¿ Padre desconocido?

Tres meses... Tres largos meses habían transcurrido desde que la familia McCartney asistiera como invitados de honor a aquel crucero, tres eternos meses para Grace, quién como otras tantas mañana había despertado con mucho malestar, se sentía incómoda por las mañanas, se mareaba y la comida le provocaba asco, estaba asustada porque lo peor de todo es que no había visto su mestruación...

¿Sería posible que estuviese embarazada de aquel hombre desconocido?

—¡Por favor Dios mío, que no sea un embarazo, que no sea un embarazo!— rogó, mientras que estaba a la espera de los resultados de las pruebas caceras, había comprado cuatro pruebas distintas, había realizado las cuatro y ahora tenía miedo de ver los resultados, temblando, se obligó a tomarlas.

Prueba uno; dos rayas rojas, positiva.

Prueba dos; dos rayas rojas, positiva.

Prueba tres; dos rayas rojas, positiva.

Prueba cuatro, prueba digital; " embarazada" y abajo aproximadamente dieciséis semanas.

¡No podía ser!, ¡No podía ser!

Maldit4 suerte la suya, ¿Por qué todo tenía que salirle tan mal?, ¿Por qué?, sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar, ¡estaba embarazada y ni siquiera sabía el nombre del padre de su hijo!, ¿Qué se supone que haría ahora?

Grace pasó todo el día en la habitación, aturdida por la noticia de su embarazo, pensaba en las escasas soluciones y en todas ellas se veía siendo echada y excecrada de la familia.

¿Cómo podía asumir un embarazo?, aún era muy joven y tenía muchísimas cosas por hacer. ¿Cómo podía tener tan mala suerte?, por primera vez decide arriesgarse y hacer algo solo por placer, y aquella noche, que aunque placentera y maravillosa, resultaba con el fruto de ese arrebato de placer en su vientre.

¡Deberían darle el premio a la mujer con menos suerte del mundo!

Si al menos conociera al padre de su hijo, podría pedirle ayuda, podría conversar del tema, y juntos hallar la mejor solución pero... no lo conocía, ni siquiera sabía su apellido o su nombre. ¡¿Cómo se había dejado arrastrar por la locura así, aquella noche?!, si tan solo hubiese salido huyendo de ese camarote, pero no... ella se había dejado arrastrar por aquel sexy hombre maduro, de cuerpo atlético y experto en las artes amatorias....

—¡Eres una idiota, Grace!

Seguía, recriminandose una y otra vez. Pasado el medio día, un llamado a su habitación la sorprendió, luego se encontró con el serio e inescrutable rostro de su progenitor.

—Prepárate, me acompañaras al club a jugar golf.

—Padre, realmente no sé si...

—No te estoy consultando nada, Grace. Me acompañarás, porque ésto no se trata solo de deportes, llevaremos a cabo una actividad social, nos reuniremos con importantes amigos míos, y tú vas a acompañarme, debes asistir y no aceptaré ninguna excusa, así que toma medicación y ponte hermosa, saca provecho de todos tus atributos. —Grace quiso quejarse, aquello sonaba como si fuese a colocarla en exhibición— haz tu mayor esfuerzo, participarás de la reunión, sonreirás, y harás lo que yo te diga.

—Si, padre.—admitió muy a su pesar. El hombre abandonó la habitación trás haber dado su orden. Grace se apresuró a prepararse, debía estar lista y preciosa, tal como había dicho su padre.

Ir al club al golf era un excusa, tal y como había dicho Oliver McCartney, sería una reunión de amigos... aquello la estresaba, esas reuniones solían ser largas y aburridas a lo que ella debía mantenerse sonriente y complaciente siempre. Odiaba que para ese tipo de eventos, su padre la llevara a ella, estaba más que segura que allí, Candace se movería como pez en el agua.

Cuando estuvo lista, bajó al encuentro con su padre, Oliver McCartney observó a su hija de pies a cabeza y asintió en aprobación, poco después abandonaban la mansión con dirección al club. Al llegar, la dirigió con seguridad hacía una de las mesas del club, reservada para pequeños eventos exclusivos, agradeció estar sostenida del brazo de su padre, porque casi se cae cuando al llegar, fueron recibidos por dos hombres, sin embargo ella solo podía mirar a uno... el hombre del crucero, aquel con el que había pasado una ardiente noche de deseo, y supo que sabía quién era al ver cómo sus ojos brillaron con reconocimiento.

Allí estaba, el padre del hijo que llevaba en el vientre, el hombre la miró y sonrió.

—Buenas tardes, es un placer recibirles— dijo el hombre mayor. Grace, sintió desvanecerse.

—Buenas tardes—respondió Oliver—esperamos no llegar muy tarde.

—Por supuesto que no, llevamos pocos minutos de haber llegado. — respondió su amante desconocido.

—Bien, es un gusto presentarles a mi hija menor, Grace McCartney. Hija este es mi amigo; Izan O'Farell y su hijo Noah O'Farrel. — se hicieron las respectivas presentaciones y Grace agradeció poder sentarse al fin porque las piernas le temblaban, cuando estrechó la mano de aquel hombre sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.

Él no dejaba de mirarla, al igual que el hijo, Noah O'Farell mantenía sus ojos fijos en ella. Era muy guapo, y tenía una sonrisa encantadora, pero Grace estaba enfrascada en mirar solo al padre de su hijo... Izan, Izan O'Farell... La conversación siguió naturalmente y Grace intentaba sonreír y participar de buena gana, solo que toda sonrisa se escapó de ella cuando escuchó decir.

—Hija, te he traído a ésta reunión, no solo para que fueses una buena compañía, mi querido amigo Izan y yo, hemos estado hablando un poco y hemos acordado que es una muy buena idea que Noah y tú contraigan matrimonio. — Los ojos de Grace se abrieron, miró primero a su padre, luego a Noah y después su mirada se posó en Izan, quién parecía totalmente inexpresivo.

No, su vida no podía estarse complicando tanto...
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo