerla con vida”, al ver que Mateo estaba diciendo la verdad comprendí que mi madre me había mentido. No termine de ver el video ya que en esos momentos me sentía traicionada y engañada por mi propia madre. No dude en devolverle el teléfono a Mateo. No quería saber nada más.
-Ahora comprendo que me estabas diciendo la verdad, pero eso no significa que me convertiré en tu mascota o en tu esclava. Iré contigo ya que, aunque me duela debo de cumplir con la promesa de mi madre.
-Está bien, te daré unos minutos para que prepares tus cosas y dejes todo listo para marcharnos de aquí.
Mientras caminaba hacia mi cuarto que se encontraba a un lado de la sala, pensaba en todo lo que me dijo ese hombre misterioso al que estaba segura de que nunca podría entender.
Al estar en mi cuarto, no dude mucho sobre lo que tenia que llevar ya que después de la muerte de mi madre tenia que mudarme. Tenia lista mi maleta desde hace una hora así que no tarde mucho
-Ya estoy lista, en cualquier momento nos podemos ir. - dije mientras veía que él ya estaba afuera de la casa, a un lado de un carro muy lujoso.
-Sube por favor. - dijo Mateo mientras me indicaba que debía subir mientras que el chofer subía mi maleta a la cajuela.
Mientras estábamos dentro del carro miraba aquel hombre era una persona muy alta con rasgos muy finos, con un buen cuerpo ya que se podía mostrar su figura con la ropa que llevaba puesto. Su cabello color negro combinaba con el traje azul que llevaba, pero a pesar de sus ojos claros mostraba una miraba muy vacía… como una mirada de tristeza y soledad.
No quise preguntar nada ya que en mi cabeza solo estaban los recuerdos que tenía con mi madre, pensando en por qué hizo tal cosa. Pensando como mi enfermedad nos marcó de por vida.
-Hemos llegado Valentina. - Dijo Mateo mientras el auto se detenía enfrente de una mansión muy bonita, pero se encontraba alejada de la ciudad.
-Es aquí donde vivirás a partir de ahora y aquí será donde te convertirás en la persona que quiero que seas.
Yo solo podía observar una enorme mansión que me daba la bienvenida mientras caminaba hacia la gran puerta de acero color negro.
-Es una casa muy grande y hermosa. - dije mientras él solo me miraba.
-Aquí soy el Sr. Smith. - Dijo Mateo mientras que se acercaba una mujer muy hermosa pero que mostraba una mirada vacía y llena de remordimientos.
Su mirada y su actitud me recordó a la lección que había tenido en el instituto. Mi profesor me había mostrado como la sociedad muestra sus sentimientos más profundos por medio de su leguaje corporal.
-Bienvenido Sr. Smith, en el despacho lo está esperando el Sr. William.
-Gracias Amelia, por favor lleva a la señorita Valentina a su habitación y prepara todo para la reunión con el Sr. William.
Y mientras Mateo caminaba al lado de Amelia, podía observar como la entrada estaba llena de seguridad. No tardamos tanto para poder llegar hasta la puerta principal. Mateo no se dirigía hacia mí.
Todo me resultaba tan extraño. No lograba entender como había llegado hasta esa mansión. Pero al entrar ya adentro de la casa se podía observar muchos pasillos y unas grandes escaleras que se encontraban en el centro de la mansión.
Mateo solo se despidió indicándome que no hiciera ningún escandalo mientras que él se dirigía al fondo del pasillo que estaba a la derecha de las escaleras donde lo encontró una puerta muy sombría.
Amelia al verme tan confundida e incómoda me llevó hacia mi habitación que estaba al subir las escaleras al fondo del pasillo.
-Aquí está su habitación señorita Valentina, en unos momentos le traeré las cosas con las que llego y por el momento no tiene permitido salir hasta que el Sr. Smith lo permita.
- ¿¡Como que no podré salir de la habitación!? - Pregunté con un tono molesto.
-El Sr. Smith dio indicaciones de que usted no pudiera salir por el momento, ya que pensó que iba a necesitar tiempo a solas para asimilar todo lo sucedido.
Al ver que Amelia me estaba mirando no pude contradecir. Decidí quedarme callada, ya que en estos momentos estaba tan cansada y necesitaba organizar mis pensamientos.
