Tres meses... Tres largos meses habían transcurrido desde que la familia McCartney asistiera como invitados de honor a aquel crucero, tres eternos meses para Grace, quién como otras tantas mañana había despertado con mucho malestar, se sentía incómoda por las mañanas, se mareaba y la comida le provo
—¿Qué?, ¿Casarnos?— volvió a mirar a Noah, quién parecía muy tranquilo como si ya estuviese al tanto de la situación. ¿Quería decir que la única que no lo sabía era ella?—¡Yo no puedo casarme con él, ni siquiera le conozco, es primera vez que le veo!— intentaba guardar la compostura, pero estaba por tener una crisis de nervios. —No es tan malo— se escuchó la voz de Noah, Grace lo miró aturdida ante sus palabras —¿Cómo podía no ser "tan malo" casarse con un desconocido — soy un gran partido para cualquier dama— señaló con orgullo. —No lo dudo, Noah... no me malinterpretes, no se trata de ti, si no del hecho de que no nos conocemos. —Es suficiente, Grace— le recriminó su padre— Los O'Farrel son amigos de nuestra familia, Izan es un gran amigo, no de ahora, si no de hace mucho tiempo, crear una alianza fortalecida con el matrimonio de nuestros hijos, es perfecto. —¡Pero yo no quiero casarme!— dijo angustiada. —¿Por qué tengo que ser yo?—Porque así yo lo digo— aseveró su padre. —Pad
Oliver McCartney, estuvo en silencio durante todo el camino a casa, furioso, solo quería descargar su enojo contra Grace, quien había pasado a desobedecerlo y dejarlo en ridículo frente a su amigo. Al llegar a la mansión, Grace bajó en silencio caminando detrás de su padre, tenía toda la intensión de huir hacia su habitación, el estrés y el momento de tensión le estaban pasando factura y se sentía momentaneamente mareada. Caminó apresurada hacia las escaleras para subir, pero la voz de su padre la detuvo. —¡A mí despacho, Grace!— ordenó con desprecio, y ella sintió estremecerse, sabía que no podía escapar del enojo de su progenitor y por si fuese poco... tenía tener que revelarle a su padre la verdad sobre su embarazo. Temblando internamente caminó hacia el despecho, en dónde su padre había entrado unos segundos antes. —Cierra la puerta— el tono calmado y amenazante la hacia estremecer, era un evidente contraste con su ira. Prefería mil veces que gritara, que estallara, que maldijer
—¿Qué sucede?, ¡Qué ésta mujerzuela está embarazada y de un desconocido!—dijo Oliver con desprecio, Candace frunció el ceño, no podia creerlo, Grace, no podia hacer sido tan poco inteligente. —Candace, padre no quiere oirme, ayúdame a...— suplicó con desespero, sin embargo Oliver no le permitió terminar. —¡Ni se te ocurra, Candace!— le advirtió su padre—¡Desde hoy, yo solo tengo una hija y tú no tienes hermanas!, Grace se ha comportado como una mujer de la calle, ahora debe irse. —Te lo advertí, ¿cómo fuiste tan estúpida?— Candace, la miró enojada—¿Por qué no puedes hacer nada bien, Grace, por qué?, ¡Te dije que si hacías alguna tontería, padre te echaría!—Ayúdame, Candace... madre, padre, los necesito, los necesito más que nunca... por favor. —pidió con desesperación, la joven llegó con la cartera y se la entregó a Oliver, el hombre la arrojó a los pies de Grace. —Por favor—suplicó Amelia, intentándolo salir pero su esposo la tomó con fuerza del brazo y la miró con desprecio. —
