—¿Cómo pudiste echarla así de casa, Oliver?— preguntó Amelia angustiada. —Sabes que no tiene a nadie y está embarazada. —¡No es mi problema!—gruñó el furioso hombre — ¡Qué vergüenza para nuestro apellido, embarazada y ni siquiera sabe quién es el padre!, ¡Ahora debo pensar qué le diré a O'Farrell!—¿A quién?— Candace se sorprendió al escuchar el apellido de uno de los hombres más influyentes del país. —Se supone que Grace debería casarse con Noah O'Farrell, era un acuerdo, ahora esa niña tonta me ha metido en un aprieto, le di mi palabra de darle la mano de mi hija en matrimonio y esa niña estúpida lo arruinó todo. —El hombre entenderá —aseguró Amelia. —Por supuesto que no lo hará, no tienes idea Amelia, tengo grandes negocios con O'Farrell, ¿cómo va a respetarme si quedó en ridículo demostrando que no puedo cumplir mi palabra, porque mi hija es una zorra?—Lo solucionaremos...—aseguró Candance segura de sí misma. Los negocios con aquel hombre no podían venirse abajo, a fin de cue
Candace, observó a su padre con ojos enormes, pero incapaz de rebatir su palabra frente a aquellos extraños, bajo la dura mirada de su progenitor decidió guardar silencio. Su mirada fue directamente a Noah, quién la observaba en silencio, aparentemente evaluandola de pies a cabeza, al devolver la mirada a sus ojos le regaló una amplia sonrisa, al parecer había pasado su escrutinio. —Yo también estoy de acuerdo— aseguró Noah— necesito una buena esposa. Cenaron en medio de planes, un compromiso que anunciar y celebrar, una boda que organizar. —Imposible mejorar está alianza; dos herederos que fortalecerán nuestros apellidos—aseguró Izan— el inicio de un nuevo imperio, O'Farrell McCartney.—Brindemos por ello— respondió Oliver con una amplia sonrisa. Después de la cena, tomaron un buen digestivo, una copa de vino, Candace estaba ansiando con desesperación que terminara aquella reunión para ais poder conversar a solas con su padre y así argumentar con él sobre los motivos por los cua
—Ya he llegado cariño, perdona la demora, tuve asuntos que atender — Ian le regaló una amplia sonrisa.—No te preocupes— dijo Candace sin ánimo en su voz, estaba completamente sumergida en la tristeza. Ian, se sentó frente a ella y la miró — tampoco es que llevo mucho esperando, acabo de llegar.—Bien. Me ha sorprendido la urgencia de tu llamada, mi amor. ¿Ocurre algo?—Ocurre de todo— dijo suspirando, sacó el hermoso anillo de compromiso de su dedo y lo colocó en la mesa, bajo la sorpresiva mirada de Ian.—Mi padre ha decidido que me case con Noah O'Farrell. —Eso no puede ser—él la miró con él ceño fruncido — Oliver sabe que tú y yo estamos comprometidos, no puede hacernos esto. —Todo está mal— la voz de Candace se quebró— tu eres lo único real que tengo Ian. He crecido siendo educada para en un futuro ser quien dirija las empresas de mi familia, mi educación estricta ha hecho de mi lo que soy, pero... estuve feliz de mi padre me permitiera elegir con quién casarme, no por una conve
Se miró en el espejo y observó su rostro desprovisto de lo feliz que debía ser aquel día para ella. Enfundada en aquel hermoso vestido beige, bordado en pedrería, una pieza única que se ajustaba a las curvas de su exquisito cuerpo, las delicadas joyas que complementaban su atuendo, su perfecto cabello oscuro y abundante recogido en un delicado moño que dejaba al descubierto su cuello esbelto. Ese debía ser uno de los días más especiales e importantes en la vida de una mujer, sin embargo, sus ojos reflejaban tanta tristeza, como nunca había visto en ellos. —Debes hacerlo, Candace— le dijo a su reflejo— debes dar la cara por tu familia, no puedes echarte atrás— elevó el mentón. — ésto es lo que debes hacer. Y si, aunque estaba convencida de que debía hacerlo, maldecía internamente el que los dos investigadores contratados, aún no le tuvieran respuesta sobre el paradero de su hermana. ¿Dónde estaba Grace?, no podía habérsela tragado la tierra. Un llamado a la puerta reclamó su atenci
