37. Incomprensible

Despierto al lado de un cuerpo musculoso y tibio. Me sacudo las sábanas y perpleja parpadeo mirándome cerca suyo. Amanecí en la cama junto a Silvain, él sigue durmiendo como un bebé luego de la noche doliente que pasó. Tanteo su cara, sigilosa, tiene una calentura leve, surcos oscuros se dibujan debajo de sus ojos y sigue abandonado por su tez natural.

Los resfriados comunes pueden durar hasta cuatro días, mejorando en ese periodo de tiempo. Lo dejo descansar y me dirijo a la cocina, en la zona me pregunto qué habrá sido de Zinnia que brilla por su ausencia y tomando en cuenta la hora, de Génesis que no está.

Preparo un caldo de pollo, eso atenúa la molestia, siempre le va bien un poco al enfermo. Dejo que hierva, mientras voy por mi mochila y ya en el baño de la habitación que suelo ocupar, puedo adecentarme, me cepillo los dientes y me ducho. He dejado todo a fuego lento, así me da tiempo de tomar la ducha corta y volver a la cocina sin presenciar un incidente.

Le sirvo un poco d
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