—Es hora de ir a casa, O'Farrell— le dijo Nikolay unos diez minutos después de que iniciara el incendio solo quedaban ellos y junto a cada uno, sus hombres de mayor confianza; un silencioso Rodolfo y un casi mudo Igor, esperaban en silencio las próximas órdenes de sus respectivos jefes. —Gracias
—¿Por qué has estado tan triste, abuela?— preguntó el pequeño, mientras caminaba sosteniendo su mano.— Te has pasado todo el día muy triste. ¿Ocurre algo malo? —Ocurren muchas cosas, tesoro— le dijo con tristeza — y me duele que tengas que enfrentar tantas cosas a tan corta edad. —Pero soy inte
Izan y Grace esperaban ansiosos la llegada de Lohan y Noelia, a la joven madre le había costado mucho dejar al pequeño Dylan al cuidado de su hermana, sin embargo ésta le había jurado que se encargaría perfectamente del niño y que además ella sabía cómo cuidarlo y tratarlo, Izan le había asegurado q
La mañana siguiente Grace e Izan, después de dejar a Dylan al cuidado de Candace y Noah nuevamente, se marcharon en dirección al departamento de Lohan, al llegar tras los respectivos saludos salieron encaminados al campo santo donde reposaban los restos de Nathalie. La verdad es que Grace se sent
Un año más tarde... La familia O'Farrell así como los McCartney, habían decidido ir en aquel viaje en el crucero, el majestuoso navío era una de las últimas adquisiciones de Izan, le encantaba pues rebozaba lujo y elegancia en cada rincón, había decidido nombrarlo como Grace, un reconocimiento al
Amores míos, quiero agradecerles enormemente por haberme acompañado en esta historia, bien saben cuánto los quiero y lo mucho que disfruto leer sus opiniones, así que si aún no has dejado tu reseña del libro, te invito a que la dejes en la parte externa del libro, eso me ayuda mucho a qué conozcan l
—Preferiría quedarme en casa— se quejó Grace— me aburré enormemente estar en un crucero, ya hemos ido a muchos— su hermana mayor la miró con desprecio, mientras que las miradas que llegaron por parte de sus padres no fueron muy alentadoras. Amelia, su madre, la miró reprobatoriamente, como si negarse fuese un pecado, mientras que la mirada de su padre era aún más severa. —Haz silencio, Grace— le ordenó el padre— no te he consultado nada, es una orden. Iremos al crucero porque somos invitados especiales, así que ve a hacer tu equipaje ahora mismo, porque mañana salimos a primera hora— Grace quiso rodar los ojos frente a su frustración, pero supo que sería aun mas cuestionada por aquel gesto, asi que decidió evitarlo. —Y procura comportarte— le advirtió su hermana mayor, Candace— en el crucero habrá lo mejor de lo mejor, de la alta sociedad, esfuérzate en no ridiculizarnos. Ian, estará con nosotros así que por una vez en la vida, no lo arruines. Ian Sullivan, el despreciable prometid
Grace, gimió de sorpresa ante el golpe que se llevó al chocar contra aquel extraño, lo miró con sus verdes ojos muy abiertos, aquel era un hombre mayor que ella, tenía una camisa blanca abierta hasta la mitad de su cuerpo, dejando al descubierto el amplio pecho, pantalones negros, una barba corta, que en algún tiempo fuera toda oscura, ahora tenía hebras grises, lo mismo sucedía con el cabello, sus labios gruesos, carnosos, una nariz perfecta y unos preciosos ojos azules que resaltaban en su bronceado rostro. Él era alto, muy alto, quizás más del metro ochenta, porque Grace con su metro sesenta y ocho centímetros, se sintió pequeña delante de él. —Yo... lo siento— tartamudeó. El universo parecía conspirar en su contra, no bastaba la discusión con su hermana y futuro cuñado, sino que ahora golpeaba a un extraño— no le ví, yo...—Hemos tropezado...— el hombre parecía estar ebrio, pero le regaló una espléndida sonrisa. —Venía distraída... lo siento, debo irme.— se giró para avanzar en