Estimadas lectoras y lectores Aquí les dejo un capitulo mas de esta bella historia.
Alejandro terminó saliendo de la mansión de los Monroy un tanto incómodo por los cuestionamientos de Martina.Detrás de él, salió Demian, quien se encontraba desconcertado ante la declaración de su madre y, sobre todo, ante la idea de que entre su mejor amigo y su hermana estuviese sucediendo algo.Nuevamente, una extraña sensación recorría el cuerpo del hombre, no podía imaginar a su hermana en las manos de su amigo.Aquello simplemente se le hacía inconcebible, ella era una niña en comparación con la edad de ambos, su mejor amigo no podría estar considerando a Eva como una pareja.- ¿Alejandro? – dijo Demian deteniendo el andar del otro hombre.- ¿Qué? ¿Tú también vienes con lo mismo? – preguntó Alejandro, molesto, pero sin darle la cara.- Alex, es solo que, los primeros días que te vi con mi hermana… Bueno, yo sé que tú tienes novia, pareja o amante, como tú quieras llamarla. Ahora, con lo que dijo mi madre, me deja claro que algo pasa. Mi madre nunca dice cosas solo por decir.-
Eva y Sergio llegaron al hogar que ahora sería de la chica. El hombre amablemente cargó el par de maletas que Eva llevaba, sin permitirle a la chica hacer algún esfuerzo.La pareja entró al apartamento, Sergio colocó las maletas en la sala, luego de ello, preguntó:- Y bien… ¿Qué vas a cenar esta noche?- ¿Cómo? - dijo Eva sorprendida.- Sí, en el apartamento, no tenemos nada de comida y, por la hora, no creo que sea prudente salir a hacer compras al súper… - dijo Sergio, haciendo obvio lo que no había.- ¿Mmm? Buena pregunta… No había pensado en eso…- Mmm… Ponte un suéter y vamos… - dijo Sergio en un tono tranquilo.- ¿A dónde? - preguntó Eva con curiosidad.- Te voy a llevar a cenar… Pero, por favor, no te vayas a poner fresa… - dijo Sergio con ironía.- ¡Aquí él único fresa eres tú! Digo, ¿quién conduce un elegante deportivo y jamás usaría transporte público…? - dijo Eva tratando de molestar al chico.- ¡Claro que lo he usado! El hecho de que ahora no lo use, no quiere decir que no
Luego de que Sergio Carrasco se marchó, Eva tuvo oportunidad de analizar todo lo que estaba ocurriendo, la verdad era que todo lo que estaba haciendo era para alejarse de Demian.El simple hecho de saber que en cualquier momento se lo iba a topar en casa, el simple hecho de imaginarlo llegar a casa de sus padres tomado de la mano de Melissa, le dolía, le apretaba el corazón.Ella, por un momento, recorrió con la mirada lo que sería su nuevo apartamento, era un lugar bello, era un lugar tranquilo, pero de algún modo, el hecho estar ahí, tampoco le traía mucha paz.Eva sabía perfectamente que, al día siguiente, se volvería a topar con Alejandro y aquello, le ponía los nervios de punta.Sin más remedio y viendo la hora, Eva tomó un baño, se tomó el tiempo para entrar a una tina con sales aromáticas que encontró por ahí. Su mente se perdió en varios recuerdos, su mente se perdió en aquellas vacaciones que le rompieron el corazón.Era claro que Demian no la veía como una mujer, era claro q
Luego de ver cómo Alejandro abandonaba el apartamento, Eva pudo soltar un respiro de tranquilidad, aunque no era una tranquilidad genuina, no, era algo extraño, ya que la chica estaba aún sin palabras, por lo que acababa de escuchar de viva voz de aquel hombre.Tratando de no pensar más en el tema, Eva fue a dormir, al día siguiente le esperaba un largo día y sí, definitivamente le esperaba un largo día.A la mañana siguiente, no estaba preparada para la serie de acontecimientos que podrían cambiar su vida.Mientras todo aquello se desarrollaba en el nuevo apartamento de Eva, en el apartamento de Alejandro, el hombre estaba recostado en el sofá de su sala de estar.El hombre se maldecía una y otra vez, por haber sido tan impulsivo, se maldecía por no haber cerrado la boca, si ya lo había hecho por años, ¿Cómo demonios pudo dejarse llevar por los celos?- ¡Maldita sea! – dijo el hombre lleno de frustración.Él acababa de dejarse expuesto a lo que la otra persona pensara y eso, eso, sab
