Candace, observĂł a su padre con ojos enormes, pero incapaz de rebatir su palabra frente a aquellos extraños, bajo la dura mirada de su progenitor decidiĂł guardar silencio. Su mirada fue directamente a Noah, quiĂ©n la observaba en silencio, aparentemente evaluandola de pies a cabeza, al devolver la mirada a sus ojos le regalĂł una amplia sonrisa, al parecer habĂa pasado su escrutinio. —Yo tambiĂ©n estoy de acuerdo— asegurĂł Noah— necesito una buena esposa. Cenaron en medio de planes, un compromiso que anunciar y celebrar, una boda que organizar. —Imposible mejorar está alianza; dos herederos que fortalecerán nuestros apellidos—asegurĂł Izan— el inicio de un nuevo imperio, O'Farrell McCartney.—Brindemos por ello— respondiĂł Oliver con una amplia sonrisa. DespuĂ©s de la cena, tomaron un buen digestivo, una copa de vino, Candace estaba ansiando con desesperaciĂłn que terminara aquella reuniĂłn para ais poder conversar a solas con su padre y asĂ argumentar con Ă©l sobre los motivos por los cua
—Ya he llegado cariño, perdona la demora, tuve asuntos que atender — Ian le regaló una amplia sonrisa.—No te preocupes— dijo Candace sin ánimo en su voz, estaba completamente sumergida en la tristeza. Ian, se sentó frente a ella y la miró — tampoco es que llevo mucho esperando, acabo de llegar.—Bien. Me ha sorprendido la urgencia de tu llamada, mi amor. ¿Ocurre algo?—Ocurre de todo— dijo suspirando, sacó el hermoso anillo de compromiso de su dedo y lo colocó en la mesa, bajo la sorpresiva mirada de Ian.—Mi padre ha decidido que me case con Noah O'Farrell. —Eso no puede ser—él la miró con él ceño fruncido — Oliver sabe que tú y yo estamos comprometidos, no puede hacernos esto. —Todo está mal— la voz de Candace se quebró— tu eres lo único real que tengo Ian. He crecido siendo educada para en un futuro ser quien dirija las empresas de mi familia, mi educación estricta ha hecho de mi lo que soy, pero... estuve feliz de mi padre me permitiera elegir con quién casarme, no por una conve
Se mirĂł en el espejo y observĂł su rostro desprovisto de lo feliz que debĂa ser aquel dĂa para ella. Enfundada en aquel hermoso vestido beige, bordado en pedrerĂa, una pieza Ăşnica que se ajustaba a las curvas de su exquisito cuerpo, las delicadas joyas que complementaban su atuendo, su perfecto cabello oscuro y abundante recogido en un delicado moño que dejaba al descubierto su cuello esbelto. Ese debĂa ser uno de los dĂas más especiales e importantes en la vida de una mujer, sin embargo, sus ojos reflejaban tanta tristeza, como nunca habĂa visto en ellos. —Debes hacerlo, Candace— le dijo a su reflejo— debes dar la cara por tu familia, no puedes echarte atrás— elevĂł el mentĂłn. — Ă©sto es lo que debes hacer. Y si, aunque estaba convencida de que debĂa hacerlo, maldecĂa internamente el que los dos investigadores contratados, aĂşn no le tuvieran respuesta sobre el paradero de su hermana. ÂżDĂłnde estaba Grace?, no podĂa habĂ©rsela tragado la tierra. Un llamado a la puerta reclamĂł su atenci
Cuando al fin la noche terminĂł, Candace fue directa a su habitaciĂłn, con el anillo brillando en su dedo anular, sintiĂł que pesaba más de lo que pudiese imaginar. —¡Con un demonio, Grace!—gimiĂł con voz ahogada. —¿DĂłnde diablos estás?*****************Con el paso de los dĂas, la angustia de Grace crecĂa, debido a las redes sociales pudo saber más sobre Ă©l compromiso y matrimonio de su hermana, se celebrarĂa en la mansiĂłn McCartney, y lo mejor de lo mejor estaba invitado a aquella celebraciĂłn, la angustia se apoderĂł de ella, estaba convencida de que debĂa hacer algo por su hermana. Si, Candace lo la trataba particularmente bien, sin embargo era su hermana mayor y ella la amaba, no podĂa permitir que se casará con otro hombre que no fuese Ian Sullivan, y estaba dispuesta a arriesgarlo todo. Izan, habĂa vuelto en un par de ocasiones, pero más distante y taciturno que antes, sospechaba que solo estaba vigilando que no cumpliera sus amenazas de dañarse o dañar al niño, cuando intentaba to