Al no decir nada Amelia decidió dejarme sola. Retirándose sin hacer algún ruido.
En ese instante no podía pensar en nada. Mi cabeza se había quedado en blanco y sin darme cuenta mis ojos empezaron a derramar algunas lágrimas. No podía con la verdad. Tenía tanta vergüenza que solo cubrí mi rostro mientras me arrojaba a la cama. Lloré hasta que me quedé dormida hasta que escuché como alguien tocaba mi puerta.
Toc, toc!- ¿Quién es? - Pregunté mientras limpiaba mis ojos de las pocas lágrimas que habían quedado.-Soy Amelia, señorita valentina.-Ah pase señorita Amelia. - dije mientras se abría la puerta y miraba como Amelia traía una bandeja que contenía un plato lleno de comida y un vaso lleno de agua.-Le traigo la cena espero que pueda comer, aunque sea un poco. - dijo Amelia mientras ponía la bandeja en el buró que estaba al lado de la cama.-Gracias Amelia no debiste de haberte molestado. En estos momentos no tengo hambre.-Debería de comer algo señorita. En estos momentos es más cuando debe de encontrarse más fuerte que nunca.-En estos momentos no tengo ninguna fuerza. Quisiera desaparecer en estos momentos…No tenia las ganas de seguir hablando con Amelia, pero en esos momentos note como alguien estaba abriendo la puerta. No fue muy difícil saber de quien se trataba. Era Mateo.-Amelia, retírate. - Dijo Mateo mientr
Al pasar las horas y al estar llorando por toda la frustración que estaba conteniendo me quedé totalmente dormida sin darme cuenta, hasta que escucho que alguien toca mi puerta.-Señorita Valeria, soy Amelia, el Sr. Smith me pidió que la preparará, ya que el Sr. Castelló va a llegar para conocerla.No sabia que hora era, ya que me había quedado dormida y estaba hecha un caos.-Está bien Amelia, solo dame un momento para arreglarme, y salgo.Me levanté y me miré en el espejo que estaba en la pared. Tenía mis ojos hinchados de tanto llorar.Entré al baño que estaba en la habitación y al abrir la llave de la tina rogaba porque mis ojos se deshincharan. No quería que nadie me mirara así.Termine mi baño mientras dejaba que el agua corriera por mi cuerpo. No quería pensar en nada hasta que escucho como Amelia tocaba la puerta del baño. -Señorita Valentina, el Sr. Smith quiere verla en su despacho y me pidió que le dejara unas prendas para
-Señorita Valentina es hora de levantarse.Su voz logro despertarme. Aún no podía abrir totalmente mis ojos, pero al ver su rostro, recordé el lugar donde estaba. A pesar de haber pasado dos años aun no podía acostumbrarme a mi nueva vida.-Gracias Amelia. En un momento me levanto. Al notar que Amelia seguía a un lado mío, no pude seguir acostada. Me levante a pesar del cansancio que aún tenía por el entrenamiento anterior.Al tomar el vaso de agua que siempre Amelia preparaba todos los días. Note que Amelia quería decirme algo…-Señorita el Sr. Smith desea verla para el reporte de cada mañana.-Está bien Amelia…en cuanto termine de arreglarme bajaré.Amelia se despidió y salió de la habitación. Dejándome a solas para poder arreglarme.Al levantarme y asomarme por la ventana me daba cuenta de que el tiempo ya había pasado. En estos dos años mi personalidad y mi mentalidad había cambiado. Sabia que la venganza que deseaba t
En ese instante supe que esos agentes se encontraban adentro.Me apresure a caminar hasta donde se encontraba de pie el maestro. - Buenos días, maestro. - Saludé mientras podía escuchar demasiado ruido proveniente de las profundidades del gimnasio que cambio mi vida-Tenemos muchas cosas de que hablar. Vamos a estar muy ocupados a partir de hoy.Al verlo y escucharlo entendía que mi vida de nuevo había cambiado. A partir de hoy nuestros planes empezaban.Necesitaba organizar a los nuevos agentes que esperaban dentro. El maestro no estaba tan feliz al verlos, pero sabia que era necesario tener mas personal.Al entrar al gimnasio podía ver como todos los agentes estaban esperando. Todos lucían tan calmados, pero a la vez preocupados.En ese instante, un agente dio un paso adelante para poder hablar. - Señorita Valentina la hemos estado esperando. Es necesario saber nuestras ordenes para poder hacer correctamente nuestro trabajo. E
