¡No puedo cansarme!

—¿Qué?, ¿Casarnos?— volvió a mirar a Noah, quién parecía muy tranquilo como si ya estuviese al tanto de la situación. ¿Quería decir que la única que no lo sabía era ella?—¡Yo no puedo casarme con él, ni siquiera le conozco, es primera vez que le veo!— intentaba guardar la compostura, pero estaba por tener una crisis de nervios.

—No es tan malo— se escuchó la voz de Noah, Grace lo miró aturdida ante sus palabras —¿Cómo podía no ser "tan malo" casarse con un desconocido — soy un gran partido para cualquier dama— señaló con orgullo.

—No lo dudo, Noah... no me malinterpretes, no se trata de ti, si no del hecho de que no nos conocemos.

—Es suficiente, Grace— le recriminó su padre— Los O'Farrel son amigos de nuestra familia, Izan es un gran amigo, no de ahora, si no de hace mucho tiempo, crear una alianza fortalecida con el matrimonio de nuestros hijos, es perfecto.

—¡Pero yo no quiero casarme!— dijo angustiada. —¿Por qué tengo que ser yo?

—Porque así yo lo digo— aseveró su padre.

—Padre, escúchame por favor...

—Creo que es pertinente que tengan una conversación de padre e hija—sugirió Izan colocándose en pie y mirando a su hijo para que le emulara— Noah y yo le daremos un poco de intimidad, mientras caminamos un poco.

—Por supuesto, amigo mío — Oliver, se puso en pie y asintió, mientras veía como padre e hijo se alejaban, luego se sentó y miró severamente a su hija. —¡Deja de comportarte como una niña tonta!

—Pero, padre, no puedo casarme con él —exclamó angustiada.

—Claro que puedes, y es lo que harás, porque yo te lo estoy ordenando. —dijo de mala gana— ¿acaso te consulté algo?, tú harás lo que yo te diga, y yo digo que te casas con Noah O'Farrel y punto.

—Es que no lo entiendes, padre —le dijo con desesperación, ¿Debía acaso decirle que no podía casarse con el hijo, porque estaba embarazada del padre?, No, su padre la mataría allí mismo, necesitaba ir a casa y conversarlo en la intimidad de su hogar. —Padre... vamos a casa y hablemoslo.

—Por supuesto que no, no me dejarás en ridículo frente a mi amigo y su hijo. O' Farrell no solo es mi amigo, es un importante empresario, tiene influencias y es poderoso. ¿Recuerdas el crucero al que fuimos?, ¡Él es el dueño, y es solo uno de los muchos que posee!, ¡también tiene yates, aviones, y todo eso será de su hijo en el futuro tendrás una vida de reina y nosotros fortaleceremos nuestra posición ante la sociedad!

—¡Me estás vendiendo, padre, me estás sacrificando por el bien de la familia, eso no es justo!

—Es lo que haría cualquier hija buena. Ni siquiera tienes un futuro brillante esperándote, yo te estoy dando la oportunidad de tener uno, !Estoy construyendo un futuro para ti, malagradecida!, ¿Por qué no puedes ser como tu hermana?, Si fuese Candace, ella aceptaría mis órdenes sin siquiera refutar lo que digo, y estaría agradecida de que le haya escogido un buen marido, es joven, apuesto y heredero de una fortuna multimillonaria, ¡No seas tonta!

—Entonces que se case Candace, no yo.

—¿Es que has olvidado que tu hermana está prometida con Ian Sullivan?

—No lo he olvidado, claro que no, pero padre entiéndelo, no puedo casarme con ese hombre.

—¡Soy yo quien decide, y vas a casarte aunque tenga que arrastrarte hasta el altar!—sentenció enojado.

Mientras aquella discusión se llevaba a cabo, Izan caminaba junto a su hijo, estaba callado, con el ceño ligeramente fruncido, pensando en las jugarretas del destino, tanto que la había buscado, y justo cuando desistía, entonces la encontraba, descubriendo que ella lo había engañado, que era la hija de uno de sus viejos amigos, y por si fuese poco era la presunta prometida de su hijo.

—¿Que te ha parecido ella, papá?, a mi me ha gustado, es joven y muy bonita.

—Si, lo es— respondió parcamente.