—¿AsĂ que has vuelto?— le preguntĂł Ian— ÂżNo crees que es demasiado tarde ya?, ¡Nos has arruinado la vida, por tu culpa dos seres que se aman han sido separados!—le dijo con rabia y Grace se sintiĂł muy mal, aunque Ian hablaba desde la amargura, todo lo que estaba diciĂ©ndole era cierto. —Es por eso que he venido a enmendarlo, aĂşn no es tarde. Deben escapar Ian, llĂ©vate a Candace. —¡No puedo ir a ninguna parte!— exclamĂł Candace enojada y resignada—¡Si no llego allá para casarme... esto será un completo desastre!—¡Nada de Ă©sto estuviese pasando si no te hubieses embarazado!— le escupiĂł Ian furioso—¡EstĂşpida caprichosa!—¡Basta!—exclamĂł Grace— no es momento de pelear y discutir, sino de unirnos para solucionar esto. Candace debes cambiarte, colĂłcate algo cĂłmodo, y saldremos por la puerta de servicio.— la hermana le mirĂł llena de dudas. —¡Candace, tesoro mĂo, ha llegado la hora!— exclamĂł Oliver desde la puerta y todos se quedaron inmĂłvil, Ian completamente frustrado y furioso le abriĂł l
Grace elevĂł la mirada abruptamente, y sus ojos se posaron en Izan, con una enorme expresiĂłn de asombro.No podĂa creer lo que Ă©l acababa de hacer, y asĂ con todas aquellas personas como testigo. Él... Ă©l acababa de asumir y anunciar pĂşblicamente su paternidad. Aunque los presentes quedaron atĂłnitos ante aquella noticia y un silencio sepulcral reinĂł por un par de minutos, pronto comenzaron a escucharse los susurros de las personas que compartĂan su evidente asombro ante aquella noticia. Y es que, no era para menos, Acaban de enterarse que la hija menor habĂa Sido repudiada, que Ă©l matrimonio que iba a llevarse a cabo no era más que una transacciĂłn y la novia debĂa ser justo aquella jĂłven rechazada por su familia, y no solo eso, la joven estaba embarazada, y para cerrar con broche de oro, el padre resultaba ser el imponente Izan O'Farrell, que por decir lo menos, lograba doblar la edad de la chica, ¡Todos los requisitos para un jugoso escándalo!—ESO SI ES UNA SORPRESA, SEĂ‘OR O'FARREL
Grace abriĂł los ojos, confundida mirĂł a todos lados, viendo los distintos rostros que se cernian sobre ella, parpadeo confundida. —¿Estás bien?— la voz de Izan reclamĂł su atenciĂłn, y allĂ estaba como siempre su rostro inexpresivo. —Si, estoy bien... supongo que fue por el estrĂ©s— con ayuda de Ă©l, se sentĂł. Estaban en la sala de la mansiĂłn McCartney, muy cerca de ella, Candace estaba sentada en uno de los sofá, con la mirada al frente y una expresiĂłn de profundo dolor.— Candace... ÂżEstás bien?—Lo estoy— asegurĂł sin siquiera mirarla o moverse. —Candace y yo, merecemos saber lo que está pasando — dijo Noah de muy mal humor— todos se han ido, esto ha sido un put* circo, hemos quedado en ridĂculo delante de todos. —No solo ustedes—. gruñó Oliver— Izan... ÂżCĂłmo rayos?, se supone que somos amigos, Âżpor quĂ© no me dijiste que ya conocĂas a mi hija?, Âżpor quĂ© no me dijo Grace que tĂş eras el padre?, ÂżcĂłmo pasĂł Ă©sto?—Oliver, amigo mĂo, creo que tienes muy claro cĂłmo se conciben los hijos— O
Durante todo el trayecto, Grace se mantuvo en silencio, estaba triste, enojada, confundida, aquel dĂa habĂa sido el peor dĂa que recordaba en toda su vida, ni siquiera el dĂa en que le contĂł a su padre del embarazo, se habĂa sentido tan mal y tan triste. Se sintiĂł tan traicionada cuando Ian le restregĂł en la cara no solo su embarazo, sino el hecho de desconocer al padre de su hijo. ÂżPor quĂ© Candace se lo habĂa dicho?, ÂżPor quĂ© no pudo mantener aquello dentro de su familia?, ÂżQue otras cosas le habĂa dicho?TambiĂ©n se sentĂa humillada, Ian la habia expuesto de la peor manera, y lo peor es que no solo habĂa sido ante los presentes, sino la cantidad exagerada de periodistas que habĂan, obviamente no guardarĂan un secreto como aquel, no querĂa ni siquiera imaginar todo lo que estarĂan hablando de ella en aquel momento y de las mil maneras que las pudieran estar catalogando. —¿Estás bien?— le preguntĂł Izan, mirándola sin expresiĂłn alguna. —Eso creo— fue lo que dijo, sintiĂ©ndose triste.