Cuando al fin la noche terminó, Candace fue directa a su habitación, con el anillo brillando en su dedo anular, sintió que pesaba más de lo que pudiese imaginar. —¡Con un demonio, Grace!—gimió con voz ahogada. —¿Dónde diablos estás?*****************Con el paso de los días, la angustia de Grace crecía, debido a las redes sociales pudo saber más sobre él compromiso y matrimonio de su hermana, se celebraría en la mansión McCartney, y lo mejor de lo mejor estaba invitado a aquella celebración, la angustia se apoderó de ella, estaba convencida de que debía hacer algo por su hermana. Si, Candace lo la trataba particularmente bien, sin embargo era su hermana mayor y ella la amaba, no podía permitir que se casará con otro hombre que no fuese Ian Sullivan, y estaba dispuesta a arriesgarlo todo. Izan, había vuelto en un par de ocasiones, pero más distante y taciturno que antes, sospechaba que solo estaba vigilando que no cumpliera sus amenazas de dañarse o dañar al niño, cuando intentaba to
—¿Así que has vuelto?— le preguntó Ian— ¿No crees que es demasiado tarde ya?, ¡Nos has arruinado la vida, por tu culpa dos seres que se aman han sido separados!—le dijo con rabia y Grace se sintió muy mal, aunque Ian hablaba desde la amargura, todo lo que estaba diciéndole era cierto. —Es por eso que he venido a enmendarlo, aún no es tarde. Deben escapar Ian, llévate a Candace. —¡No puedo ir a ninguna parte!— exclamó Candace enojada y resignada—¡Si no llego allá para casarme... esto será un completo desastre!—¡Nada de ésto estuviese pasando si no te hubieses embarazado!— le escupió Ian furioso—¡Estúpida caprichosa!—¡Basta!—exclamó Grace— no es momento de pelear y discutir, sino de unirnos para solucionar esto. Candace debes cambiarte, colócate algo cómodo, y saldremos por la puerta de servicio.— la hermana le miró llena de dudas. —¡Candace, tesoro mío, ha llegado la hora!— exclamó Oliver desde la puerta y todos se quedaron inmóvil, Ian completamente frustrado y furioso le abrió l
Grace elevó la mirada abruptamente, y sus ojos se posaron en Izan, con una enorme expresión de asombro.No podía creer lo que él acababa de hacer, y así con todas aquellas personas como testigo. Él... él acababa de asumir y anunciar públicamente su paternidad. Aunque los presentes quedaron atónitos ante aquella noticia y un silencio sepulcral reinó por un par de minutos, pronto comenzaron a escucharse los susurros de las personas que compartían su evidente asombro ante aquella noticia. Y es que, no era para menos, Acaban de enterarse que la hija menor había Sido repudiada, que él matrimonio que iba a llevarse a cabo no era más que una transacción y la novia debía ser justo aquella jóven rechazada por su familia, y no solo eso, la joven estaba embarazada, y para cerrar con broche de oro, el padre resultaba ser el imponente Izan O'Farrell, que por decir lo menos, lograba doblar la edad de la chica, ¡Todos los requisitos para un jugoso escándalo!—ESO SI ES UNA SORPRESA, SEÑOR O'FARREL
Grace abrió los ojos, confundida miró a todos lados, viendo los distintos rostros que se cernian sobre ella, parpadeo confundida. —¿Estás bien?— la voz de Izan reclamó su atención, y allí estaba como siempre su rostro inexpresivo. —Si, estoy bien... supongo que fue por el estrés— con ayuda de él, se sentó. Estaban en la sala de la mansión McCartney, muy cerca de ella, Candace estaba sentada en uno de los sofá, con la mirada al frente y una expresión de profundo dolor.— Candace... ¿Estás bien?—Lo estoy— aseguró sin siquiera mirarla o moverse. —Candace y yo, merecemos saber lo que está pasando — dijo Noah de muy mal humor— todos se han ido, esto ha sido un put* circo, hemos quedado en ridículo delante de todos. —No solo ustedes—. gruñó Oliver— Izan... ¿Cómo rayos?, se supone que somos amigos, ¿por qué no me dijiste que ya conocías a mi hija?, ¿por qué no me dijo Grace que tú eras el padre?, ¿cómo pasó ésto?—Oliver, amigo mío, creo que tienes muy claro cómo se conciben los hijos— O