Eva pasó todo el día y la tarde en una pequeña sala de juntas, trató por todos los medios, no toparse con Alejandro.Algo con lo que Eva no contaba, era que Alejandro la estaría esperando, la situación de la mañana no quería que afectara sus planes de conquista, así que más valía aclarar el asunto lo antes posible.Cuando ya era de tarde, Eva miró su reloj, si salía a tiempo, podía tomar un taxi y llegar al hospital donde estaba Sara. Llevaba unos días sin verla, así que hoy había decidido que sería buen día para visitarla.Eva y Sara se comunicaban por mensajes, pero Eva se sentía más tranquila cuando la veía en persona.Pensando en aquello, Eva tomó su bolso y se dispuso a salir de la sala de juntas, creyendo que no se toparía con Alejandro, salió sin preocuparse por aquello. Rápidamente, sus esperanzas se esfumaron cuando vio cómo Alejandro acababa de abordar el ascensor y estaba a punto de cerrar la puerta.Ella pensaba que Alejandro no tendría la cara para mirarla e intentar algo
- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes! – Sollozaba entre sueños la pequeña Eva.La pequeña niña estaba teniendo una pesadilla, desde que tenía uso de razón, Eva podía ver a su madre entre sueños, despertar a la niñera entre sollozos y lágrimas, era algo habitual en esa enorme y solitaria mansión.- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!La madre de Eva había muerto de cáncer en la matriz, cuando la niña tenía tan solo dos años, la pequeña no contaba con recuerdos de su madre, a sus tiernos 6 años, solo tenía una foto de aquella bella mujer, la única pertenencia que le quedaba era esa vieja foto, aquella, era el único rastro de que su madre existió, eso y la propia Eva.El padre de Eva, Antonio Díaz, aquel hombre con el que la madre de la niña se había casado años atrás, jamás le había importado la existencia de su mujer. El matrimonio con Marina Carrasco había sido producto de una mala decisión, una noche de copas entre jóvenes que había salido mal.Aquello llevó a un matrimonio
Luego de 6 años, Eva descendía del taxi del Aeropuerto Internacional en México, su corazón latía desenfrenado, sus manos sudaban y temblaban.Su viaje fue repentino y no se lo contó a nadie.Sabía que regresar a México no era fácil, pero su mejor amiga, Sara Benítez, la necesitaba, más bajo las terribles circunstancias que habían hecho que esta, le llamase.Sara había sido su lugar seguro mientras estudiaron juntas la universidad, si había alguien que conocía a la perfección a Eva, esa era ella.Esta vez Eva decidió regresar a México porque Sara estaba enferma.Cuando entró en la sala del hospital, Sara estaba acostada en la cama, mucho más delgada que la última vez que se vieron. Al escuchar los pasos, Sara abrió los ojos. - Eva, por fin has vuelto, ¡Te he extrañado mucho! – Dijo Sara con lágrimas en los ojos.- ¿Qué está pasando? ¿Cuál es el diagnóstico del médico? - Eva se sintió muy desconsolada al ver el rostro demacrado de Sara.- El diagnóstico inicial del médico fue leucemia,
Sin esperarlo, sin imaginarlo, Eva estaba a punto de subir al auto, pero Demian bajó e inmediatamente la abrazó. Eva trataba de ocultar el alboroto que llevaba por dentro, si antes de tomar el avión se engañaba con la idea de que el tiempo y la distancia habían logrado borrar los sentimientos hacia Demian.Ahora, estaba completamente convencida de que eso era una verdadera estupidez, ella no lo había podido olvidar. Ella simplemente no había podido enterrar los sentimientos hacia aquel hombre tan atractivo como solo la naturaleza lo había podido crear.- ¿Cómo estás, abeja? ¿Cómo te fue en el viaje? ¿Por qué no me avisaste que venías a México? – Demian comenzó a atiborrarla con preguntas mientras no soltaba el abrazo.- No quería causarte molestias… Debes tener mucho trabajo y, pues, no es bueno que dejes la oficina, así como así… - Dijo la chica basándose en la única idea que se le venía a la mente.- ¡Anda! Te esperan en casa, mamá y papá, han preparado una deliciosa cena como bienv