—Tiene unos ojos preciosos, aunque resulta evidente que está sorprendida con la noticia. No ha sido agradable, pensé que ella lo sabía.

—Yo también lo pensé, hijo. Le ha tomado por sorpresa.

—Asi parece. ¿La conocías?

—¿Por qué lo preguntas?— el hombre frunció el ceño.

—Porque me pareció ver que se sorprendió contigo, parecía que ya te conocía.

—Debemos volver...— dijo de inmediato, cambiando el tema y evitando así darle una respuesta a su hijo. ¿Cómo decirle que no solo ya conocía a su prometida, sino que se había acostado con ella?

—Pero...

—Volvamos— ordenó, mientras realizaba un giro de ciento ochenta grados y comenzaba a caminar de regreso, su hijo le obedeció en silencio. De regreso, padre e hija se giraron hacia ellos, el hombre parecía enojado, aunque su expresión cambió al verlos llegar, mientras que ella... ella parecía aturdida, desconcertada y a punto de echarse a llorar. —La futura novia, no parece muy feliz. — acotó con un tono irónico.

—Le ha tomado por sorpresa— le respondió Oliver.

—Quizás deban permitirme hablar con ella—Grace le miró con ojos enormes. ¿Que querría decirle?

—Debería ser yo quién tenga esa conversación— sugirió Noah — será mi esposa después de todo.

—No lo has entendido, Noah— su padre le miró con expresión severa— daré una corta caminata con la dama— Grace quiso rechazar la oferta, pero su padre se adelantó.

—Por supuesto, Grace estará encantada, seremos todos familia, después de todo—agregó Oliver, dándole una mirada de advertencia a su hija.

—Bien, ¿Me acompaña, señorita McCartney?

—Si... si claro — se pudo en pie, sintiendo como todo su cuerpo temblaba. Se colocó junto a él.

—Padre...—la voz de Noah demostraba que estaba confundido.

—Conversa un poco con mi amigo Oliver, nosotros volveremos pronto.

Comenzaron a caminar, y Grace se sentía extremadamente nerviosa, no sabía si iniciar la conversación ó esperar a que fuese él quien diese el primer paso.

—Asi que Grace McCartney— dijo con burla y Grace se estremeció, los recuerdos de aquella noche llegaron a ella, recordándole cuánto placer hania encontrado en aquellos fuertes brazos— Me pasé estos últimos meses buscando a una señorita Ivy sin apellido. Ahora dime, ¿Por qué te burlaste de mi, ocultandome tu identidad?

—Yo... no podía permitir que supieras quien era, yo... mi padre me mataría y mi madre moriría de un infarto si descubrieran lo que sucedió aquella noche.

—Ya veo...—siguió caminando— te fuiste sin siquiera darme oportunidad a nada.

—Habiamos atracado, yo... mis padres me buscaron y también mi hermana. Casi me descubren.

—Suponia que hoy me encantaría con una feliz prometida para mi hijo y mira las vueltas del destino, me he encontrado contigo.

—Yo no puedo casarme con su hijo, debe convencer a mi padre de que desista de esta locura—Izan, frunció el ceño.

—¿Por qué debería?—preguntó burlonamente y Grace quiso gritarle a la cara que estaba embarazada de él, pero no podía hacer aquello, y menos en aquel lugar, con su padre cerca.

—Porque no es correcto... nosotros, pasamos una noche juntos y...

—Y que buena noche—sonrió él— me desperté ansioso por repetir, pero me encontré con una cama vacía.

—Esto es muy serio—le dijo— no puedo, no puedo casarme con tu hijo. Debes detener esto, además tú y yo debemos hablar, pero no ahora y no aquí.—él guardó silencio largo rato, hasta que se metió una mano en la chaqueta y sacó una tarjeta.

—Alli están mis números, mi correo electrónico y la dirección de mi oficina principal. Tienes razón, debemos hablar, pero no aquí.

—Gracias... por favor, ¿podrías hacer algo para que está reunión termine?

—Yo puedo hacer cualquier cosa—respondió con suficiencia—Te espero mañana en mi oficina, si no asistes, seré yo quien vaya a tu casa, y quizás tu padre descubra todo lo que ocurrió en mi crucero— aquella clara amenaza la hico estremecer de miedo.
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