—¿Cómo pudiste echarla así de casa, Oliver?— preguntó Amelia angustiada. —Sabes que no tiene a nadie y está embarazada. —¡No es mi problema!—gruñó el furioso hombre — ¡Qué vergüenza para nuestro apellido, embarazada y ni siquiera sabe quién es el padre!, ¡Ahora debo pensar qué le diré a O'Farrell!—¿A quién?— Candace se sorprendió al escuchar el apellido de uno de los hombres más influyentes del país. —Se supone que Grace debería casarse con Noah O'Farrell, era un acuerdo, ahora esa niña tonta me ha metido en un aprieto, le di mi palabra de darle la mano de mi hija en matrimonio y esa niña estúpida lo arruinó todo. —El hombre entenderá —aseguró Amelia. —Por supuesto que no lo hará, no tienes idea Amelia, tengo grandes negocios con O'Farrell, ¿cómo va a respetarme si quedó en ridículo demostrando que no puedo cumplir mi palabra, porque mi hija es una zorra?—Lo solucionaremos...—aseguró Candance segura de sí misma. Los negocios con aquel hombre no podían venirse abajo, a fin de cue
Candace, observó a su padre con ojos enormes, pero incapaz de rebatir su palabra frente a aquellos extraños, bajo la dura mirada de su progenitor decidió guardar silencio. Su mirada fue directamente a Noah, quién la observaba en silencio, aparentemente evaluandola de pies a cabeza, al devolver la mirada a sus ojos le regaló una amplia sonrisa, al parecer había pasado su escrutinio. —Yo también estoy de acuerdo— aseguró Noah— necesito una buena esposa. Cenaron en medio de planes, un compromiso que anunciar y celebrar, una boda que organizar. —Imposible mejorar está alianza; dos herederos que fortalecerán nuestros apellidos—aseguró Izan— el inicio de un nuevo imperio, O'Farrell McCartney.—Brindemos por ello— respondió Oliver con una amplia sonrisa. Después de la cena, tomaron un buen digestivo, una copa de vino, Candace estaba ansiando con desesperación que terminara aquella reunión para ais poder conversar a solas con su padre y así argumentar con él sobre los motivos por los cua
—Ya he llegado cariño, perdona la demora, tuve asuntos que atender — Ian le regaló una amplia sonrisa.—No te preocupes— dijo Candace sin ánimo en su voz, estaba completamente sumergida en la tristeza. Ian, se sentó frente a ella y la miró — tampoco es que llevo mucho esperando, acabo de llegar.—Bien. Me ha sorprendido la urgencia de tu llamada, mi amor. ¿Ocurre algo?—Ocurre de todo— dijo suspirando, sacó el hermoso anillo de compromiso de su dedo y lo colocó en la mesa, bajo la sorpresiva mirada de Ian.—Mi padre ha decidido que me case con Noah O'Farrell. —Eso no puede ser—él la miró con él ceño fruncido — Oliver sabe que tú y yo estamos comprometidos, no puede hacernos esto. —Todo está mal— la voz de Candace se quebró— tu eres lo único real que tengo Ian. He crecido siendo educada para en un futuro ser quien dirija las empresas de mi familia, mi educación estricta ha hecho de mi lo que soy, pero... estuve feliz de mi padre me permitiera elegir con quién casarme, no por una conve
Se miró en el espejo y observó su rostro desprovisto de lo feliz que debía ser aquel día para ella. Enfundada en aquel hermoso vestido beige, bordado en pedrería, una pieza única que se ajustaba a las curvas de su exquisito cuerpo, las delicadas joyas que complementaban su atuendo, su perfecto cabello oscuro y abundante recogido en un delicado moño que dejaba al descubierto su cuello esbelto. Ese debía ser uno de los días más especiales e importantes en la vida de una mujer, sin embargo, sus ojos reflejaban tanta tristeza, como nunca había visto en ellos. —Debes hacerlo, Candace— le dijo a su reflejo— debes dar la cara por tu familia, no puedes echarte atrás— elevó el mentón. — ésto es lo que debes hacer. Y si, aunque estaba convencida de que debía hacerlo, maldecía internamente el que los dos investigadores contratados, aún no le tuvieran respuesta sobre el paradero de su hermana. ¿Dónde estaba Grace?, no podía habérsela tragado la tierra. Un llamado a la puerta reclamó su atenci