- ¿Estás segura de que te vas a meter en esa compañía para hacer todo lo que tenemos planeado…más bien para hacer lo que él quiere que tu hagas? -Él me preguntó mientras me miraba gentilmente y con una pequeña preocupación.-Se que te había dicho que no quería que este día llegara, pero no tengo otra opción, si no hago lo que él dice yo nunca podre ser libre o más bien nadie de esta casa podrá ser libre y feliz.-Lo sé, pero no quiero que te pase algo o que estés en peligro por culpa de él.-Emilio cuida bien lo que dices porque si no lo has olvidado él fue quien tomó la decisión de que te quedaras en esta casa para que tu fueras mi apoyo y cómplice de todo esto.-Por favor Valentina tu y yo sabemos que él no me quiere aquí, y si el tomó esa decisión fue porque cuando tú me conociste en aquel callejón de la ciudad vio la oportunidad de utilizarme y que sin tu ayuda yo nunca había dejado las calles así que si me preguntas a quien le tengo que agradecer esa per
Me dirigí al campo de tiro que estaba en el fondo del gimnasio dándome cuenta de que estaba sola y era el mejor momento para ponerme a pensar y a reflexionar acerca de este caótico día.-Si tan solo pudiera recorrer el tiempo a cuando mi mamá estaba viva…a cuándo era feliz-Eran pensamientos que todos los días pasaban por mi mente recordando aquellos momentos felices y llenos de mentiras pero que hoy me ayudaban no caer en la locura después de saber mis orígenes y acerca del propósito que me encomendaron desde hace dos años. Mientras empezaba a disparar podía recordar los días en el que todo empezó y el cómo conocía a nuevas personas como a Emilia y al maestro…-Escucha Valentina tú debes de terminar este entrenamiento para que así empieces con la venganza del Sr. Smith ya que si no te has dado cuenta él está decidido que para que todos tengamos nuestra libertad él debe de matar a ese hombre que le hizo tanto daño. - Me decía el maestro mientras me enseña
El día comenzaba cuando Amelia venía a despertarme, pero el día de hoy no pasó eso ya que por toda la noche me mantuve despierta esperando que la hora de levantarse no llegara, mirando el reloj podía darme cuenta de que eran las seis de la mañana y que pronto todos en la casa iban a empezar con su día. Fue ahí en donde decidí mejor levantarme de una vez para así poder arreglar los últimos detalles de la entrevista, así como darle el reporte a Mateo para que estuviera al pendiente sobre la situación.-No importa lo que pase yo debo de hacerlo. - Me dije mientras me levantaba para dirigirme al baño y así poder darme una ducha caliente antes de que Mateo me llamara.Pasaron los minutos mientras me daba esa tan esperada ducha esperando que nadie me molestara y pudiera tener un baño tranquilo, pero como siempre estaba equivocada.-Señorita Valentina buenos días, solo le vengo a dar un mensaje del Sr. Smith…” No puedes fallar en esa entrevista, si tú fallas lo lamentarás
-Realmente si soy ingenua ya que se me había olvidado tu verdadera naturaleza y que sin importar cuanto daño le hagas a las personas tú nunca te vas a detener a pensar si es correcto no. Pero tienes razón yo no te fui útil para revivir a tu hermana, pero si lo soy para acabar con él, así que si ya no tienes nada que decir me retiro. - Dije mientras salía lo más rápido posible de aquella habitación a la cual no volvería jamás.Bajaba las escaleras lo más rápido posible hasta que me tope con Hugo mirando que yo estaba llorando.-Señorita Valentina ¿se encuentra bien? -Preguntó mientras me detenía para ver mi estado.-Si lo estoy Hugo solo que a veces suelo llorar. - Sonreí mientras me limpiaba mis lagrimas para que así Hugo no hiciera más preguntas.-Dime Hugo cuales son los reportes del día de hoy. - Hugo solo me miro por unos segundo inmóvil hasta que reaccionó.-Si lo siento, pero los aún no hay ningún reporte acerca de los equipos por eso solo venia i