65.

65

En el instante en que vi a Kevin, supe que lo sabían. En su rostro, en sus ojos verdes, vi una extraña mezcla de decepción que me hizo sentir mal de inmediato.

Con ninguna otra persona me había sentido así. Me bajé de la camioneta de Alejandro y caminé hacia la entrada del orfanato. Kevin estaba ahí, esperándome otra vez, Pero había una gran diferencia entre estas dos oportunidades, porque esta vez yo sí me había acostado con Nicolás. Y él lo supo. De alguna manera, no supe cómo explicarlo, pero lo supo. En el instante en que me vio, supo lo que había sucedido. No supe cómo sentirme. Yo no tenía por qué darle ninguna explicación, y estaba segura de que tampoco me pediría ninguna. Pero ahí estábamos.

Alejandro le dio una mirada al orfanato.

— Este lugar se está cayendo a pedazos — dijo.

Kevin se encogió de hombros.

— Es todo lo que podemos hacer con lo poco que tenemos.

El hombre se encogió de hombros.

— ¿No me van a invitar a entrar? — preguntó.

Kevin parecía incómodo, pero asin
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP