Estimadas lectoras y lectores Poco a poco van a ir saliendo los verdaderos antagonistas de esta historia, ya veremos como se van air desenvolviendo y como serán las fechorías que cometerán.
Eva y Sergio llegaron al hogar que ahora sería de la chica. El hombre amablemente cargó el par de maletas que Eva llevaba, sin permitirle a la chica hacer algún esfuerzo.La pareja entró al apartamento, Sergio colocó las maletas en la sala, luego de ello, preguntó:- Y bien… ¿Qué vas a cenar esta noche?- ¿Cómo? - dijo Eva sorprendida.- Sí, en el apartamento, no tenemos nada de comida y, por la hora, no creo que sea prudente salir a hacer compras al súper… - dijo Sergio, haciendo obvio lo que no había.- ¿Mmm? Buena pregunta… No había pensado en eso…- Mmm… Ponte un suéter y vamos… - dijo Sergio en un tono tranquilo.- ¿A dónde? - preguntó Eva con curiosidad.- Te voy a llevar a cenar… Pero, por favor, no te vayas a poner fresa… - dijo Sergio con ironía.- ¡Aquí él único fresa eres tú! Digo, ¿quién conduce un elegante deportivo y jamás usaría transporte público…? - dijo Eva tratando de molestar al chico.- ¡Claro que lo he usado! El hecho de que ahora no lo use, no quiere decir que no
Luego de que Sergio Carrasco se marchó, Eva tuvo oportunidad de analizar todo lo que estaba ocurriendo, la verdad era que todo lo que estaba haciendo era para alejarse de Demian.El simple hecho de saber que en cualquier momento se lo iba a topar en casa, el simple hecho de imaginarlo llegar a casa de sus padres tomado de la mano de Melissa, le dolía, le apretaba el corazón.Ella, por un momento, recorrió con la mirada lo que sería su nuevo apartamento, era un lugar bello, era un lugar tranquilo, pero de algún modo, el hecho estar ahí, tampoco le traía mucha paz.Eva sabía perfectamente que, al día siguiente, se volvería a topar con Alejandro y aquello, le ponía los nervios de punta.Sin más remedio y viendo la hora, Eva tomó un baño, se tomó el tiempo para entrar a una tina con sales aromáticas que encontró por ahí. Su mente se perdió en varios recuerdos, su mente se perdió en aquellas vacaciones que le rompieron el corazón.Era claro que Demian no la veía como una mujer, era claro qu
Luego de ver cómo Alejandro abandonaba el apartamento, Eva pudo soltar un respiro de tranquilidad, aunque no era una tranquilidad genuina, no, era algo extraño, ya que la chica estaba aún sin palabras, por lo que acababa de escuchar de viva voz de aquel hombre.Tratando de no pensar más en el tema, Eva fue a dormir, al día siguiente le esperaba un largo día y sí, definitivamente le esperaba un largo día.A la mañana siguiente, no estaba preparada para la serie de acontecimientos que podrían cambiar su vida.Mientras todo aquello se desarrollaba en el nuevo apartamento de Eva, en el apartamento de Alejandro, el hombre estaba recostado en el sofá de su sala de estar.El hombre se maldecía una y otra vez, por haber sido tan impulsivo, se maldecía por no haber cerrado la boca, si ya lo había hecho por años, ¿Cómo demonios pudo dejarse llevar por los celos?- ¡Maldita sea! – dijo el hombre lleno de frustración.Él acababa de dejarse expuesto a lo que la otra persona pensara y eso, eso, sabí
Eva pasó todo el día y la tarde en una pequeña sala de juntas, trató por todos los medios, no toparse con Alejandro.Algo con lo que Eva no contaba, era que Alejandro la estaría esperando, la situación de la mañana no quería que afectara sus planes de conquista, así que más valía aclarar el asunto lo antes posible.Cuando ya era de tarde, Eva miró su reloj, si salía a tiempo, podía tomar un taxi y llegar al hospital donde estaba Sara. Llevaba unos días sin verla, así que hoy había decidido que sería buen día para visitarla.Eva y Sara se comunicaban por mensajes, pero Eva se sentía más tranquila cuando la veía en persona.Pensando en aquello, Eva tomó su bolso y se dispuso a salir de la sala de juntas, creyendo que no se toparía con Alejandro, salió sin preocuparse por aquello. Rápidamente, sus esperanzas se esfumaron cuando vio cómo Alejandro acababa de abordar el ascensor y estaba a punto de cerrar la puerta.Ella pensaba que Alejandro no tendría la cara para mirarla e intentar algo,
Eva terminó subiendo las escaleras para el apartamento con Sergio, tomándola de la mano.Para él, esto ya era un trato cerrado, sabía que en poco tiempo la chica caería antes sus encantos de conquistador, sabía que esta vez, él había sido más astuto y había podido conquistar a alguien del interés de Alejandro.La chica en verdad le atraía, pero si él quitaba el dedo del renglón, era obvio que Alejandro, encontraría la manera de conquistarla, razón de sobra por la que, desde que la conoció, no había parado de buscarla o hacer que esos “encuentros casuales” se dieran con mayor naturalidad.- ¡Gracias por la cena! – dijo Eva al llegar a la puerta del apartamento.- ¡No hay de qué! Ahora entra, no me voy hasta que vea que estás en casa, sana y salva. – dijo el hombre frente a ella.Aquellas atenciones no cabía duda de que le hacían sentir un poco rara y porque no decirlo, si efectivamente, estaban generando cierta atracción de ella hacia él.- Buenas noches… - dijo Eva, no sin antes acerca
Eva, al ver cómo aquel hombre trataba de controlar su molestia, sintió que no podía retirarse, así que se levantó y le sirvió un vaso con agua.- Ten… Creo que lo necesitas… - dijo la chica acercándose al hombre que no miraba a ninguna parte.- Eva… ¡Gracias! Pero no necesitas ser cortes conmigo, ya te he dicho, he dado la orden para que se dé por concluido tu contrato, así que ahora te pido que te vayas… - dijo el hombre, levantándose de su silla y caminando hacia el ventanal que había en la oficina.- ¡Tú…! ¡Tú no puedes decidir si me quedo o me voy! – dijo Eva pensando en lo que su amiga le había platicado.Siendo sincera consigo misma, se sentía culpable por la forma tan infantil que la chica había adoptado con el hombre que tenía frente a ella. Si bien el hombre se había tomado algunas atribuciones, ella no podía dejar de sentir algo raro en su interior.- ¡VETE! ¿ACASO NO HE SIDO CLARO? ¿QUIERES QUE LLAME A SEGURIDAD? ¡DEMONIOS, EVA! ¡LARGOOO! – gritó el hombre evidentemente perd
Luego de ver cómo Alejandro Mendoza salió hecho una furia en el camino, Eva sin más pidió un taxi de aplicación, esperó y en pocos minutos ya estaba en el hospital donde Sara permanecía internada.Mientras caminaba hacia la habitación, iba pensado en cómo decirle a su amiga que acababan de rescindirle el contrato, pero que no debía preocuparse, Alejandro había dicho que el contrato por el proyecto que había firmado con ella seguía en pie.Con ello en mente, ella podría concentrarse en cuidarla y, luego de que se repusiera, podría regresar a Boston, tal como era el plan.Al llegar a la habitación donde Sara permanecía, se llevó una terrible sorpresa. Su amiga no estaba, por un momento pensó que posiblemente estaba en terapia o algo así, pero comenzó a ponerse nerviosa cuando vio que todo parecía desordenado.Ella se giró para ir inmediatamente a pedir informes sobre su amiga. Cuando lo hizo, se topó con el pecho del caballero que estaba a punto de hablarle.- ¡Perdón! ¡Perdón! – dijo
- ¡Mamita hermosa! ¡Mamita! ¡No me dejes! – Sollozaba entre sueños la pequeña Eva.La pequeña niña estaba teniendo una pesadilla, desde que tenía uso de razón, Eva podía ver a su madre entre sueños, despertar a la niñera entre sollozos y lágrimas, era algo habitual en esa enorme y solitaria mansión.- ¡Maldita niña! ¡Cállate! ¡Déjame dormir!La madre de Eva había muerto de cáncer en la matriz, cuando la niña tenía tan solo dos años, la pequeña no contaba con recuerdos de su madre, a sus tiernos 6 años, solo tenía una foto de aquella bella mujer, la única pertenencia que le quedaba era esa vieja foto, aquella, era el único rastro de que su madre existió, eso y la propia Eva.El padre de Eva, Antonio Díaz, aquel hombre con el que la madre de la niña se había casado años atrás, jamás le había importado la existencia de su mujer. El matrimonio con Marina Carrasco había sido producto de una mala decisión, una noche de copas entre jóvenes que había salido mal.Aquello llevó a un matrimonio